Plaza de las
palabras en su
sección Poesía hondureña, presenta La inconformidad del hombre en cinco poetas
hondureños: Suarez, Barrera, Valle, Acosta,
Paredes. Cinco poetas emblemáticos de la poesía hondureña. Clementina
Suarez, (1902-1991), Claudio Barrera, (1912-1971),
Pompeyo del Valle (1929-2018), Óscar Acosta, (1933-2014), y Rigoberto Paredes (1948-2015). Esta vez unidos por esa
rebeldía e inconformidad ante la realidad. Territorio que tiene en Alfonso
Guille Zelaya (1888-1947), su culto
prosístico en su ensayo La Inconformidad
del Hombre.
*
Decía Guillen Zelaya, en el ensayo señalado:
Bendigamos la inconformidad, pero
no la inconformidad negativa, que reniega del progreso y aspira al conformismo
de paralizar la marcha de la vida, sino la inconformidad positiva, que estimula
y magnifica las aspiraciones humanas, que es esencia creadora del hombre y no
cesa de buscar nuevas rutas y nuevas esperanzas a la realización de la paz, de
la libertad y de la justicia en el mundo.(…)
Bendigamos la inconformidad que
no admite la inercia ni la capitulación. (…)
Mas adelante
agregaba:
Podíamos estar orgullosos de nuestra
trayectoria. De nuestro punto de partida a lo que somos, el ascenso tiene todos
los perfiles del prodigio y del milagro. No obstante en todas partes la
humanidad descubre y siente que sus miserias apagan el fulgor de sus
conquistas. No está satisfecha de su balance y no sólo sueña en lo que pudo
ser, sino en lo que puede ser antes de cerrar el último capítulo de su
historia.
En ese marco Guillen
Zelaya señala dos derroteros de esa inconformidad del hombre, el primero en el terreno individual cuando el hombre en su madurez y años finales se pregunta si en la realidad ha
hecho todo lo que anhelaba. Y una segunda
en el derrotero de la realidad de la época o del país. Los poema seleccionados
responden en mayor o menor medida a esta ultima inquietud; no obstante
uno se pregunta si la inconformidad individual influye en sus visiones
colectivas, o es a la inversa la realidad social y colectiva es la que modela
la inconformidad individual del poeta. A veces ambas se funden y se dificulta
hacer una distinción entre ambas. Reflejar esa inquietud en una realidad colectiva,
todos ellos quisieran ver otro tipo de país, otro tipo de ser humano o de
mejores tiempos. Ya sea en el presente o
haya sido en el pasado. Esa inquietud de inconformidad o rebeldía de los poetas
señalados ante la realidad se trasmite, a veces en buena parte de su obra.
Así en Claudio
Barrera en su poema La playa desolada,
esa inconformidad la convierte en un
símbolo de Honduras: «la playa desolada».
Clementina Suarez, en su poema El hombre
y su esperanza, afirma: «De esta ciega y absurda muerte o vida, ha nacido
mi mundo, mi poema y mi nombre». Para el poeta Acosta en su poema El
nombre de la patria, versifica «está ardiendo el cadáver de la patria». Para
el poeta Pompeyo del Valle, en su poema Honduras
declara: «Sobre esta Honduras de fusil y caza, /de asfixiado color y amarga
vena,/ se oye
gemir el mapa de la pena/que en murallas de sal se despedaza». Finalmente el
poeta Paredes, viaja a los momentos fundacionales de la nación, para sentenciar en su poema Se desaprueba la Acta anterior: que el acta
de independencia es « una caligrafía/ de exponente cero».
**
Cinco poetas
rebeldes, cinco poetas que con su oficio poético nos dejan una lección de vida;
cinco poetas que aun con sus diferencias y enfoques poéticos, se hermana en estos
cinco poemas si bien con mayor o menor intensidad, en la inconformidad del
hombre; y acompañan a Guillen Zelaya, otro
gran poeta hondureño.
Selección de poetas y poemas por Plaza de las palabras
Clementina Suárez
El hombre y
su esperanza
Ahora me miro por dentro
y estoy tan lejana,
brotándome en lo escondido
sin raíces, ni lágrimas, ni grito.
—Intacta en mí misma—
en las manos mías
en el mundo de ternura
creado por mi forma.
Me he visto nacer, crecer, sin ruido,
sin ramas que duelan como brazos,
sutil, callada, sin palabra para herir,
ni vientre que rebase de peces.
Como rosa de sueño se fue formando mi mundo
Ángeles de amor me fueron siempre fieles,
en la amapola, en la alegría y en la sangre.
Cada caracol supo darme un rumbo
y una hora para llegar.
Y siempre pude estar exacta.
A la cita del agua, de la ceniza
y la desesperanza ...
Frágil, pero vital, fue siempre mi árbol
al hombre y al pájaro le fui siempre constante
Amé como deben amar los geranios,
los niños y los ciegos.
Pero en cualquier medida
estuve siempre fuera de proporciones,
porque mi impecable y recién inaugurado mundo
tritura rostros viejos
modas y resabios inútiles.
Mi caricia es combate
urgencia de vida,
profecía de cielo estricto
que sostienen los pasos.
Creadora de lo eterno,
dentro de mí, fuera de mí,
para encontrar mi universo.
Aprendí, llegué, entré,
con adquirida plena conciencia
de que el poeta que va solo
no es más que un muerto, un desterrado,
un arcángel arrodillado que oculta su rostro,
una mano que deja caer su estrella
y que se niega a sí mismo, a los suyos,
su adquirido o supuesto linaje.
De esta ciega y absurda muerte o vida,
ha nacido mi mundo,
mi poema y mi nombre.
Por eso hablo del hombre sin descanso,
del hombre y su esperanza.
Claudio Barrera
La playa desolada
En la Mosquitia
hay una playa ilímite de playa desolada.
Sola , con la grandeza
blanca y maravillosa
sin huellas dibujada.
De vez en cuando un hombre
lejano sobre el agua
caminando descalzo
sin palabras.
La playa inmensa y sola
tiene su vida propia.
Su música,
su regia vegetación de lianas,
de uvas,
palmas,
icacos,
y en el fondo salobre del estero
un caserio solo, abandonado
bajo los cocoteros…
¡Pero nadie hace nada!
La vida es una simple gota de agua en la arena.
El zambo mira el mar, el cielo, el horizonte ilimite
mientras juegan cristales, manatíes y garzas
en el agua.
Nadie conoce el mar de esas orillas…
Nadie cruza las arenas de esas playas…
Así descansa Honduras,
desconocida, prodiga,
Indolente, magnifica y callada.
Pompeyo del Valle
Honduras
Sobre esta Honduras de fusil y caza,
de asfixiado color y amarga vena,
se oye gemir el mapa de la pena
que en murallas de sal se despedaza.
Bajo esta Honduras de metal y maza,
de enterrado perfil –laurel y arena-
como un tumulto de cuchillos suena
la atormentada sangre de la raza.
Pero otra Hondura de potente aurora,
decidida y total y vengadora
alza la frente decidida y bella.
Porque una tropa juvenil se agita
bajo su cielo y en su voz gravita
el porvenir, fundado en una estrella.
Oscar Acosta
El nombre de la patria
Mi patria es altísima.
No puedo escribir una letra sin oír
el viento que viene de su nombre.
Su forma irregular la hace más bella
porque dan deseos de formarla, de hacerla
como a un niño a quien se enseña a hablar,
a decir palabras tiernas y verdaderas,
a quien se muestran los peligros del mundo.
Mi patria es altísima.
Por eso digo que su nombre se descompone
en millones de cosas para recordármela.
Lo he oído sonar en los caracoles incesantes.
Venía en los caballos y en los fuegos
que mis ojos han visto y admirado.
Lo traían las muchachas hermosas en la voz
y en una guitarra.
Mi patria es altísima.
No puedo imaginármela bajo el mar
o escondiéndose bajo su propia sombra.
Por eso digo que mas allá del hombre,
del amor que nos dan en cucharadas,
de la presencia viva del cadáver,
está ardiendo el nombre de la patria.
Rigoberto Paredes
Se desaprueba el acta anterior
no tengo nada contra el sabio Valle
menos contra su estilo de faisán en vuelo
amo de veras
su sin par plumaje
y su abad de san pedro el que soñaba
no se trata de asuntos personales
pero hay algo que aún sigue en veremos
para qué repetirlo
esta muy claro
el tiempo ya nos pisa los talones
hablemos de estas cosas vida en mano
después de andar oler mirar las calles
de cantarle a la historia sus bemoles
de estar así
coleccionando especies
de las más espantosa zoología
quien se aguanta este cuento de papeles
sabemos de antemano y es tan cierto
que no bastan pretéritas palabras
sobre todo a estas alturas
mejor dicho
a estos siglos ajenos endosados
en que se hacen más nuestras las urgencias
(mucha sangre ha corrido
bajo puentes
desde milochocientosveinti-uno)
pido disculpas en latín y en griego
pero el acta del sabio me parece
una caligrafía
de exponente cero
Créditos
Bibliografía
Alfonso Guillén Zelaya, La inconformidad del hombre. Selección de textos y presentación de
Pompeyo del Valle, Banco Central de Honduras, 2008
Poemas
El hombre y su esperanza, Clementina Suárez, Poesía Rebelde de América, Antología, Editorial Extemporáneos, Selección y prologo de Miguel Donoso Pareja,
Mexico.1974, pág. 267. Poema La playa
desolada. Claudio Barrera, Poesía
Rebelde de América, Antología Editorial Extemporáneos, Selección y prologo de Miguel Donoso Pareja,
Mexico.1974, pág. 269. Poema Honduras, Pompeyo del Valle, Alabanza de Honduras Antología.
Prólogo, selecciones y notas de Oscar Acosta. Editorial Anaya, 1974, pág. 45. Poema El nombre
de la patria. Acosta, Oscar, Alabanza de Honduras Antología. Prólogo,
selecciones y notas de Oscar Acosta. Editorial Anaya, 1974, pág. 46. Poema Se
desaprueba el acta anterior. Rigoberto Paredes, Las cosas por su nombre, Prólogo
Hernán Antonio Bermúdez, Editorial Universitaria, Honduras, 1978, pág. 71-72
Ilustraciones
Foto, Plaza Los Dolores, Tegucigalpa, 1920, Memoria
Gráfica de Honduras
Foto Parque Central Tegucigalpa, 1936, Memoria Gráfica de Honduras