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Libro: Un paseo por el ‘Libro de la Selva’ y la vida de su autor, Rudyard Kipling


Por IVONNE LARA  

El prolífico autor Rudyard Kipling publicó en 1894 'El Libro de la Selva', un texto atemporal que siempre, cada vez, tiene mucho que aportarnos.

 Un paseo por el ‘Libro de la Selva’ y la vida de su autor, Rudyard Kipling


Eric Gevaert - Shutterstock

Adentrarse a las páginas del 'Jungle Book', 'Libro de la Selva' o también llamado 'El Libro de las Tierras Vírgenes' es una experiencia que a pocos dejará sin asombro, y casi nadie estará exento de encontrar significados profundos en esos relatos que hablan sobre un "cachorro humano" criado por los lobos en la espesura de la selva en la India.

Su autor, Rudyard Kipling, es un autor con menos gloria de la que tal vez sus letras merecen. Esto se remonta a sus posiciones políticas e ideológicas a favor del Imperio Británico y que, a vistas de los liberales, no fue del agrado de los nuevos tiempos y su obra fue la que recibió el golpe del descrédito. Sin embargo, es innegable la calidad de su prolífica obra y, en este caso, de un libro que, personalmente, me apasiona como pocas cosas en el mundo.

"Siempre que Baloo recita la Ley lo hace cantando"

Mowgli es un vocablo que significa "rana" que, a la vista de todas las majestuosas criaturas que viven en la selva, describe el aspecto frágil, sin pelaje, del humano que fue encontrado por Papá Lobo y Mamá Loba, Raksha. Para comprender lo que sucede en los relatos, si es que no se ha leído la novela, es necesario olvidar la famosa película de Disney basada en esta obra de Kipling, puesto que en el texto encontraremos a los personajes vistos en la cinta animada, (la última bajo la coordinación del mismísimo Disney) abismalmente más obscuros, complejos... salvajes. Y esto no es otra queja sobre lo mejor que es una novela sobre la película, puesto que no tiene importancia, sino una oportunidad para conocer las maravillas detrás de estos relatos tan elaborados y profundos, tan humanos y desgarradores, con la mente lo más desapegada posible de la historia que la película animada nos haya dejado.

Rudyard nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay, cuando la India era aún una colonia de Inglaterra. Hablar de la obra de este autor anglo-indio (como se denominaban así mismos los colonos) es hablar de la India, puesto que gran parte de sus obras se desarrollan en estos paisajes y los que no, fueron inspirados en las diversas épocas que vivió ahí. A esto último añadiría que, Rudyard sería un incansable viajero que visitaría las colonias de Inglaterra, iría varias veces a Inglaterra por grandes temporadas y también viviría en Estados Unidos. En fin, un viajero infatigable, algo que cabe destacar puesto que los traslados exigían mucho tiempo y no pocas incomodidades.

"Esta es la Ley de la Selva, tan cierta como el cielo"

El sabio Baloo, la hermosa Bagheera y el poderoso Akira, líder del 'Pueblo Libre' (el de los lobos) y claro, Mowgli y sus padres lobos aparecen de inmediato al comenzar la lectura del 'Libro de la Selva'. Y esta será una característica interesante y apasionante en el texto: no hay preámbulos largos y cansados, explicativos. En los relatos de Mowgli, las cosas suceden de inmediato con un conflicto por delante, con una exigencia al lector de sentarse a la luz de la Luna en la "Piedra del Consejo" al instante de comenzar a leer para decidir, con muchas enseñanzas y la reinante 'Ley de la Selva', el destino del cachorro humano; así como esbozar el letal papel que tomará en delante su enemigo perseguidor y de por vida: Shere Khan, el tigre.

Kipling perteneció a una familia llena de artistas y gente influyente de la época victoriana y las subsecuentes. Sus padres y la familia materna tenían un gran nombre, aunque esto no es el detonante de su gran fama y riqueza que el escritor conseguiría con sus letras, lo sería su prolífica publicación y la gran calidad de estas; además, claro, del testimonio único de un colono en una tierra tan exótica y distinta como la India para los habitantes de la Inglaterra victoriana. De hecho, 'El Libro de la Selva' está inspirado en lo que hoy se conoce como el Parque natural de Kanha También se dedicó a escribir no pocos libros alabando a la milicia del Imperio, de hecho su obra está dedicada en mayor medida a la poesía, a los relatos y muy poco a las novelas, aunque esto no significa que de menor calidad o trascendencia como sería su última novela: Kim.

"Recuerda que él (Hathi el elefante) es el señor de la selva, y que te enseñó la Palabra Mágica de la selva..."

"Hermanito", así se dirige Baloo a Mowgli, esta relación tan preciosa como la misma piel de Bagheera, la Pantera, y con la que el humano sin miedo también tiene una relación entrañable. Así, durante los relatos del 'Libro de la Selva' conoceremos momentos decisivos en la vida del humano criado por los lobos, canciones de la selva, "palabras mágicas" y la inquebrantable 'Ley de la Selva' que rige a todos los seres de la misma. La Ley es tan vasta y poderosa por su presencia invisible, omnipresente y vital que es tal como un personaje más, uno místico y rector de todos los seres. Es una delicia conocerla ya sea en la voz de Baloo como por las canciones y las enseñanzas que, con no poca sangre y golpes, aprende Mowgli.

En 1907 Rudyard Kipling es galardonado con el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose así en el primer inglés en recibir tal honor. Para ese entonces estaba encumbrado en su carrera y dejaba lejos los 16 años cuando comenzó a trabajar en un periódico de la India, el Civil and Military Gazette, en el cual comenzaría a publicar cuentos y columnas literarias. En cuanto a su vida personal se puede mencionar que estuvo casado con Carrie Balestier con la que tuvo tres hijos, dos de los cuales murieron, Josephine, su hija mayor a la edad de seis años y John, su único hijo varón a los 18 años cuando se encontraba en batalla en el norte de Francia. Esto, marcaría profundamente al escritor en su vida y en su obra.


Jungle_book_1894_138

Si hay algo apasionante en 'El Libro de la Selva' es la cantidad de sabiduría que recoge, y como en relatos cortos y concisos crea ambientes impresionantes que exploran, hasta la vergüenza y el dolor, la naturaleza humana. El libro fue publicado en 1894 y en 1985 habría un segundo tomo. Generalmente las ediciones actuales contienen ambos tomos. Esta segunda parte contiene relatos en otros lugares del mundo y con otros personajes que también tienen muchísimas enseñanzas, metáforas y belleza. Por la profundidad de los relatos es un tanto "injusto" que se le de la etiqueta de "libros para niños", no porque esto sea poca cosa o porque la literatura para niños carezcan de valor o belleza, sino porque se queda corta, porque a cualquier edad dará material para reflexionar, emocionarse y disfrutar esas maravillas que da la literatura, y cada vez que vuelvas a él (créeme) encontrarás una canción, relato o frase que te sorprenderá como si fuera la primera vez.

Cuatro cosas hay en el mundo
Que nunca se sintieron satisfechas,
Que no tuvieron bastante
Desde el comienzo de los tiempos:
La boca del cocodrilo, el buche del milano,
Las manos del mono y los ojos del hombre

Dicho popular en la selva

Así pues, Rudyard Kipling nos regaló una gran cantidad de textos con su frenética producción literaria y vale mucho la pena acercarse a sus letras que, incluso, alcanzó el género de la ciencia ficción. El 'Libro de la Selva' es uno de sus muchos libros de gran belleza y calidad literaria que ha inspirado varias adaptaciones a la pantalla; ya mencionábamos la película de Disney aunque no es la única. Ahora bien, en 2016 conoceremos una adaptación live-action (con una importante cantidad de CGI) del cachorro humano criado en la Selva, una de las muchas películas que se presentaron en el D23 pasado. Veamos qué nos depara.

No dejes de compartir en comentarios tus opiniones sobre esta novela y sobre este autor. ¡Buena caza!

Enlaces: 60 libros imprescindibles escritos por mujeres

viernes, 29 de mayo de 2015


60 libros imprescindibles escritos por mujeres

Hoy traigo un post que reúne tres cosas que me encantan: libros, literatura femenina y listas. Sí, ya sabéis que me encanta hacer listas de recomendaciones (ya llevo publicadas unas cuantas) y hoy le ha tocado a la narrativa femenina, tema que es mi especialidad en el doctorado, por cierto. Bueno, pues he hecho una selección de algunas de las mejores obras escritas por mujeres. Me he centrado en la narrativa y he optado por incluir sólo un título por autora, aunque de muchas escritoras me hubiera gustado poner varias obras, pero entonces la lista habría sido interminable. Desde luego, faltan muchas escritoras, lo que puede deberse a una de estas razones: no me he acordado de incluirlas, deliberadamente las he dejado fuera de la lista porque era imposible ponerlas a todas o, simplemente, no he leído determinado título. Porque, eso sí, he leído todos los libros de esta lista. No he hecho trampas incluyendo textos que no conozco.



La lista incluye grandes clásicos, best sellers, literatura infantil y juvenil y algún que otro olvidado que deberíamos recuperar, ordenados de forma cronológica. Los enlaces de los libros os llevan a reseñas de la red social de literatura Quelibroleo por si queréis curiosear algún título.




1.      Orgullo y prejuicio, de Jane Austen (1813)
2.      Cumbres borrascosas, de Emily Brontë (1847)
3.      Jane Eyre, de Charlotte Brontë (1847)
4.      Cranford, de Elizabeth Gaskell (1851)
5.      Mujercitas, de Louisa May Alcott (1868)
6.      Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán (1886)
7.      La edad de la inocencia, de Edith Wharton (1920)
8.      La señora Dalloway, de Virginia Woolf (1925)
9.      Celia, lo que dice, de Elena Fortún (1928)
10.  Viento del este, viento del oeste, de Pearl S. Buck (1929)
11.  El baile, de Irene Nemirovsky (1930)
12.  La hija de Robert Poste, de Stella Gibbons (1933)
13.  Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie (1934)
 14.  Los secretos de Oxford, de Dorothy L. Sayers (1935)
15.  Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell (1936)
16.  Rebeca, de Daphne du Maurier (1938)




17.  Un árbol crece en Brooklyn, de Betty Smith (1943)

18.  Nada, de Carmen Laforet (1944)


19.  A la caza del amor, de Nancy Mitford (1945)


20.  Memorias de Leticia Valle, de Rosa Chacel (1945)


21.  Diario, de Ana Frank (1947)


22.  Extraños en un tren, de Patricia Highsmith (1950)


23.  Entre visillos, de Carmen Martín Gaite (1957)


24.  Lo mejor de la vida, de Rona Jaffe (1958)


25.  Matar a un ruiseñor, de Harper Lee (1960)


26.  Hiroshima, mon amour, de Marguerite Duras (1960)


27.  Escribo tu nombre, de Elena Quiroga (1965)


28.  El valle de las muñecasde Jacqueñine Susann (1966)


29.  Rebeldes, de Susan E. Hinton (1967)


30.  Amigos y amantes, de Iris Murdoch (1968)


31.  84 Charing Cross Road, de Helene Hanff (1970)


32.  La vida de las mujeres, de Alice Munro (1971)


33.  Los escarabajos vuelan al atardecer, de María Gripe (1978)


34.  Flores en el ático, de V.C. Andrews (1979)


35.  El clan del oso cavernario, de Jean Marie Auel (1980)


36.  La casa de los espíritus, de Isabel Allende (1982)


37.  El cuento de la criadade Margaret Atwood (1985)


38.  Los buscadores de conchas, de Rosamund Pilcher (1987)


39.  El ocho, de Katherine Neville (1988)
40.  Como agua para chocolate, de Laura Esquivel (1989)


41.  El club de la buena estrella, de Amy Tan (1989)


42.  Historia de una maestra, de Josefina Aldecoa (1990)


43.  Nosotras que nos queremos tanto, de Marcela Serrano (1991)


44.  Manolito Gafotas, de Elvira Lindo (1994)


45.  Olvidado rey Gudú, de Ana María Matute (1996)


46.  Mal de amores, de Ángeles Mastretta (1997)


47.  Beatriz y los cuerpos celestes, de Lucía Etxebarría (1998)


48.  Irlanda, de Espido Freire (1998)


49.  La conquista del aire, de Belén Gopegui (1998)


50.  Pequeñas infamias, de Carmen Posadas (1998)


51.  Harry Potter y el prisionero de Azkabán, de J.K. Rowling (1999)


52.  Desde mi cielo, de Alice Sebold (2002)
53.  Qué fue de los Mulvaney, de Joyce Carol Oates (2003)


54.  Juntos, nada más, de Anna Gavalda (2004)


55.  Memorias de Idhún I: La Resistencia, de Laura Gallego (2004)


56.  En tiempo de prodigios, de Marta Rivera de la Cruz (2006)


57.  La elegancia del erizo, de Muriel Barbery (2006)


58.  El corazón helado, de Almudena Grandes (2007)


59.  El tiempo entre costuras, de María Dueñas (2009)


60.  Dime quién soy, de Julia Navarro (2010)
Fuente: htmlhttp://diariodeunamadredelsigloxxi.blogspot.com/2015/05/60-libros-imprescindibles-escritos-por.html

Libros : Los mejores libros de la periferia. Centroamérica http://literofilia.com/

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1 de febrero 2016
Por redacción. Hemos visto como todos los años, cuando se elaboran listas sobre los libros más importantes de América Latina, los grandes medios hispanos obvian a Centroamérica y el Caribe (salvo Cuba)  porque los mercados editoriales han dibujado en el mapa un mar desde México hasta Colombia que borra toda América Central ístmica e insular.
Por lo tanto, este año Literofilia.com se ha dado a la tarea de rastrear los libros más importantes de narrativa elaborando una lista que, además de ser un muestrario de calidad, también es una invitación para que los lectores de esta pequeña y olvidada región centroamericana y caribeña conozcan a sus escritores.

La periferia, como hemos querido llamar a esta parte de América Latina, cuenta no solo con autores de mucho calibre, sino también con eventos literarios de renombre como el Festival de La Palabra en Puerto Rico, Centroamérica cuenta y elFestival de Poesía de Granada en Nicaragua, así como las Ferias del Libro de Costa Rica y Guatemala.
En Literofilia.com creímos necesario complementar  esos enormes esfuerzos que escritores como Sergio Ramírez, Mayra Santos-Febres y los gobiernos de Costa Rica y Guatemala a través de sus respectivos Ministerios de Cultura, realizan año tras año para mostrar que en esta región también se lee y el libro importa.
En nuestra lista aparecen escritores de renombre y autores emergentes, que empiezan a forjar una obra importante en sus países y la región, porque de nada nos valdría levantar un listado sino damos a conocer a esos nuevos pinos de las letras regionales. Sin más, queridos lectores de Literofilia.com, estos son los libros que hemos escogido y que creemos que valen la pena ser leídos.
En la cumbre de su maestría narrativa, tras 50 años de oficio literario, Ramírez mezcla erotismo, humor, ironía y la historia de los pueblos semíticos para confrontar a un Yahveh –el Mago, en la novela- rencoroso y temperamental con el nacimiento de la mujer moderna, a la vez que pone en cuestionamiento el estatuto del narrador –que interfiere siempre que quiere en la acción-, permitiéndose la inserción del lenguaje popular en el contexto bíblico y la autorreferencia ficcional. Los capítulos dedicados al fuego vengativo y purificador están entre los mejores de la narrativa iberoamericana reciente.


Mayra Santos-Febres, Editorial Planeta. (Puerto Rico) Por Perla Suez

El amante de Gardel Aunque nada en su título nos permita sospecharlo, La amante de Gardel es una novela atravesada por la muerte. La muerte moviliza a los personajes para entender la vida, para luchar y sanarse, para recordar las amistades perdidas, para hablar también de las víctimas de la época. Una época que se debate entre las antiguas reglas, las normas de la tradición y el despertar estridente del Nuevo Mundo. Se trata del arribo de una modernidad que no es cualquiera: la modernidad latinoamericana del Siglo XX.
En este contexto, la protagonista es parte de una familia de mujeres curanderas y es la única heredera de ese saber ancestral, al mismo tiempo que estudia enfermería en la Escuela de Medicina Tropical de Puerto Rico. Una mujer de piel negra que quiere convertirse en médica, en medio de una sociedad difícil y un mundo espinoso. Pero en el camino del progreso siempre hay algo que se pierde: Micaela deberá confesarle a su protectora (la doctora que financia sus estudios) una receta herbolaria que proviene de la sabiduría ancestral de sus antepasados. Esta otra trama, oculta, va reapareciendo en su memoria, hilvanada a la reminiscencia de las palabras de Gardel.


Eduardo Halfon, Signor Hoffman, Libros del asteroide. (Guatemala) Por Alexandra Ortiz Wallner
Signor Hoffmann
En esta nueva entrega de seis relatos se confirma que la obra hasta hoy publicada del guatemalteco Eduardo Halfon, especialmente a partir de El boxeador polaco (2008), gira en torno a, al menos, dos ejes: las posibilidades y límites de la creación artística y del artista como creador, y otro, que se asemeja más a un gran laberinto de identidades vinculado a los orígenes (judío, árabe, polaco, guatemalteco) de su recurrente narrador-protagonista, muchas veces identificado como Eduardo Halfon, Dudú, Halfon, simplemente Eduardo o, como ahora, gracias a un equívoco narrado en el primer cuento, Hoffman. Recurriendo nuevamente al gesto autoficcional que cruza su universo literario, Halfon ofrece en Signor Hoffman otras facetas y otros viajes de su alter ego en un juego de espejos que ya se decanta en la portada del libro. En ella, el autor y esta nueva faceta del personaje central, Hoffman, comparten un mismo espacio, acentuado por la imagen de Roman Vishniac en la que aparecen unas figuras (¿son acaso la misma?) y sus sombras, cruzando diversos umbrales. Este espacio compartido se amplía con el epígrafe de Harry Dean Stanton que abre el libro: “Play myself, and let the wardrobe do the character.”  Así, los lectores entramos de lleno a esta casa halfoniana de los espejos compuesta por seis habitaciones.
El relato que abre la puerta a la primera estancia, “Signor Hoffman”, y el relato que es la última estancia, “Oh gueto mi amor”, se complementan también especularmente. En ambos, son dos campos de concentración -el de Ferramonti di Tarsia en Italia y el de Auschwitz en Polonia- los que enmarcan las andanzas del narrador-protagonista. Uno, el italiano, convertido en una especie de parque temático propio de las guías turísticas que monumentalizan el horror de la Europa del siglo XX frente al otro, ese que lanzó la pregunta inevitable por si es posible escribir literatura después de Auschwitz. Pero el libro de Halfon no es una respuesta más a la pregunta que continúa siendo respondida por sobrevivientes y descendientes, por propios y ajenos, por víctimas y victimarios. En él, la pregunta que nos sigue y que pone a andar la búsqueda es una por la herencia.
En “Oh gueto mi amor” la herencia transmitida por el abuelo al nieto toma la forma de un papel amarillo que contiene la dirección completa de la casa familiar en ?ódz, la que fue forzado a abandonar antes de ser trasladado al destino de los campos que cambió para siempre los cimientos de Europa: “Un último papel amarillo. Unos últimos garabatos, en su temblorosa letra de anciano. Un último legado a un nieto, quien lo recibe de la mano misma de su abuelo, como si en ese momento, durante esa última cena, estuviese recibiendo la totalidad de su herencia.” Apenas unas cuantas líneas con las coordenadas exactas de una casa situada en una ciudad lejana condensarán, hacia el final del libro, memoria familiar y destino individual. Memoria y destino que, a su vez, permiten que en el espacio de la literatura las herencias ocupen un lugar narrativo. Son estas dos narraciones que se ven a sí mismas en tensión, se reflejan la una a la otra en un espejo quebrado poniendo sobre la mesa la cuestión de si acaso no es la herencia precisamente aquello de lo que no es posible apropiarse y que precisamente por eso es necesario que surja la escritura literaria.
Sin duda, ambos relatos componen la fuerza estructural del libro y sostienen los otros cuatro cuentos (”Bambú”, “Han vuelto las aves”, “Arena blanca, piedra negra” y “Sobrevivir los domingos”) que ya habían sido publicados de manera independiente en revistas como Letras Libres y Granta. El gran relato de un legado con el que se carga es así intervenido y reescrito, a veces con nostalgia, a veces con humor, y no pocas veces por medio del absurdo y lo cómico. En cada cuarto de espejos que es Signor Hoffman se van colocando estos otros reflejos que son los viajes que el protagonista realiza a la costa del Pacífico y a la zona cafetalera guatemaltecos, a la frontera con Belice, a un barrio neoyorkino. Viajes menores, tal vez, pero no por ello menos significativos como elementos implicados en todo un proceso de transmisión de una memoria que necesita de la narración literaria irreverente de un pasado para poder ser y tener una voz en el presente.

Salvapantallas, Luis Chaves, Seix Barral. (Costa Rica) Por Fernando Chaves Espinach

Salvapantallas Luis Chaves¿Qué es Salvapantallas? Transparente en su honda emoción, resulta curiosamente opaco en su definición como género. Para los lectores, por supuesto, este es el mayor placer. Cuento, crónica, diario, autobiografía, poema en prosa: imposible hacer clic solo en una porción sin abrir una cascada de ventanas a otras partes. Es como si cada persona que lo lea tuviese acceso a otro Chaves, según su ánimo, más íntimo, más divertido, más cercano.
Como colección de imágenes aleatorias, deambula entre sentimientos y recuerdos con una facilidad que Chaves ha exhibido constantemente en sus poemarios, pero que en el cuerpo de una “novela” o novela vibran con nueva energía. Leer Salvapantallas ha sido redescubrir a Chaves o toparse a otro nuevo. Es por ello que el libro destaca: por la propia fuerza de lo que contiene (muy tierna) y por la promesa de lo que vendrá.
Un rencor puro y perfecto, Maurice Echeverría, Alas de barrilete. (Guatemala)Por Jessie Álvarez
Un rencor puro y perfecto
La historia guatemalteca, llena de baches que no han permitido un desarrollo equitativo en sus actores, es el caldo de cultivo ideal para producir una sociedad en la que el rencor está siempre ahí, latente, cercano a todos. Es en este contexto en el que Maurice Echeverría (Guatemala, 1976) publica Un rencor puro y perfecto(Alas de Barrilete, 2015), una novela que reflexiona acerca del poder en un edificio viejo, feo y sucio, que no es más que una metáfora del país. ¿Quién es Maurice Echeverría? Ha sido incluido, aun contra su voluntad, como parte de la llamada “Generación X” de la literatura guatemalteca, un grupo de narradores que publicaron sus primeros libros a finales del siglo XX con la contracultural Editorial X. Además, ha obtenido varios premios, como el Monteforte Toledo de novela con Diccionario esotérico (Norma, 2006) y el Premio de Novela Corta de la Editorial Magna Tierra por su novela Labios (2003).
En 2012, obtuvo el Premio Centroamericano Carátula de Cuento Breve 2012 por Pura sangre dieciochera. Un rencor puro y perfecto se organiza en tres capítulos, cada uno es una guna (las cualidades que, según el hinduismo, conforman el universo): tamas, sattua y rajas, ignorancia, bondad y pasión, respectivamente, estados por los que transita el protagonista. La historia es, en gran parte, focalizada a través de un sofá, que se convierte en la tribuna desde la cual se analizan los eventos que llevan al protagonista a pasar de la espera por la pérdida de su pareja y su empleo a la inercia de llevar una vida automática, en la primera parte; a convertirse, por una serie de casualidades, en el inteligente y proactivo administrador del edificio donde viva, en la segunda parte; a ser un tirano sádico, en la última. La novela es también un ejercicio narrativo magistral: el cinismo y el sentido del humor, la crudeza y la ironía habitan en cada uno de sus pasajes. Esta novela de Maurice Echeverría es, además de una novela, un tratado acerca del poder y las relaciones sociales: ¿cómo detentar el poder en medio de una sociedad convulsa, fragmentada y disociada? Así, Un rencor puro y perfecto se presenta como una de las mejores novelas guatemaltecas publicadas en 2015.


El asesino melancólico, Jacinta Escudos, Alfaguara (El Salvador) Por Élmer Menjívar

El asesino melancólicoLa escritora salvadoreña Jacinta Escudos publicó en 2015 El asesino melancólico, bajo el sello de la Editorial Alfaguara. Se trata de un texto que se extiende por 95 páginas y que luce la categoría de novela. La primera tentación crítica es meterse a elucubrar sobre su género dada su extensión ¿novela corta? ¿cuento largo? ¿aún importa clasificar en estos géneros a la narrativa literaria? ¿por qué? ¿para qué? Dicho esto me apresuro a aclarar que para mí no existe tal cosa como la supremacía de géneros –en literatura tampoco– y que me parece ocioso buscar, por ejemplo, en qué consiste la superioridad de La región más transparente, una novela de Carlos Fuentes, sobre El perseguidor, un cuento de Julio Cortázar. La segunda tentación es sentenciar: es un cuento largo por su economía de texto, de personajes y de ambientes, y, sobre todo, por mantener la voz narrativa en un solo tono (¿melancólico?). La tercera tentación es pasar de largo el tema del tamaño y del género y entrar de una vez a comentar algunos valores narrativos de El asesino melancólico sin aludir taxativamente a su identidad textual. En esta última tentación me dejo caer.
Lo mejor de El asesino melancólico en tanto obra de narrativa literaria es el desarrollo de sus personajes, desde su presentación hasta su cumbre. Escudos escoge fórmulas puntuales para soltarnos a sus protagonista. Con 32 palabras Blake Sorrow se hace contundente: «El día en que Blake Sorrow cumplió 50 años, emprendió el único acto de valentía del que sería capaz en toda su vida: se admitió a sí mismo que era un fracasado». Con la coprotagonista, Rolanda Hester, el procedimiento es igual: directo y preciso. La diferencia, quizá sutil, es que a Sorrow lo presenta la voz del narrador (omnisciente), y Hester se presenta ella misma en la primera línea de diálogo de la narración. Estas decisiones narrativas marcan el carácter y el ritmo del texto que va creciendo como un diálogo en el que la voz de la comunicación explícita la aporta ella, mientras que lo que sabemos de él nos lo cuenta el narrador. Ambos personajes son poderosos –quizá quiero decir memorables–, bastante clásicos –muy noir– que ubicados en un contexto referencial –una suerte no where– logran desarrollar una historia que se cierra –sin candados– en sí misma.
El asesino melancólico se lee rápido –un viaje de ida a Guatemala en autobús– y con ganas porque contiene esos motores de lectura que no fallan: contiene intriga y suspenso, sexo y romance –it’s complicated–, episodios tremendamente empáticos –volví a comer sardinas con galletas saladas– y consigue un tono reflexivo que no aspira a dar lecciones de vida. A pesar de su brevedad, luce recursos ágilmente dosificados como elflashback, capítulos epistolares y poéticos que aportan esa extensión narrativa que no implica sumar más palabras que las necesarias.


Rita Indiana, La mucama de Omicunlé, Periférica. (República Dominicana)  Por Alejandro Alvarez-Nieves
rita indiana la mucama de omincule.cdrCon un ritmo narrativo arrollador, Rita Indiana nos presenta una magistral novela en la que combina una serie de saberes antiguos, propios del Caribe, con problemas que surgen del pensamiento contemporáneo. Así, nos presenta, por un lado, aspectos importantes de las religiones caribeñas que no provienen de occidente (el sincretismo yoruba, los ritos taínos) con reflexiones sobre el arte contemporáneo, el problema ecológico y la forma particular en la que se crea y forma la política en el Caribe hispano. La trama principal tiene que ver con una joven prostituta, Alcide Figueroa,  a quien Esther Escudero, Ominculé, una santera servidora de Yemayá y asesora del presidente de la república, rescata como mucama para hacerla su heredera en las artes religiosas afroantillanas, ayudada por Eric Vitier. Es una historia de encarnaciones y reencarnaciones que rompe las líneas divisorias del presente, pasado y futuro, así como las fronteras del género sexual y la identidad racial.
En una apuesta arriesgada, como suele ser la narrativa de esta autora, el lector se remonta a los tiempos de la Quisqueya colonial y el tiempo de los bucaneros, para pasar al presente y el debate de cómo se crea y difunde el arte en nuestros días desde el Caribe, no sin dejar de proponernos cómo la política del futuro será la continuidad de los terrores de hoy. Se trata de un texto que plantea fisuras importantes desde una sinergia tenaz de diferentes tiempos y tradiciones no convencionales. La mucama de Ominculé es una novela intrépida y original, que supone el asentamiento de Rita Indiana como una de las voces femeninas caribeñas más importantes de  la narrativa actual.


Las impuras, Carlos Oriel Winter Melo, Planeta. (Panamá)/ Por  Dimitrios Gianareas


Las impuras Carlos Winter Melo
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A pesar de la cercanía, tanto histórica como geográfica, que separa a los escritores panameños de la invasión de los Estados Unidos, el abordaje literario apropiado del tema es mucho más complicado de lo que pudiera parecer. Quizás sea esa misma proximidad –un público lector que también fue testigo de los acontecimientos con sus propios juicios y prejuicios- el principal escollo a vencer al utilizar la ficción para hacer una aproximación de la misma. La gran novela de la Invasión de 1989 aún no ha sido escrita. ¿O sí?
¿Es posible escribir una historia acerca de un tema con tanto con tanta carga política como la invasión de los Estados Unidos a Panamá sin caer en el relato panfletario?
Carlos Wynter Melo intenta con su novela Las Impuras mostrarnos una cara de la invasión. Y lo hace desde la intimidad de personajes muy bien construidos, a pesar de la brevedad de la narración. La vida de los personajes, dos mujeres de las que solo conoceremos su historia por medio de fugaces pasajes, parece transcurrir en dos planos. Además de sus vivencias personales, cada una de ellas es una metáfora, una representación de facetas de la historia de Panamá durante una buena parte del siglo veinte.
Las impuras es una de esas obras exigentes, condensadísimas hasta lo esencial, donde el lector recibe solo pinceladas y es desafiado a completar el lienzo. Uno de esos libros que hay que leer más de una vez para comprender y al que, como los buenos libros, querrá volver muchas veces.


Denise Phe-Funchal, Ana Sonríe, FyG Editores. (Guatemala) Por Héctor Hernández Gómez
Ana Sonríe Denise Phe-FunchalLa literatura no tiene ninguna obligación con nuestro día a día, ella en cierta medida se mueve con bastante autonomía. De hecho, se dice por ahí que la mala literatura se parece a la vida. No obstante, cuando un texto se construye con técnica, aquello que se mueve como ficción empieza a borrar los límites de lo real y a parecerse, paradójicamente, a nuestra propia realidad. No porque imite a la vida diaria, sino porque con artimañas nos ensancha e incluso pone en duda aquello que llamamos realidad. La buena literatura abre zanjas en la realidad a base de mentiras suspicaces.
El mérito que veo en una novela como Ana sonríe de Denise Phé-Funchal, es la precisión de su narración, formalmente es un trabajo bien cuidado. La forma es contenido y por ello, la realidad del personaje ficcional se encarna en nuestra propia realidad. A mí, como lector masculino, me movió fibras, me introdujo en el pellejo de una mujer que vive un día a día macabro, trágico; la violencia de genero marca mi cuerpo y me hace terminar deseando el final que el texto me va prometiendo. Eso no lo logra la historia sino la perspectiva narrativa y la técnica misma de su narración.




Daniel Quirós, Mazunte, Editorial Costa Rica. (Costa Rica)/Por Anacristina Rossi
Mazunte, daniel QuirósMazunte, la última novela del escritor costarricense Daniel Quirós, publicada por la Editorial Costa Rica en 2015, es una novela que impacta. Está muy bien escrita, en un español casi impecable. La trama, aparentemente simple, lleva al lector por un recorrido que parece ser geográfico y psicológico: el geográfico es el de Mazunte en la costa Pacífica de México intercalado con el de San José, Costa Rica. El psicológico es la vida interior de los personajes, en especial de los dos hermanos que son los personajes principales.
Sin embargo, y el lector debe estar atento pues en un momento del recorrido geográfico y psicológico hay un quiebre, una desgarradura por la que se llega a un mundo aparentemente fantástico, onírico. Es un pasaje a una cuarta dimensión, un Pedro Páramo costarricense. El lector se ve a la vez fascinado y desconcertado por un mundo casi intolerable de presenciar y que sin embargo sabemos que existe. Y al final, justamente al final, tenemos la clave. No se trata de ningún realismo mágico. Sí, tiene que ver con la muerte pero desde el punto de vista científico, médico. Y entonces cerramos la novela completamente perturbados, sabiendo que, a pesar de la belleza o la atrocidad de sus imágenes, hemos leído una novela realista del siglo XXI.



 Sergio Gutiérrez Negrón, Dicen los dormidos (Puerto Rico) Por Mayra Santos-Febres
Dicen que los dormidosUn joven es tiroteado por accidente en una intersección de la suburbia en Puerto Rico. Cae en coma. Su hermano menor le narra su vida suspendida y los trabajos que encara para intentar re-insertarse en el mundo. Un extraño nexo se ha creado entre ellos, o quizás, ha despertado. Siempre estuvo ahí. Los hermanos comparten un mismo sueño. El sueño, muchos barcos a la deriva cruzan un mar. Poco a poco , uno tras otro, a los barcos se los va comiendo la polilla. A los sobrevivientes también. Entre el despertar de una coma y ese sueño de los barcos a la deriva, aparece la historia de la violencia transpolitica en el Caribe. Novela de la revelación puertorriqueña, Sergio Gutiérrez. Ganador del Premio Nuevas Voces del Festival de la Palabra 2015.





Un rojo aullido en el bosque, Anamá ediciones, José Adiak Montoya (Nicaragua) Por Holbein Sandino
Un aullido rojoAl término de la edad de la inocencia es cuando comienza verdaderamente el peligro. Es el momento en que atacan los lobos feroces y los machos cabríos modernos. José Adiak Montoya (Managua 1987) lo advierte al retomar los moldes de un mito clásico para hilvanar una historia rapaz, pero de aspecto hermoso.

Un rojo aullido en el bosque  (1ª. Edición: Managua, Anamá Ediciones, 2015) es la fabulación del engaño en clave reciente. Es la representación de una realidad de caperucitas que no atraviesan bosques ni cargan cestas con bocadillos; sino que van por ciudades marginales sin percatarse de que los lobos ahora son depredadores urbanos: malvados traficantes de la piel y del pudor.
Con un lenguaje introspectivo y dos puntos de vista precisos, la segunda novela de José Adiak Montoya está para leerse de una sola sentada.
 Fuente: http://literofilia.com/

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