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Entrevista: Ser mujer y escritora, un camino de prejuicios y logros. Maria Eugenia Ramos




  Samaí Torres   



Portada de libro de cuentos 


Referencias de la literatura hondureña como Lucila Gamero de Medina y Clementina Suárez marcan el crecimiento de la literatura escrita por mujeres, que viene desde el romanticismo hasta una obra que trasciende y que salta las barreras del machismo 

A lo largo de la historia de Honduras, muchos hombres han figurado como intelectuales, escritores de trascendencia internacional y precursores de algunas corrientes literarias, entre otros que han sobresalido por sus logros en diferentes ramas de las letras, pero qué hay de las mujeres, cuáles han sido sus logros y luchas.Muchos nombres y obras de mujeres enriquecen esa historia literaria hondureña que se escribe desde el siglo XIX. Para conocer un poco sobre esa trayectoria consultamos a la escritora hondureña María Eugenia Ramos.Asumirse como escritoras fue el primer retoLo primero que han tenido que hacer las escritoras es asumirse como tales. En ese sentido, la primera en hacerlo en Honduras fue Lucila Gamero de Medina, antes de ella había mujeres que escribían poesía pero no era una producción sistemática y no se dieron a conocer como escritoras, mientras que Gamero sí lo hizo.“Lucila es el primer caso de una mujer que se asume como escritora independientemente de la calidad de su producción, ella estuvo constantemente escribiendo y publicando, fue la primera mujer que lo hizo en Honduras”, expresó la escritora María Eugenia Ramos. Cerca de ese tiempo de Lucila Gamero surgió otra escritora, Paca Navas de Miralda, que con su novela “Barro” va un poco más allá de lo que había propuesto Lucila. En décadas posteriores surge la escritora Argentina Díaz Lozano, que “fue otro caso de mujer escritora que se asumía como tal, era novelista, escribió muchas obras, ganó un premio en Estados Unidos con ‘Peregrinaje’, una obra que tiene mucho mérito”. Y otra escritora que es considerada un hito de la literatura en Honduras es Clementina Suárez, una mujer que saltó por sobre todos los prejuicios del machismo y escribió una poesía que le dio más equidad a la literatura, y pese a la importancia de su obra “no se le ha dado el mérito que le corresponde, todavía seguimos encontrando desconocimiento y prejuicio ante el trabajo de Clementina”.Estos nombres de relevancia han marcado una literatura escrita por mujeres que ha ido cambiando en correspondencia con lo que ocurre en la sociedad hondureña ya que, en palabras de Ramos, “la literatura es un fenómeno que no está exento de tener influencia en la realidad y viceversa”.Y a medida que pasa el tiempo, las escritoras han ido incursionando en el realismo social, después en el mágico, “y en ese sentido no quiere decir que lo social se haya dejado de lado, continúa siempre, la diferencia está en cómo se escribe y de alguna manera también cómo se interpreta. Antes había una visión un poco pasiva de la sociedad, y esa visión también ha ido cambiando y evolucionando para mejor, a medida que la sociedad hondureña va evidenciando contradicciones, eso se refleja también en lo que escriben tanto las mujeres como los hombres”, manifestó Ramos.En la actualidad, las mujeres se han dejado cautivar por temáticas que rompen con lo que se esperaba que escribieran, y así autoras como Jessica Sánchez y Lety Elvir han incursionado en la literatura erótica, “uno de los cuentos de Jessica Sánchez está dedicado al orgasmo, es algo que antes no se esperaba ver, creo que todavía sigue siendo un tema tabú, pero lo importante aquí es que ese tema ella lo trata con gran delicadeza, utilizando las herramientas que la literatura le proporciona, entonces creo yo que esa es una muestra de cómo ha ido evolucionando la literatura”.La temática feminista también ha tenido mucha influencia en las escritoras, así como el tratamiento del “yo”, “la mujer ha adquirido la conciencia de que no es malo hablar de sí misma, que es importante como escritora visibilizarse a sí misma como persona. El yo de la mujer aparece, y eso es válido, esa corriente, si se le quiere llamar así, no solo aparece en las mujeres, si no también en los escritores jóvenes, si usted se fija en los poetas, también en los narradores, hay mucho del yo, mucho autobiográfico, las corrientes literarias se están alejando de la tercera persona y lo están manifestando en la primera persona”.Prejuicios ante la mujer escritoraaq consideración de María Eugenia Ramos, las principales barreras que han tenido que enfrentar las escritoras en Honduras son las sociales, y la que más resalta es el prejuicio, “en la visión patriarcal de nuestra sociedad, que asigna a la mujer ciertos roles, no cabe la mujer escritora, desgraciadamente esto lo seguimos viendo, seguimos siendo un país muy aislado donde el feudalismo y una realidad social de la época del siglo XIX coexiste junto con la tecnología y los avance del siglo XXI; entonces esa es la principal barrera que para mí la mujer escritora en Honduras tiene que superar, el hecho de ser mujer y de ser mujer en un país como Honduras”.Antes muy pocas mujeres se identificaban como escritoras porque había cierto tabú, “quizá de repente porque la sociedad veía con malos ojos, empezaba a considerar que quien era escritora por fuerza tenía que estar metida en la bohemia, andar solo en cafés, entonces había como un prejuicio social de que la escritora andaba con muchos hombres y descuidaba la casa”.Otra barrera que han tenido que enfrentar las mujeres escritoras en este país es la falta de reconocimiento, pero afortunadamente esto ha ido cambiando poco a poco, “lo vemos en el hecho de que en los últimos encuentros de escritores a nivel centroamericano y en ferias internacionales del libro ya estamos participando mujeres, quizá ese reconocimiento es mucho mayor afuera que adentro, pero sí hay un reconocimiento, y hay varios grupos de escritoras jóvenes entre 20 y 30 años que están escribiendo cosas interesantes... Las mismas mujeres están luchando por ganarse ese puesto, eso es muy importante”.Las mujeres mismas están abriéndose camino, y como menciona María Eugenia, las condiciones de marginalidad en que han estado las escritoras ha provocado que haya más solidaridad entre ellas.Y es que en el mismo ámbito literario, los hombres han menospreciado la literatura escrita por mujeres, “lo digo y no me equivoco, que son escritores mayores los que de alguna manera influyen para que haya cierto menosprecio hacia el trabajo literario de las mujeres, esto ha sido en ciertos sectores, no en todos, hay otros que sí abren muy generosamente camino, como lo abrió don Óscar Acosta, como lo ha abierto don Julio Escoto. Tampoco se trata de una situación de escritores contra escritoras, se trata de mentalidades. La persona puede ser escritor, académico, haber hecho tres maestrías y de igual manera tener una mentalidad rural y patriarcal y, por lo tanto, desestimar a las mujeres”, expresó Ramos, quien señaló que el reconocimiento hacia la literatura escrita por mujeres se ha dado más fuera de Honduras que dentro, “pero eso no nos debe de preocupar, sigo creyendo firmemente que el tiempo va a dar la medida de las cosas, si la persona tiene una obra relevante, sea hombre o mujer, va a ser en algún momento reconocido”.Lo cierto es que con obstáculos o no, las mujeres siguen escribiendo, no se trata de que vayan un paso adelante que los hombres porque tampoco es una lucha de géneros, se trata de que ellas también con su pluma han escrito parte de la historia literaria de Honduras, un mérito que no debe ser menospreciado ni olvidado.




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Entrevista:Julio Escoto


Estudio y disciplina: los secretos de un escritor auténtico


1. ¿Cómo fue la niñez y la adolescencia de Julio Escoto?

JE:
 Tengo muy precisas esas etapas. Mi niñez fue mágica y esplendorosa, un infante querido hasta la saciedad(a quien igual disciplinaban al minuto) que tornaba de la escuela, tiraba el bolsón y subía a los árboles de guayaba hasta la hora de almuerzo (que no sé con qué apetito comía). Tuve cien ju-guetes, cacé arañas, sapos y libélulas, capturé luciérnagas y estrellas, bebí aguas de río, charco y manantial y res-piré los aires beatíficos de El Merendón… Pero… en eso llegaron la pubertad y la adolescencia y la maravillase vino abajo. Descendieron sobre mi sana frente la malicia, la picardía, el deseo, el omnipresente atractivo del sexo y, particularmente, desde la secundaria La Salle, la torpeza religiosa, el horror a lo desconocido y lo imaginado, la superstición, la fe viciada y mal educada, el temor (no el amor) a Dios, el miedo a la muerte, pues con ella se hacía factible el infierno. Satanás sustituyó a la inocencia. En fin, el desastre anímico, la inseguridad…

 2 ¿Qué puede decirnos sobre su vida estudiantil y, sobretodo, las experiencias de haberla desarrollado en la entonces Escuela Superior del Profesorado?

JE:
 Me considero afortunado por haber estudiado en dicha Escuela. La base de mi formación ética, estética y profesional nació allí gracias a extraordinarios profesores que eran más amigos que maestros. Alguno de ellos no tenía idea de la didáctica, pero otros eran dueños de una intensa capacidad humana para explorar. (Lesly Castejón), vivir (Luis A. Baires) y gozar la vida (Andrés Morris), que es lo que mejor aprendí. Adicional al pensamiento analítico, la sensibilidad social, la solidaridad y la fe en la humanidad que esa Escuela me inspiró. Mi asistencia a otras instituciones universitarias posteriores jamás se compara a lo vivido en la Escuela Superior del Profesorado.

3. Siguiendo con la última pregunta, en medio de un contexto en el que abunda y se facilita la producción poética, ¿cómo ha logrado escribir sus novelas? ¿Qué lo mueve, o cuál es el proceso que lo lleva a producir tanta narrativa de calidad?

JE:
 Si es así se debe mayormente a la disciplina y el estudio constantes. Estudio en cuanto que hay que ver todo lo que local o externo caiga en las manos (leo regularmente cuatro idiomas) y analizarlo; disciplina en cuanto a dedicar horas y horas a perfeccionar una página, un drama, un suceso narrados. He sido usualmente lento en producir novela: Rey del albor. Madrugada me tomó doce años pues debí investigar muchos datos. Para describir a un sacerdote en misa, ejemplo y a pesar de que fui monaguillo, leí todo lo referente a la vestimenta que ocupa esa ceremonia y luego visité aun cura amigo para que me extrajera de algún error. A mi novela El general Morazán marcha a batallar desde la muerte  la sometí a la radiografía de seis historiadores, y así. Si en algo podría yo llegar a ser ejemplo sería en esas dos características tan necesarias para un autor: estudio y disciplina.


4. Aunque es un tema sobre el cual ya se ha deliberado antes, según su criterio, ¿a qué se deberá la escasez de narradores y, particularmente, de novelistas en el país?

JE:
 Pues esa era una queja —y cliché— hasta hace diez años pero ya no. Hoy más bien tenemos un interesante rebrote de escritores o, mejor, de aspirantes a escritores, incluyendo de novela, tanto mayores como jóvenes. Algunos se orientan hacia el éxito y la fama, otros a explorar la realidad hondureña y con ello su identidad y su futuro. En donde considero que falta un poco más de trabajo es en el estudio de las técnicas narrativas, esto es más lectura de autores del mundo. Pero ya vendrá, ya llegará. Lo importante es afirmar que hay novelistas en Honduras y que el clan crece: (de Galel
Cárdenas a Ken Cuttler, de José Bográn a Jorge Medina, nacen propuestas nuevas

La literatura es algo más que ese encantamiento en que nos sumergimos a veces por horas: es también un milagro que nos abre los ojos para siempre. Esto lo sabe bien Julio Escoto, encantador de la palabra y hacedor de milagros para reconocernos más hondureños, más humanos.” 
                   José Antonio Funes


5. De sus vínculos con otros intelectuales, ¿para usted cuáles han sido los más importantes y perdurables?

JE:
 Con Andrés Morris en primer lugar, que me educó en el arte y la crítica; Paul Engle, poeta que me recibió en el International Writing Program de la Universidad de Iowa; Jaime Fontana, que fue como un tutor en humanidades, Óscar Acosta que me enseñó la sencillez de la nobleza; Gramsci yAlthusser, que moldearon mi comprensión política del universo.

6. Además del escritor, hay diversos Julios. El crítico literario, el editor, el cronista de la ciudad de San Pedro Sula, el analista político. ¿De qué manera fueron surgiendo todos estos roles y cómo ha sido la evolución de cada uno de ellos?

JE:
Quizás por dos factores: la larga edad (cumplí 70) y no haber temido ala experiencia humana. Me arriesgué con inteligencia siempre que pude, busqué conocer lo permitido y lo escondido y, sobre todo, nunca dejé de preguntar. Si esas son virtudes, bienvenidas, pero mayormente las considero prácticas de vida. Y desde luego que a todo eso debe agregarse un ancho trasfondo de lecturas: no puedo dejar de leer los títulos del pedazo de periódico tirado en la calle, el rótulo de la pulpería o los ojos de mis interlocutores. Todo eso, bien aprovecha-do, sirve para escribir obras de variados campos si se sabe hacer bien.


7. ¿Qué libros han servido de influencia, al punto de marcar de cierta forma su rumbo y su experiencia como escritor?

JE: Muchos, desde luego, pero llevado a señalar tres diría que Dafnis y Cloe, de Longo, por su administración hermosa y pura del tema del amor;  Por quién doblan las campanas,  de Hemingway, por el dominio de la épica y de lo que es construir una novela; y las obras de los Dumas, padre e hijo, por su maestro manejo de las técnicas narrativas. Pero también están John Donne, Steinbeck, Scorza, García Márquez, Sófocles, Góngora-




Algunos de los libros publicados por Julio Escoto

8 .Entre 1977 y 1980, usted fungió como director general de la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA). En ese entonces, ¿cuáles fueron los aportes más significativos a la literatura hondureña desde esa plataforma?

JE:
Escasos, debo confesar con pudor, pero fue a causa de las circunstancias. Cuando salí de la dirección de EDU-CA dejé varios proyectos de autores hondureños a quienes no pude publicar debido a que me tocó la época terriblemente contestataria de Centroamérica y el momento no estaba para ensalzar a la revolución sino para hacer la revolución. De allí que el 92%de los libros que publiqué, autorizado por el Consejo Editorial, trató sobre las condiciones políticas, eco-nómicas, culturales, filosóficas y sociales de la Centroamérica de siempre y del instante. Había que agitar para que acabara la matanza de indígenas en Guatemala, para que cayera Somoza, para que se hiciera la reforma agraria en Honduras, para que terminara la represión en El Salvador, para que Costa Rica y Panamá se solidarizaran con lo que acontecía. A pesar de ser un literato, confieso, el huracán social me impidió dedicar EDUCA a las literaturas centroamericanas. Pero fue bien decidido y estuvo bien hecho, ala distancia histórica lo considero así.


En la obra de Escoto no sólo está implícito el afán por cuestionar y refundar el imaginario colectivo del ser hondureño, abandonando el sentido de la narración vista como espejo de la realidad, sino que apunta a rastrear la ruta hacia ese aleph donde confluyen las experiencias personales y el ser colectivo del hondureño, a través delos senderos aparentemente contradictorios de la imaginación, logrando ‘captar’ la esencia de esa identidad que otros intentaron ‘reproducir’ sin éxito.” 
Mario Gallardo

9. ¿Qué nos tiene preparado para el futuro?

JE:
 Nuevos proyectos siempre, en los campos que se permita. Ahora estoy calibrando en mi cerebro el tema del bicentenario de la independencia (1821-2021), momento que debemos aprovechar los agentes culturales para impulsar el intelecto nacional, y para lo cual debemos ingeniar ya proyectos que desarrollen el Estado y la empresa privada; sigo apoyando a escritores jóvenes en SPS, y en lo personal tengo concluidas dos novelas (trabajo de once años), incluso una que es como saga de Rey del Albor. Madrugada  (aunque no continuación). Y des-de luego que también peleando por conseguir financiamiento para obras, para la revista IMAGINACIÓN, para proyectos locales y nacionales. Estoy claro, empero, de que me quedan unos quince años más de vida activa, teniendo suerte, por lo que me propongo exprimirlos y extraerles la savia que potencialmente produzcan para Honduras y para mi obra. El tiempo dirá si la línea será más corta larga, aunque en todo caso gozosa.


Fuente :Boletin informativo de la Editorial Universitaria Año III,No. 23 Septiembre de 2014
https://es.scribd.com/doc/241202770/Pagina-al-viento-No-23

Maria Eugenia Ramos (Escritora y poeta hondureña)



Entrevista de Letras Libres: 20 preguntas a María Eugenia Ramos


Noviembre 15, 2011


1. ¿Escribir sobre lo público o lo privado?
Siempre hay una mezcla entre lo privado y lo público. Cuando escribimos de un asunto público mezclamos elementos de la vida privada, ya sea nuestra o de los demás, y cuando se escribe sobre la intimidad siempre hay un contexto público detrás.

2. ¿Escribir de día o de noche?
Mi ideal sería escribir de día, pero ahora depende de las condiciones.

3. ¿Cuál es la obra literaria más sobrevalorada?
En general se sobrevaloran aquellas que se escriben como sobre una plantilla, apelando a los ingredientes que “venden más”, como el sentimentalismo, que es distinto al sentimiento y a la sensibilidad.

4. ¿Y la injustificadamente olvidada?
Entre las muchas obras que merecerían reeditarse está la del escritor ruso Vladimir Korolenko.

5. ¿La obra maestra que nunca ha leído y quizá ha dicho que sí?
Hay muchas obras maestras que no he leído, lo confieso con culpa. Recuerdo Ulises, de James Joyce. Tenía que leerla y escribir un ensayo sobre ella, y le dije al profesor que ya lo había hecho, pero no era cierto. Nunca pude terminarla.

6. ¿Cuál es el secreto literario mejor guardado?
¡En América Latina somos 25!, según la FIL. Pero sin duda hay muchos más esperando ser descubiertos.

7.¿Hace daño el culto al escritor?
Hace mucho daño el culto a la personalidad, cualquiera que sea. Desde luego que es más dañino el culto a la personalidad de un político.

8. ¿Cómo reaccionaría si descubriera miles de copias piratas de sus libros en el mercado negro?
No creo que eso pase, pero si fuera el caso, buscaría los recursos legales necesarios. “Clonar” un libro para una clase porque no se puede comprar es entendible y muchas veces necesario, pero hacer copias para negocio es una barbaridad.

9. ¿El Estado debe pagar para que los escritores escriban?
Las becas y estímulos son necesarios, siempre y cuando no se concedan por motivos políticos o de compadrazgo, sino por méritos.

10. ¿La “escritura creativa” puede aprenderse en un taller?
Pueden aprenderse las herramientas, pero el talento no se puede aprender.

11. ¿Qué es un best-seller?
Un producto de consumo con excelente mercadeo, no necesariamente una buena obra.

12. ¿Qué hábito envidia de otro escritor?
La disciplina, porque yo no la tengo.

13. ¿Qué eslogan propondría para una campaña nacional de lectura?
La frase ha sido muy utilizada, pero me gusta: “Apaga el televisor y enciende tu cerebro”.

14. ¿Si fuera libro cuál sería?
Me gustaría ser Las mil y una noches, en una edición muy bien cuidada y con hermosas ilustraciones. Pero me conformaría con ser un libro más pequeño, siempre en una edición muy buena.

15. ¿Cuál fue el primer libro que robó o debió haber robado?
En mi adolescencia, mi padre era editorialista en un diario, y yo acostumbraba llegar a su oficina después del colegio. Mientras lo esperaba para irnos a casa leía cualquiera de los libros que tenía esparcidos sobre el escritorio. Una vez comencé a leer uno que si mal no recuerdo era una novela, donde aparecía la descripción de unas torturas cometidas por los nazis, incluyendo el uso de perros para violar prisioneras. No se me ocurrió llevármelo y lo dejé para retomar la lectura otro día; pero cuando regresé, mi padre lo había escondido. Es el único libro que no me dejó leer, y siempre me he preguntado qué libro sería, porque no puedo recordar el nombre, así que a lo mejor debí habérmelo robado.

16. ¿Raya los libros?
Sí, a veces, para destacar una frase que me gusta mucho. Pero si es una edición muy cuidada, en buenos materiales y con buen diseño, no lo hago.

17. ¿Con qué cliché literario se (le) identifica?
Si construir una realidad propia es un cliché, entonces con ese me identifico.

18. Si estuviera en su poder ser obedecido como gobernante, ¿qué regla le impondría a los ciudadanos?
No son los gobernantes quienes deben ser obedecidos, sino las leyes, especialmente cuando son justas. Pero una regla que ojalá toda la ciudadanía aprobara sería hacernos responsables por nuestros niños, los animales y la naturaleza.

19. ¿Qué muerte célebre, de algún personaje real o de ficción, le gustaría tener?
Sé cuál no me gustaría tener, la de Don Quijote, porque murió de tristeza, convencido de que sus hazañas habían sido locuras. Es decir, murió de haberse doblegado ante el convencionalismo.

20. Si este es su último aliento, ¿cuáles son sus últimas palabras?
“¡Pero si vengo empezando...!”
.........
María Eugenia Ramos (Honduras, 1959)
Estudió periodismo y literatura en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, donde labora actualmente. Ha trabajado como editora en organismos no gubernamentales, internacionales y en programas educativos alternativos. Participó en el Festival Internacional de Poesía de Medellín y el encuentro "América Latina, Tierra de Libros", auspiciado por el Instituto Italo-Latino Americano con sede en Roma. Su obra ha sido incluida en diversas antologías de literatura hondureña y centroamericana.
Libros publicados: Porque ningún sol es el último (Ediciones Paradiso, 1989), La visión de país en Clementina Suárez y Alfonso Guillén Zelaya (co-autora) (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2002), Los contenidos informativos en la radio y la televisión de Honduras: una aproximación (Comité por la Libre Expresión, 2006), Una cierta nostalgia, (Editorial Guardabarranco, 2000, Editorial Iberoamericana, 2010).
* * *

Entrevistas Walter Krochmal: Represento la cultura teatral de Honduras en el mundo




Bronx World Film. Acto de Lanzamiento. Con la cantante hondureña María Isolina, residente en Maryland, junto a los músicos de su conjunto Sol y Rumba; el realizador salvadoreño Tomás Guevara; los artistas visuales hondureños Luz Bonta y Vilo López.

Redacción: Eduardo Solano-Corresponal en Nueva York
El actor y cineasta hondureño en Nueva York habla sobre su vida y el próximo ciclo fílmico.
Nueva York, Estados Unidos
Corrían las 7:15 de la noche en las gélidas calles de Nueva York cuando el actor hondureño Walter Krochmal ingresó en aquel pequeño restaurante catracho en el Bronx y empezó a hablar de la riqueza de la gastronomía de nuestro país y, a medida que avanzaba la conversación, este polifacético personaje fue dejando al descubierto cada una de sus habilidades, tanto en el escenario como actor como en la pantalla chica, donde se destaca realizando doblajes para las más prestigiosas cadenas de televisión de Estados Unidos.

¿Qué recuerda de su niñez en Honduras después de tantos años en este país?
Recuerdo que siempre traté de descubrir cada rinconcito del país. A los 13 años yo era intérprete de misioneros. Con ellos nos íbamos a los rincones más remotos en camión, en mula y luego a “pincel”. Recuerdo los viajes a Yuscarán cuando no había carretera. Nos íbamos a Oropolí, a la frontera con Nicaragua. Soy un apasionado de la belleza de nuestra tierra.

¿Dónde se dio cuenta de que tenía este talento que le ha permitido abrir tantas puertas internacionales?
Recuerdo que a los 13 años, en la Escuela Americana de Tegucigalpa, donde me eduqué, empecé a descubrir en la clase de inglés que tenía capacidad de hacer monólogos. Luego, un maestro de español me pidió analizar obras de arte clásico y cierto día una maestra que manejaba el grupo de drama me dijo: Te vienes conmigo; vas a hacer teatro. Allí descubrí que estar sobre las tablas me venía bien y me di cuenta de que esto me conectaba.

¿Qué es lo que más destaca de su larga carrera como actor de teatro?
Todo lo que he hecho ha sido relevante, ya que siempre he tratado de cultivar la versatilidad con el teatro clásico en inglés, teatro clásico del Siglo de Oro español o teatro de vanguardia, como escritor y actor, en las adaptaciones que he hecho, mis viajes a festivales internacionales a realizar papeles pequeños o grandes. Todo eso me ha forjado.
La capacidad de este multifacético actor lo ha llevado a presentar obras en diferentes idiomas, no solo español e inglés, ya que este trotamundos hondureño de origen rumano ha actuado en piezas en hindi y árabe, producto de la gran diversidad de culturas que lo han influenciado en su peregrinaje.

¿Con qué actores de renombre ha tenido la oportunidad de trabajar?
De renombre, muy pocos. Podría mencionarte a Adrian Grenier, de la serie "Entourage", de HBO. Trabajamos en un cortometraje. La actriz Lauren Vélez, quien forma parte de la serie "Dexter". De allí he trabajado con mucha gente, como yo, que son talentosísimos, pero no famosos. Trabajamos en medios independientes, donde no captamos la atención de los medios de comunicación, pero he tenido una carrera bendita formando parte de más de 50 obras de teatro.

¿Se considera usted un embajador del talento hondureño en el teatro?
Me gusta el término, ya que uno vive en el extranjero y representa a Honduras; aunque no esté haciendo una obra de teatro hondureña, representa a su país por la calidad, la atención al detalle, la sensibilidad. Uno tiene algo especial cuando dice soy hondureño y eso se lo aporta a lo que hace.

Usted ha repetido mucho la frase “ser hondureño”. ¿Qué lo motiva a decirla con tanta insistencia?
Es que me siento muy orgulloso de mis raíces. En algún momento de la vida tuve la dicha de explorar ese lado de mi persona. El lado de mi padre, el lado judío, apenas ahora lo empiezo a conocer y me identifico como tal, pero, claro, al descubrir mi identidad y explorarla me siento un hondureño y lo cargo como un código cultural. Somos muy receptivos, muy hospitalarios, muy flexibles culturalmente y tener esa cultura me ha ayudado a sobrevivir en una ciudad como Nueva York.

Este 14 y 15 de diciembre usted realizará un ciclo fílmico en Manhattan. ¿Qué puede esperar el público que asista a presenciar este evento?
Este es un evento grande, que conjuga todo lo que se ha recopilado durante el año de obras, las cuales vienen de Centroamérica y otras partes, ya que, aunque no es un evento de la región, el enfoque serán los países del istmo, pero admite trabajos de todo el mundo.
La participación hondureña en los tres últimos ciclos y en este está en relación proporcional con lo que ha mostrado el cineasta de nuestro país. Si ven poco o nada de Honduras, entonces pueden guiarse por eso. Les hemos ofrecido esta vitrina en la 14 calle de Manhattan. Lo he hecho de manera personal y si no hay mucha presencia es porque no ha habido interés en comunicarse conmigo para participar, algo que espero que cambie con el tiempo, pero cuando han participado realizan un papel destacadísimo.

El ciclo fílmico se llevará a cabo el sábado 14 de diciembre de 11:00 am a 5:00 pm yel domingo 15 de 11:30 am a 11:00 pm. La entrada es gratuita. La dirección, para las personas que desean asistir, es el 239 oeste, 14 calle, 7 y 8 avenidas. Para más información contacte por email mail@bronxworldfilm o llame al 9175497650.
Les reitero la invitación a que compartan con un compatriota que está tratando de abrir un canal de visibilidad para lo mejor del cine hondureño, que es la plataforma expresiva del siglo XXI. Invito a todos los que producen cine de ensayo no comercial a que aporten para que nuestro país tenga mayor visibilidad en el extranjero y en especial en la capital cultural del mundo, que todavía sigue siendo Nueva York.

Walter Krochmal también se ha destacado en la cadena HBO realizando doblajes para los documentales de boxeo, 24/7, ABC, NBC, discursos simultáneos del papa Benedicto XVI, George Bush, la toma de posesión del presidente Barack Obama, además de dibujos animados, entre un centenar de actividades que realiza este orgullo hondureño.

Entrevistas:J. Enrique Cardona Chiapas: hay un reflejo vital entre poesía y poeta

J. Enrique Cardona Chiapas: hay un reflejo vital entre poesía y poeta


Entrevista por Salvador Madrid  (Escritor, poeta, gestor cultural  y critico literario Hondureño)




  El poeta J. Enrique Cardona Chapas. Fuente de foto (no hay fuente en el original) 


J. Enrique Cardona Chiapas:
hay un reflejo vital entre poesía y poeta

La poesía de Cardona Chapas indaga la trascendencia humana ante el silencio, el hastío, la imposibilidad y la muerte.


Ese otro que va por la ciudad no es un fantasma para el poeta, y si lo es, sin duda arrebatado a sido, salvado o simplemente nombrado del modo más humano en el poema. Esa sería la imagen para acercarnos a la poesía del poeta J. Enrique Cardona Chapas en su primer libro “Los dobles espejos” (1995), un libro que traza una mirada lejana sobre los días bajos entre la guerra fría y la quejumbre del hastío de cierta deriva ideológica de la década de mil novecientos noventa. Una poesía transparente, descriptiva, pero honda, y ese su acierto esencial: el ritual íntimo entre la realidad y quien la nombra, una furia agazapada, una ternura cuya vocación se contiene entre el pánico de los días difíciles. En cierto modo esta poesía es silencio y testimonio del silencio “sólo existe el vacío enorme/ de un tiempo ahogado en cenizas/ y el deseo/ de abandonar esta ciudad por otra ciudad/ como una ausencia en otra ausencia.”.

Y Cardona Chapas es de ese modo, silencioso; así ha trazado su mapa personal en estos últimos veinte años, buen lector de literatura y filosofía, esas son sus mayores inquietudes, sus saltos mortales de Homero a Hördelin a Pond a Kavafis a Broch, la insistencia en los retazos que tenemos de sus apreciaciones sobre Edilberto Cardona Búlnes; ha hecho su trabajo reseñando en artículos sus apreciaciones de un modo honesto como un lector que a nadie quiere iluminar, sino más bien encontrar entre el azar esas otras preguntas que alumbren su silencio.

Su segundo libro “La ruta del hastío” (2006) es la vuelta a encontrarse con aquel camino de sus primeros poemas o de sus primeras inquietudes y temas; sólo que es una poesía aún más personal, absorta en si misma pero no como acto literario, sino revelando en ese tono conversacional y reflexivo de sus poemas breves, un mundo más complejo aún, porque no sólo retratan estados mentales o emociones, sino que se aferran a la reflexión; en cierto modo materializan experiencias o instantes que no se evocan con inmediatez, sino que han sido sopesados en la duermevela de la conciencia; es así que la poesía de Cardona Chapas, está lejos de la acumulación de reflejos primarios de la realidad como materia prima del texto o como sorpresa, es más bien otra cosa: la suma de indagaciones y reflexiones sobre qué cosas o qué instantes pueden ser trascendentes para el hombre, y la trascendencia aquí no quiere leerse como eternidad, sino como juicio vital para encontrar más allá de la apariencia aquello que podemos salvar o que puede salvarnos para otra vez creer aunque al final seamos apenas unos seres que alimentamos el corazón para darlo de carnada a la muerte. En su poema sobre Hamlet, Cardona Chapas lo dice mejor, con desdén y humor: “una seria calavera/ con una seria sonrisa eterna” y luego en un verso aislado, redefine el lugar exacto, la geografía espiritual donde hemos sido convocados: “junto al insepulto cadáver de la felicidad”.

Les dejo fragmentos de una entrevista con el poeta J. Enrique Cardona Chapas y una muestra de su poesía.


¿Cuáles serían los momentos emblemáticos de su primera cercanía a la poesía?
Es difícil. No puedo decir en qué momento tuve claro el hecho de escribir poesía, pero si puedo decir que cuando empecé a leer poesía con una conciencia clara en los albores de la adolescencia, lo hice con una emoción que ahora me siento incapaz de concebir. Cernuda, Guillén, Eliot, Stevens, Kavafis, Ungaretti, Montale, Pavese, Pound, Jiménez, Neruda, Vallejo, Paz, Jaime Sabines, y muchos más, eran las puertas de un cielo onírico, estético, difícil de sintetizar.

¿Qué poetas hondureños son importantes para usted, ya que de algún modo motivaron sus inquietudes?
Guardo mucho agradecimiento con varios poetas hondureños, en distintos momentos, porque me ayudaron a descubrir una vocación poética y una vocación intelectual, y aunque ahora, muchos de ellos naveguen personalmente por rumbos distintos, es imprescindible mencionar para mí, a Livio Ramírez Lozano, José Luís Quesada, Rigoberto Paredes, José Adán Castelar, Galel Cárdenas, Nelson Echenique y David Díaz  Acosta, y en un proceso de amistad, desde la poesía a un conocimiento más amplio en el saber humano, a Segisfredo Infante. Como bien lo fue Ramón Oquelí que no fue poeta, pero en su biblioteca era común la buena poesía contemporánea y su sabiduría poética era igualmente asombrosa ya que era uno de sus placeres constantes.

“Los Dobles Espejos” es su primer libro. No encontramos en él un centro definido ¿A qué se debe?
“Los Dobles Espejos” es como el primer pecado de todo escritor joven que se atreve a dar luz sus primeros intentos literarios, sin que se tenga claro muchos aspectos poéticos y ni siquiera una posición intelectual frente a la existencia. De ahí que pueda resultar tan diverso sin una especie de centro discursivo,  tal vez de emociones dispares. Aunque de hecho la pluralidad en un contexto intelectual más amplio es vital para no repetirse.

Pienso que el libro se construyó como la suma de una producción dispuesta al azar, y en distintos tiempos; esa imagen se determina a primera vista, aunque tal detalle le da riqueza al libro.
Puede decirse que es un reciclaje poético de la adolescencia en un espacio de cinco o seis años (tenía veintidós cuando se publicó). La aparente distancia temporal son los avances en el conocimiento o en la forma de escribir poesía, con ciertos intereses enfocados hacia la realidad circundante, muy por encima del ensueño o la pura cursilería estética, que se viene dejando atrás de cada poema o página.


Creo que su libro “Los Dobles Espejos” es heredero directo de las poéticas hondureñas de los setentas y ochentas, aunque evoluciona en su manera de enunciación.
Si se fija uno quienes son los primeros poetas que lo orientan no es tan fácil sacudírselos. Desde los libros que te prestan a la opinión de cada uno sobre lo que es la poesía y cómo y qué tema debe escribirse. Los poetas que he mencionado eran los únicos por los cuales se podía tener acceso a la buena poesía, pero una poesía acorde a sus intereses poéticos. Más allá de estos préstamos de libros, las librerías nuestras no han sido de mucha ayuda para los intelectuales con afanes más serios, o con el deseo de conocer otras poéticas. De igual manera no soy tan ordenado, ni lo era para solicitar libros al exterior como lo hacen otros intelectuales hondureños para estar al día con lo que sucede en el mundo de la literatura. Mi conocimiento como que va más lento. De ahí que no haya otra herencia poéticas más que esa.

Nos habla de su producción literaria inédita
Pozo vacío con ideas que solo revolotean, versos aislados que no son llevados al papel. Más prosa que verso, más artículo que poesía y en un proceso de reordenamiento de intereses intelectuales es lo que me mantiene sin obras inéditas y más con hojas volantes.

¿Cuánta atención debe mostrar el poeta respecto a la técnica?
La técnica es vital ya que le permite al poeta evitar el facilismo, el cual se confunde muchas veces con la sencillez o la espontaneidad poética.

Es posible que por venir de una poesía como círculo cerrado me sienta más a gusto con cierta técnica de lenguaje y expresión precisa. Pero depende de igual manera de las formas en que se encierre la expresión poética para obtener una mejor atención de cualquier lector, que no sea la mera experimentación sin las reglas precisas para violentar ciertas normas. De hecho el crítico Francés Jean Cohen dice que el lenguaje poético es un anti código del lenguaje normal, depende solamente del escritor romper esos códigos a través de sus técnicas personales.

¿La experiencia de vida del poeta y la poesía conviven en franca armonía?
Desde luego, hay un reflejo vital entre poesía y poeta. El poeta escribe lo que siente, o escribe lo que aparentemente el mundo necesita. O se involucra en los viejos y nuevos temas de la humanidad para sentar su propia visión personal.  Lástima grande resulta que el poeta en el mundo actual vaya perdiendo su halo de misticismo, de misterio o de gurú y a la par surjan otros dioses peligrosos para el ser humano.

¿Con qué poetas siente cercanía generacional?
Con Fabricio Estrada, Salvador Madrid, Heber Sorto, Elisa Logan, Nelson Echenique, Rebeca Becerra, Rodión Amadeus, Yovani Rodríguez, Gustavo Campos, y además con otros cercanos a mi generación entre poetas y prosistas como José D. López Lazo, Leonel Alvarado, José Antonio Fúnes, Nery Alexis Gaitan, y David Díaz Acosta.

¿Qué piensa de  las relaciones generacionales en Honduras?
No las veo tan claras más allá de las amistades personales.


¿Hay alguna especie de compromiso entre el escritor y sus lectores?
Debe haberlo en el sentido de la calidad, de la producción y de la madurez para resaltar los intereses humanos, fuera de todo didactismo y de la autoayuda.

Hemos leído algunos trabajos suyos sobre la obra de Cardona Búlnes, es de los pocos escritores que constantemente hacen memoria de tan emblemático poeta…
El ensayo sobre Cardona Búlnes es un primer intento auspiciado por la intuición. Una calca a una obra que insinúa muchos ángulos para el estudio erudito y para la crítica literaria. Quizás en el futuro con mejores armas intelectuales y el acceso a la obra inédita se perfeccionen esos intentos y recordatorios. Pero me interesa la poesía hondureña escrita desde los sesenta del siglo pasado a la época actual para escribir un ensayo panorámico, como también aquellos poetas que por el mero goce estético nos preceden en la historia literaria como Molina, Domínguez, Cárcamo, Fontana, Paz.



POEMAS DE J. ENRIQUE CARDONA CHAPAS


LA CIUDAD QUE HABITAS
Miras la ciudad
al borde del paraíso
es una sombra deslumbrante en tus ojos.
Llevas su máscara.
Conoces las madrigueras de los lobos,
el harem donde remojan su corazón de ternura
y la hora exacta del escándalo.
La limpidez de los escaparates,
la calma engañosa de los parques públicos
y el insomnio de las estatuas.
Los días no tienen fin ni comienzo
sólo existe el vacío enorme
de un tiempo ahogado en cenizas
y el deseo
de abandonar esta ciudad por otra ciudad
como una ausencia en otra ausencia.

HASTÍO
Los huesos del alma triturados.
La vida sin su espejo
y el mundo visto sin espectador
semeja otra vez el vacío
cuyo oro no me sirve
mientras acuno la morbidez del perezoso,
del cadáver falto de ternura
buscando erguirse como una exhalación,
con su frío desdén
y esta manera de respirar
y morir con los ojos abiertos.

III
El joven príncipe Hamlet
ve que el destino es un bufón,
una seria calavera
con una seria sonrisa eterna.
Inventa la locura
para burlar los designios
y saborear la venganza
si es que la venganza
se puede saborear.
El juego de dados:
el azar nos es coraza
y el veneno, frío, espeso, inevitable,
entraña en la sangre
y su muerta memoria,
no escuchará al fin las honras y las glorias
del príncipe extraño.


OTOÑO
Se desprenden hojas secas de tu cuerpo.
Basta ponerse debajo para clamar
tu asfixia.
Entonces amo tu desnudez
esa transparencia única tras la cortina
que adopta formas deleitosas.
Algo estalla como un mar furioso
dentro de tu vestido falso.
Advierto perfumes que conducen
con ojos ciegos a ese monte vertiginoso.
Eres tú, mía
abierta
para ahogarme en esa morada
lejos de las bestias.

AYER EN LA TARDE
En los huecos de los barrancos
escuchaba risas llantos confusiones
y vi las serpientes encantadas.
Las dulces mesas fueron de pájaros alegres
y me preguntaba por qué borran las imágenes
sudadas en las vidrieras.
Gritaba mi nombre en lo alto y no había eco.
Recordé una niña que iba sonriendo por las calles
y al ver mi rostro sus ojos se volvieron tristes.
Ayer en la tarde en un canto decía:
¿Qué estoy haciendo aquí?


POEMA PARA RECORDAR UN DÍA
Amaneció.
Un fantasma ronda cerca como un ángel.
Los perros llenaron la oscuridad de lamentos
después de husmear los demonios.
A través de un cristal polvoso,
miro el mundo donde nací
una mañana de cometas fugaces.
Entro al umbral de una mansión
donde no hay habitantes
sino candelabros de un fuego íntimo y desaparecido.
Escucho las campanas
mientras, muere la tarde
en vertiginosos instantes
y se hunde el sol
y se borran las cosas queridas
las cosas que por su nombre llevan mi rostro.


LOS VAGABUNDOS
En esta hora
ardiendo en la punta del día
los vagabundos duermen en el centro de la ciudad.
Bajo la mirada impasible de los transeúntes
se desperezan como serpientes
y huyen hacia otros lugares
en busca de los caminos no andados
para luego desaparecer
en las fauces de la noche.


Publicado por Salvador Madrid 
Fuente:El Blog del poeta Salvador Madrid , ver http://salvador-madrid.blogspot.com/search/label/J.%20Enrique%20Cardona%20Chiapas%20%22hay%20un%20reflejo%20vital%20entre%20poes%C3%ADa%20y%20poeta%22