1928-2018
Plaza de
las palabras, en su sección Cuentos Hispanoamericanos, sección que ha incluido cuentos de Alfonso Reyes, Juan Carlos Onetti, Juan Jose Arreola, Javier Vasconez y las escritoras Maria Luisa Bombal y Elena Garro. En esta ocasión presenta el cuento La
calle prohibida de Pompeyo del Valle (1928-2018). Escritor hondureño, periodista, poeta y narrador. Es considerado
padre de la generación del 50. Entre sus principales obras se encuentran El
hondureño hombre mítico (prosa, 1977), Ciudad con dragones (poesía, 1980), Los
hombres verdes de Ula, (cuentos, 1982), Duración de lo eterno (poesía, 1989),
Poemas selectos (poesía, 1989). Pompeyo del Valle fue Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa,
(1981).
De Pompeyo del Valle, fallecido a finales de
2018; ya habíamos publicado su cuento
mas conocido La calle prohibida, en
un post dedicado a tres grandes escritores hondureños. El poeta
Oscar Acosta, el poeta y cuentista Pompeyo del Valle, y el escritor y actor Eduardo
Bähr. Tres cuentistas hondureños: Del Valle, Acosta, Bähr. Otra manera de
leerlos. Post Plaza de las palabras. En esta ocasión estamos republicando
el cuento La calle prohibida en la
sección Grandes Cuentos Hispanoamericanos.
Trascribimos los mismos comentarios que ya habíamos hecho en el post original, salvo los epígrafes que hasta ahora
incluimos.
«El amor
está, en este momento,
corriendo un serio peligro.
¿Y qué va a hacer una humanidad sin amor?
Dígame. Sólo furia.» (1)
Pompeyo del valle
«Sí señor, la esperanza no ha muerto,
existe la esperanza.» (2)
Pompeyo del Valle
«»
Presentamos uno
de sus cuentos más emblemáticos y conocidos, La calle Prohibida, un
cuento fantástico, que comienza en un café de la Plaza Saint Michel, en Paris, donde un parroquiano,
Bartolo Gris, escucha una historia que
le fascina, en la cual se narra que un presidente especie de demonio, visita a
su amada en una calle, en que desde las
cuatro de la tarde a las siete de la noche, esta prohibido pasar. Por
cuestiones del destino Bartolo Gris, visita su país de origen y deambulando por esa ciudad, el infortunado
llega a esa calle y entre esas horas.
Bartolo está en el lugar y en el momento equivocado. Aquí presentamos
algunos planes de vuelo de esa especie de viaje fantástico:
La primera, el papel que desempeña la mirada. El juego del
contacto visual y la mirada en el
relato. La mirada del caudillo sobre Bartolo, el ambiente petrificado de la
calle, donde no se mueve una hoja. Existe a la par una ausencia de miradas: las
puertas y las ventanas están cerradas. Ese ambiente petrificado evoca la mirada
de medusa, pero Bartolo Gris no se petrifica cuando ve al los ojos grandes del Señor, pero si se
convierte en un haz de heno. En este cuento, también hay por default, ausencia
de personas, que evitan la mirada, porque mirar al visitante es la muerte. En la calle prohibida, los viernes y a esas
horas; las personas de la ciudad están
petrificadas, no pueden salir de sus casas. Quizá aunque sea como
exploración, hay que analizar el cuento desde las posibilidades del mito.
La segunda, pero también asoma una veta para leerlo desde el
tema del poder, tema ya tratado en muchos escritores latinoamericanos. Aquí
estamos ante la sombra de un dictador, un tirano, un hombre con poder y cuya
mirada:
«En las pupilas
omnímodas se encienden dos rojos puntos de cólera que parecen cobrar vida
independiente, como dos animales esféricos.»
El tema del
poder siempre es actual. En ese sentido
el relato tiene algo de profético y de visionario. Es un relato del poder
absoluto. El poder absoluto en el siglo XX1, como forma de dominación. Poder
tecnológico, poder económico, poder político. Su temática desde esa óptica esta
relacionada también a los daños colaterales del poder, zonas prohibidas. No
solo hay calles prohibidas, hay muchos segmentos de la realidad que están
prohibido. El tema es tan antiguo como la ciudad Prohibida de Pekín; en que solo
el emperador, su familia y su corte podían entrar a ella. En la llamada post
modernidad: hay muchos segmentos del conocimiento que están tacita o
explícitamente, prohibidos o marginados de las corrientes mediáticas. En el
cuento la calle prohibida, solo es un anticipo.
Una calle, un
día viernes cada semana, tres horas. Pero lo extraño, fuera del cuento, sabemos
que es fantástico, y su condición como tal, es aceptada sin explicaciones ni
argumentaciones. El mal esta prefigurado en el tirano. Pero no es cualquier
tirano, es un tirano que lo puede todo: hasta convertir a un ser humano en
heno. Esa prohibición podría abarca a toda la ciudad. Y podría
cerrar todas las calles porque tiene el poder para hacerlo. Y aquí recordamos
la fabula de Platón, el dictador desterrando a los poetas. Un tema ya tratado
por el filosofo Karel Kocis, en La ciudad
y lo poético.
La tercera, o podría ser leído en el personaje de arquetipo del
mal, desde una visión teológica. Otra vertiente del cuento desemboca en el
mismo Bartolo Gris, que hace el papel, ya sembrado y desarrollado en otro
cuento, el de flaneur, pero no
cualquier flaneur. Aquí tenemos un flaneur
inconsciente, uno que no puede luchar porque ni siquiera sabe cuál es el
problema. Y que vaga por la ciudad sin planes específicos; y entre deambular y mirar, va a dar a la
calle prohibida. Y ahí, sin querer y sin saber se encuentra con el hombre
«que no puede ser leído», (3)
Aquel personaje del cuento de Poe, El
hombre de la multitud. (4) Aquí Bartolo Gris, en sentido
contrario. No es un hombre de la multitud, vaga solitariamente. No se encuentra
a nadie. Es en el buen decir, «un hombre de la soledad». Pero al igual que el
personaje de Poe, Bartolo Gris solo puede ser leído, más que en sus
contextos.
Adicionalmente,
coexiste en el relato una ráfaga de
simbolismos, una dialéctica de las imágenes:
«un río de
peces sonámbulos»
y cuando Bartolo mira al Señor:
«bajo el
rotulo de una pescadería».
Entonces de
símbolo en símbolo, se puede armar el esqueleto, sea la sortija purpura que
porta el tirano, solo recordemos, la significación del anillo, en Sauron, en El
Señor de los anillos, o aquella sortija
que porta un hombre desconocido en el cuentoya referido de Poe: Un
hombre de la multitud. Hay también otros símbolos en los «peces sonámbulos», que significa, peces
dormidos, personas condicionadas. Todo termina en una pescadería: peces
muertos. Aquí el símbolo es el sustituto
de las personas que no pasan por la calle prohibida porque son peces sonámbulos
y son peces muertos.
Habita también en el cuento una crítica solapada, a la
desolación de las ciudades modernas y
los condicionantes del hombre masa. Es
un cuento en que no solo hay desolación sino muerte. También en el cuento pasan
una serie de imágenes mortuorias: aire
eléctrico y nubes de trapo. En
fin el cuento tiene una virtud que es su proporción calibrada entre en lo
estático y el movimiento, ese balance entre el mito y el símbolo, esa
insinuación entre lo real y lo fantástico.
Esa bipolaridad entre lo externo
del escenario: la ciudad y el silencio;
y lo interno del personaje Bartolo Gris, que gira entre la conciencia y la
inconsciencia. Es un cuento que por su
ritmo y sobriedad recuerda lo mejor de los relatos de Alfonso Reyes. Ambos
escritores, Pompeyo Del Valle y Alfonso Reyes, bajo el cielo protector de
México con un acertado manejo de lo visual. La calle Prohibida, un cuento que perfectamente podría ser incluido
en cualquier antología latinoamericana del cuento fantástico o de horror. El
escritor y critico Mario Gallardo, ha dicho sobre el autor reseñado: «es autor
de uno de los textos fantásticos más logrados de la literatura hondureña: “La
calle prohibida” (1981). » (5)
LA CALLE PROHIBIDA
744 palabras
POMPEYO DEL VALLE
A
PILI (PRIMERO LAS DAMAS) Y A CARLOS FERNÁNDEZ, BAJO EL CIELO DE MÉXICO
En
un café de la plaza Saint-Michel de París, la taciturna y el viejo emigrante de
una pequeña nación hispanoamericana oye, escéptico, los pormenores de la
situación política y social de su tierra, de la que esta ausente hace más de
veinte año. Al hombre se le antojaban increíbles relatos que hacen algunos
jóvenes recién llegados a la urbe con el animo de estudiar cuando no de
alcanzar la gloria. Entre los relatos hay uno que, de especial manera, escalda
a nuestro hombre: el caudillo que ha convertido la pequeña república tropical
en su hacienda particular tiene una concubina a la que honra con una visita
reglamentaria todos los viernes, pues, a la par de metódico, es muy
supersticioso. Durante el tiempo que dura esa visita de cuatro de la tarde a
siete de la noche, ni un minuto más, ni un minuto menos- esta terminantemente
prohibido el tránsito de vehículos y peatones por la calle que vive la amasia. (5) Además, todas las puertas y
ventanas de las casas del vecindario deben estar completamente cerradas. Los infractores
de la ley sufren una sanción terrible: son dados por alimento a los caballos
diabólicos de dictador.
Bartolo
Gris- que está en el nombre del incrédulo- decide un día, olvidado ya del
cuento, ir a pasar unas breves vacaciones en su país natal, por el que
experimenta vaga nostalgia. Como no tiene parientes en la capital- donde se ha
detenido para viajar posteriormente al interior del país, a su minúscula
provincia se aloja en un hotel y lucha desde el primer momento por
acostumbrarse a la extraña atmósfera que parece envolverlo desde que bajo del
avión, en el primitivo aeropuerto. Toma una ducha fría, bebe en bar. Un
tonificante vaso de güisqui con soda y sale, ya laxo a dar un paseo por la
ciudad, en uno de cuyos colegios curso el bachillerato y hasta fue capitán del
equipo de básquet.
El
hombre y las horas discurren. Sin darse cuenta -su memoria se halla lastrado
por los recuerdos- ha entrado en la calle prohibida todo esta allí tranquilo,
solitario, como petrificado. No se mueva una hoja. Bartolo Gris se escoge de
hombros y empieza a silbar bajito, como cuando se tiene miedo o no se sabe que
hacer. De repente el débil silbido se la hiela en los labios al irrumpir, el
silencio como si no tocara el suelo empedrado, un negro carruaje, tirado por seis
caballos, también negros, el cochero abandona el pescante y abre la puerta
derecha del vehículo. Del interior brota primero una mano cuyo dedo anular
ostenta una sortija que lleva engastada una enorme piedra purpúrea; luego asoma
una pata descomunal, de macho cabrío, que proyecta una larga sombra sobre la
tierra y aun sube por las altas paredes, hasta prenderse en el borde, ribeteado
de sangre, de las nubes de trapo. Es la sombra nacional, la sombra gigante del
amo absoluto de aquel feudo construido entre montes azules y rió con peces
sonámbulos.
Los
ojos del grande y poderoso señor recorren la calle sola, polvorienta, y
descubren al incauto que permanece inmóvil, mirándolo, bajo el rótulo de una
pescadería. En las pupilas omnímodas se encienden dos rojos puntos de cólera
que parecen cobrar vida independiente, como dos animales esféricos. Y Bartolo Gris se encuentra de pronto
flotando en el vació levitado, sacudido en el aire eléctrico. Sus ropas se
vuelven anchas inmensas, como negras praderas donde caballos enloquecidos
batallan con dragones de azufre, y mira, angustiado, el color verde que va
cubriendo su piel, sus manos, sus uñas. Se acuerda de las noches pasadas en las
Riberas Francesas y suda y sonríe y suspira doloroso conmovido por las saudade
como dicen en el Brasil. También piensa en que el billar ha sido unos de sus
pasatiempos favoritos. Ve, con la imaginación, las lisas esferas de marfil
corriendo por la suave felpa y hundiéndose en las buchacas de cuero, después de
trazar alegres carambolas. Sus piernas ya no tienen fuerzas para sostenerlo. Se
doblan como frágiles briznas, lo dejan caer pesadamente convertido en un montón
de zacate fresco, dentro de su impecable traje de corte inglés.
El
cochero recoge el haz de hierba húmeda y resplandeciente, y se la ofrece a uno
de los caballos que arrastran la carroza del comandante supremo de la fuerza de
tierra, mar y aire y presidente vitalicio de la república
Notasbibliográficas
1 Nieto
Anderson, Claudia. En El amor corre
un serio peligro en Honduras. (Articulo/entrevista). Cultura,
Presencia Universitaria. 23 de Noviembre del 2014
2.Ídem., Nieto Anderson, C.
3. “Una y otra vez, Poe presenta lo arcano, exótico, de otro mundo, único, pero se niega a interpretar al antropólogo, explicando lo desconocido y lo lleva a un archivo intelectual seguro y familiar. En lugar de ofrecer un rompecabezas donde uno encuentra placer en averiguarlo, Poe insiste en el desconcertante desconcierto. La inescrutabilidad de los cuentos está en el corazón de la lectura. Nosotros, como el narrador de Poe en "El hombre de la multitud", podemos maravillarnos ante el enigma que tenemos ante nosotros, pero no podemos entender. Puede ser que esto sea lo mejor; como lo señala el narrador, " quizás sea una de las grandes misericordias de Dios que es lässt sich nicht lesen". En Tally, Robert T. Es lässt sich nicht lesen : Poe y el inescrutable. El personaje del cuento de poe. Universidad Estatal de Texas-San Marcos, Departamento de Inglés. 2008-01-01
4. En este blog Plaza de las palabras en la sección
Pag1na 10, se publico el ensayo EL
HOMBRE DE LA MULTITUD Y EL PINTOR DE LA VIDA MODERNA: LA INFLUENCIA DE EDGAR
ALLAN POE EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE MODERNIDAD DE BAUDELAIRE, de
Francisco Pizarro Obai, en que hace referencia al cuento Un hombre de la
multitud. Enlace:
5. Gallardo,
Mario, La literatura fantástica en Honduras. (Ensayo) Pagina web de
Mario Gallardo. Prólogo a El relato fantástico en Honduras Enlace: http://mariogallardo.galeon.com/. También en Espéculo. Revista de estudios literarios.
Universidad Complutense de Madrid. (Versión virtual).También en Oscar Acosta.
El Arca. Edición cincuentenario. El arca una obra marcada por el signo de lo
fantástico. Fragmento del ensayo “Códigos y contextos del relato fantástico en
honduras” Revista de la Academia de la Lengua
de Honduras, Tegucigalpa, M.D.C. No.13, julio-diciembre, 2005. 6. Amasia, un
mexicanismo, equivalente a concubina, amante, o querida. Nota de Plaza de las
palabras.
CREDITOS
Cuento La calle prohibida,
tomado de Estiquirín. Cuento de la
semana. http://elestiquirin.blogspot.com/2008/09/el-cuento-de-la-semana.html
ENLACES
Mario Gallardo La literatura fantástica en Honduras.
ILUSTRACIONES
1. Foto de Pompeyo del
Valle. Foto de Dany Barrientos, en Claudia
Nieto Anderson. En El amor corre un serio peligro en Honduras. (Entrevista).
Cultura, Presencia Universitaria. 23 de Noviembre del 2014
2. La Plaza de Saint
Michelle, foto de Paris. Google Imagen
3. Pompeyo del Valle, en una
lectura de poesía, foto sin fecha ni autoría.