James Joyce (Dublin 1882-Zurich
1941). Escritor irlandés, mas conocido por su obra en prosa. Dublineses, (1914), Retrato
del artista adolescente, (1916), Exiliados, (1918) Ulises, (1922), Finnegans
Wake, (1939) Stephen, el héroe (1944). Y no tanto por su obra poética Música
de cámara (1907), escrita en su juventud
y Poemas Manzana (1927), escrita en su adultez, y Collected poems (1936).
“Música de cámara es el nombre del primer
libro de poesía del escritor irlandés James Joyce. Su título original en inglés
es Chamber Music. La primera edición fue publicada en mayo de 1907 por Elkin
Matthews. El libro consta de 36 poemas. Son poemas de amor escritos, los
primeros en Dublín y los últimos en París. No tuvieron buena acogida hasta que
en 1913, Ezra Pound publicó una profunda crítica: “La calidad y claridad de
Música de cámara se debe principalmente al estricto entrenamiento musical de su
autor. El léxico es isabelino, pero no he podido hallar un poema que no
pertenezca enteramente a Joyce, a pesar de los aparentes esfuerzos por
despojarse de la originalidad.” Además del uso de un ritmo poco común, Joyce
practicó en estos poemas muy musicales el uso del neologismo.” (Wikipedia)
Sobre el poema XXXVI, W.B.Yeats afirmaba que el poema "era una obra maestra de la técnica y el sentimiento”. En esta oportunidad Plaza de las palabras pública en edición bilingüe tres
poemas seleccionados de James Joyce. (Prologo de Martin Triana, p.11, 1971.)
Tres poemas de James Joyce
Poem IV.
When the shy star goes forth in
heaven
All maidenly, disconsolate,
Hear
you amid the drowsy even
One who is singing by your gate
His son id softer than the dew
And he is come visit you.
O bend no more in revery
When he at eventide is calling
Nor muse: Who may this singer be
Whose song about my heart is
falling?
Know you by this, the lover's chant,
'Tis I that am your visitant.
Poema IV.
Cuando
la tímida estrella avanza
por
el cielo, virginal, afligida,
escucha
tu entre el soñoliento ocaso
a
quien canta junto a tu cancela.
Mas
suave que el roció es la canción
De
quien viene a visitarte.
No
te inclines más, arrobada,
cuando
al Anochecer el te llame,
ni
medites, ¿quién puede ser el cantor
cuya
copla cae sobre mi corazón?
Por
el cantar del amante
Reconoce
que soy yo el visitante.
Poem III.
At that hour when all things have
repose,
O lonely watcher of the skies,
Do you hear the night wind and the
sighs
Of harps playing unto Love to
unclose
The pale gates of sunrise?
When all things repose do you alone
Awake to hear the sweet harps play
To Love before him on his way,
And the night wind answering in
antiphon
Till night is overgone?
Play on, invisible harps, unto Love,
Whose way in heaven is aglow
At that hour when soft lights come
and go,
Soft sweet music in the air above
And in the earth below.
A
esa hora en la que todas las cosas reposan
Tú,
solitario admirador de los cielos,
¿alcanzas
a escuchar los vientos nocturnos y los suspiros
de
las liras complaciendo el Amor que reabra
las
pálidas puertas de la aurora?
Cuando
todas las cosas reposan, ¿acaso sólo tú
despiertas
para oír el sonido de las dulces liras
que
anteceden el Amor y tocan para él en su camino
y
el viento nocturno responde en antífona
hasta
el fin de la noche?
Toquen,
liras invisibles, a nombre del Amor,
cuyo
camino hacia la gloria brillando está
a
esa hora en que las tenues luces van y vienen,
suave
y dulce música en el firmamento
así
como aquí abajo en la tierra.
Poem XXXVI.
I hear an army charging upon the
land,
And the thunder of horses plunging,
foam about their knees:
Arrogant, in black armour, behind
them stand,
Disdaining the reins, with
fluttering whips, the charioteers.
They cry unto the night their
battle-name:
I moan in sleep when I hear afar
their whirling laughter.
They cleave the gloom of dreams, a
blinding flame,
Clanging, clanging upon the heart as
upon an anvil.
They come shaking in triumph their
long, green hair:
They come out of the sea and run
shouting by the shore.
My heart, have you no wisdom thus to
despair?
My love, my love, my love, why have
you left me alone?
Poema XXXVI
Oigo
un ejército acometiendo sobre la tierra
y
el trueno de corceles encabritándose, espuma
en
sus rodillas:
arrogantes,
en negra armadura, detrás de ellos
desdeñando
las riendas, agitando
los
látigos, están los aurigas.
Gritan
a la noche sus nombres de batalla:
yo
gimo en sueños cuando oigo a lo lejos sus
risas
circulares.
Hienden
la penumbra de los sueños, una llama
que
ciega,
resonando,
resonando sobre el corazón como sobre
un
yunque.
Vienen
agitando en triunfo sus largas
cabelleras
verdes:
salen
del mar y corren gritando
por
la playa.
Mi
corazón, ¿no tienes sabiduría que así me desesperas?
Mi
amor, mi amor, mi amor, ¿por qué
me
has dejado solo?
Referencias y créditos
Traducciones
James Joyce, Música de Cámara, Colección Visor de poesía, 1971, Edición
bilingüe, Traducciones poema III y IV de
José María Martin Triana. Para el poema XXXVI la traducción no es de ese libro
sino de http://www.poetastrabajando.com/smf/index.php?topic=1030.0
Fotografía
Versiones
bilingües
Para leer en
español los 36 poemas de Música de Cámara, ver enlace http://www.poetastrabajando.com/smf/index.php?topic=1030.0;wap2
y para leerlos en ingles http://www.poemhunter.com/james-joyce/