Plaza de las palabras, en sus entradas sobre los grandes escritores
fundacionales y referenciales de la literatura hondureña, de los cuales ya sean
publicados en este blog, reseñas parciales sobre José Trinidad Reyes, Juan Ramón
Molina, Alfonso Guillen Zelaya, Rafael Heliodoro Valle, José Antonio Domínguez, y en esta ocasión
se presenta una Selección de piezas literarias de Froylán Turcios.
Froylán Turcios, un hombre polifacético
«Su
nombre completo era de Froylán de Jesús Turcios Canelas (1875-1943). Poeta,
narrador, editor, antólogo, político,
diplomático y periodista hondureño que junto a Juan Ramón
Molina fue el intelectual de Honduras más importante de principios del siglo
XX. Turcios fue un cuentista de finos rasgos preciosistas, inclinándose a los
temas violentos. Inició en Honduras en el siglo XX el género del cuento. Además
de cultivar la poesía preciosista, elaboró sus relatos como filigranas
estilísticas. Sus textos en prosa, influidos por el italiano Gabriele
D'Annunzio, se caracterizan por la pericia en la trama, el valor exacto y a la
vez ornamental de las palabras y los finales inesperados o impactantes que
marcaron luego buena parte del género en América Latina.» (1)
Selección de piezas literarias de Froylán Turcios
«»
La materia sobre
el perfil de Froylán Turcios esta dividido
en dos post. El primer post incluye una selección de trabajos poéticos,
cuentisticos y textos del escritor. El segundo post, incluye comentarios generales sobre la vida y obra de Froylán
Turcios. Este primer post contiene: Cuatro de sus poemas: NUBES, ANHELO ETERNO, EL SUSPIRO DEL ÁNGEL,
SUPREMO ARTÍFICE.
Tres de sus cuentos cortos: EL PRIMER AMOR, un cuento entre un adulto y una adolescente, dialogo
entre un ser adulto que no se siente amado y una quinceañera que por primera vez
siente amor. Él que sentía un « amor sin esperanza», y ella «que nunca había
amado» El final es un final abierto donde
el le confiesa su amor y ella se pone a «Temblar y ponerse pálida» No se sabe
si se pone pálida de amor o pálida porque tampoco siente nada por aquel hombre
adulto y taciturno que nunca se ha sentido amado. En seguida su cuento más conocido: LA MEJOR LIMOSNA, Un asesino, el manco
Mena, quien acaba de salir de prisión, y quien al ver el cuadro humano dantesco
y repulsivo de un leproso que llega a tocarle la puerta a medianoche, y quien es «Rechazado a latigazos de las aldeas y viviendas» Y«perseguido brutalmente por jaurías de
crueles muchachos», el manco Mena siente piedad por él, y por piedad le mata.
El leproso puede interpretarse como un precursor de los rechazados, marginados
y pobres, en una sociedad que no tiene solidaridad. En que el ser humano es
convertido en un despojo que ni siquiera es reciclable porque no tiene valor
económico. El manco Mena entiende eso, y sin explicarse o razonar su acto se
convierte en un justiciero benévolo, que no por eso le exime de su maldad y de
sus crímenes; ya que en el fondo él también es un rechazado. Le
sigue un texto: LAS GARRAS DEL
TIGRE, un cuento violento que recuerda la trama de La mejor limosna, aquí el bandolero, José Garmendia no es como el manco Mena, sino un ser pervertido que
comete un acto deleznable. JUAN DIEGO el hermano de la victima aquí actúa como un vengador, en que angustiado
y poseído por el acto que acabo con su hermana Juanita, poco a poco se va
orillando de la vida y circunstancias cotidianas, y «dominado por negra
pesadumbre», desaparece para ir lleno de furia a la caza del tigre. EL PARQUE ENCANTADO, en que solo hay un personaje, el propio narrador que con la atmosfera sombría
y cambiante del parque también va transformándose hasta sentirse parte de ese
parque que es fantasmal. Unas reflexiones en prosa: CONCEPTOS METÁLICOS, un oasis de paz y templanza del carácter.
Aunque muy breve, va en la línea de la fortaleza de carácter y sabiduría de Lo Esencial de Guillen Zelaya. Desiderata de Max Ehrman y las conocidas
oración de Kipling If o Todo esta en tu mente. Dos microrrelatos : EL ULTIMO BILLETE, un tema recurrente
en Froylán Turcios, la amada muerta o el amor perdido. Y LA ESTANCIA SILENCIOSA, aquí la estancia vacía representa la
ausencia del amor perdido que sin embargo amenaza volver pero como una fantasma. Y al igual que en el
relato del Parque encantado, la
atmosfera del lugar juega un papel significativo, se convierte en la
personificación de la pérdida del amor. Y que
va trasformando al personaje desde un monologo en una estancia solitaria que poco
a poco va cambiando para darle paso a su propio fantasma: el recuerdo de «La dulce muerta».
Dos fragmentos de sus novelas cortas: EL VAMPIRO,
el personaje, el poeta Rogerio en que
ante una joven llamada Luz, son primos y se aman, sostienen un dialogo, Rogerio en este
fragmento diserta ardorosamente sobre la
estética de la poesía. Para él, que no se siente un poeta, el
poeta «¡Es un hombre, y más que un hombre, o, por lo menos, el que está más
cerca de Dios! »
Para ella, aunque Rogerio no se sienta
un poeta, ella le insiste en su talento y que él es un gran poeta. Aquí tenemos
aquel molde en que un ser se siente pequeño, Rogelio, para realizar una tarea
descomunal, y otro ser, Luz, que le
motiva y le da luces para asumir que él asuma su destino. Porque ella ama al poeta, mas que a Rogerio. Y él, la ama
como Rogerio pero no como poeta. EL
FANTASMA BLANCO, el personaje en este fragmento está ante dos situaciones, hay una
evocación del pasado y sus
consecuencias, y una mujer que enciende su amor pero solo es un fantasma. Entre
evocación del pasado de las civilizaciones y la atención en el fantasma de la
mujer, que se le presenta como una esfinge. Quiere descubrir su secreto, y de
esa comparación entre mujer y ruinas. También los amores pueden terminar en
ruinas. No obstante el personaje, cree que aun de las ruinas se puede aprender.
Y medita sobre las ruinas y las lecciones que éstas podrían darle a la Poesía y
la Historia. Gesto que nos recuerda la tesis de la redención a partir de las
ruinas del ángel de la historia de Walter Benjamin. Finalmente, también se
incluye dos textos cívicos: DIGNIDA
CIVICA, una alegoría, que como toda alegoría ilustra un final didáctico y
moral; y LA ORACION DEL HONDUREÑO,
una oración por los valores universales y
trascendentales, los valores morales, con un fuerte acento patriótico, pero la Oración exige también el compromiso personal de desterrar los vicios y un auto de fe por defender la nación en el
marco de la justicia y el derecho. Quizá, ese texto sea el más conocido y
divulgado de Froylán Turcios.
Selección de poemas, cuentos y textos de Froylán Turcios por Plaza delas palabras
¡Asciende por la escala luminosa
oh domador del Pensamiento!
Froylán Turcios
NUBES (poema)
Las nubes con sus formas
caprichosas
revolando impelidas por el
viento,
me hicieron pensar por un
momento
en la efímera vida de las
cosas.
Al cambiar sus figuras vaporosas,
al empuje del raudo
movimiento,
las creyó el visionario
pensamiento
alas de gigantescas
mariposas.
Ora fingen tropel de
extraños seres,
siluetas de fantásticas
mujeres,
o visiones de un mágico
espejismo;
pórticos de palacios
imperiales
errando en la locura del
abismo
ANHELO ETERNO (poema)
Turban con su visión mi ánima
inquieta
seres y cosas de diverso
modo.
Me obsesiona tenaz una
secreta
ansia profunda de saberlo
todo.
Almas y formas sin cesar
escruto.
Voy tras la luz y cuanto
miro observo:
Desde el genial filosofo
hasta el bruto,
desde el rebuzno estólido
hasta el verbo.
La obscura flor, la piedra
rutilante,
el insecto, el reptil, el
astro errante,
la vida y la emoción, la
muerte, el numen;
toda la ciencia, la verdad y
el mito,
anhela contener en su
infinito
mi espíritu en un mágico
resumen.
EL SUSPIRO DEL ÁNGEL (poema)
El sátiro bestial quedó
jadeante
admirando la carne
palpitante
de la virgen pletórica de
vida:
vio el nido de su seno
perfumado
y tembló del lascivia el desdichado,
con la fiebre en las venas
encendida.
Echada en la otomana,
silenciosa,
en actitud hierática, la
hermosa,
en sus pupilas el fulgor de
un astro,
parecía satánica escultura,
modelada su esplendida
hermosura
en un trozo de pálido
alabastro.
De su ardiente locura en el
exceso,
frenético tal vez por darla
un beso
y de rasgar sus virginales
galas,
el sátiro aherroja quedo
muerto
mientras el ángel con
suspiro incierto
y femenil desprecio abrió
las alas.
SUPREMO ARTIFICE (poema)
¡Oh rimador! Conoces
el alma de la Lyra:
el milagro recóndito del
verso,
los profundos valores de las
silabas.
Sometes las palabras
a tu poder despótico.
Como diamantes fulgen los
vocablos
en tu ritmo sonoro.
Tu mano milagrosa
forja el pálido estoque
florentino.
Y resplandecen misteriosas
piedras
en la gama suprema de tu
estilo.
Juegas con el sonido como
juega
el malabar con su aro de
colores.
Deslumbras con tu frase de
relámpago
y su espíritu arrancas a las
voces.
Te ofrendó su secreto
la portentosa musa de las
cumbres,
que vive entre los vientos y
las águilas,
viajera por las bóvedas
azules.
¡Asciende por la escala luminosa
oh domador del Pensamiento! Tienes
ante tu enorme gloria
el rayo y las montañas de laureles!
¡Va tu alma desde lo ínfimo a los hondos
génesis de los soles errabundos:
desde las simples cosas al arcano
de los sagrados números!
PRIMER AMOR (cuento)
379 palabras
La virgen de los quince años, que nunca había amado,
en una tarde escarlata interrogó al hombre taciturno sobre algunas cosas del
alma. Le interrogó más bien con la mirada profunda que con los labios floridos.
-El amor es una embriaguez divina. Es la suprema
angustia y la suprema delicia. Amar es sufrir, es sentir dentro del espíritu
todas las tempestades y todas las alegrías. Es vivir una vida fantástica,
impregnada de tristeza y de perfumes. Es soñar dulces cosas a la hora del
crepúsculo y cosas extrañas en la callada medianoche. Es llevar constantemente
en las pupilas la imagen de la mujer querida, y en el oído su voz, y en todo el
ser la gloria de su encanto.
Ella le miraba sonriendo misteriosamente.
El continuó:
-No sé lo que una mujer pueda pensar y sentir; pero me
imagino que en ustedes las sensaciones son más sutiles y más hondas.
–Habla usted de tristeza y de sufrimiento -exclamó
ella-, y yo creía que en el amor no cabían esas palabras.
-Yo me he referido únicamente al amor sin esperanza
-murmuró en voz baja el taciturno-. Al hablar de tristeza y de sufrimiento me
he referido al amor sin esperanza. He dicho la emoción de amar; pero no la de
sentirme amado.
–Usted, pues, ¿jamás ha sido amado?
-He sido amado locamente por mujeres blancas y
tristes, por vírgenes morenas y ardientes. He sido amado por muchas criaturas
seductoras. Las he sentido sollazar en mis brazos y jugar con mis cabellos y
cubrirme de besos apasionados. Pero en el fondo de mi alma he permanecido
impasible, frío ante sus caricias.
–Entonces- dijo la jovencita-, ¿no conoce usted el
verdadero placer de sentirse amado? Porque si usted no amaba, no podía gozar
con el amor de las otras…
-Sí, ciertamente, no he gozado con el amor de las
otras.
–No conoce usted- dijo ella gravemente- el placer de
ser amado. O quizá no habrá sentido el amor.
-No conozco ese placer. Es decir, conozco, ahora, el
amor; pero no la felicidad de sentirme amado. Diera la vida por una hora de esa
felicidad. Usted es la única en el mundo que pudiera dármela. Ella no contestó.
Pero entre la llama violeta del crepúsculo, la vió temblar y ponerse pálida.
LA MEJOR LIMOSNA (cuento)
270 palabras
Horrendo espanto produjo en la región el mísero
leproso. Apareció súbitamente, calcinado y carcomido, envuelto en sus harapos
húmedos de sangre, con su ácido olor a podredumbre.
Rechazado a latigazos de las aldeas y viviendas
campesinas; perseguido brutalmente como perro hidrófobo por jaurías de crueles
muchachos; arrastrábase moribundo de hambre y de sed, bajo los soles de fuego,
sobre los ardientes arenales, con los podridos pies llenos de gusanos.
Así anduvo meses y meses, vil carroña humana,
hartándose de estiércoles y abrevando en los fangales de los cerdos; cada día
más horrible, más execrable, más ignominioso.
El siniestro manco Mena, recién salido de la cárcel
donde purgó su vigésimo asesinato, constituía otro motivo de terror en la
comarca, azotada de pronto por furiosos temporales. Llovía sin cesar a
torrentes; frenéticos huracanes barrían los platanares y las olas atlánticas
reventaban sobre la playa con frenéticos estruendos.
En una de aquellas pavorosas noches el temible
criminal leía en su cuarto, a la luz de la lámpara, un viejo libro de trágicas
aventuras, cuando sonaron en su puerta tres violentos golpes.
De un puntapié zafó la gruesa tranca, apareciendo en
el umbral con el pesado revólver a la diestra. En la faja de claridad que se
alargó hacia afuera vio al leproso destilando cieno, con los ojos como ascuas
en las cuencas áridas, el mentón en carne viva, las manos implorantes.
-¡Una limosna!- gritó -¡Tengo hambre! ¡Me muero de
hambre!
Sobrehumana piedad asaltó el corazón del bandolero.
-¡Tengo hambre! ¡Me muero de hambre!
El manco lo tendió muerto de un tiro exclamando:
-Esta es la mejor limosna que puedo darte.
LAS GARRAS DEL
TIGRE (cuento)
519 palabras
I
En la casa montañera resonaban terribles lamentos en la sombría noche de
junio. La alegre Juanita, de once años de edad, fué víctima de la bestial
lujuria del bandolero José Garmendia (a) el tigre, que merodeaba por llanuras y
serranías, marcando su huella con toda clase de infamias.
La pobre criatura fué asaltada por el feroz criminal a cien metros de la
casa, en la vereda del Ojo de Agua. A sus agudos gritos acudieron la
madre y las hermanas, pues los hombres no habían regresado de los tabacales de
la vega. Pero llegaron tarde. El bruto —tras la vil satisfacción de su deseo
—huía velozmente por entre los árboles. Juanita yacía inmóvil sobre el sendero,
con las ropas desgarradas, medio desnuda y cubierta de sangre. El bandido, en
la exasperación de su Animalidad, y ciego por la resistencia, la golpeo
horriblemente. Los ásperos dedos señalábanse en la blancota del cuello infantil
y de las pálidas sienes mataban hilos de púrpura. Apenas pudo decir el nombre
de su verdugo, muriendo algunas horas después.
II
PASARON varias semanas. Los inspectores de policía temblaban ante la
probabilidad de encontrarse con José Garmendia, y ninguno se atrevió a perseguirlo.
Era un temible malhechor, fuerte como un toro, ágil como el felino cuyo nombre
llevaba, y de una crueldad sin ejemplo. Conociendo el terror que se le tenía,
últimamente en la continuación de sus audaces atropellos. Decíase que cruzó (…)
últimamente la frontera de Nicaragua, después de asesinar y robar a dos achines
en la Cuesta de Azacualpa.
III
JUAN DIEGO, el menor de los hermanos de Juanita, y el que ésta más
quería, cambió de carácter desde la tarde del horrendo crimen. Perdió su buen
humor habitual y su pasión por el trabajo. Sumergido en un tenaz silencio,
pasábase días enteros echado en la hamaca de gruesa cabuya o errando por los
montes. Contestaba agriamente las preguntas que se le hacían, y, dominado por
negra pesadumbre, olvidóse hasta de su novia, la muchacha más hermosa de la próxima
aldea. Con frecuencia dormía afuera. Tirábase en la frescura de las
hondonadas y sorprendíale la aurora mirando la palidez de los
luceros...Era un mocetón moreno, gallardo y musculoso, de rostro arrogante y mirada
profunda. Una mañana de las últimas de septiembre desapareció de la montaña. Y nadie
supo más de su paradero. Su padre y sus tres hermanos le buscaron por todas
partes, y tras inútiles pesquisas, creyéronle muerto.
IV
Pero una noche todos despertaron a los violentos ladridos de los perros.
La familia se levantó sintiendo que alguien destrancaba la salida del patio. En
el instante en que abrían la puerta de la casa, Juan Diego apareció en el
umbral. Rodeáronle entre exclamaciones de júbilo. Parecía más alto y barbudo y sus
negros ojos fulguraban.
— ¡Padre!—exclamó, Aquí tiene las feroces garras de El tigre, a
quien deje colgado de un roble en el valle de Jamastrán. Y extrajo del saco de cuero que pendía de sus
hombros dos objetos horribles y nauseabundos, ¡Dos manos hinchadas y
monstruosas, peludas y negras, húmeda de barro y de sangre!
POEMAS DE CARTAGO
EL PARQUE ENCANTADO (cuento corto)
258 palabras
(Para el espíritu de
Rafael Ángel Troyo).
En la fría media noche era de un aspecto fantástico el
parque solitario envuelto en la neblina: Mi alma penetró en él como en un
recóndito paraje de ultratumba, y avanzó por sus calles con la indecisa
vaguedad de los sueños. Una aureola de encaje argentino rodeaba los globos de
luces color de amaranto, y apenas el largo suspiro del viento entre los árboles
interrumpía el arcano silencio. Sonó en mi corazón una melancólica voz de
eternidad, grave y tenue como esas músicas inolvidables, evocadoras de lejanos
amores; y un íntimo perfume de los mundos misteriosos saturó mi ser, llenándolo
de imprecisas nostalgias y fúnebres desolaciones. Ahora el sollozo del viento
vagabundo se alargaba en mi espíritu como un hilo de lágrimas, como la angustia
de un dolor sin término, como el adiós para siempre y el beso postrero en las
riberas de la Muerte. Amargo y tristísimo, como en los pálidos plenilunios, el
rumor de los cipreses en los cementerios, era aquel gemir del viento; amargo
como las penas irremediables; tristes como los últimos adioses. …De súbito,
doce veces vibró una campana en la lejanía. Y sus remotas vibraciones, en el
silencio y frialdad de la noche, semejaban quejas agonizantes, rasgando las
neblinas quiméricas. Y, más allá de la vida, errabundo por los senderos,
lúgubres como las avenidas de una antigua necrópolis; sonámbulo de
sobrenaturales sueños, sentí que, bajo el sombrío encanto del paraje nemoroso,
dentro de mi alma confusa mi pensamiento era un fantasma.
Febrero de 1921
CONCEPTOS METALICOS (Reflexiones)
120 palabras
I,—Prueba en la adversidad
el valer de tu alma. Y muere de miseria antes que derrochar una partícula del
oro de tu carácter.... Sé avaro de ese tesoro divino.
II.—Que la serenidad de tus
ojos refleje la paz luminosa de tu espíritu. Y que tus palabras encierren una
verdad y una enseñanza.
III.—Pasa, limpio de
conciencia, por el obscuro estercolero humano. Y si tu virtud atrae la envidia
de los mediocres, sonríe piadosamente.
IV.—Práctica el bien sin
esperar recompensa. Y olvida el insulto de los débiles. Pero si algún insolente
poderoso te asalta en el camino, hazle conocer que tienes, bajo la sencilla
apariencia magnánima, el ojo del águila y la garra del león. (2)
EL ÚLTIMO BILLETE (Microrrelato)
91 palabras
El caballero de la Rue abrió el billete azul aromado
de jazmín es el que la encantadora duquesa de Montbazos suspiraba aún su triste
amor desde el umbral de la eternidad.
―Venid un instante, dueño mío. Dios me concede una
hora fugaz para que pueda morir en vuestros brazos‖. Con ademán negligente
acercó la hoja frágil a la llama que irradiaba de un candelabro de oro, y
siguió, durante algunos segundos, con una mirada sin expresión, el revolar de
las negras cenizas que crujían en el silencio.
Noviembre de 1924
LA ESTANCIA SILENCIOSA (Microrrelato)
127 palabras
Un grande amor desvanecido en la eternidad llena de
sutiles perfumes la estancia silenciosa. En los altos espejos tiemblan
misteriosamente las sombras de los cortinajes, y de las rosas marchitas en los
blancos jarrones, y de los antiguos retratos casi envueltos en la penumbra
crepuscular. Minuto a minuto va disminuyendo la amarilla mancha de sol sobre
las moradas alfombras. Como un vago dolor de ultratumba, de su remoto
campanario llega un sonido grave y melancólico; y, al extinguirse, también se
esfuma, lentamente, el último
resplandor sobre los desteñidos muebles de la
estancia… Y de la negra tiniebla parece que fuera a surgir el pálido fantasma
de La dulce muerta, con los ojos tristísimos, y con las manos infantiles
castamente cruzadas sobre su seno.
Cartago, Marzo de 1921.
EL VAMPIRO (1910)
Froilán Turcios
Fragmento de novela
457 palabras
—Ciertamente, un poeta lo puede hacer. Pero yo no soy
un poeta. Y aquí cabe mi segundo motivo. Ye quisiera producir algún poema de verdaderos,
profundos y melodiosos versos. Desearía
ponerles música a mis ideas. Construir
renglones inmortales que se eternizaran en las almas. Como no puedo hacerlos así, me abstengo
cuerdamente en perseverar en una obra falsa y estéril, en cuanto no tiene por base la confianza y la fe en la
propia fuerza interna. No puedo conformarme ͟teniendo tan seguro y alto
concepto de la Poesía— a seguir por el camino de los mediocres. Mi orgullo me
inmoviliza. Prefiero el eterno silencio
a la inútil exposición de asuntos banales en rimas banales.
-Pero tú posees el don de la armonía, el secreto
excepcional; y si cultivas tu aptitud llegarás a donde quieras. Recuerda la
profética frase de Edwig.
— Un Poeta, Luz, un verdadero poeta, es un ser
omnipotente en el vasto dominio de las Ideas, de las Palabras y de los
Símbolos. Transforma en flores y músicas la materia inerte del idioma. Vuela por el
Infinito, dialoga con los Elementos, somete a su voluntad las formidables fuerzas ocultas. Su cabeza es como un ánfora
sagrada llena de secretos y de prodigios. Pone su espíritu en cada vocablo y
hace de las voces rosarios trémulos de emociones y de melodías. Es águila y
alondra, es rayo y es céfiro. En su enorme corazón palpitan todos los amores y
todos los dolores de la Humanidad y su latido es como el retumbo del trueno y
del mar. Es, en fin, la más asombrosa manifestación de las energías eternas,
porque la Gloria prolonga su poder y su personalidad a través de las edades.
¡Es un hombre, y más que un hombre, o, por lo menos, el que está más cerca de
Dios!
Ella me oía con los ojos fúlgidos, grave y dulce.
Después, con toda la ingenuidad de su alma, sonrió encantada;
y yo me quedé extático admirando los dos gráciles hoyuelos de sus mejillas.
Estaba peregrinamente seductora con su ligero traje blanco y la cabellera de
tinieblas partida en dos bandas sobre la cándida camelia de la frente.
-Pues bien, Rogerio, ahora, con más certeza que antes,
creo que eres un gran poeta.
—Sólo sé que estoy dispuesto a escribir múltiples
rimas en honor de tu espíritu y de tu hermosura. Haré madrigales a tus
cabellos, a tus manos, a tus ojos, en donde miro la Eternidad.
Y me quedé en silencio con las pupilas fijas en las
suyas, tan melancólicas y negras; y luego en la rosa encendida de sus labios.
Ella adivinó mi deseo; y, levantándose, enlazó mi
cuello con sus brazos lánguidamente: hundió sus ojos en los míos: y,
suspirante, besó mi boca pálida.
EL FANTASMA BLANCO (1911)
Fragmento de novela
848 palabras
Mas ¿cómo descubrir el secreto de aquella esfinge
errante?
No pensé nunca en interrogar á nadie por varios graves
motivos, entre los que no era el menor, una especie de pudor invencible que me
hacía ver como una profanación sin nombre el acto de vulgarizar mi ensueño; y,
además, porque temía que se me tomara, con sobrada razón, por un neurasténico
rumiador de fábulas. Pero amplié el círculo de mis relaciones sociales, con la
lejana esperanza de que de una manera indirecta, y sin que mi curiosidad tomara
en ello parte, mis nuevos amigos redujeran mi sobrenatural episodio á las
normales condiciones de la vida. Me hice presentar en varias casas de
honorables familias, en donde conocí algunas hermosas jóvenes que disiparon un
tanto, con su fresca gracia, mi tedio y mi melancolía. Empleaba, ahora, el
tiempo en recorrer los interesantes alrededores de la ciudad, á pie ó montado,
solo ó en compañía de varios alegres camaradas, de quienes oía todo género de
confidencias, y que me relataban los históricos episodios y tradiciones
locales, Pude, de tan fácil manera, fortalecer mi memoria sobre las leyendas de
la vetusta metrópoli, que leí en mi infancia, y que ya iba olvidando. Realicé
grandes caminatas por Ciudad Vieja, San Juan Gascón, San Luís de las Carretas,
San Pedro de las Huertas y todas las otras poblaciones que rodean á La Antigua;
y acaricié el proyecto de ascender los 3,752 metros del Volcán de Agua.
Almorzaba con frecuencia en alguna de las fincas vecinas, después de bañarme en
el Portal, en Pamputic ó en San Cristóbal. O visitaba, por la décima vez, las
ruinas de las iglesias, en donde cualquier vagabundo me contaba, con frases
difíciles é incoloras, la tradición fabulosa del Hermano Pedro ó la dramática
historia de Los cadáveres azules, entre otros mil cuentos ó consejas refundidos
ó alterados lamentablemente por las míseras imaginaciones populares. ¡Cuánto
soñé en aquellas inolvidables excursiones!
Una serena tarde de amaranto, recostado en el árbol que sombrea las
ruinas del palacio de doña Beatriz de la Cueva, en Ciudad Vieja, evoqué los
días sonoros de la Conquista, y toda la terrible epopeya lejana, y la brillante
figura del siniestro y bello Tonatiuh, ebrio de oro y de sangre...
¡Qué de sombras heroicas ó prestigiosas, impregnadas
de la soñadora poesía de las edades pretéritas, encendidas con el cárdeno
fulgor de las catástrofes, en la trágica apoteosis del amor y de la muerte,
surgieron en mi cerebro en medio de los imponentes escombros sagrados!
Aglomerábanse las remotas remembranzas en mi fantasía, en increíble desorden
cronológico, saltando épocas y confundiendo los nombres y los acontecimientos.
Escenas de la Colonia y anteriores á la Colonia, actos de nuestros próceres y
episodios de la segunda mitad del siglo XIX, páginas del Popol- Vuh y de la
Reseña de Milla, revolvíanse en mi cabeza en esas horas de meditaciones y
evocaciones...
Oía á lo lejos, el triste son de las chirimías y
atables, y recordé la pomposa procesión del 22 de noviembre en el Paseo de
Santa Cecilia, formada por linajudos personajes y flamantes cuerpos militares.
Veía los gallardos penachos y los paramentos de oro de los corceles montados
por los gentiles dragones provinciales...; y el gráfico espectáculo de las
corridas de toros, en que las bellas damas lucían sus mantillas blancas y sus
claveles rojos...
...Lamentaba que la hija de la princesa Luísa, la
encantadora doña Leonor –en cuya sangre mezclábase la osadía del hispano con la
fuerte gracia del indio –no tuviera el intenso encanto de fábula con que
aparece en la novela de Salomé Jil; y que, en vez de llorar eternamente al
hermoso y arrogante don Pedro de Portocarrero, se casara, como cualquiera rica
hembra ó humilde mozuela del suburbio, con el enteco don Francisco de la Cueva,
Licenciado y mediocre. ...¿Eran de graciosa apostura doña Inés y doña Anica,
medio hermanas de doña Leonor, y que perecieron en la inundación de 1541? ¿A
cuál de esas hijas amaba más el fiero Adelantado?... ¡Y la bizarra figura del
audaz aventurero, prestigioso como un Borgia, alzábase sobre todos los
episodios de la Conquista, con sus cabellos de oro, su fuerte espada, y sus
ojos fríos y crueles!
Parado sobre un arco trunco de la antigua catedral, en
el campanario de San Francisco, ó sobre los majestuosos escombros del templo de
la Concepción ¡cuántas veces mi fantasía con el pavor del águila en la
tormenta, no revoló hacia el remoto pasado, pleno de recuerdos caballerescos y
de actos sangrientos y brutales!
El horrible martirio de los indígenas; las tribus
arrasadas por las implacables hordas castellanas; el flamear de las banderas y
el ruido de los tambores; el volcán homicida arrojando de su seno sus líquidas
trombas oceánicas entre pavorosos estruendos; las eternas intrigas de amor en
la real corte de don Pedro; ¡todo desfilaba ante mi espíritu, absorto en las
grandiosas evocaciones del antaño! ¡Cuánta gloria! ¡Cuánta sangre!... ¡Y,
ahora, todo yace en taciturnas ruinas!... Pero en estas ruinas ¡cuánta
enseñanza y qué fastuoso tesoro para la Poesía y para la Historia!
DIGNIDAD CÍVICA
337 palabras
Floreció en remotos tiempos un país admirable, pequeño
por su dimensión geográfica, pero grande por sus virtudes patricias. Un
poderoso imperio pirata, que asoló el planeta, y que tendía su formidable red
invasora desde el piélago ártico hasta las riberas legendarias del
mar latino, invadió súbitamente con sus terribles
legiones el pródigo paisecillo de los valles balsámicos y de los hombres
libres. Armado de todas armas, con la grosera altanería propia de su raza,
llegó el conquistador a la capital, sumida en solemne silencio, y clavó su
orgulloso estandarte en el más elevado de los edificios públicos. Casi al mismo
tiempo se
alzó un pabellón de luto sobre cada puerta, hasta la
más humilde; y toda la ciudad se cubrió así de duelo, como si la muerte
tendiera las alas sobre su recinto. Nunca sus moradores cruzaron una palabra,
ni un saludo, ni una mirada con los extranjeros. Las matronas y las doncellas,
por espontáneo impulso, ocultáronse en el interior de sus mansiones; los niños
y los ancianos rehuían la presencia del invasor, y hasta los perros aullaban
coléricos cuando el intruso les tendía la mano. Desaparecieron en las montañas
los campesinos y el país
entero tomó un aspecto de horror y desolación. Agotáronse
inútilmente las órdenes drásticas contra la altivez silenciosa de aquel pueblo;
se levantaron los negros patíbulos, corrió en rojos ríos la sangre generosa; y
nunca se oyó una queja, ni un lamento, ni un grito
demandando piedad. Pasaron las horas tremendas y el
civismo de la austera república se
fortalecía y brillaba más y más con su propio ejemplo.
Cada ciudadano, en la serena plenitud de la más noble emulación, se sobrepasaba
a sí mismo en actos de sublime sencillez.
Y un día—celebrado después en los siglos con
imperecedero esplendor—el ejército del vasto imperio, vencido por aquella
altísima actitud de patrio orgullo y prócer dignidad, abandonó, en grave
silencio, con las banderas recogidas, los campos y las ciudades del pequeño
país y cruzó sus fronteras para no volver jamás.
ORACION DEL HONDUREÑO
228 palabras
¡Bendiga Dios la pródiga tierra en que nací!
Fecunden el sol y las lluvias sus campos labrantíos;
florezcan sus industrias y todas sus riquezas esplendan magnificas bajo su
cielo de zafiro.
Mi corazón y mi pensamiento, en una sola voluntad,
exaltarán su nombre, en un constante esfuerzo por su cultura.
Número en acción en la conquista de sus altos valores
morales, factor permanente de la paz y del trabajo, me sumaré a sus energías; y
en el hogar, en la sociedad o en los negocios públicos, en cualquier aspecto de
mi destino, siempre tendré presente mi obligación ineludible de contribuir a la
gloria de Honduras.
Huiré del alcohol y del juego, y de todo cuanto pueda
disminuir mi personalidad, para merecer el honor de figurar entre sus hijos
mejores.
Respetaré sus símbolos eternos y la memoria de sus
próceres, admirando a sus hombres ilustres y a todos los que sobresalgan por
enaltecerla.
Y no olvidaré jamás que mi primer deber será, en todo
tiempo, defender con valor su soberanía, su integridad territorial, su dignidad
de nación independiente; prefiriendo morir mil veces antes que ver profanado su
suelo, roto su escudo, vencido su brillante pabellón.
¡Bendiga Dios la pródiga tierra en que nací!
Libre y civilizada, agrande su poder en los tiempos y
brille su nombre en las amplias conquistas de la justicia y del derecho.
Notas bibliográficas
1.
Se ha tomado la mayor parte de este párrafo de
Wikipedia, (en cursivas). Lo de político
y diplomático en negrillas es un agregado de Plaza de
las palabras.
2.
El
ojo del águila y la garra del león. Expresión figurativa que define algunas las características
de Froylán Turcios. En conjugar dos ámbitos distintos el aéreo y el terrestre- Símbolos
del águila y el león. El águila representa la visión pero también los ideales y
el pensamiento, quizá los sueños. En su poema LAS NUBES, escribe:
Al cambiar sus figuras vaporosas,/al empuje del raudo
movimiento,/las creyó el visionario pensamiento/alas de gigantescas
mariposas.
El león en su ámbito terrestre representa la
combatividad y el poderío. Sin embargo, este concepto felino se da en dos
planos. No solo el positivo sino también hospeda el lado negativo. Como se
puede apreciar en el cuento Las garras
del tigre. Influenciado por la obra Ariel. de Rodo. Crea su propia revista Ariel. Nombre esencialmente masculino, de origen hebreo cuya
grafía es igual en que casi todos los idiomas. Salvo el griego, hebreo, ruso y
ucraniano. Ariel significa en su versión española: «León de Dios», «Hogar del Altar de Dios» o «Fogón del
Altar de Dios». Así Froylán Turcios, conjuga en su revista el pensamiento y
la combatividad. De ahí esa luminaria
corriente llamada arielismo, que
irradio su revista Ariel, no solo en Honduras, sino también en Centroamérica y más allá del istmo.
(Nota de Plaza de las palabras con base a entrada
nombre Ariel (nombre) de Wikipedia).
Enlaces
El vampiro, (novela)
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muy buena reseña y análisis del cuento
La mejor Limosna.
El
leproso y el asesino por XAVIER
PANCHAMÉ
Una muy buena reseña de la vida y obra de Froylán Turcios
Honduras literaria del siglo XX
Una muy
buena reseña y explicación del modernismo ,la obra de turcios y la novela El vampiro
Escritores
hondureños. Lo nuestro
CIICLA FROYLÁN TURCIOS EN EL REPERTORIO AMERICANO.
Revista Costa Rica (poemas, textos y cuentos de Froylán Turcios publicados en
esa revista).
Froylán Turcios Fototeca UNAH
Créditos de poemas, cuentos y textos
EL PRIMER AMOR, XplorHonduras
LA MEJOR LIMOSNA, Leer El Universo.
NUBES (Poema) La literatura
Hondureña. También Asistentes virtuales.
ANHELO ETERNO (Poema) La
literatura hondureña
EL SUSPIRO DEL ÁNGEL, Honduras
Literaria del siglo XX.
El vampiro, (novela) fragmento Full text
of "Froylán Turcios El Vampiro" Ed.Batkum
El fantasma Blanco, en La prosa modernista, también en HABLANDO
CON LOS FANTASMAS Fernando Tola de
Habich. Sitio web especializado en literatura fantástica.
El poema
SUPREMO ARTÍFICE, y los cuentos y textos EL PARQUE ENCANTADO. LAS GARRAS
DEL TIGRE,: CONCEPTOS METÁLICOS, EL ULTIMO BILLETE y LA ESTANCIA SILENCIOSA,
fueron tomados de UNIVERSIDAD COSTA RICA
CENTRO INVESTIGACIÓN EN IDENTIDAD Y
CULTURA
LATINOAMERICANAS CIICLA FROYLÁN TURCIOS
EN EL REPERTORIO AMERICANO. Máster Elvia Ramírez Ramírez, Bibliotecóloga
CIRCA-CIICLA
LA ORACIÓN DEL HONDUREÑO de
Wikipedia
Ilustraciones
Froylán Turcios, foto con base a Fototeca
Nacional UNAH
Pintores hondureños
Tomadas de PINTORES DE HONDURAS GALERÍA DE PINTURA HONDUREÑA
PINTORES CONTEMPORÁNEOS HONDURAS. EL
TIEMPO FINALMENTE ENCONTRADO. Rafavalarios.blogspot.com
PINTORES
LATINOAMERICANOS. JUAN CARLOS BOVERI. PINTORES
HONDUREÑOS. ANÍBAL CRUZ, CESAR RENDÓN, MAURY FLORES.
Sinfonía Blanca
No.1 La dama blanca de James McNeill Whistler,
wikipedia
Ilustraciones
Por orden de aparición
Froylán Turcios, foto, 1920,
con base a foto de Fototeca Nacional UNAH
Leonardo Montes de Oca, pintor hondureño
Nubes, Google imagen
Búho, José Jorge Amador Lanza, pintor hondureño
El suspiro del Ángel, David Pineda, pintor hondureño
José Jorge Amador, pintor hondureño
La niña, Aníbal Cruz, escultor y pintor
hondureño
Ezequiel Padilla, pintor hondureño
Abstracto, Aníbal Cruz, escultor y pintor hondureño
Delmer Mejía,
pintor hondureño
Julio Sanabria,
pintor hondureño
Kevin Mauricio Guevara, pintor hondureño
David pineda,
pintor hondureño
Javier Espinal,
pintor hondureño
“Sinfonía en blanco nº 1. La chica blanca”,1862,
óleo sobre lienzo, 213 x 107 cm, James McNeil Whistler, pintor impresionista norteamericano,
National Gallery of Art, Washington
Catracha, Aníbal
Cruz, escultor y pintor hondureño
Mujer Rezando, Cesar Rendón, pintor hondureño
Froylán Turcios, Dibujo,
(firma del autor ilegible)