Los consejos
para escritores de Anton Chejov
by CASA DE LETRAS on oct 21, 2014
Anton Chejov (1860-1904) fue dramaturgo y escritor, uno de los nombres más
importantes de la literatura universal. Es considerado un maestro tanto del
cuento corto como de la dramaturgia. Entre sus obras de teatro se destacan La gaviota, El tío Vania y El jardín de
los cerezos, entre otras. Es autor de cientos de cuentos, como “La dama del
perrito”, “La boticaria”, “Tristeza” y “Vanka”, por mencionar sólo alguno de
ellos. Aquí, sus consejos para escritores.
– Uno no termina
con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos
roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir.
– Cuando escribo no
tengo la impresión de que mis historias sean tristes. En cualquier caso, cuando
trabajo estoy siempre de buen humor. Cuanto más alegre es mi vida, más sombríos
son los relatos que escribo.
– Dios mío, no
permitas que juzgue o hable de lo que no conozco y no comprendo.
– No pulir, no
limar demasiado. Hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento.
– Lo he visto todo.
No obstante, ahora no se trata de lo que he visto sino de cómo lo he visto.
– Es extraño: ahora
tengo la manía de la brevedad: nada de lo que leo, mío o ajeno, me parece lo
bastante breve.
– Cuando escribo,
confío plenamente en que el lector añadirá por su cuenta los elementos
subjetivos que faltan al cuento
– Es más fácil
escribir de Sócrates que de una señorita o de una cocinera.
– Guarde el relato
en un baúl un año entero y, después de ese tiempo, vuelva a leerlo. Entonces lo
verá todo más claro. Escriba una novela. Escríbala durante un año entero.
Después acórtela medio año y después publíquela. Un escritor, más que escribir,
debe bordar sobre el papel; que el trabajo sea minucioso, elaborado.
– Te aconsejo: 1)
ninguna monserga de carácter político, social, económico; 2) objetividad
absoluta; 3) veracidad en la pintura de los personajes y de las cosas; 4)
máxima concisión; 5) audacia y originalidad: rechaza todo lo convencional; 6)
espontaneidad.
– Es difícil unir
las ganas de vivir con las de escribir. No dejes correr tu pluma cuando tu
cabeza está cansada.
– Nunca se debe
mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede
mentir en el amor, en la política, en la medicina, se puede engañar a la gente
e incluso a Dios, pero en el arte no se puede mentir.
– Nada es más fácil
que describir autoridades antipáticas. Al lector le gusta, pero sólo al más
insoportable, al más mediocre de los lectores. Dios te guarde de los lugares
comunes. Lo mejor de todo es no describir el estado de ánimo de los personajes.
Hay que tratar de que se desprenda de sus propias acciones. No publiques hasta
estar seguro de que tus personajes están vivos y de que no pecas contra la
realidad.
– Escribir para los
críticos tiene tanto sentido como darle a oler flores a una persona resfriada.
– No seamos
charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo
los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo.
– No es la escritura en sí misma lo que me da náusea, sino el entorno
literario, del que no es posible escapar y que te acompaña a todas partes, como
a la tierra su atmósfera. No creo en nuestra intelligentsia, que
es hipócrita, falsa, histérica, maleducada, ociosa; no le creo ni siquiera
cuando sufre y se lamenta, ya que sus perseguidores proceden de sus propias
entrañas. Creo en los individuos, en unas pocas personas esparcidas por todos
los rincones -sean intelectuales o campesinos-; en ellos está la fuerza, aunque
sean pocos.
Fuente: http://www.casadeletras.com.ar/blog/ CASA DE LETRAS on oct 21, 2014