Tres poetas románticos ingleses: Keats,Byron y Wordsworth. Post Plaza de las palabras


El romanticismo  tiene su apogeo en el siglo XIX especialmente en Alemania  e Inglaterra. Se caracteriza por un rechazo al clasicismo o neoclasicismo, y favorece la subjetividad del individuo, afecto por la naturaleza, la relación del hombre y su mundo, una mayor libertad de expresión. In contrast to the eighteen ideal of comfomity, the romantic period places a new emphasis of individualism” (…). Center  on the individual  and his experience(1) Un individualismo basado en el persona y que le abre las puertas a la imaginación romántica. De ahí que la “expresión of the imagination”, (2)  o la imaginación romántica,  desempeña un papel clave en el romanticismo (3)
En Inglaterra el periodo romántico tiene dos etapas la primera con los poetas Coleridge y William Wordsworth, algunos incluyen también a Willian Blake. En este  primer periodo destaca la obra  Baladas Liricas de Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge  en que sin ser un manifiesto,  se establecen algunos de los postulados la poesía romántica. El segundo periodo lo forman entre otros los poetas P.B.Shelly, George Gordon más conocido como Lord Byron y John Keats. En ambos periodos se teorizo mucho sobre el arte de la poesía.

Wordsworth centra su enfoque en el postulado  “la poesía es el desbordamiento espontaneo de sentimientos poderosos; que toma su origen de la emoción recordada en tranquilidad”. Y Shelly en uno de su poemas escribe:
Skylark was not a bird/but a blithe spirit. (4)

 Shelly  tambien escribe su ensayo A Defense of poetry,  “What  lack is imaginaive  awarenees that will simulate  us to put our knowledge into action ,and it is this that poetry must create(5) Para Shelly  los poetas son “Hierophants (6),Unapprehended inspirations, the mirror  of the gigantic shadows which futurity  cast upon the present (…) Poets are the unacknowledge legislator  of the world(7).

Por demás esto de ver un espíritu en las cosas , también es plasmado en las poesía de Keats, cuando introduce la música de lo invisible , reino más allá de lo material visto y oído, el reino del espíritu: “Pero en Keats, este contraste se magnificaba y llegaba a desnudar parte de la realidad, casi tocando ese mundo sobrenatural presentido pero no visible: «Son dulces las melodías que oímos, y aún más dulces / las que nunca escuchamos, seguid, pues, tocando,/ suaves caramillos, las más apreciadas/ por el espíritu, no las que oímos, sino las inaudibles». Así se expresaba keats en una de sus famosas odas, con gran certeza de estar tocando algo rotundamente sólido, aunque no lo viera, habitaba en él ese anhelo, de que tras los límites visibles hay canciones más dulces o palabras más brillantes que brillante, susurraba  un deseo casi platónico por las formas, «pues hay una armonía invisible e inaudible» y citando a Plotino  «la música sensible es creada por una música previa a lo sensible»”(8 ) Pero para un enfoque totalizador sobre su estética poética, la  poesía se resume en los versos finales que tantas interpretaciones ha causado entre los críticos y académicos  (9),  de su poema  “A una urna griega” :

‘Beauty is truth, truth beauty’--that is all / Ye know on earth, and all ye need to know”. (10), (11)

Para Keats los poetas deben tener  “negative capability”, que no es más que “la capacidad de olvidarse de si mismo y sumergirse en las situaciones y las cosas para hacerlas poemas”. (12) Una especie de Poeta Camaleón. “Who inmerse himself  in the personality  of others  and loses  his own identidy  in theirs “(13)   Beside the literatura of introspection  stands literature, equally rich, of imaginative penetratión into other minds”. (14) Shelly también en  A Defense of Poetry :

“A man to be greatly, must imagine intensely and comprehensively; he must put himself in the place of another and of many others; the pain and pleasures of his species must become his own”. (15)   En resumen los poetas románticos ingleses aún con su diferencias de estilo y circunstancia personales, desarrollaron muchos puntos en común no solo en la temática sino en los modos de ejercer la operatividad  poética.  
 Para este post de Plaza de las palabras se eligió a tres poetas: Wordsworth, Byron y Keats, de su amplio catálogo de poesías se seleccionaron tres poemas representativos del romanticismo ingles. Ode on a Grecian Urn (Oda a una  urna griega) de Keats, donde asoman algunas de sus ideas estéticas, los dos poemas restantes de Byron y Wordsworth: CLXXIII. "She walks in beauty, like the night" (Ella camina en belleza como la noche) y “She was a phantom of delight” (Ella era un fantasma de placer). Estos dos últimos poemas se usa el To pass (Ella pasa), eco poderoso pero inadvertido de la poesía Dolce Stil  Nuovo  italiano del siglo XIII. (16)


John Keats, 1795 – 1821


Ode on a Grecian Urn
I
Thou still unravish’d bride of quietness,
Thou foster-child of Silence and slow Time,
Sylvan historian, who canst thus express
A flowery tale more sweetly than our rhyme:
What leaf-fringed legend haunts about thy shape
Of deities or mortals, or of both,
In Tempe or the dales of Arcady?
What men or gods are these? what maidens loth?
What mad pursuit? What struggle to escape?
What pipes and timbrels? What wild ecstasy?



II
Heard melodies are sweet, but those unheard
Are sweeter; therefore, ye soft pipes, play on;
Not to the sensual ear, but, more endear’d,
Pipe to the spirit ditties of no tone:
Fair youth, beneath the trees, thou canst not leave
Thy song, nor ever can those trees be bare;
Bold lover, never, never canst thou kiss,
Though winning near the goal--yet, do not grieve;
She cannot fade, though thou hast not thy bliss,
For ever wilt thou love and she be fair!



III
Ah, happy, happy boughs! that cannot shed
Your leaves, nor ever bid the Spring adieu;
And, happy melodist, unwearied,
For ever piping songs for ever new;

More happy love! more happy, happy love!
For ever warm and still to be enjoy’d,
For ever panting, and for ever young;
All breathing human passion far above,
That leaves a heart high-sorrowful and cloy’d,
A burning forehead, and a parching tongue.


IV
Who are these coming to the sacrifice?
To what green altar, O mysterious priest,
Lead’st thou that heifer lowing at the skies,
And all her silken flanks with garlands drest?
What little town by river or sea shore,
Or mountain-built with peaceful citadel,
Is emptied of this folk, this pious morn?
And, little town, thy streets for evermore
Will silent be; and not a soul to tell
Why thou art desolate, can e’er return.


V
O Attic shape! Fair attitude! with brede
Of marble men and maidens overwrought,
With forest branches and the trodden weed;
Thou, silent form, dost tease us out of thought
As doth eternity: Cold pastoral!
When old age shall this generation waste,
Thou shalt remain, in midst of other woe
Than ours, a friend to man, to whom thou say’st,
‘Beauty is truth, truth beauty’--that is all
Ye know on earth, and all ye need to know.

Lamia, Isabella, la víspera de santa Inés y otros poemas (1820). (1819)
A una urna griega

Tú, todavía virgen esposa de la calma, criatura nutrida de silencio y de tiempo, narradora del bosque que nos cuentas una florida historia más suave que estos versos. En el foliado friso ¿qué leyenda te ronda de dioses o mortales, o de ambos quizá, que en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia? (17) ¿Qué deidades son ésas, o qué hombres? ¿Qué doncellas rebeldes? ¿Qué rapto delirante? ¿Y esa loca carrera? ¿Quién lucha por huir? ¿Qué son esas zampoñas, qué esos tamboriles, ese salvaje frenesí?
II
Si oídas melodías son dulces, más lo son las no oídas; sonad por eso, tiernas zampoñas, no para los sentidos, sino más exquisitas, tocad para el espíritu canciones silenciosas. Bello doncel, debajo de los árboles tu canto ya no puedes cesar, como no pueden ellos deshojarse. Osado amante, nunca, nunca podrás besarla aunque casi la alcances, mas no te desesperes: marchitarse no puede aunque no calmes tu ansia, ¡serás su amante siempre, y ella por siempre bella!

III
 ¡Dichosas, ah, dichosas ramas de hojas perennes que no despedirán jamás la primavera! Y tú, dichoso músico, que infatigable modulas incesantes tus cantos siempre nuevos.
¡Dichoso amor! ¡Dichoso amor, aun más  dichoso! Por siempre ardiente y jamás saciado, anhelante por siempre y para siempre joven; cuán superior a la pasión del hombre que en pena deja el corazón hastiado, la garganta y la frente abrasadas de ardores.

IV
¿Éstos, quiénes serán que al sacrificio acuden? ¿Hasta qué verde altar, misterioso oficiante, llevas esa ternera que hacia los cielos muge, los suaves flancos cubiertos de guirnaldas? ¿Qué pequeña ciudad a la vera del río o de la mar, alzada en la montaña su clama ciudadela vacía está de gentes esta sacra mañana? Oh diminuto pueblo, por siempre silenciosas tus calles quedarán, y ni un alma que sepa por qué estás desolado podrá nunca volver.

V
¡Ática imagen! ¡Bella actitud, marmórea estirpe de hombres y de doncellas cincelada, con ramas de floresta y pisoteadas hierbas! ¡Tú, silenciosa forma, tu enigma nuestro pensar excede como la Eternidad! ¡Oh fría Pastoral! Cuando a nuestra generación destruya el tiempo tú permanecerás, entre penas distintas de las nuestras, amiga de los hombres, diciendo: «La belleza es verdad y la verdad belleza»... Nada más se sabe en esta tierra y no más hace falta.






 
George Gordon Byron, 1788 - 1824

CLXXIII. "She walks in beauty, like the night"
I.
She walks in beauty, like the night
Of cloudless climes and starry skies;
And all that’s best of dark and bright
Meet in her aspect and her eyes:
Thus mellowed to that tender light
Which heaven to gaudy day denies.
II.
One shade the more, one ray the less,
Had half impaired the nameless grace
Which waves in every raven tress,
Or softly lightens o’er her face;
Where thoughts serenely sweet express
How pure, how dear their dwelling place.


III.
And on that cheek, and o’er that brow,
So soft, so calm, yet eloquent,
The smiles that win, the tints that glow,
But tell of days in goodness spent,
A mind at peace with all below,
A heart whose love is innocent!
(June 12, 1814). De Melodías Hebreas

CLXXIII. "Ella camina en belleza ,como la noche"
I
Ella camina en la belleza, como la noche
De climas sin nubes y cielos estrellados,
Y lo mejor de lo oscuro y lo brillante
Convergen en sus rasgos y en sus ojos
Así, suavizados bajo la tierna luz
Que el cielo al llamativo día niega.
II
Una sombra más, un rayo de luz menos,
Mermada a medias la gracia sin nombre
Que ondea en cada trenza azabache
Alumbra con tenue luz su rostro,
Donde los pensamientos con serena dulzura expresan
lo pura y querida que resulta su morada.

III
Y sobre esa mejilla y ese ceño
Tan suave, calmo y elocuente,
Sonrisas que arrebatan, tonos que relucen,
Mas hablan de días transcurridos en bondad,
Una mente en paz con las bajas pasiones,
Un corazón cuyo amor es inocente.



 
William Wordsworth (1770-1850)


She was a phantom of delight

I
She was a phantom of delight
When first she gleamed upon my sight;
A lovely Apparition, sent
To be a moment's ornament;
Her eyes as stars of Twilight fair;
Like Twilight's, too, her dusky hair;
But all things else about her drawn
From May-time and the cheerful Dawn;
A dancing Shape, an Image gay,
To haunt, to startle, and way-lay.


II
I saw her upon a nearer view,
A Spirit, yet a Woman too!
Her household motions light and free,
And steps of virgin liberty;
A countenance in which did meet
Sweet records, promises as sweet;
A Creature not too bright or good
For human nature's daily food;
For transient sorrows, simple wiles,
Praise, blame, love, kisses, tears and smiles.


III
And now I see with eye serene
The very pulse of the machine;
A Being breathing thoughtful breath,
A Traveler between life and death;
The reason firm, the temperate will,
Endurance, foresight, strength, and skill;
A perfect Woman, nobly planned,
To warm, to comfort, and command;
And yet a Spirit still, and bright,
With something of angelic light.
(1804)

Ella era un fantasma de placer

I
Ella era un fantasma de placer
Cuando  por primera vez  la vi
resplandeciendo ante mí ,
una encantadora visión  enviada
para ser un adorno del instante.
Sus ojos eran estrellas de  hermosa aurora
como crepúsculo su oscuro pelo.
Pero sobretodo su presencia:
la primavera y el  gozoso amanecer.
Una forma danzante, una imagen alegre
para perseguir, inquietar  y abordar.

II
La contemple  desde  más cerca:
era un espíritu ¡Pero también una mujer!
Sus  movimientos de hogar: sutiles y libres;
eran pasos de incólume libertad .
Un semblante que convocaba
dulces recuerdos, y promesas  melodiosas;
Una criatura no muy brillante ni buena
para el alimento cotidiano del alma.
Pasajeras congojas, escuetos engaños.
Elogios, culpas, amor, besos, lágrimas y sonrisas.

III
Y ahora veo con ojos serenos
el idéntico pulso de la maquina,
un ser respirando un  aliento maduro,
una mensajera entre la vida y la muerte
La razón firme, la voluntad templada.
Abnegación, previsión, fortaleza y destreza.
Una mujer perfecta,
noblemente planeada para la calidez,
para sosegar y  dominio.
Y aún así un espíritu tranquilo  y luminoso
con asomo de luz angelical.




Notas
(1) British Literature Blake to Present Day. p3
(2)Idem, p324
(3)Sobre la imaginación poética, ver Sentido de la imaginación en William Wordsworth Cristián De Bravo Delorme ; Ideas y Valores 2013, LXII (153) John Keats: La imaginación poética Mario A.Membreño Cedillo, La Imaginación En El Romanticismo Inglés,Ramon Banegas,  
(4) La alondra no es un pájaro /sino un  alegre espíritu, versos iniciales de su poema A una Alondra, Citado en la introducción de Julian Symoms  Major British Poets, pagina XVI.
(5) British Literature Blake to Present Day. 8p
(6)Hierofantes, especie de sacerdotes que explicaban o interpretaban los misterios Según wikipedia Un hierofante o gerofante (del griego ἱεροφάντης, 'el que hace aparecer lo sagrado' ) es un rango dentro de los sacerdotes de la antigua religión griega, concretamente el sumo sacerdote del culto de Eleusis en el Ática así como los de otros cultos mistéricos Wikipedia .
(7) Ibid, British Literature Blake to Present Day. p324
“Hierofantes, inspiraciones no capturadas, el espejo de gigantes sombras las cuales la futuridad lanza al presente  (…) Los poetas son los desconocidos legisladores del mundo.
(8) En el ensayo John Keat : la imaginación poética
(9) T.S.Elliot  entre ellos
(10) La belleza es verdad y la verdad belleza /y eso es todo lo que en la tierra /necesitamos saber
(11) Donde para en una meditación estética para Keats la belleza es el arte y la verdad es la realidad. En palabras de A.B Valero citado en la introducción por Juan V. Martínez Luciano, en John Keats Poemas Escogidos p32.
(12)  Idem, John Keats Poemas escogidos, p10
(13) Quien se sumerge a si mismo en la personalidad de otros y pierde su propia identidad en ellos, British Literature, 10p
(14)Idem , 10p.  “Además  de la literatura de introspección, hay la literatura, igualmente rica, de penetración  imaginativa en otras mentes”.   
(15) “Un hombre para ser grande, debe imaginar intensamente,  y comprensivamente; el debe ponerse en el lugar de otro  y de muchos otros; el dolor y los placeres  de su especie, deben llegar a ser propios .p8  British Literature  
 (16) Que  remite a poetas como Guido Cavalcanti , Guido Guinezelle Cina de Pistoya, y  el mismo Dante Alighieri, si bien este estilo de poesía se centra en la idealización del el amor y la mujer. Ese matiz de To pass era usado por los poetas italianos de ese siglo.  De Calavanti : “Quien es esta que llega, que todo hombre la mira” De Pistoya “Una gentil, placentera  jovencita, adornada viene de angelical virtud” Dante “Tan gentil , tan honesta en su pasar” Las traducciones de los poemas completos al español son de Antología de la literatura italiana desde el origen a nuestros días  de G. Marone, Buenos Aires 1952.. Mientras que el de Dante es de Damaso Alonso Gredos, Madrid 1950 Citados en Dante Alighieri. La Vida Nueva, Editorial Porrúa, introducción página XVIII, 1999. 
(17)Valle en la antigua Grecia, habitado por pastores que eran hábiles en la música y las armas.

Bibliografía y Créditos
Bibliografía
British Literature Blake to Present Day.  Tomo II Editado por   Hazelton Spencer y otros. D.C.Heath and Company, Boston,1952   
The Mentor Books of Major British Poets. The William Blake a Thomas . Edited by Oscar Willians.  New American library, New York.1963  
John Keats Poemas Escogidos. Juan V. Martínez Luciano, Pedro Nicolás Paya , y Miguel Teruel Pozas Cátedra Letras Universales España, 1997 
John Keats:  La imaginación poética. M.A.Membreño Cedillo (Ensayo)  
Para poemas completos en ingles

Sobre Shelly A defense of poetry

http://www.bartleby.com/27/23.html

 

Para poemas completos en español

Sobre Shelly En defensa de la poesía

http://librosgratispdf.net/filologa/24379-defensa-de-la-poesia-percy-bysshe-shelley.html


Traducciones
Traducción del poema de Keats  www.alejandriadigital.com
Traducción del poema de Byron. Campo de maniobra Ella camina en belleza  Traducción de Ricardo José Gómez Tovar, España George Gordon, sexto lord de Byron (Dover, Inglaterra, 1788-Missolonghi, Grecia, 1824) , The Golden Treasury,  1875, Francis T. Palgrave, ed.
Traducción de poema de Wordworth. Plaza de las palabras
Ver otra traducción de los mismos poemas
 Wordworth
 Keats
Lord Byron
Fotografías

 Portrait  of John Keats  by Willian Hilton National Portrait Gallery London http://www.famousauthors.org/john-keats
Imagno/Hulton Archive/Getty Images


Textos sobre una playa (Fragmentos)


 M.A.Membreño Cedillo


La playa






I. La playa como abstracción: el horizonte abierto 
La playa  que existe en forma abstracta como un espejismo que adquiere su fisonomía propia al verla, como sí siempre hubiese estado ahí, exactamente  una playa, como la palabra playa que la alberga estrechamente transformándola en una imagen nítida. Luego empieza a dibujarse algo escondido entre dos salientes, y desde cierta altura se ve en una perspectiva perpendicular, como se vería al fondo una playa desde lo alto de unos riscos. Y también un bostezo de somnolencia, de esquiva parcela yacente de  cuerpo definitivo alargándose en un brazo blanco, arenoso y delicado. La  playa tan  virgen de blanca arena luce el intacto  aspecto de una porcelana. Por aquí y por allá leves montículos de arena, y al fondo una muralla labrada con la paciencia de los siglos, sedienta de agua que recorta todo el frente de la playa como si fuese un gran estuche milenario.

Todo inmóvil, todo tan primitivo, todo tan hermoso en su franca desnudez. Solo las olas boqueando en lengüetazos y desenrollándose rítmicamente, humedeciendo persistentemente aquella franja que impasible parecía desvanecerse en un dulce silencio. Y al frente ese mar inagotable, mudo, eterno y besando constantemente aquellos labios arenosos que nunca se resisten. Boquita despintada, cabellera de espuma y cuerpo de dunas que el viento acaricia con manos transparentes. Y todo a la vista; más que una anodina tarjeta postal o una fotografía anónima de un mar dormido. Ni siquiera acecha esa  impaciencia que se respira en un mar encabritado. Solo un mar de espejo: compacto, silencioso, plano, imaginativo como una gaviota volando dentro de un espejo de mar

1. La playa como personaje

La playa  incógnita, fulgurante en lejanos  pasos que no suenan pero si sonaran, sonarían como suenas los tacones de charol  en un salón de baile. Playa, playera, playa bonita; “cuando calienta el sol, allá en la playa, oigo tus pasos pasar”.  Es como imaginársela y al estar en ella, silent, please, sentir que todo es la  perfecta armonía de espacio y tiempo. El espacio definido por unos cuantos colores, unos cuantos trazos ondulantes, y uno que otro silencio en vuelo. Un ritmo en movimiento por el que corren los segundos y se deslizan imperturbablemente las horas. El tiempo sin rostro como a veces es el  rostro de ciertas mujeres, que pareciera no tener edad. Un saludo de manos intemporal, un sueño que apenas se recuerda parecido a una llovizna lavando un rostro sonrojado en medio de la intimidad de una  plaza a las siete en punto de la noche. Y pareciese que la playa dormida no despierta y que el mar lleva allí desde siempre, y las olas a cada minuto corren hincándose en calcado saludo.

Y las olas languidecen como pasan fugaces los recuerdos  y como agonizan las tortugas  tendidas bocarriba en la playa. Frente a las memoriosas rocas. Por lo demás, una impresión equivoca y un carácter peculiar  define las playas.  Por que quien dijo que todas las playas son iguales, igualitas. “No touch me, no feel me”.  Esta no seria una playa para un rendez vaus. Pero ocurre, lo de siempre: un personaje o dos, y repentinamente la playa se trasforma en algo inmediato. There is some, here.

2. La playa como historia narrada

Una historia devela otra historia, y la playa solo es un perpetuo y momentáneo escenario. El mar es un testigo fiel y las olas los recuerdos  evanescente y los acantilados en su solidez la memoria persistente. Y quien podrá develar toda la historia, aunque sea un pedacito de la historia. Puede ocurrir en cualquier playa, a cualquier hora, pero siempre habrá algo definitivo y siempre quedara algo  borroso. Algo que queda y algo que esta más allá de la historia, más allá de la playa, más allá  una fotografía, más allá del  papel.

Y el perrito de Chejov, la dama que llego, vio y se fue. Aquella silueta de mujer en una  playa en Yalta, aquí estamos en una playa quizás en  Chile o el pacifico  mexicano, y definitivamente no hay ningún perrito abordo, ni ese aire de aristocracia de balneario que solía pintar  Monet. Ni tampoco es la playa melancólica alargando sus  costillas de Pavese, ni la playa repetitiva de Robbe-Grillet. Ni aquella playas de Oran y Argel que pintaba Camus en El Extranjero, ni  la de Salvador Elizondo con sus huellas en la playa.  

3. Las olas como actores

Y las fugaces olas  humedecen suave la arena como siempre las olas humedecen  suavemente la playa; y luego lamen las memoriosas rocas y revientan en la blanca  espuma de una botella de champagne. Si el mar borracho hecho un gran espejo Algo que  lacónicamente las olas se llevan en su fatiga, como un dibujo en la arena, o un nombre en el agua o un silbido en el viento ; y que   apenas insinuado queda escondido entre una gran bruma que cubre una isla deshabitada o una noche que desdibuja totalmente un litoral. Nada a la vista ni siquiera un faro, ni un solo centinela más que la playa íngrima, la llanura del mar, el sol en su desnudez impresionista y las estrellas en su danza nocturna, tan brillante y puntual como relojes suizos.

II. La  playa como sujeto habitado: la mujer que camina por la playa.


    
Luego, deviene una  mujer que camina por la playa; como si la playa se dibujara sola y la mujer apareciera de repente de la nada con esos pasos livianos de viento y con esos ojos marinos de vastedad y refugio. Pequeño caracol del tiempo. Se presenta sin saludar,  sin preámbulos, solo es una mujer caminando por la playa como caminaría una mujer exactamente  por la playa. Por la playa camina una mujer con el paso definitivo con que caminaría resueltamente, intocablemente, parsimoniosamente,  una mujer que quisiera caminar por la playa; y camina sabiendo que únicamente  ella esta en esa playa. Nada de artificios ni nada de cosméticos.

La mujer camina como si estuviera suspendida en el aire, pero por supuesto nadie camina en el aire, solamente parece que camina en el aire vista desde cierta perspectiva. Vista desde los riscos  ella parece un ángel flotando por la playa. Camina apenas dejando un rastro de huellas que se ven desde lo alto de un  risco como un lenguaje inteligible pero simétrico. Un leve aire le levanta el vestido blanco de una pieza que parece moverse como una bandera invicta, inclaudicable, atrevida; que  marcha dulcemente abriendo un sendero trasparente en el aire. La mujer camina casi tocando la franja humedad de la playa, va descalza, el pelo suelto  contra el viento, se levanta en vaivenes El  rumor del mar apenas un rumor. Desde lejos la blancura de la mujer avanza convertida en una silueta esbelta que parece luchar contra el aire. Y que  va disminuyendo mientras aumenta la profundidad de la  desierta playa.


III. La playa como sujeto  de interpretación: El hombre  que observa la playa.
Punto focal  
El hombre que esta en la cima del risco,  ve a la mujer casi con la impresión de un solo punto en movimiento caminando por la playa. Piensa que es una ilusión, una playa impresionista sin Monet, todo pura espuma,  de ola derritiéndose como un hielo en agua caliente. Sabe que es una mujer. Trata de  imaginarse  el rostro de ella, pero el rostro se le escapa, huraño, huidizo, remoto, exuberante, elástico, se le dificulta verla claramente, sabe que es un pelo casi castaño quizá rojizo. Apenas una  forma moviéndose lentamente y dejando atrás un sendero de huellas que de vez en cuando las olas borran como si fuera solamente un gracioso nombre escrito en la arena. Por un instante se pregunta que hará esa mujer caminando solitariamente en una playa tan ariscamente solitaria. . Es como su hubiese salido del mar. Es más marítima que terrenal. Se imagina que quizás es alguien que disfruta de la naturaleza,  pero luego piensa que aquella mujer es algo especial, que alguna razón poderosa la trae a caminar poderosamente por la playa. Piensa que el también a veces lo ha hecho pero nunca en esa forma tan definitiva. No sabe por qué piensa que conoce a esa mujer con esa vaga sensación que producen los sueños.

Ella camina, él la observa. Ella no sabe que él la observa. Ella parece sola, el también esta solo. Pero piensa que él la esta observando con la precisión de un fotógrafo. Si, la ve con esa perspectiva con que un fotógrafo vería a una mujer caminar por la playa. Siente el impulso de tomar una foto pero desiste. Piensa que el acto de tomarle una fotografía  es invadir la intimidad de la mujer. Transgredir un límite de decoro. No sabe  por qué intuye que la mujer busca algo. O quizá solo es una aficionada a las caminatas, a la vida peregrina, algo saludable. Alguien que quiere  pasar de incógnita en aquella monotonía anónima que es el mar.


Zoom
Aunque la mujer camina de espaldas a él, aquel rostro se le antoja hermoso aunque no lo ha visto. Pero sin saber por qué piensa en las manos de la mujer, se las imagina  delgadas, blancas, serenas, siguiendo el ritmo de sus pasos, y librándose de todo el peso del cuerpo, casi transparentes. Piensa en  el color de sus ojos  y no logra imaginárselos.  Aunque no la conoce, y aún sin verla, le gana una extraña sensación de haber visto a esa mujer en algún lado. “Bajare a la playa “,  piensa él. Si, piensa bajar a la playa pero no se atreve. Piensa en un encuentro fortuito. Pero luego se pregunta que sentido tendrá todo esto. Quizá la mujer espera que aparezca alguien. Aunque no pereciera esperar a nadie, no a nadie inmediato. Luego piensa que ha de ser una turista de esas que hay miles, que inundan lugares exóticos buscando una sombra de amor en esa huida soñolienta que se viste de mar. Pensar en ella le resulta dulce pero también extraño, la ve lejana, una sensación de tenerla cerca, casi frente a él, pero lejana, siempre lejana, muy lejana. Por qué caminaría alguien así por una playa desierta, se pregunta sin siquiera contestar, sin siquiera buscar una respuesta porque piensa que cualquier respuesta no tendría ninguna importancia. Él esta ahí, simplemente viendo a una mujer que no conoce caminando por la playa y que va dejando un par de huellas que han formado una línea recta que desde lo alto se distingue con la  facilidad con que se ve el humo de un tren en un horizonte despoblado, un relámpago a en el cielo invicto o se escucha a medianoche el maullido de un gato en el tejado.




Fuente: Del cuento experimental La playa  © que consta de 15 capítulos (2007). Crédito de las ilustraciones Plaza de las palabras (2016).