Roberto Becerra,el ser humano no es un objeto extraño

Autor: Salvador Madrid, (Escritor, poeta y critico literario Hondureño) 


El poeta Roberto Becerra. Fotografía de Christine Woda




El lirismo urbano de un poeta que se niega a ser borrado por la soledad de su ciudad.

“Noctámbulo” es un libro de poesía hondureña del que pocos hablan, que muy pocos conocen, y sin embargo, es de esos libros vitales en el panorama de la nueva generación de poetas hondureños.

Es de las primeras imágenes bien logradas de poesía urbana de los poetas jóvenes de Honduras, y en su momento es quizá el libro más osado de su generación, publicado en formato virtual a inicios de siglo, es un texto mordaz, una voz enérgica marcada por el individualismo y por la rebeldía contra el canon y contra la  norma social.
Roberto Becerra, su creador, es el hacedor de una poética que vuelve por la autodestrucción, el caos creativo, la provocación estética, el humor negro y el desasosiego del lirismo urbano. Un poeta que no cede terreno al efecticismo y a las poses, que no es otro imitador barato del genio de Bukowski, de Panero, de Parra y de la Generación Beat. Poeta de una vocación plena y reveladora que se perfecciona en la imperfección y en las negaciones de la soledad que acecha.
En la ciudad, donde muchos creen haber encontrado un lenguaje o un boleto de poetas al Olimpo, Becerra encontró la más cruda desolación que hipócritamente le llamaba a verse como habitante, como ciudadano, como joven, esas máscaras decadentes, arquetipos sociales que el poeta cuestiona con el estoicismo y la entereza de aquel que realmente ha sobrevivido al infierno.
El poeta Fabricio Estrada, lo retrata perfectamente en estas palabras: “Roberto Becerra escribe como el herrero que saca de la fragua un metal candente. No esgrime ni la condescendencia, ni la conmiseración, con nadie, ni con él mismo. Conoce a la perfección de cuánta desolación se nutre este oficio, y así lo ha hecho desde que lo conozco, desde aquellas tardes rabiosas en el Taller Casa Tomada, hasta los días que otros llaman Presente y él llama Eternidad... De eternos abismos nace lo humano, de ciudades hundidas donde las palabras tardan segundos en caer...”
Entrego aquí algunos fragmentos de una entrevista que le realicé hace un tiempo y una muestra de su poesía:

“Noctámbulo” es la colección de poemas que usted publicó en un formato electrónico en el año dos mil dos y sin duda es de las publicaciones más importantes de la poesía actual. ¿Cuál es la historia de ese libro?
No sé si “Noctámbulo” sea tan importante para la poesía nacional contemporánea; pero este libro marcó en mí el ascenso de un joven a su madurez y revela mi personalidad de esa época, mi conflicto diario con el ser humano y su naturaleza, mi búsqueda personal y mi confrontación abierta con todo aquel que intentara detenerme.
Noctámbulo” soy yo entre las pruebas más dolorosas que esta sociedad le pueda inferir a un joven. Con ese libro aprendí el valor de no tener nada, y de crearlo todo, de construir con el pensamiento y la imaginación el futuro, aunque para ello haya que destruirlo. Esta es una empresa que “Noctámbulo” compendia perfectamente, pues si el mundo estaba enfermo, había que curarlo con la muerte y extraer de sus entrañas aquello que podría maravillarlo e iluminarlo.

Hay en su expresión una fuerza que explota continuamente, pero no es una pose efecticista, sino un claro diálogo con la vida ¿Dónde empieza y termina esa búsqueda?
Mi búsqueda por un lenguaje propio empieza en la soledad total, donde esta sociedad nos somete a prueba, y nos advierte de su mortal trato con la vida.Mi lenguaje primario, entonces, era callado, tímido, pero lleno de búsquedas oníricas e imaginativas. El juego de la creación era fundamental. Con el tiempo mi lenguaje fue cambiando de lo contemplativo, a lo inquisitivo, a lo destructivo, pues sólo aquello que se destruye logra renovarse, ese era mi pensamiento de ese entonces, reconocerme como una persona con ideas distintas de los demás, ideas que al entrar en confrontación y al no ser aceptadas por la mayoría o  ni siquiera por la minoría, recargaban mi mente con angustia y desinterés por la vida; derrotar la mediocridad no sólo personal sino ajena, se convirtió en mi estandarte. La fuerza motriz de “Noctámbulo” viene de su confrontación abierta con la sociedad, una sociedad que burlona y sarcástica aceptó la idea de que otro loco vagabundeara por ella.  “Noctámbulo” es la imagen viva de lo que realmente somos, de cómo realmente luce esta ciudad (Tegucigalpa), sin mentiras, sin engaños, sin miopía mental y humana, por eso el fin último de “Noctámbulo” es su propia muerte, una muerte humana próxima al renacimiento intelectual, algo que muy pocas veces fue entendido, o siquiera examinado en su contexto.

La búsqueda de “Noctámbulo” termina cuando se alcanza la madurez intelectual, donde el hombre al descarnarse y al quedar develado en el tiempo y la historia como sólo un individuo mas, comienza su verdadero trabajo, desligado de todas aquellas perversiones y sentimientos negros que sirvieron de combustible para su máquina interna.

La ciudad, ese escenario de Noctámbulo, cruje entre las sombras y entre un continuo fragor, no hay cabida para la armonía y la bondad. Es todo lo contrario de la ciudad que retratan otros poetas, casi idílicamente, usted destruye ese ideal y nos da el caos.
El caos es en ciertas culturas, filosofías y pueblos, el comienzo de la vida. Al enfrentar aquello que nos horroriza, el alma se libera. “Noctámbulo” parte de esta esencial idea al confrontar abiertamente la sociedad y llevarla al hastío, para que la mente despierte a la verdad por un momento, y para que sepan que, aquello de lo que se burlan y se ofenden es la esencia de ellos mismos. “Noctámbulo” no sólo es el retrato mi mente, sino de la mente de todos.

¿Por qué escogió ese ímpetu verbal y trató de manera visceral algunos temas como el amor, el abandono, el tedio y la muerte?
La construcción catafórica del libro es llana, casi no existe; es un lenguaje simple y entendible; de allí su fuerza visceral, de no tropezar con el idealismo retórico y constructivista de la metáfora clásica, si no de acentuar y remarcar lo obvio, pues claro está que un lenguaje más sencillo y simple sería entendido por mucha más gente, y el fin de “Noctámbulo” era llegar a las personas con un mensaje claro, abierto y concreto. 

Los seres que deambulan en su poesía son vistos sin bondad alguna, son incapaces de crear o corregir su destino y viven estigmatizados por una fuerza manipuladora ¿Qué fuerza es esta?
Es el terror que yo mismo enfrente y enfrento diariamente, es esa cadena pesada que inmoviliza y te deja casi muerto, los personajes de noctámbulo son así, entienden el terror pero no pueden evitarlo, entienden que la vida puede ser más noble, bondadosa, llena de experiencias reconfortantes, pero la muerte y la soledad  es algo con lo cual se nace, y no se puede evitar la confrontación diaria, vivir con el terror de tus fracasos, de tus sueños, con el terror de la impotencia mental y humana, con el terror de la mediocridad, a no tener una mente lúcida que explique los fenómenos que vivimos cada día.
El terror es la fuerza que empuja y colapsa a Noctámbulo y que sus personajes padecen.

¿Hay alguna especie de compromiso entre el escritor y sus lectores?
El único compromiso que lectores y escritores tenemos es el conocimiento mismo, elevar el nivel científico e intelectual en el ser humano. Los compromisos no deben de ser un ancla para la creación, sino puntos de partida para realizarla.
Indudablemente la obra del creador es su pensamiento y reflexión sobre el mundo. El ser humano no es un objeto extraño a la naturaleza del mundo, por lo tanto la obra del artista será reflejo del mismo.

POEMAS DE NOCTAMBULO DE ROBERTO BECERRA

 ***
EL tiempo lame como un animal nuestras heridas
y la ciudad crepita después que alguien
marcó un número equivocado.
Los puentes me cruzan los sentidos.
Abajo los muchachos transitan
para enseñarse los genitales,
el eco suspendido abraza mi garganta,
las imágenes se comprimen en un solo punto
y todo ocurre al mismo tiempo,
como si la materia pudiera escucharnos
desde un lejano cielo
donde todo duerme bajo el peso de los metales.

***
NO me basta con decir palabras,
con abrir el ojo de esta herida,
quise preguntar si está mal hecha.
No me basta con sudar en las noches
como una piedra verde
o colocar en la noche mi dentadura.
Hay momentos
en que deseo ser más que un par de labios,
más que la misma desgracia del tiempo,
siento un poco de ambigüedad cefálica,
de tristeza onomatopéyica,
sinceramente las mismas tormentas del domingo,
los mismos y aburridos instrumentos quirúrgicos.
Dejarse llevar por otras piernas,
es definitivamente inhumano,
acariciar el viento con tu lengua entumecida,
mortificar el lastre pesadísimo de nuestras quimeras,
cada paso,
cada forma
en que tiembla la plenitud del deseo,
hay que acabar con el arma más creativa,
hay que ser el punto discordante
para desperdiciar para siempre la esperanza.
  
***
MUCHAS veces comprendí el feroz suicidio
que se levanta de las cunetas,
vacilante, estentóreo,
con cierta marca publicitaria en su quijada.
Las ratas se despeluzan en nuestras bocas,
y debajo de la tierra seguimos perdidos,
no somos universales,
ya que en la noche todo parece brillar.
El otoño madura sin semillas,
la estación del tren vuela
cubierta con una nueva piel
color terciopelo.
Los insectos arrancan su abdomen,
lo colocaban de carnada.
La noche besa el suelo y su silencio sangra,
como si fuera un recuerdo sin dueño,
que aprieta sus mejillas para morir.

***
A veces olvido que existen las calles,
que un hombre habita en ellas,
olvido que puedo ser yo.

Sé que alguien duerme este día,
¿Pero dónde?

Si alguien muere,
lamentablemente no soy su asesino,
ni siquiera parte de su familia.

A veces olvido los pianos,
las guitarras,
los violines,
es cuando más clásico me siento.

A veces olvido que todo
se pierde en la distancia,
es cuando pienso,
en saltar de tu cama,
para romperme todos los huesos.


***
ME gustan los pies perdidos,
los dedos gordos
que tras las columnas de la tarde
transpiran sobre esta tierra
hasta hacerla desaparecer.

Me gusta la mugre,
las pestañas que aniquilan
la desesperanza del mundo
que puedan con sus filamentos
perforar la alquimia de lo que es perfecto.
Sólo en las manos de la ignorancia
puede habitar la maravilla.

Por eso me gustan los estómagos
que aplastan con su expansión
los refugios del arte contemporáneo
porque ellos sí tienen en su vejez
la oportunidad de charlar con los dioses.
Me gustan los olorosos pedazos de carne
que yacen bajo decenas de escombros,
porque ellos sí pueden hablar
de ciencia y filosofía,
me gustan los rastros de sangre,
las bocas torcidas,
los pies que se van llenando de gusanos
para enamorarme;
en fin,
me gusta cuando los hombres y las mujeres,
llegan muertos
al desayuno de mi sombra.

***
NO hay que sentir nada para estar completos.
Para sentir que nuestra vida es la verdadera
no tenemos que salir a la calle como locos,
con cierto eco estrepitoso en los oídos
que altera hasta el último de los recuerdos
y te impulsa al desorden de la materia,
al ruido fastidioso e infernal
de celosías que se quiebran de sexo.

No tenemos que salir a la calle
como seres temblorosos de la lluvia,
de la noche,
de las hojas que se arrastran con las sombras,
de las manos que se rozan
hasta que nacen los hijos de la desesperación
y la tristeza.

Qué vida tan maravillosa
son los ojos oscuros de las piedras,
el espacio que nos acaricia
con absolutamente nada,
sin embargo es capaz de lanzarte a deambular
por toda una eternidad,
por eso no hay que salir a la calle como locos,
si amamos como locos,
si odiamos como locos,
si lloramos como locos,
si sentimos los atardeceres como locos;
por el contrario,
hay que estar siempre vacíos,
para que la noche y el mundo
tímidamente se refugien,
lanzando los mares como redes de plancton
en un giro sorprendente y silencioso.



Critica y reseña: Heber Sorto, elogio a la vida por Salvador Madrid





Autor: Poeta Salvador Madrid  (Escritor, poeta y critico literario  Hondureño)

Un poeta que con una fuerza sutil convoca la dignidad, la lucha y la justicia en la vida cotidiana.

Hablar de la poesía de Heber Sorto es recurrir al abrazo con el otro y con la creación misma. Cuando Heber Sorto define la cotidianeidad tiene tres elementos a su favor: el primero es que al indagarla, su voz tiene como amalgama una tentación: la búsqueda en lo popular, sin dejar el tono íntimo del poeta que desde un estado de vigilia ve el transcurrir; de ahí surge su poesía escrita a manera de comunión desde la multitud y para la multitud. El segundo elemento es la propiedad de los instantes en que esta poesía se detiene: las tardes de la gente, fotografías, costumbres que por burdas son aleccionadoras, la política llevada hasta la caricatura, una visión de país truncado donde sus habitantes profesan el ejercicio de la ignorancia ya sea por disimulo o por impotencia. El tercer elemento que abre el universo de esta poética reveladora es que esa búsqueda de afirmación del hombre y de verificación de sus actos se vuelve en el texto no una recreación, sino un boceto de la interrogante, en cierto modo es la sorpresa creativa de la poesía que nuevamente sale a nombrar cada cosa aunque el uso y la norma hayan querido etiquetarla.

Ante la cosificación del mundo cotidiano la poesía de Heber Sorto reacciona, evoca, cuestiona y critica hasta enseñarle al hombre que no es un sonámbulo entre sus días y que la realidad puede ser transformada desde sus esfuerzos y lucha contra la alienación y que debe estar alerta a ese relato mayor de la cotidianeidad: la historia. Es así que la poesía destruye esa configuración del lenguaje o del discurso artificial que el poder implanta queriendo borrar la vitalidad humana y su impulso por dignificar su existencia.


CANTO NUESTRO

Dejemos para otros los volcanes de sabiduría,
nosotros somos distintos,
una paciencia nos asiste.
La vida la entendemos simplemente.
La lluvia tardía y los frutos que caen
en el solar ajeno
sabemos que no son nuestros.
Vivimos rodeados de incontables espejismos
pero conocemos dónde encontrarnos
aferrados a la realidad.
No somos aves que sacan ojos en vez de peces,
no somos los frutos oscuros de esta tierra,
entre nosotros está el amor,
nada puede perdernos,
nada.














MADRE PATRIA
Cuesta tanto describirte madre patria
tus faces son como luces dibujadas en la arena,
es más honda la mirada cuando espera
la florescencia de tu pesada rosa,
y es más hondo el navajazo cuando llega
a los niveles más claros
del corazón de tus hombres.
Los que hacen los salmos y los himnos
pueden acudir a cualquier itinerario,
yo no, tú no me diste el elogio de nombrarte
con las mejores palabras:
me diste frutas recién cortadas
y con ellas larvas incipientes,
me diste letras que en el fondo
de la bonita expresión se borran,
en la confusión me levantaste,
no, yo no podría negar tus vestiduras
por un manojo de tributos.
Áspera o como seas, así te amo,
así regreso a tu estatuto de madre abandonada,
despacio para no molestarte
y para estar frente a las puertas del ocaso
golpeando el horizonte de tu nombre.


AUTOPSIA
He cruzado esta calle
con la ilusión de llegar a otro mundo,
por lo que digo:
aquí no hay nada,
no existe nada:
El paisaje se hace camino en las alturas,
el horizonte regresa a su lejanía,
la fábula es lo que he vivido
y el lado roto de la vida, lo que crece.






LA VENTANA
Nunca pensé en sacar el rostro a la calle;
una lluvia desafiante como un árbol
cerró las ventanas dentro de mis ojos,
el presente entonces, era sólo un chorro de palabras
que goteaba de la fuente de mi mano.
Siempre amé las ventanas aunque nunca
tuve una para compartirla,
pero alguien me habló, que a ratos el paisaje se mira
a través de paredes o de lágrimas,
que el horizonte llora de espaldas como el océano,
que los niños golpean el río para deshacer las tormentas,
que hay que cruzar muchas calles para llegar a otros ojos,
que el silencio se hace de borrones,
que el espejo de pronto se abre y nos traga,
pero yo siempre abrí la ventana que no tuve
y tengo árboles y calles y lunas
y también tengo aquello que siempre quise encontrar;
la ciudad que no conozco donde recojo mis pedazos.

SOBRE LA POESÍA
No podemos esperar naranjos de un árbol de acacia,
ni siquiera su mismo fruto;
El efecto de su fruto es visual y necesario al hombre.
Es imprescindible una acacia
en una ciudad para que aquélla cumpla su vocación.
Una acacia no es un acto reaccionario
ni revolucionario, es natural y favorece al hombre.
No hay maleza que la aniquile;
si se seca, es descuido de quien la cultiva.
De hecho, la poesía es una acacia.


ESPEJO DE LA ROSA
En vano tendemos las redes
contra los ojos del cuervo,
sin embargo
el mismo a su sangre pone acecho
y tiende lazos a todas sus pertenencias.
Son los últimos días del verano,
todo mundo se queja y se desgasta a su manera,
los retratos se vuelven desatentos,
pero también insisten
a la hora de las deducciones
entonces,
algo de nosotros sale y exclama:
en una nación ociosa
la depresión es reina y ahoga,
el amor no cubre todas las faltas,
la mínima herida es mortal,
no hay remedio para las quebraduras hechas,
pero los hombres que conservan
el paladar del agua,
los que son como la lluvia que golpea y golpea
desde el espejo de su propia existencia,
aún comprenden el espejo de la rosa.


HISTORIA
No derribé el único árbol del mundo
para poner el sol en tus ojos. Primero
hice figuras con las sombras de mis manos
imitando el pájaro de madera exhibido
en la sala. Fue después que cultivé la poesía,
sin entresueños ni asombros. La poesía
debe ser como la flor de los jardines
públicos. Antes la miraba en el horizonte,
hundida, calumniada, separada de mí y de los barcos
de papel que los niños ponen en las aguas
de la calle. Pero hoy un pájaro se detiene
en todas mis esquinas y la niña tímida
en un laberinto de espejos, sonríe.
Bienaventurada sea la poesía.



PERFIL
Heber Sorto, es poeta y gestor cultural. Nació en Olanchito, Yoro, en 1973.  Entre sus libros publicados destacan Canto nuestro (1994), La última mejilla del horizonte (1997), Arte poética (2000), La ventana  (2003), Todos los días (2005),Caballos marchitos (2007, Ojo de puerta (2010).

DIBUJO: Luis Alba


Fuente (Blog del poeta Salvador Madrid):  Deriva       
http://salvador-madrid.blogspot.com