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Plaza de las palabras en su sección Página
10, presenta un ensayo sobre el movimiento surrealista, Un epilogo
surrealista: a la caza del zorro azul,
que consta de dos partes. Ensayo centrado en algunas palabras claves del
movimiento; tales como azar objetivo, imaginación, sueño, libertad, proyecto de
vida, fragmento, maravilloso, misterio lenguaje, imagen, mente moderna. No obstante, no son palabras
aisladas, sino que todas forman parte del ancho y táctil tejido surrealista. Y no se podrían comprender ni explicar, sino
desde la conjunción de la totalidad. El surrealismo por su misma naturaleza y
por el tratamiento crepuscular de lo onírico y el inconsciente, es un fenómeno
escurridizo, como lo es el flujo constante e inagotable de un caudalosos rio; y como tal susceptible de muchas
interpretaciones como un mural continuo
de sueños en perpetuo movimiento. Entonces digamos que rio y sueño corren; y el espectador que los ve, y obtiene una
primera impresión, y al atraparla se da cuenta de que tanto el rio como el
sueño, van cambiando y a veces se alternan y se confunden como si fuese una
misma cosa.
Resumen: Este ensayo procura dar una visión global del
movimiento surrealista, sus contenidos, aportes y sus limitantes. En ningún
momento aspira a cubrir el infinito campo surrealista que siempre estará mucho más allá de una rigurosa y asertiva
comprensión abrazada a la totalidad. Ni mucho menos abarcar todas las teorías y
combinaciones de ese oficioso y artesanal trabajo alquímico. Lo que abunda y se
multiplica son sus ilustrativas e inesperadas
interpretaciones. El ensayo está dividido en 18 acápites que abordan
temas centrales del surrealismo; pero que no agotan su laberintico ni dilatado mundo. Es
apenas un sincero punteo de los temas centrales que lo definen, lo circundan y que se ramifican como un árbol
de la vida sembrado en el campo de los sueños.
Sus interpretaciones son
abiertas, quizá sugerentes; y
definitivamente no concluyentes. Sin
embargo, si aspira con base a unas palabras y conceptos, elegidos
aleatoriamente, a comprender gestos y
centellas de la mente surrealista.
Basta enumerar
el titulo de los 18 acápites que lo
integran. A sabiendas que todos estos tópicos saludados por el parentesco están
intercomunicados, y constituyen el atrevido, magnético y poderosos tejido surrealista: PRIMERA PARTE, El azar numérico de las palabras, La
caballería imaginaria cabalga, El sueño portátil despierta, Esto no es arte,
Las células maravillosas de la poesía,
Un telegrama del siglo XIX llama al
teléfono, ¿Qué le dijo una pared blanca a una pared negra?, El
amor se yergue en el escritorio sublime, El antifaz del misterio no tiene audífonos, SEGUNDA PARTE, Las burbujas de
agua del lenguaje aleatorio, El callejón ahuecado del lenguaje,
El humo del lenguaje fabrica nubes de acero, Lo
fragmentario se instala mente,
El nudo sonoro de la libertad, El asalto sinfónico a
la mente moderna, ¿Crimen sin castigo o el milagro sin celular?,
La mutación celebra el aliento místico,
Un epilogo surrealista: a la caza del zorro azul
Mario A.Membreño Cedillo
SEGUNDA PARTE
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Las burbujas de agua del lenguaje aleatorio
Aspiraban
—sobretodo Breton—a encontrar el lenguaje perdido o el lenguaje original que
descansaba en el fondo de las cosas. Si Sartre se había preguntado ¿qué era la
literatura?, los surrealista se preguntaban ¿para qué escribir? Buscaban una
fenomenología del lenguaje, y por medio de este hacer el arte soñado. Es pues, muy reconocido que para los surrealistas el lenguaje
era una especie de pasaporte en mano, que se convertía en experiencia de
vida, y como tal era una puerta abierta a la incógnito de la salvación. Ese lenguaje o esa entidad
tendrían su fisonomía y su propia realidad, era una revuelta contra lo
establecido. Y los cánones literarios y los modos tradicionales de percibir la
realidad del mundo. Esa búsqueda, y lo dijeron los surrealista, tenia
precursores que entre muchos otros iban desde las pinturas de Arcimboldo del
año 1580, o los cuadros de Bosco, hasta un texto de Kepler, sobre el sueño. O
los doctos iluminados del siglo XVIII, que desembocaron en Gerard de Nerval o
los alquimistas de la edad media, Y que
se bifurcan desde el marques de Sade al futurista utópico Fournier; y desde el oscuro Lautremont, hasta el
aventurero Rimbaud. O aparecen como escritores góticos hasta dadaístas, con ese balbuceo por articular desde las
palabras y la repetición del sonido,
atisbos embrionarios de un nuevo el lenguaje.
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Pero el
surrealismo, ya sin el antifaz y los audífonos; no era
únicamente el encantamiento de los sonidos y las palabras. Era la búsqueda de
lo invisible que mas allá de las palabras, yacía sometido y escondido; y que esa ruta solo se podría encontrar por
una nueva modo de percibir el mundo. El surrealismo era más el camino y el
proceso, que el fin. Pensaban ellos en una manera existencial, y que esa
experiencia de vida era una nueva manera para entender el mundo y alcanzar el homme complet. Exploración para potenciar una nueva
interpretación del mundo y armar un lenguaje que desde sus rudimentos
correspondiera a esa visión. Los surrealistas sin proponérselo se acercaron
mucho al lenguaje de los símbolos y los mitos. Pero también crearon sus propios
mitos y su propia simbología. «Nacen
mitos nuevos bajo cada uno de nuestros
pasos» decía Aragón. (38) Mientras que «El lenguaje del sueño no
está en las palabras. Está bajo ellas.», discurría Walter Benjamin. Pero eso de un lenguaje por descubrir
o que anda gateando por ahí, también lo
habían soñado los románticos. Keats intuía y proclamaba que había un lenguaje aun no oído:
«Son dulces
las melodías que oímos, y aún más dulces / las que nunca escuchamos, seguid,
pues, tocando, / suaves caramillos, las más apreciadas/ por el espíritu, no las
que oímos, sino las inaudibles». (39)
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Factores de la vida moderna como la racionalidad,
utilitarismo, sociedad de consumo, el avance del progreso y de las nuevas
tecnologías, las nuevas identidades, la multiplicación inmisericorde de la
imagen, han producido un vendaval en el centro neurálgico del lenguaje. Afirmaba Robert Shepard, en The Crisis the Language:
« To paraphrase a line from the Duino Elegies: many moderns feel that,
man is not very securely at home in the world which he interprets with his
intellect. Because a principle of unity is felt to have been lost, the present
seems to lose its organic connection with the past and the future.» (40)
La crisis del lenguaje, es un problema no resuelto, y que como
preocupación es atinente al mundo del arte y la escritura. Y esto último en los escritores, es un
problema de vieja data. Esto no es una novedad en el frente occidental; ya desde el siglo XIX, Hoffmanthal en Lord Chandon Letters, lo había planteado;
y otros escritores como Rilke, Yeats y Eliot, había llegado a
conclusiones parecidas, y eran bastante pesimistas en cuanto a la
revivificación del lenguaje. La obra de
Eliot The Waste Land, es un intento
de rescatar el lenguaje en medio de las ruinas y caos de las ciudades. André
Breton quien no era pesimista, no obstante
reconocía que esa perdida del lenguaje, era real y afectaba al arte y la
literatura. Pero tuvo que venir Barthes para poner los puntos en las íes.
Sostiene Roland Barthes que a consecuencia de las pluralizaciones de las
visiones del mundo y la evolución de
nuevas clases y las comunicaciones; en su obra La escritura de Grado Zero, llego a aseverar:
«Around 1850…classical writing therefore
disintegrated, and the whole of literature, from Flaubert, at present day
became the problematic of language.» (41)
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El callejón ahuecado del lenguaje
Barthes en la misma obra también afirmo que «la escritura es un callejón sin salida,
y ello es porque la sociedad misma es un callejón
sin salida.» Esas inquietudes sobre
el lenguaje, que de vez en cuando emergen, y no solo son un problema de los poetas sino también de los
novelistas. Aparecen puntualmente con los cambios de siglos o inicios de siglos;
sobretodo cuando todo un mundo de valores e instituciones se tambalea. Y en
consecuencia se engendra esa irrupción en las artes y la literatura por adecuar
el lenguaje a los nuevos tiempos. Y nos preguntamos ¿Si esa irrupciones del
surrealismo como fenómeno artístico, además de ser un intento por evadir la
realidad, por renegar de un paisaje que no los seducía, por vulgarizar lo
existente o por encontrar una nueva visión del mundo. No seria en el fondo azul de las cosas, una respuesta a esa crisis
del lenguaje que tanto aparece de tiempo en tiempo? Y eso nos lleva a otra pregunta. ¿Si
verdaderamente el surrealismo es un lenguaje o si se aproximaron a esbozar un
lenguaje? Sin entrar en ese borroso campo de lo onírico y los sueños, y menos
al terreno de los lingüistas. Aun a sabiendas, que fueron los estructuralistas
y los filósofos del lenguaje, los que de una manera estrictamente lingüística,
más se acercaron al problema. Y desde el campo del inconsciente, lo fueron los sicoanalistas. Menudo problema y nudo
gordiano para los surrealista, desenvainar la espada de excalibur para cortar
ese nudo y librar un nuevo lenguaje, en ese laberinto infinito de palabras e
imágenes; y en el fondo del escenario esa
movilidad escurridiza de los sueños.
Sin embargo, nadie podrá acusar a los surrealistas de no intentarlo. Si
algo se logro es polémico e incierto. Y Breton proclamaba la liberación del
lenguaje:
Basta
con que nuestra crítica se dirija a las leyes que rigen su combinación (de las
palabras). ¿La mediocridad de nuestro universo no depende esencialmente de
nuestro poder de enunciación? (…) ¡¿Qué es lo que me impide alterar el orden de
las palabras (…)?! El lenguaje puede, y debe, ser sacado de su servidumbre. No
más descripciones según la naturaleza, no más estudios de las costumbres. ¡Silencio,
para que yo pase adonde nadie ha pasado jamás, silencio! - Después de ti, mi
bello lenguaje. (42)
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El humo del lenguaje fabrica nubes de acero
Pero si se permite encontrar huellas de ese intento. Y
aunque sea por una aproximación; podría
afirmarse, que se encuentran rastros y vestigios de un lenguaje. Los mismos
métodos y productos de su empresa presentan esa evidencia. La primera es el recurso de los
surrealistas por buscar las analogías. Pero también esa infinita búsqueda por
los contrastes. La escritura surrealista, indistintamente que provenga de lo
onírico o de lo inconsciente, o del automatismo, está basada en analogías y contrastes. Ese es
un principio, por supuesto esos recursos no son exclusivos del surrealismo.
Pero si en tanto, aborda lo onírico y los automatismos imprevisibles y
aleatorios de la siques. Una segunda
aproximación, es el acercamiento, ya sea consciente o inconsciente que el
surrealismo hace sobre los símbolos y los mitos. Ya sean nuevos mitos o viejos
mitos, cuyas nuevas combinatorias
exploraciones decantan la razón
surrealista. Y con ese lenguaje de mitos y símbolos, ya aparece un esbozo que da
lugar para correr una interpretación del cuerpo de lo escrito o de lo pintado.
Por supuesto, no afirmamos que el surrealismo término siendo un simbolismo.
Pero si que dado que exploro el inconsciente y la razón del sueño, una de las
escasas probabilidades de encontrar el sentido
de las cosas es convertir esas
imágenes escondidas o presencias de una realidad diferente, en un estamento simbólico
o mítico. Y aquí es necesario, detenerse un poco. Y analizar otro hecho
revelador del surrealismo. La fuerza que adquiere la imagen.
Porque el
surrealismo se nos presenta como Janos con una cabeza en la pintura, y con la
otra en la escritura. No sabemos cuál tuvo mayor peso, o cual influyo más en la
otra. O quizás ambas alimentaban un
mismo siquismo. Pero en ambas dominaba la imagen. Era un lenguaje de imágenes,
pero esas imágenes podrían ser descodificadas en un lenguaje rudimentario pero
coherente. De una u otra manera, se ha abordado desde el sicoanálisis, lo
onírico y lo inconsciente en cuanto a
rastrear pautas del pensamiento consiente que como un iceberg emergen en la
vida cotidiana. Y ese es de nuevo un
camino regresivo al mito. El sustrato
ultimo de todos los contenidos síquicos en que se almacena toda la memoria de
la humanidad. En ese sentido la imaginación adquiere un carácter de símbolo, se
concreta y se personaliza en un contenido específico.
«
A la imaginación le queda aun la vía indirecta de exposición, la creación de un
símbolo, mediante el cual exhibe intuitivamente una idea, por analogía.» (43)
Para Baudelaire, esa dama imaginativa:
«Es la más científica de las facultades,
porque sólo ella comprende la analogía universal» (44)
Y aquí cabe señalar un punto clave del surrealismo:
que las analogías también desembocan en lo simbólico. Lo que Kant llamaba la imaginación
simbólica (45)
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Lo fragmentario se instala en la mente
Porque los surrealistas dentro de la naturaleza
fragmentaria del surrealismo, y a veces
caóticas visiones, aspiraban a encontrar en el fondo de las cosas un orden de
esa revuelta de las imágenes y las palabras. El surrealismo tocó aspectos
prístinos, y aspiraba que en ese desorden, volver inteligible lo que miraban. Estamos
ante una cuasi ley de la entropía: el orden en el caos. Pero ¿para qué un orden
en el caos? ¿Cómo restituir la unidad en lo fragmentario de lo onírico? El
surrealista tiraba las cartas de la baraja al azar; y en seguida quería encontrar un sentido
oculto. De ahí su aproximación al lenguaje de lo símbolos. En parte lo dijo Breton (lo señalamos en la Parte I, el
acápite del sueño, nota 9):
«La
futura armonización de sueño y vigilia implicará “una especie de realidad
absoluta, super-realidad o surrealidad, si es que así puede llamarse.»
27
«Y cuando despertó el dinosaurio todavía estaba
ahí.» Dijo Augusto Monterroso en su celebre
ficción. Y quizá la mini ficción más
breve de un texto francamente surrealista. Dalí si hubiese querido pintar ese
breve relato consideraría que hombre que
despierta viene del sueño, (elemento surrealista), colocaría un par de relojes derritiéndose como
queso gourmet, (la inmovilidad humorística del tiempo porque el surrealismo no
deja de tener un cierto humor, y porque
en el surrealismo el tiempo parece congelado. En los sueños no hay tiempo), a
la vista del hombre que acaba de despertar
se extiende un campo dorado en la que sobresalen un par de dinosaurios, (el
elemento no racional que no irracional).
Pero el hombre que acaba de despertarse no mira a los dinosaurios, sino
que apunta al cielo con su dedo índice. Y ve una estela de humo que va dejando una cosa
o aparato que no sabe qué es, porque
nunca ha visto algo parecido en toda su
vida: es un Boeing 737 que va dejando una estela de humo. (El humo es el
misterio surrealista). El hombre que ve todo eso se asombra, es el thauma griego. Lo que ocurre frente a le
parece un sueño, y como tal, es
maravilloso y es misterioso. Pero, cuando lo pensamos por segunda vez, y
hacemos un repaso de la escena. También podríamos pensar —que lo único
maravilloso y misterioso— es el hombre que acaba de despertarse.
28
Por supuesto es más difícil escribir un relato de
siete palabras que imaginarse un cuadro
surrealista. Y por supuesto es más fácil recordar una imagen que un texto. Por
eso la imagen surrealista le gano, con las cartas marcadas, la partida de póquer a los textos surrealistas. Pero entre imagen
y palabras, corre una dialéctica surrealista en proceso. Y si todos los movimientos tienden hacia la unidad, ¿Cual es la unidad que busca
el surrealismo? Y es muy atinentes preguntarse eso, porque el surrealismo por u
propia naturaleza y los contenidos de la materia de que trata: sueños,
imágenes, símbolos. Detenta un panorama fragmentario y además descontinuó.
Serán pedazos del mundo que se desintegra o serán señales como el hilo de
Ariadna, que van indicando un camino
hacia la integración. Breton dio algunas pistas. Pero ¿como se puede integrar
el surrealismo? En un mundo que precisamente sé caracteriza por su
desintegración. O dicho de otro modo ‘¿Era el surrealismo una fuerza
integradora o desintegradora?
Si Walter Benjamin
creo su Ángel de la historia para redimir la historia de los pedazos del la historia. A los surrealistas les falto un
Ángel del lenguaje. Pero si se apropiaron del contenido de ese lenguaje. Breton
intento juntar la extrema objetividad con la subjetividad, el inconsciente
colectivo con el inconsciente individual. Pero también afirmo que todo el más allá, se halla en este mundo. Trasformación total de
la vida, un programa por la reunificación del hombre dividido es y será
siempre parte del misterio inagotable del ser.
Aquel intento de «aproximaciones
insólitas», (46) que buscaba
fundir dos realidades. Lo que los románticos llamaban, los opuestos. Pero los surrealista dan un paso adelante, no
es tanto fundir esos opuestos bien –mal, hombre–mujer, bello–horrible. La
apuesta de ellos era fundir el inconsciente individual en el inconsciente
colectivo y regresar con algo a mano. Y solo recordemos aquella alegoría de la
flor de Coleridge que tan amenamente reseñara Borges.
29
El nudo sonoro de la libertad
Por ahí anda suelta una palabra sacada del azar surrealista, y que
les obsesionaba tanto como la imaginación: libertad. Exclamaba Breton
«La palabra
libertad es lo único que todavía me
exalta.» (47)
Y lo confirmaba también Soupault:
«la poesía es ante todo liberación».
(48)
Sin embargo esa libertad, es contradictoria, por un
lado los surrealistas amaban la libertad pero era una libertada hecha a su
medida. Siempre limitada por el método surrealista de hacer poesía y arte. El
surrealismo era una doctrina con su sacerdote supremo. Y como todo doctrina
tenia sus dogmas. Estaban muy atados a
sus propios métodos. Lo atestiguan las
numerosas defecciones y expulsiones de su feligresía. Si respira algo que los
poetas aman es la libertad incondicional y total para escribir. Y estar lo
menos atado a cofradías, métodos y dogmas. No obstante, ellos llegaron a
explorar desde las sensaciones hasta la libertad total de las imágenes. Si el romanticismo fue la proclamación del
individuo y la individualidad, echar a andar al
Yo Romántico por la calle; el
surrealismo era la proclamación del Yo
onírico .No obstante, aparecía una diferencia, el surrealismo
aspiraba a la colectividad, no en vano sus artífices desde sus precursores, tal
como Lautremost declaraba:
« La poesía debe ser hecha por todos, no por
uno.»
Una poesía hecha por todos y en cuya figuración
hubiese un anonimato. Pareciera una idea extraña para cualquier círculo de
hambrientos comensales, pero no era tan novedosa. Y aunque en otro plano, ya
Emerson y Valery habían pensado en una solo poesía que las contenía a todas, y
que escribía un solo caballero omnisciente. (Eliot casi pensaba lo mismo). Pero
ese conato colectivo, de una poesía hecha por todos, si
bien se llego a practicar. No tuvo los resultados esperados. Al fin y al cabo,
lo más íntimo y precioso para un poeta es individualidad y su intimidad. Y si bien
muchos miembros del surrealismo siguieran las reglas, no lo hicieron en todo
momento. En ese sentido les fallo a
los surrealistas sopesar debidamente la naturaleza humana. Bien lo decía un
surrealista:
El principio del método surrealista no es la razón hegeliana, ni el
trabajo marxista: es la libertad. (49)
30
El asalto sinfónico
a la mente moderna
El surrealismo si bien no alcanzo todas sus metas, si atrapó
la mente moderna. Lo único que el surrealismo no tuvo fue una metafísica
surrealista. Y si la tuvo es desde la búsqueda del hombre integral y ese afán
exploratorio por otra realidad. Visualmente tuvo una pintura metafísica,
representada en G. De Chirico. Y en cuanto al tiempo, ese recurso de la
metafísica, y que tanta problemática ha causado a los filósofos. Podría
resumirse en una imagen La persistencia
de la memoria de Dalí. En el surrealismo el tiempo siempre es atemporal,
congelado en la mirada y suspendido entre dos ganchos de cristal. Y esto es lo natural
porque tratan con lo onírico y con lo inconsciente de la psiquis. En ese
terreno brumoso y escarpado, no palpita ningún movimiento ni existe el tiempo.
El movimiento surrealista es inamovible, en cuanto a las imágenes que nos
presenta. Pero obedece a un continuo
desfile de contenidos síquicos que viene de lo profundo.
Al avance del surrealismo aunque no con la rigidez del
originario, logro notables progresos. Y posiblemente le gano la carrera al otro
gran contendiente, el poderoso caballero del romanticismo. El romanticismo ha
quedado en la cuerda floja de la memoria y el pasado. Aunque su visión y amor
por la naturaliza todavía sea tema de debate y actualidad. En cambio el surrealismo de forma natural y
hasta normal, se ha incrustado en la
mente moderna. Y silenciosamente se ha filtrado como un remanente permanente
que sigue renovándose; y aunque sus técnicas han
sufrido mutaciones, y coexiste sin el
rigor de la técnica original surrealista. Sin embargo, el surrealismo como
fenómeno social y como avatar de las ideas de la modernidad y postmodernidad, ahora
cabalga seguro y altanero por las calles.
Y todavía lo hace con un sello subversivo. Quizá más convertido en
imagen que en palabras. No falta de aparecer
un deje surrealista en las grandes urbes modernas. Y en las grandes
concentraciones humanas, ahora tan diversas y múltiples. Aun las novelas de Kafka destilan, como los buenos
vinos un sabor añejo y surrealista. Como también las novelas distopicas y de
ciencia ficción. Pero acostumbrados más a lo visual y a las palabras. Hemos
descuidado el poder auditivo, en fin todas las películas de Disney de animales
que hablan, no deja de ser, muy en fondo un manifiesto auditivo surrealista. Y
cuyo antecedente, entre muchos nos trae a la vista Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol. Y una película como Matrix, con su portento
da tecnología visual, nos parece más una experiencia onírica.
31
Y es que el surrealismo se ha ramificado hasta
estamentos inéditos como la política y la ciencia, la arquitectura, la moda, el
cine y el diseño. Es decir ha entrado por la puerta grande de
cristal y aplausos: la mass media. Un
especialista mundial en surrealismo como George Sebbag, opina:
«considera que los surrealistas, que tuvieron
un impacto enorme, pusieron en marcha una reforma del entendimiento y se
dedicaron a transformar íntegramente el espíritu humano. “Nuevos fundadores de
la materia mental, se pusieron la clámide del poeta y del filósofo, sacaron
brillo a los instrumentos del artista y del experimentador, y crearon un
grupo”, según Sebbag .Con unos planteamientos que han influido de manera
decisiva en todo el arte posterior y en la sensibilidad contemporánea, durante
el presente año el surrealismo se ha convertido en destacado protagonista del
panorama expositivo mundial» (50)
También el término surrealista ha sufrido modificaciones,
e incurre en él una faceta peyorativa
del término, y otras veces se asocia a la simple fantasía. Pero recordemos que
la fantasía como recurso de creación ya existía ante del surrealismo. Lo que
ellos intentaron es dotarla de un método de arranque, que como
todo método tenía en sus rostro sus virtudes y en sus espaldas sus signos de
interrogación. Ellos reverenciaban la
imaginación no lo fantasioso.
.
32
.
¿Crimen sin
castigo o milagro sin celular?
Un proyecto de vida, que hasta lo posible
intentaba asaltar en cofradía, la calle
soñada. No obstante, en sus extremos, se aproximaron al espiritismo, y la
hipnosis. Si el romanticismo tuvo sus
excesos, el surrealismo también los tuvo. Sin embargo, muy pocos movimientos
literarios han gozado de la influencia que tuvo el surrealismo, al atraer una
revuelta en los contenidos visuales, la pintura, el cine, la escultura y hasta el
teatro. El surrealismo y sus secuelas, todavía anda por ahí, quizá ya no con la
mano férrea ni con todo artificio de los manifiestos surrealista proclamados
por Breton. Pero el surrealismo sigue
abierto y provocativo como un gran sueño interminable. Y sigue deletreando un signo perpetuo de interrogación. Pero que también nos hace pensar; si ese
proyecto alcanzó su cometido; y si en
nuestros tiempos el hombre surrealista, bajo la tesis surrealista, que cada
hombre tiene el potencial de llegar ser un homme
complet. Logro triunfar o a fracasar. Una inquietud parecida hacia
preguntarse a Max Ernst:
«si a los ojos de la sociedad
moderna en la cual vivimos, ese hombre completo es un crimen o un milagro.»
(51).
33
Y brevemente podemos adelantar algunos comentarios a
esa pregunta, sin agotar todos los posibles cursos de acción. Tendremos que
dislocar el tiempo, volver al pasado. Crimen en ese tiempo, quizá para las
mentes más intolerantes. Sin duda, el surrealismo puso ser causar de escándalo,
ganarse ellos el mote de tipos raros o hasta medios locos. Pero eso es lo
normal: y este gesto vociferante pertenece a casi todas las vanguardias. Solo
recordemos, la impresión que provocaron los primeros cuadros impresionistas en
el público, cien reacciones airadas que les obligaron a organizar su propia exposición de los
Rechazados; ya que nadie les quería
exponer sus cuadros. O pensemos en Stravinski con su Consagración de la primavera, y sus tonos disonantes, que causaron
que medio público maldiciendo abandonara al unisonó la sala de presentación. O
el Ulises de Joyce o la Lolita de Nabokov, obras prohibidas por décadas.
Y ya sea para un público clasicista o romántico, las pinturas
de los impresionistas o las novelas de ruptura cultural o la música
dodecafónica, representaron en las mentes más rigurosas del clasicismo y de las
tradiciones artísticas, un perfecto crimen. No obstante, este tipo de rechazos son
parte consustancial del proceso
normativo y el costo que ha de padecer toda vanguardia e innovación en el
pensamiento. En cuanto a lo de milagro, al volver al presente y en la sociedad actual. Diremos sencillamente,
que el surrealismo todas las mañanas sale a ejercitarse y goza de buena salud.
Su simple supervivencia y arremetida en la mente moderna es un pequeño milagro.
El surrealismo con sus dos poderosos brazos: la palabra y la imagen, sigue estando vigente y ha permeado una buena
parte de la poesía moderna y conquistado
la imaginación genética del bunker mediático.
34
La mutación celebra el aliento místico
La mistificación del surrealismo es tomar el juego de
palabras pero omitir las técnicas surrealistas Por supuesto a ningún poeta se le
puede exigir someterse a raja tabla a esas técnicas. Pero igualmente
cierto es que se ha hecho una
multiplicación y masificación del cuerpo teórico surrealista y de ha idolatrado
la imagen todopoderosa del castillo surrealista. Sobre ese abuso del surrealismo, la repetición
incansable de la imagen, pensemos en lo que decía Walter Benjamin en su obra La reproductividad técnica del arte
(1936). Para Benjamin la repetición exponencial agota el contenido, y lo
despoja de su verdadero origen: la tradición. Con lo que se deja de cumplir el ritual. Y al final
produce un contenido no totalmente carente de autenticidad, si es un reflejo
pálido del original. Pero eso se podría
revertir, si aceptamos que lo que ha ocurrido
en el trascurso del tiempo son mutaciones del surrealismo. Una adaptación a las
necesidades y los medios de los nuevos tiempos. Los surrealistas actuales son
surrealistas en proceso y en transición.
Ya no tanto en busca de un lenguaje nuevo, sino una interpretación que empalme
con ese mundo que corre más aprisa que los instrumentos y recursos que el
artista tiene a mano. Esa empresa es muy compleja, y más ahora que antes. Es como
querer escribir un film al mismo tiempo que se ve una película. Ni ellos ni
nadie podrán con la velocidad y
multiplicación reproductora de los hechos del mundo, pero en cambio si se
podrían abastecer, como lo hicieron los surrealistas fundadores, de la analogía
poética. Todo comenzó con un juego, la analogía surrealista. Esa hibridación
del surrealismo, es legítima y valida, porque la analogía siempre será un atajo del lenguaje y de la realidad del
mundo; y sobretodo porque la analogía abre la puerta a lo
místico.
35
Lapoujade en su obra Filosofía de la imaginación hace una aguda y reveladora observación:
«La analogía poética tiene en común con la
analogía mística el transgredir las leyes de la deducción para hacer aprehender
al espíritu la interdependencia de dos objetos de pensamiento situados en
planos diferentes, entre los cuales el funcionamiento lógico del espíritu no es
apto para lanzar ningún puente y se opone a priori a que se lance ninguna clase
de puente.» (52)
Mientras que H. Béhar y
M. Carassou afirman que «A través de su
práctica de la poesía, los surrealistas encontraron el sentido de la Gran Obra
alquímica, que es hacer penetrar al iniciado en los misterios del cosmos.» (53)
En ese sentido la obra surrealista en una obra en progreso, siempre en movimiento como si
fuese el sueño eterno del demiurgo platónico, quien que
no termina de despertarse; porque todavía no acaba de configurar al mundo, y si
despertase entonces se le derrumbaría lo
que esta soñando, como si fuese un
castillo de impasibles y solidas realidades.
36
Un epilogo surrealista: a la caza del zorro azul
El zorro azul,
además de ser un zorro azul, El zorro
azul se viste de zorro azul puede ser el tiempo
sin colores. A los surrealistas no
les interesa el pasado, ellos aspiraban a atrapar el presente y poco a poco conquistar
el futuro. Concluía Breton en uno de sus poemas:
«On ne saurait décrire en art
L'engin a prendre
le renard bleu»
MONSIEUR V
No se podría describir con arte/
El aparato para agarrar el zorro azul.
¿Cuál es el
aparato que el arte no podría describir? del que habla Breton y ¿qué simboliza
el zorro azul? Entre lo concreto y lo intangible palpita una zona gris, también
asoma fugaz entre el presente y el
futuro. El zorro azul puede simbolizar varias y simultaneas cosas: quizá la
metafísica, quizá el lenguaje, quizá el tiempo, quizá el sueño, quizá la
muerte. Y ante cualquiera de esas
posibilidades el arte y los surrealistas es poco lo que pueden hacer. Quizá alcanzar
algunas aproximaciones. Pero Breton agrega una incógnita más, y eso es lo que
él llama aparato (el aparato para
agarrar el zorro azul) Esa palabra está indicando una cosa concreta, no
intangible. Léase: aun con la tecnología
el arte no podrá atrapar al zorro azul.
Los surrealistas
encontraron su propia razón: La
Razón del Sueño. Y apostaron una
buena parte de las fichas a esa carta. Pero asimismo es saludable considerar que
los propios surrealistas desconfiaban terriblemente de la RAZON. Breton llego a
llamar a la razón una prostituta y la peor enemiga del espíritu. Pero del mismo modo, conveniente será replicar la anticipación genial del pintor Goya: El sueño de la razón produce, monstruos.
Y es que así como la el sueño de la razón produce monstruos; lo onírico, es un terreno fértil para
encontrar el paraíso o el infierno. Conviven lo sublime y la pesadilla. Y es
que todo exceso siempre es perjudicial. Sin embargó nadie discutirá que el
surrealismo fue una revolución novedosa en sus raíces y exitosa en su producción de peras (Alusión a
una obra de Octavio Paz).
Sin duda, en ese
trajín surrealista, la mayoría de los poetas surrealistas, ocasional
y fugazmente, vieron a ese zorro azul correr por el campo de sus sueños o por
alguna calle concreta y vigorosa de Manila o Paris o la isla de Socotora. Otros
quizá lo divisaron muy atento, echado en
los lomos blandos y alados de la portentosa imaginación. Pero una cosa es mirar
al zorro azul, y otra muy distinta es
atraparlo. Solo cabe preguntarse si el zorro azul también les vio. Porque, —y eso es algo que entre el vértigo y el vuelo
surrealista—, ellos nunca sopesaron cuidadosamente: que al zorro azul
de tanto buscarlo y mirarlo, también les vio de reojo, y aprendió a
mirarlos. Y si en algún instante los pudo
mirar; también algún día, entre lo
onírico y la realidad, ese zorro azul también les podría cazar.
37
*NOTA
La correlación numérica de las notas bibliográficas e
ilustraciones es continua a la Parte I.
(ya publicada).
Segunda Parte
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
38. Citado Louis Aragón, Ob., cit. Baron, Jacques. 1976, p. 556.
39. Membreño Cedillo, M.A. John Keats: la
imaginación poética, sección Pagina 10, Plaza de las palabras, decía Keats:
«yo quiero una palabra más brillante que brillante y una palabra más pura que
pura.» [
40.Ob.cit., Robert
Shepard, en The Crisis the Language. Ob.Cit. Modernism. p. 323- 336 «Parafraseando una línea de la Elegía de Duino: muchos modernos sienten
que el hombre no esta muy seguro en casa en este mundo, el cual el interpreta
con su intelecto. Porque sienten que el principio de unidad se ha perdido, y el
presente parece perder su conexión orgánica con el pasado y el futuro», p.
327. (Traducción libre Plaza de las palabras)
41. Bradbury, Malcon, McFarlane, and James. The name end nature of Modernism. Ob.cit. Modernism, p. 20-21. «Alrededor de 1850…, los escritos clásicos por
consiguiente desintegrados, y toda la literatura, desde Flaubert hasta el
presente día, ha llegado a ser un problema del lenguaje.» p.21. (Traducción
libre de Plaza de las palabras).
42. Citado A. Breton, “Introduction au discours sur le
peu de réalité” (1924), en Point de jour, pp. 22-23. (Cit. por H. Béhar y M. Carassou, ibíd., p. 314). Ob.,
cit., SUFISMO Y SURREALISMO: SELECCIÓN DE TEXTOS, 2009
43. Ob.cit. Lapoujade, María Noel, 1988, p. 97- 98
44. Citado Baudaliere. Ob.,cit. Pellegrini, Aldo, p.12
45..Ob.cit.
Lapoujade, María Noel, 1988, p. 98
46. Ob., cit. Pellegrini, Aldo. p.12
47.
Ídem, p.10
48. Ídem.
p.10
49.Citado F. Alquié, Philosophie du surréalisme, París, Flammarion,
1955, p. 115.
(Cit.
por H. Béhar y M. Carassou, ibíd., p. 230). Ob.,
cit., SUFISMO Y SURREALISMO: SELECCIÓN DE TEXTOS,
2009
50.
Ob., cit., LA VUELTA DEL SURREALISMO ES REAL, 2013
51. Max Earnst citado. Ob.,cit Robert Short, p.308
52.Ob., cit., Lapojaude, 1988, p.238
53.H. Béhar y M. Carassou (Ibíd., p. 254).Ob.cit.
SUFISMO Y SURREALISMO: SELECCIÓN DE TEXTOS, 2009.
Enlaces
ANTOLOGÍA DE LA POESÍA
SURREALISTA de la lengua francesa
Estudio preliminar,
selección, notas y traducción de Aldo Pellegrini
Compañía General Fabril
Editora (PDF) (Solo incluye el prologo)
SUFISMO Y SURREALISMO:
SELECCIÓN DE TEXTOS, 2009
Lo maravilloso moderno
surrealista y el lenguaje de la poesía infantil y popular. Ángel Luis Luján
Atienza. Universidad de Castilla-La Mancha
38
Imaginería surrealista
Erick Johansson, fotógrafo
surrealista sueco
Xue Jing , pintor
surrealista y figurativo chino
Extensive Archive of Avant-Garde & Modernist Magazines (1890-1939)
Now Available Online
El
surrealismo y el sueño
José
Jiménez
Ilustraciones
*Ilustración del encabezado, El zorro azul, Franc Marc,1911
21. Hegel Holiday, pintura René Magritte, 1958
22. Melberry, donde viven los monstruos, moda y diseño.
Lindsay Wixson modelo, fotografía Tin Walker, bosques de Sarrey Inglaterra.
2012
23. Transformer, Google Imagen
24. El enigma de la llegada de la noche, pintura,
Giorgio De Chirico
25. Full Monn Service, fotografía, Erick Johansson, 2017
26. Génesis, pintura Peter Kakovsky
27.
Afiche de film de Georges Melies
28. Alunizaje en la luna, montaje, Google Imagen
29. Socotora, isla en el océano indico. El lugar más
extraño del planeta tierra según la
UNESCO
30. Manos enguantadas, Elsa Schiaparelli, diseñadora de
moda
31. Keanu Reeves, foto de escena de la película Matrix
32. Diseño de vestido y teléfono, Elsa Schiaparelli, diseñadora
de moda
33. Reloj derretido, escultura, Dalí.
34. Mujer con tijeras, fotografía, Erick Johansson
35.
Zapato de sombrero, Elsa Schiaparelli, diseñadora de
moda.
36. El
ojo de dios, nebulosa
planetaria Helix, foto Observatorio Europeo Austral, ESA, observatorio La Silla,
Chile.
37.
Pechada, pintura, Xue Jiye
38. Luchadores,
pintura, Xue Jiye
39. Árbol de animales, acuarela, Ana Pez