Lecturas: Tecnología y literatura



Plaza de  las palabras en esta ocasión en su sección Lecturas, presenta dos artículos, ambos muy relacionados. El primero Revolución tecnológica y literatura por Xabier F. Coronado. Y el segundo Obras de ficción con Inteligencia Artificial, escrito por Gabriel Del Castillo, ambos artículos se complementan. El primero esta orientado describir un panorama amplio de la tecnología y su efecto en la literatura y la sociedad. Es una visión macro. El segundo articulo, es la visión micro y pone ejemplos de cómo la tecnología ha irrumpido en el mundo concreto y creativo de  la literatura. ¿Se puede con la inteligencia artificial hacer una poesía? ¿Podrá algún día la inteligencia artificial crea una novela? ¿Podrá haber una crítica literaria elaborada por la Inteligencia Artificial? ¿Dónde queda la intimidad y la personalidad del autor si un artista se apoya en dichos artificios  tecnológicos? ¿Podrá un lector saber si lo que lee es una poesía o novela escrita por un ser humano o  si es escrita  por una maquina?  ¿En el futuro serán sustituidos los creadores por las maquinas? ¿Podrá un escritor competir contra una maquina?

Revolución tecnológica y literatura

Xabier F. Coronado

Lo que vieron mis ojos fue simultáneo:
lo que transcribiré, sucesivo, porque el lenguaje lo es.
J. L. Borges
           
A finales del pasado siglo, la irrupción en el marco de la sociedad humana de internet –un conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas–, ha significado una revolución en muchos aspectos. El laberinto de la red de redes se ha convertido en una galaxia en expansión que invade nuestra vida cotidiana; se trata de un acontecimiento que marca con claridad una frontera histórica: la era digital.
La revolución virtual
Aunque la primera red interconectada se remonta a finales de 1969, cuando se establece el enlace entre la UCLA y la Universidad de Stanford, no es hasta 1990 cuando comienza a extenderse la Red Informática Mundial (World Wide Web), lo que conocemos por “la web” o “triple w”, un sistema de distribución de documentos interconectados de hipertexto y multimedia accesibles vía internet. Después de veinte años de propagarse, la web se ha convertido en algo indispensable para la mayor parte de la sociedad, tanto a nivel laboral como en el campo de las relaciones personales.
La revolución tecnológica es un movimiento global que se transforma vertiginosamente y el ser humano no es totalmente consciente de lo que está sucediendo y de las repercusiones que –a corto, mediano y largo plazo– tendrá en la evolución de la sociedad. En un principio el fenómeno del correo electrónico y, posteriormente, la propagación de las redes sociales a través de la llamada web 2.0, cambiaron radicalmente nuestra manera de comunicarnos. Este camino tecnológico provoca cambios que nos obligan a replantear muchas cosas.
Ante esta realidad virtual tan determinante, las transformaciones se están produciendo a todos los niveles y a veces de forma radical: las instituciones educativas, el sistema económico, la vida política y el mundo cultural se han visto impulsados a modificar sus dinámicas de funcionamiento; por su parte, una cifra incalculable de individuos han cambiado la manera de relacionarse con su entorno social. La vida diaria está inmersa en un marco virtual que cada vez ocupa más nuestro tiempo.
Las áreas del conocimiento y la creación también se han visto afectadas y el nuevo escenario rompe moldes. Las manifestaciones artísticas están sufriendo el embate de las nuevas tecnologías y se abren posibilidades aún por explorar.
Literatura y nuevas tecnologías
La literatura ha sido, entre las artes, una de las más turbadas y seducidas por las nuevas tecnologías; fue precisamente un escritor visionario, Arthur C. Clark, quien, en 1970, en un artículo firmado por Wernher von Braun para la revista Popular Science, anunciaba lo que estaba por llegar: “Imagina una consola en tu oficina que combina, oprimiendo un botón, los servicios de un teléfono, una televisión por cable, una fotocopiadora y una pequeña computadora electrónica conectada a un sistema sincronizado satelital; esta consola podrá poner todo el conocimiento acumulado del mundo al alcance de las manos.”




Los nuevos tiempos exigen una reconsideración sustancial de la literatura porque los conceptos de libro, escritura y lectura están cambiando. La puesta en escena de otros elementos creativos –el hipertexto, la imagen en movimiento, la música o el dibujo–, multiplica las posibilidades del discurso narrativo y la producción de obras nuevas. La industria editorial se reorienta y el libro cede paso a soportes digitales que facilitan la autoedición.
En estos tiempos debemos adaptarnos a leer los libros en un dispositivo electrónico: es ganancia para la literatura y la lectura. Los libros digitalizados cambiaron el panorama de la edición y difusión de textos: papel y tinta van desapareciendo. El libro digital genuino difiere en muchos aspectos del digitalizado: no tiene antecedente físico y pone en juego planos virtuales de textos, imágenes y sonidos al servicio del hecho narrativo. El uso de la computadora para la creación literaria permite al texto electrónico ser multilineal, multimedial e interactivo, aspectos que le confieren su naturaleza virtual irreversible.
Es indudable que se están produciendo novedades y cambios en aquello a lo que estábamos acostumbrados, aunque tales transformaciones todavía no se procesan del todo bien y deberá pasar tiempo para tener una idea clara de lo que suponen. Un factor importante es que los aparatos multifuncionales son relativamente asequibles y su uso se facilita por cuestiones económicas de consumo. Con sólo intentarlo, cualquiera puede grabar imágenes y sonido, escribir en varios formatos, dibujar, y un largo etcétera de posibilidades; por eso en la red hay de todo y mucho es experimental o improvisado. Un dato: en diversas universidades ya existen asignaturas de narrativa digital, revistas, páginas web y premios que son el vivero de una nueva generación de escritores.
Los escritores siempre han sido reflejo de su tiempo, sus obras aportan imágenes que interpretamos mentalmente, porque leer establece vínculos, significa dialogar y los libros han sido interlocutores de la evolución del pensamiento humano. El puente establecido entre escritor y lector adquiriere nuevas dimensiones gracias al soporte digital. Este panorama, donde se abren otras formas de construir y difundir en el mundo literario, es una realidad incuestionable y nos invita a reflexionar desde posturas abiertas sobre la llamada literatura digital.

Los antecedentes

Podemos repasar la historia y analizar si los cambios tecnológicos en el proceso literario –papel, imprenta, máquina de escribir– afectaron al hecho creativo. Es evidente que fue en el plano divulgativo donde las novedades técnicas han influenciado más. El papiro fue un avance frente a los soportes anteriores en tablillas de barro. El papel abrió los límites que tenía el pergamino y la imprenta dio a todo el avance una dimensión que parecía definitiva.
La revolución tecnológica supone un cambio más trascendental porque no sólo afecta el tema de difusión sino también el proceso creativo. Las herramientas personales que utilizamos para realizar la escritura también han evolucionado, desde punzones y plumas, hasta la máquina de escribir y la eclosión de los teclados digitales. Computadoras, tabletas y teléfonos tienen incorporado un sistema digital virtual con funciones múltiples que hacen posible otra manera de escribir. El avance tecnológico está teniendo mucha repercusión en el proceso literario, porque facilita la elaboración y distribución de productos e incrementa las posibilidades creativas.
Una de las primeras opciones que ofrece la escritura en soporte digital es la utilización del hipertexto, que expande la estructura lineal de lo que escribimos o leemos y permite trascender las limitaciones del libro impreso. Esos límites ya intentaron romperlos escritores como Lawrence Sterne (Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, 1767); Pérez de Ayala (La pata de la raposa, 1913); Joyce (Finnegan’s Wake, 1939); o Italo Calvino (Il castello dei destini incrociati, 1969), quienes, a fuerza de genio e inquietud, se escurrían entre los barrotes de la jaula de papel. También Borges, con los relatos incluidos en Ficciones (1944), El Aleph (1945) o El libro de arena (1975), abría caminos hacia otras dimensiones literarias; por su parte, Cortázar consiguió con Rayuela (1963), al usar textos como material interconectado, abrir la puerta a múltiples lecturas.
Estos antecedentes son llamados protohipertextos en ese lenguaje de lo virtual, que sufre la ansiedad por nombrar que padece el que apenas está creciendo. Así surgen distintos neologismos para un mismo concepto y se habla de literatura digital o electrónica, de ciberliteratura o de literatura tecnológica... y los géneros se reconvierten en hiperficción, holopoesía, ciberdrama o wikinovela. También, según el lugar de la red donde se escriba, surgen la blogonovela o la twitteratura. Decir que algo escrito en 140 caracteres puede ser un twitpoema, un twitrelato o cualquier otro derivado, cuando ya existen el haikú, el epigrama, el aforismo o el microrrelato, es querer dar al medio el carácter de género literario y pretender nombrar lo que ya tiene nombre.
A pesar de la celeridad tecnológica de los tiempos, el cambio a nivel narrativo tuvo que recorrer un camino. Después de aquellas obras que utilizaron el hipertexto para experimentar otras opciones, llegaron los primeros ensayos de anexar soportes audiovisuales en el producto literario; autores reconocidos como Laura Esquivel (La ley del amor, 1996) o Luis Goytisolo (Mzungo, 1996), entre otros, buscaron con estas obras híbridas nuevas dimensiones para la creación literaria.
Hay libros que son eslabones entre la narrativa analógica y la digital, entre ellos el experimento de novela en la red La rebelión de los delfines, que Francisco Umbral inició con una frase fuera de contexto que fue continuada por varios escritores y posteriormente sería trasladada al formato impreso (Espasa Calpe, 2001). Otros ejemplos son La isla del fin de la suerte, un proyecto de Lorenzo Silva (Círculo de Lectores, 2001); Vidas prodigiosas, obra digital diseñada en 2006 por la Universidad de Deusto; y Madrid escribe (2006), un proyecto literario de la Comunidad de Madrid. En ellos ya se introducen el hipertexto, los enlaces y la autoría compartida.

La literatura digital

Históricamente, la literatura como concepto ha abarcado dimensiones y definiciones diversas. Hasta ahora el soporte no producía categorías ni géneros literarios, sólo era el medio donde escribir pensamientos e ideas y no influía de manera determinante en el contenido del texto. En la actualidad, el libro se transmuta en pantalla interactiva conectada con imágenes y documentos. La narrativa digital produce un texto con enlaces multifuncionales y multimediales, concebido y realizado en un campo virtual.
Hasta la aparición de las nuevas tecnologías, sólo teníamos dos posibilidades de narrar: de manera oral o escrita. En la actualidad surge la forma virtual que, además de la palabra escrita, utiliza recursos multimedia para construir obras literarias. De la unión entre tecnología digital y literatura resulta un nuevo modelo; este hecho provoca un cambio en los paradigmas literarios: literatura oral, literatura impresa y literatura digital. Indudablemente la literatura digital representa una ruptura con respecto a la tradición, es un cambio sustantivo porque utiliza un lenguaje que incorpora nuevos símbolo pero es, en definitiva, una nueva manera de hacer literatura.



A la hora de debatir, los que defienden el libro en tanto objeto argumentan la cuestión física y estética; apelan al tacto y al olfato frente a la supuesta frialdad del aparato electrónico que, por otro lado, amplía las posibilidades sensoriales del libro clásico (imágenes dinámicas y sonido). Otra diferencia es que el soporte digital resuelve problemas de transporte y almacenamiento: hoy en día, cualquier computadora puede guardar miles de obras literarias digitalizadas. A pesar de todo, no es probable que el libro vaya a desaparecer; se seguirán haciendo obras susceptibles de ser impresas.
La literatura digital ya ha producido composiciones interesantes y de calidad. En español podemos citar, entre otras, un par de obras de Jaime a. Rodríguez, realizadas con el apoyo de la Universidad Javeriana de Bogotá: Gabriella infinita (1995, 1998-99, 2005), que tiene tres versiones: tradicional, hipertextual, y multimedial; y Golpe de gracia (2007), que incluye videojuegos y una novela lineal. En inglés se pueden recomendar las clásicas Afternoon, a Story (1987), de Michael Joyce, y Victory Garden (1991), de Stuart Moulthrop. Es indudable que una nueva forma de narrar ya comenzó a cristalizarse.
Si la revolución tecnológica genera medios para desarrollar una creatividad literaria donde tenga cabida la genialidad artística y la elaboración de productos de calidad, bienvenida sea. No es casualidad que la literatura digital esté cada vez más vinculada al medio universitario, que es el canal adecuado para la entrada de cambios que luego maduran y se normalizan.
No se debe prejuzgar o rechazar por sistema, pues al posicionarse en contra de la novedad se corre el peligro de emular el inmovilismo educativo de la época franquista, cuando en un colegio religioso se enseñaba que “novedad significa no-verdad”. Lo que se debe rechazar siempre es la simulación, porque sólo se sustenta en la mentira y nos conduce sin remedio al adocenamiento.



Obras de ficción con Inteligencia Artificial


Javier Del Castillo

FUTURO

Imaginemos que en un futuro más o menos lejano el ganador del Premio Planeta fuera un robot. O que la autoría de los guiones de la serie de mayor éxito en España correspondiera a un software japonés programado con Inteligencia Artificial. El mundo de la creación literaria tampoco se quedará al margen de los avances que ya se están produciendo en otros sectores más vinculados a las nuevas tecnologías.



Disney trabaja en IA capaz de juzgar la calidad de una historia
Hace unos meses, la editorial china Cheers Publishing publicó un poemario –una selección de 139 poemas– escrito a través de Inteligencia Artificial por Microsoft Little Ice, con el título “La luz solar se perdió en la ventana de cristal”.
Seguramente que a los amantes de la poesía no les diga nada este título, y mucho menos su “autor”, pero no cabe duda de que el citado poemario abre muchas interrogantes y pone sobre la mesa un interesante debate: ¿hasta qué punto una máquina y un algoritmo tienen capacidad para crear un mundo literario, mezclando los ingredientes que previamente haya puesto a su disposición el ser humano?
El talento, la imaginación y la creatividad de un poeta no pueden transmitirse a un robot, ni por arte de magia. Pero, sin embargo, el robot sí puede memorizar un gran volumen de información, como hizo Microsoft Little Ice. Un algoritmo se encargó de poner a su servicio miles de sonetos pertenecientes a distintas generaciones literarias. Con todo este material, el robot fue capaz de generar 10.000 poemas, entre los que se eligieron los 139 que luego pasaron a formar parte de ese libro de poesía.
Los promotores de la idea comprobaron después –mezclando los poemas escritos por Inteligencia Artificial y otros de autores de carne y hueso– que muchos lectores no eran capaces de discernir entre unos y otros. Es más, sólo una minoría admitía la autoría y la participación de un algoritmo en esa selección de poemas.
El paso siguiente, para echarle más sentimiento a los relatos –ya sean en verso o en prosa-, será encontrar la manera de sustituir la ayuda humana con programas de Inteligencia Artificial mucho más perfeccionados y con una selección previa de frases y palabras que enriquezcan los contenidos.
En definitiva, suplir de alguna manera la capacidad imaginativa y la sensibilidad de los humanos. Según los expertos, la clave en estos momentos radica en dotar al software de una mayor sensibilidad… Pero todo se andará.
Frente a los más escépticos, que defienden la imposibilidad de que una máquina pueda reemplazar a la mente humana en la literatura, comienzan a levantarse algunas evidencias, que ponen en cuestión sus argumentos.
Creaciones de Inteligencia Artificial
Incluso existen experimentos que demuestran que la Inteligencia Artificial tiene ya quien la escriba. En apenas unos días, una editorial rusa, Astral Spb, publicó una novela ajena a la intervención de una mente humana, aunque previamente su “autor material” recibiera recursos lingüísticos y herramientas narrativas de trece escritores, así como datos y perfiles de personajes, una trama, un tiempo y unas localizaciones en las que se situaba la historia.
Por lo tanto, el dilema sigue estando en cómo generar en las máquinas la capacidad de imaginación y los suficientes matices que enriquezcan el alma de los personajes. ¿Se podría hablar de creación literaria, si el texto narrativo se compone de informaciones y de extractos que previamente se han incorporado en un programa informático? Sin esa aportación previa, difícilmente tendremos en el futuro un Premio Planeta, y no digamos ya un Premio Nobel de Literatura.
La experiencia del ser humano, sus circunstancias vitales, nunca podrán ser equiparables a la acumulación de datos que puede absorber de forma física un robot. Sin embargo, eso no quita para que la colaboración entre máquinas y personas se vaya estrechando. Y para que, incluso, se puedan lograr obras de ficción realmente interesantes.
Créditos

Revolución tecnológica y literatura, por Xabier F. Coronado, La jornada Semanal. Directora General: Carmen Lira Saade. Director Fundador: Carlos Payán Velver. Domingo 12 de enero de 2014 Núm.: 984

Obras de ficción con Inteligencia Artificial, por Javier Del Castillo, 2 de septiembre de 2017. Blogthinkbig.com
Ilustraciones

Las ilustraciones son de los articulo originales, salvo la ilustración que inicia el post,

El sueño, escultura por Brancusi

Selección de poema de Jacobo Cárcamo. Post Plaza de las palabras






«Lejos del verde cuenco de la Patria
afuera de su nítida naranja,(…)
y el himno horizontal de sus corrientes».
De El Emigrado
J. Cárcamo

«si en cada hombre hay un poco de árbol,»
De Pinos de Honduras
J. Cárcamo

«cuando el polvo no mancha
la invisible semántica del aire …
cuando la espuma es oración de garzas
en la erudita boca de los mares,
entonces nos ha dado la palabra 
su espíritu de orales azahares.»
De Elogio a la palabra
J. Cárcamo

Plaza de las palabras presenta una selección de poemas del Jacobo Cárcamo, poeta y periodista, fallecido relativamente joven (43 años),  y  que seguramente no le permitió plasmar una poesía más acabada y madura; no obstante sus poemas dan visos de su embrionaria y talentosa vena poética, en su obra destaca su profundo amor a México (su segunda patria), país al que llego con 26 años y vivió los restantes 17 años de su vida, y  al cual dedico entrañables poemas. Acompaña al poeta Cárcamo también una impronta contestaría, pero   sin caer en el fatalismo, ni en consuetudinario pesimismo que veces acusan los poetas. Tampoco –aunque reivindicativo en sus posiciones-  lo abruma el conato de odio social. Y siempre anidan en su poesía un meridiano aliento de esperanza Su poesía a veces parece sencilla, pero de pronto le arrebata una vigorosa pasión rítmica. Y aunque se adorna de ágiles imágenes, analogías inéditas y provocativas  metáforas, no es un lenguaje rebuscado. En  ciertos pasajes puede acusar una cierta candidez, no obstante lo rubrica su potente e insobornable autenticidad. En esta breve selección, incluimos Agua Fuerte de México y Ahuehuete, dedicados a México, luego Pinos de Honduras, donde recoge el paisaje y geografía de honduras y lo va vinculando a una serie de personajes y temas sociales, donde el poeta oficia el antropomorfismo de  la naturaleza. Aunque no estoy conforme, lacónico poema de protesta pero que señala una ruta y filosofía de vida, donde el poeta le agradece a la vida. Carbón, breve bosquejo de ideas de connotación social, poema con el tono y la mira de Cesar Vallejo. Unión, un poema bipolar de ecología social pero también de hermandad racial.  Cuando pasaste tú, que por su temática nos recuerda el To pass de los poetas románticos ingleses. Y dos poemas finales de los cuales solo incluimos unos fragmentos: Elogio a la palabra, una exploración  por la gramática de la geografía y el lenguaje, y El Emigrado, potencia y vicisitudes del emigrado del antaño que son un espejo del emigrado de hoy.      

Datos biográficos

«El  poeta Jacobo Cárcamo, nació un  28 de noviembre de 1916, en el municipio de Arenal, Yoro, ubicado a 36 kilómetros al oeste de Olanchito, y murió el  2 de agosto de 1959, en la ciudad de México,   a la edad de 43 años. (…) Los restos de JACOBO V. CARCAMO descansan en el Panteón Jardín de la ciudad de México D.F. junto al de otro gran hondureño que fue el polígrafo Rafael Heliodoro Valle. (1) (…) Para Ramón Oquelí “El de Arenal, Yoro, es insuperable en el arte de engarzar metáforas a manera de un prodigioso fuego de artificios pirotécnico. Ello constituye su inmenso atractivo y su limitación. Nos dejo también, como excepción dentro de su línea predominante, el bellísimo boceto “Carbón”. Para Jorge Guerrero: “En toda su poesía campean los elementos reclamatarios; los medios que usa para protestar los escoge de nuestra historia heroica: Cuauhtémoc, Hidalgo, Juárez, Morazán, entre otros… Algunos de sus poemas son épicos, pero la mayoría mantienen una tonalidad lirica general. La poesía de Jacobo Cárcamo es lírica, de una lírica heroica. El verso libre era el que más se adecuaba a su pasión libertaria”.
Para Manuel Salinas, “es uno de los primeros poetas hondureños que anuncian la vanguardia en el país. De acuerdo a Oscar R. Flores “la poesía de Cárcamo nunca se desprendió del todo del modernismo, que en esta época de su vida es una especie de sus trato en el que impera una poética social, épica, telúrica, panamericanista y fundamentalmente humanista. Su estilo aun podría evolucionar, y estaba evolucionando hacia la sencillez y la cotidianeidad… En la literatura hondureña, donde abundan ejemplos de melancolía y pesimismo, la obra de Cárcamo es un interesante caso de inclinación por la fe y por la esperanza. Su poesía ha demostrado superar la prueba del tiempo; quizá porque está encaminada a señalar los contrastes del hombre y los motivos para esperar y luchar por un mañana mejor”. (2)Entre sus principales obras, En vida publicó: Flores del alma (1935); Brasas azules (1938); Laurel de Anáhuac (1954); Pino y sangre (1955). En 1955 se le otorgo el premio literario Ramón Rosa.»

Selección de poemas por Plaza de las palabras

Laurel de Anáhuac, 1954

AGUA FUERTE DE MEXICO

MEXICO: El único país con una X
que es  J de emoción al pronunciarla…
mapa de la esperanza:
esclavo que te pisa se liberta,
hombre que te pronuncia se entusiasma.
Como dioses de pórfido…
como azulados cóndores de amor…
como laureles de berilo y sol,
sin pasaporte entran tus héroes
en la nimia republica de mi corazón.
Soy una hoja de tus jacarandas…
un nuevo caracol en tus arenas…
una alga en el moare (1) de tus lagunas.
Y pienso que al final de mis afanes,
ya con el alma llena de espinas de nopales,
ha de brotar sobre mi frente
el canerio  feliz de tus volcanes.
TUS AHUEHUETES: Morelos del paisaje…
altas estelas de tezontle verde…
Panchos Villas vegetales
con sus cananas de rumores
y arriscado el sombrero de follajes.
TUS JARDINES: lunados carruseles
donde da vueltas un cinturón de hombres
y un cíngulo de aromado de mujeres,
bajo el pirú (2) monumental,
ante la yerba de esmeraldas,
y al compas de la garrula banda municipal.
TUS ESTATUAS: con regular justicia distribuidas
por tu azul territorio generoso…
firmes desde los bronces y los mármoles…
las frentes levantadas y los ojos en celo…
patinadas de tanto verlas
y casi en vuelo por su sed de cielo.
TUS MUJERES: hermanas de tus flores,
poseen la redonda fragancia de los frutos…
con una voz de mandolinas leves…
bellas bajo las noches de las trenzas,
paseando el cuerpo indemne
entre chinampas de amores
y bajo de arboles solemnes.
TUS RANCHOS: son estancias generosas…
recatados palacios de tu pueblo,
enclavados en las lomas
o a la orilla del lago besado de canoas,
dónde Xóchitl vacía su leche fermentosa…
sonríe la india tras la rosa…
el árbol pasea su sombra
y se ofrenda la suave barbacoa.
TU CORRIDO: musical caballería…
avalancha de trinos y colores
en que el amor se vacía
como en un molde de magnolias liricas…
y la Revolución  se hace armonía
para que México la cante y la sonría.
TUS RUINAS: son pretéritos infolios…
cartulinas de luz de las centurias…
pétreos huipiles aborígenes
donde el indio nos da su arquitectura
con grecas de emoción y líneas puras:
Chi-Chen Itza, Uxmal, Teotihuacan
estampan su cultura sobre las rocas
en un alarde de eternidad.
MEXICO: el único país con una X
que es J de emoción al pronunciarla…
porque extiendes tus manos
con cayos de desierto y venajes de ríos
a los perseguidos, los parias y los muertos…
por tus paisajes, por tus mujeres, por tus hazañas,
ha de ser de obsidiana tu vernácula estatua…
Tu Escudo, un Calendario con el águila…
tu Bandera, ese símbolo
que hasta el viento vuelve tricolor…
todo bajo este cielo magistral…
¡y en el centro, un volcán que ya no arroja lava porque murió de amar!


AL AHUEHUETE

Ahuehuete soberbio…
viejo cartujo de una edad de gloria…
enorme ola botánica…
machete de armonía
que en el silencio puro de los bosques
partes en ritmo la melancolía.
A tus plantas llego,
a derramar sus lagrimas
–que eran amarga esencia de congoja–
el audaz Capitán:
¡y arriba se reía
tu sindicato lirico de hojas!
Esa que llama “Noche Triste”
es el día mas claro de tu vida…
en la mitología del México bravío
Tu eres Cuauhtemoc y eres Moctezuma:
erigen su silencio en el martirio
y en la prisión se mueren de amargura:
¡esfinges de bravura…
¡quetzales colosales!
Cuando el ladrón de ayer
avanzo como un viento corrosivo
Tu sin bajar la frente lo miraste
y aguardaste parado como un indio.
Paso bajo tu sombra, que enrojeció de ira…
paso sobre tus hojas que crujieron de cólera…
tus ramas se crisparon como brazos de hierro…
tu savia se hizo fuego
y tus raíces fueron víboras bajo el suelo.
Pero los Niños Héroes–
–gotas humanas de tu patriotismo
y nervios de tus hojas
y ensueño de tus flores
y tendones azules de tu mismas raíces–
gritaron tu coraje en la batalla,
se tiraron al aire en sus banderas
y desde tus cimeras,
llenas de resplandores,
rodaron hasta el suelo,
disparando todavía sus rifles superiores.
¡Oh verdoso aguafuerte del pasado…
Los Niños Héroes–
–ahuehuetes pequeños
sabinos minuciosos
que hacen de ramas brazos y se van a la Guerra–
–supieron ser tan grandes
como un ombú argentino
o como un tamarindo de mi tierra.
Pero no solo la epopeya roja…
pero no solo el huracán de pólvora
que pasa por la vida cercenando oropéndolas,
han prendido en tu alma vegetal
ese diamanterio de heroísmo
que hace de caja hoja tuya una señal.
También en este día vocinglero,
floreciente el florero
de un nuevo carnaval,
te haces confeti sobre los caminos…
ríes sin risa, así, por tu corteza
y prendes tus cantos emotivos
en los oídos de las novias
como en jazmines vivos.
Y por la noche, mientras el paisaje
duerme en el corazón de la laguna,
atraviesa la paz de tus follajes
el submarino de ámbar de la luna.
Hoy eres pebetero de alegría…
torres de risas verdes, alcándara de cielo:
canta la hija viva en el ramaje
y la otra, la humana, la del suelo.
Como si bajo el pétalo de un lirio
se escondieran todas las libélulas…
como si bajo el ala de una estrella
pusieranse a reír todas las reinas…
como si bajo un pórtico de olas
se guarecieran todos los poemas
así, bajo tu palio de esmeraldas
y entre el coloquio de las serpentinas,
pasan las mujeres mexicanas:
y el viento ya no puede con las risas,
ni los perfumes, ni las melodías.
Ahuehuete altanero,
que entre el carnavalesco fulgurar  de este día,
escondes tus rencores de guerrero…
y ante la risa de una mujer
y el ademan de un caballero,
sientes que se te endulzan las lagrimas de ayer.
La Lengua de Castilla
–que hasta en el viento penetro sus ritmos
jamás catequizo tus armonías:
tu garganta fue siempre la del indio.
¡Sí! eres en la película del sueño
una chirimía con alma de cuchillo…
una lanza que canta en lengua azteca
y una estela de azules jeroglíficos.
Y estas erguido aun,
ahuehuete guerrero…
obelisco de indios…
catedral de esmeraldas melodiosas…
erguido firmemente…
alta la verde frente el paisaje…
tensas las ramas…
el idioma puro,
y en todo el continente la elegancia
de un charro parado frente al Futuro!






Pino y Sangre, 1955

PINOS DE HONDURAS

En los mas agresivos litorales…
alli donde las cumbres horadan firmamentos…
alli donde las rocas se orilla de cenit…
donde las aves bordean astros,
y el césped y el roció
y todo un film de flores y dolores
deambulan por los senos de la nube,
allí enarbolan su virtud de los pinos.
Pinos de Honduras…
bayonetas sonoras…
pagodas de zafiros…
capitanes de cordilleras,
con uniformes de tempestades
y con relámpagos por charreteras.
si un niño es un arbusto vagabundo…
si una madres es ceiba de sangre
vuelta lluvia de luna sobre el mundo…
si en cada hombre hay un poco de árbol,
por las venas de cada hondureño
discurre un mar de pinos sin segundo.
Es sudor campesino la savia de los pinos…
arden sentencias mayas en su escamoso tronco…
es un incienso laico su resina,
y son remedos de flechas remotas
los verdes alfileres de sus hojas.
Pinos de Honduras…
teponaxtles de luz…
cuando la noche adensa sus crayones
y mete su cuchilla en las cabañas…
cuando hasta la montana se recoge
bajo un cielo de turbios pabellones,
en terrenal tapete de terrores
y entre vientos de cobre,
abre su antigua lámpara el ocote.
En el vértice cívico…
en el pináculo septembrino,
pleno el aire de himnos y la tierra de niños,
el alma esta presente como el pino.

Y así también, cuando la mano
sórdida…sanguinaria…sombría,
viola el Jazmín y decapita al trino,
entonces con el agua hasta el designio
y los poros abiertos en historia,
junto a la piel del pino escucha el indio.
El descifra botánicos infolios…
el sabe el pensamiento de los arboles
como conoce el pino la raíz de los hombres.
Pinos de Honduras…
que en veranos de ópalo
y frente a gobelinos de arco iris,
extienden por los cerros sus cameras de hojas…
erigen en la brisa castillos de fragancias
y alargan sus rumores…
¡Perfumes musicados…sinfonías de olores!
Si en la tarde plagada de revólveres,
frente al panorama gris de buitres
y ante la sombra de la bota empírica…
si cuando nos cubren capuces de exilio,
o se nos va el laurel,
o nos tajan letales destinos,
¡pudiéramos llevarnos nuestros pinos!
Si en nuestros afanes tutelares
fuéramos como el rayo
que se resuelve en lumbre
para condecorarse de pinares!
Pinos de Honduras…
con mucho de escudo y de bandera…
marsellesas cilíndricas…
verticales caminos…
pirámides de índigo…
¡Brazos verdes de indios oprimidos
que entre pinares nacen… y mueren viendo pinos!


AUNQUE NO ESTOY CONFORME...,1938

Aunque no estoy conforme,
Yo agradezco a la vida porque he vivido pobre.
Tal vez si fuera rico
Tendría el alma dura
Y sordos los oídos
Y cerrados los ojos.
Tal vez si fuera rico,
Mi verso -caracol humano-
No sería esta recia repercusión de pueblos
Enloquecidos de hambre.
¡Aunque no estoy conforme,
Yo agradezco a la vida!


CARBON,Brasas azules, 1938

Los ojos verdes de tanto ver canciones,
El cabello un ejército de negros alfileres
Que defiende el cuartel de las ideas...
Las manos como fuertes sensitivas
Que con el roce del dolor del mundo
Contraen sus diez hojas para formar dos puños;
¿Y el corazón? El corazón buscadlo
Bajo las ropas de una niña hermosa
O en el bolsillo sucio de un obrero.

UNION

En las ramas de los árboles
Se han dado un abrazo verde
Las dos riberas del río.

Árbol del negro,
Árbol del blanco,
Juntad vuestros ramajes
Por sobre el río negro de las clases.

Las dos riberas del río
En las ramas de los árboles
Se han dado un abrazo verde.


CUANDO PASASTE TÚ...

Los frondosos jardines -canéforas de índigo-
Volcaron sus canastas de perfumes.
El viento te hizo vallas de música, y los granos
De las rubias arenas paráronse a mirarte.
Mis versos como tristes golondrinas falderas
Buscaron el verano de tus carnes,
Bajo el frío rojo del deseo.

Por escrutar enigmas bajo tu enagua lírica,
El camino ese día dejo de ver al cielo.
Los dedos de la brisa pulsaron los follajes
Y hubo como una lluvia de palomas paráclitas,
¡Cuando pasaste tú!


Elogio de la palabra
(Fragmento)

Como espada golpeando en otra espada…
como árbol de rodillas ante otro árbol…
como estatua quebrada contra estatua
como rio cayendo en otro rio
o como fuego que besara llamas ,
con mis propias palabras cantare a la palabra.

La palabra. La palabra es arcoíris
con siete letras de diete colores…
si el rayo de la idea corta lluvias de verbo
el espacio se irisa de rumores.

La voz humana
el termino con alma y orillas,
con azules contornos y corazón morado,
semeja la conciencia dela tierra
emergiendo en paisaje articulado.

Con solo hablar se reza
aunque en la voz cabalgue una herejía…
si cae una dicción en nuestras mentes
en nuestra lengua-tierra va florecer un día.

Bajo el rubino cielo de la boca…
sobre el suelo movible de la lengua
y entre los dientes–albas cordilleras
nada a la voz supera.

Ni la oratoria nítida del sol,
ni la flor que abre pétalos para decir aromas…
ni la cristalizada sangre del rubí…
en el adiós dela tarde…
ni el himno de las hojas…
ni la sintaxis del pájaro
que nos lee cada día
su matinal periódico de trinos…
ni la gramática del rio
-serpentina de alegre celofanes-
ni la alegre marimba de los bosques
que tocan fuertes vientos como si fueran hombres…
ni el guijarro que grita
bajo el golpe del casco del caballo
nada como el vocablo.

Cuando la voz ajusta sus fragancias
a la curva esencial de las imágenes…
cuando el agua del verbo corre exacta
entre el horizonte de las márgenes …
cuando el polvo no mancha
la invisible semántica del aire …
cuando la espuma es oración de garzas
en la erudita boca de los mares,
entonces nos ha dado la palabra 
su espíritu de orales azahares.

Son venablos sonoros las palabras agudas
con el final acento como un nimbo…
late un ángel de luz sobre las graves y
alzan su jiba de oro las esdrújulas
en el antepenúltimo corimbo. 

Si hubiera entre los hombres
Esa dulce hermandad de las palabras,
Que avanzan hacia el raro vértice del sinónimo
Y se unen en parvadas,
forman coros de plata
para definir a sus hermanas .!
hay palabras delgadas como un hilo de sol,
turgentes como senos, altas como atalayas…
otras tiene esquinas y almenas de palacios
y algunas son abejas en panales de labios.

Hay términos ya muertos…
palabras como viejos generales sin guerra ,
herrumbrosa armadura de verbales aceros ,
cadáveres fonéticos
que resucitaran en días justicieros.

Vocablos sodomitas, híbridos, andróginos,
oscilando en antárticos y árticos de sexo,
danzando ciegamente
en un turbio ecuador de vicios negros 

Hay la palabra nueva, párvula, resurrecta
Que vuela por la vida sin bautizo académico.
  
Voces que están naciendo y que se nombran
urdiendo un soliloquio…
surgen desde las ondas,
se llaman en las frondas,
atan sus niños silabas con pañuelos de sombra
y afloran a los libros como dalias sonoras.
(…)


EL EMIGRADO
(fragmento)

Lejos del verde cuenco de la patria
afuera de su nítida naranja…
sin sus mares de arrullos especiales…
sin sus pinos-erectos Morazanes-…
huérfano de su sol
del himno horizontal de sus corrientes…
sin luz de hermanos,
sin fulgor materno,    
sin ancla de telúricos paisajes.
El emigrado acendra su coraje.

Su voz es pura y ancha…
condenatorio océano…
justiciera avalancha…
campana de hombres libres
con badajos de sangre y humanitarios timbres…
Bajo el profundo cielo,
el Emigrado es un laurel de hierro.

Sus manos son las manos de su pueblo…
su sueño es una humana procesión
por cárceles,
por tumbas,
por álgidos espacios de opresión.
Madres muertas…
niños lívidos…
ancianos de fe tensa
desembocan protestas
en su sangre concreta.
(…)    





Notas Bibliográficas 

1. Moare, palabra proveniente del francés, un tipo de tela dura que emite reflejos MOARÉ o MUARÉ El moaré es una tela aprestada por aplastamiento irregular de su grano, procedimiento que le da un aspecto a la vez brillante y mate en función de la luz. La palabra viene del francés moire [leer mware] y del adjetivo moiré [leer mwaré]: al principio correspondía a tejido hecho con pelos de cabra.
2. Pirú. de Perú, en México turbinto,  Árbol de América Meridional, de la familia de las Anacardiáceas, con tronco recto, corteza resquebrajada y ramas colgantes; hojas compuestas de hojuelas lanceoladas siempre verdes, flores pequeñas, blanquecinas, en panojas axilares, y fruto en bayas redondas de corteza rojiza y olor de pimienta. Da buena trementina y con sus bayas se hace en América una bebida muy grata.

Créditos

Enlaces


Pino y sangre

Laurel de Anahuac



Brasas azules

Poesías tomadas de  Biblioteca Virtual Antología Mínima, blog de Jorge Luis Oviedo http://bibliovirtualpoesia.blogspot.com/2011/11/jacobo-carcamo-antologia-minima.html

Textos y poemas

Blog Jacobo Cárcamo, Poesías tomadas de  Biblioteca Virtual Antología Mínima, blog de Jorge Luis Oviedo Los mejores poetas de honduras, Alabanza a Honduras, Prologo, selecciones y notas de  Óscar Acosta. Editorial Anaya, 1975 LOS PREMIOS NACIONALES DE LITERATURA RAMON ROSA, (1951-1972), selección y notas de Óscar Acosta. Dirección General de Educación Artística y Extensión Cultural, 1973

Ilustraciones

Retrato de Jacobo Cárcamo, oleo por  Mario Castillo  
Portada de libro Pinos y sangre, Google imagen
Jacobo Cárcamo, foto en blanco y negro, Google imagen