Plaza de las palabras en su sección Página
10 presenta El Ángel de la historia
y la chica de la bicicleta, un ensayo sobre la pintura
«Ángelus Novus» del pintor suizo Paul Klee y la Tesis sobre la filosofía de la historia de Walter Benjamin. No
obstante, se pone énfasis únicamente en la Tesis IX: El ángel de la historia.
Tesis interesante, especulativa y polémica.
El ensayo intenta aproximarse desde una visión ecléctica al método de
pensamiento de W. Benjamin, pero
enfrenta algunos de sus postulados que adquieren fuerza contextual al
considerar otros autores como Franz Kafka, Ernest Bloch, La escuela de Fráncfort,
Gershom Scholem, Herman Hesse, J.P.Sartre, James Joyce. Y los pintores Paul
Klee y Edgard Munch. Además reseña las posibles interpretaciones artísticas del
cuadro del pintor Klee. Por supuesto aparecen cuatro personajes más: el cuadro icónico «Ángelus
Novus» de Klee, el misterioso Ángel de la historia, el cuadro «El Grito» de Munch y la intermitente chica de la
bicicleta.
Síntesis
Para
esta Tercera Parte (y ultima) hemos
agregado algunos nombres de estudiosos y especialistas de la obra de Walter
Benjamin, especialmente de la parte mesiánica: Galili Sharar, Tamara
Tagliacozzo Maria Joao Cantinho, Camilo
García, Jacob Taubes. Y además estudiosos provenientes de diversas campos del conocimiento, entre otros: el filósofo
Wilhem Hegel, el critico literario George Steiner, el filósofo político Erich
Voegelin, el historiador Peter Burke, el historiador Arnold J.Toynbee, el estudioso de la mística judía Gerson Sholem, los
investigadores del conocimiento Jacques Bergier
y Louis Pauwels, el escritor de ciencia ficción Arthur C.Clark y el poeta
español Rafael Alberti. Esta tercera
parte se centra tres líneas: historia,
progreso, mesianismo. Líneas que irradian en otras perspectivas atinentes a la historia:
la imaginación histórica, la tecnología, la ficción, gnosis política, la
reproductibilidad del arte.
TERCERA PARTE LA RAZON HISTÓRICA DE HEGEL, LOS
HOYOS NEGROS DE LA HISTORIA: LAS FORMAS,
LOS HOYOS NEGROS DE LA HISTORIA: LOS
CONTENIDOS, PROGRESO, LA MANO TECNOLÓGICA DE LA HISTORIA, LA FICCIÓN COMO REFLEXIÓN HISTÓRICA, LA IMAGINACIÓN HISTÓRICA, LA OTRA HISTORIA, MESIANISMO, EL MESIANISMO SEGÚN BENJAMIN, LA
PROHIBICIÓN DE LA PREGUNTA, LA REPRODUCTIBILIDAD TÉCNICA DEL ARTE, EPÍLOGO: SIETE
ESCENAS SACADAS DE LA HISTORIA
MarioA.Membreno Cedillo
TERCERA PARTE
XXV
LA RAZÓN HISTÓRICA SEGÚN
HEGEL
El concepto de razón histórica le debe mucho a Hegel, aun con
su controvertida tesis en la cual muchos ven los orígenes del totalitarismo. Hegel
parte de un principio básico la historia
como un flujo espiritual que es guiado por la razón.
Citamos: «El espíritu desplegado en la historia es lo que Hegel llama “espíritu
del mundo” (Weltgeist) el cual es algo así como la Providencia divina en cuanto
dirige la historia. En cada momento de la historia hay un pueblo que, por ser
dominante, expresa de manera adecuada al espíritu del mundo de tal manera que
el “espíritu de la época” (Zeitgeist) coincide con el “espíritu del pueblo”
(Volksgeist).
Para Hegel la historia es una marcha
progresiva y rigurosamente racional puesto que su curso está dominado y
dirigido por la razón, por la Idea. Desde este punto de
vista lo que en la historia cuenta son los individuos en su aspecto racional o
universal, y no en su individualidad, porque ésta no es más que el instrumento
de la Idea». (17)
Dicha teoría fue remozada por el
F.Fakuyama anunciando en su obra: El fin
de la historia y el último hombre
(1992). No obstante lo extremo de esas tesis. Posiblemente a Hegel se le ha mal
interpretado, y sus posiciones utilizadas para justificar o no hechos
históricos posteriores al tiempo que elaboro sus ideas, por otra parte:
«La
filosofía de la historia de Hegel está también marcada por los conceptos de las
"astucias de la razón" y la "burla de la historia"; la
historia conduce a los hombres que creen conducirse a sí mismos, como
individuos y como sociedades, y castiga sus pretensiones de modo que la
historia-mundo se burla de ellos produciendo resultados exactamente contrarios,
paradójicos, a los pretendidos por sus autores, aunque finalmente la historia
se reordena y, en un bucle fantástico, retrocede sobre sí misma y con su burla
y paradoja sarcástica, convertida en mecanismo de cifrado, crea también ella
misma, sin quererlo, realidades y símbolos ocultos al mundo y accesibles solo a
los cognoscentes, es decir, a aquellos que quieren conocer.» (18)
Si algo enseña la historia es que en
el campo de las ideas cualquier tesis puede ser instrumentalizada para servir a
propósitos que inicialmente no estaban en la versión original, ni tampoco eran
propósito del autor original. Y eso
siempre será así. Por supuesto uno de las reacciones contraías a dicha teoría
hegeliana fue El ángel de la historia
de Benjamin. Pero no la única. (19)
XXVI
LOS HOYOS NEGROS DE
LA HISTORIA: LAS FORMAS
No obstante no todo es un lecho de rosas de la historia. En fin la historia está llena de hoyos
negros, le toca al historiador y a los científicos sociales ir tapando esos hoyos o iluminando esas
oscuridades. Y aproximarse más a una
historia que no sea la de los vencedores o por lo menos que sirva de contrapeso
a las versiones oficiales. Y que tampoco
sirva de modelo a concepciones fantasiosas o totalitarias. El primer problema en la tesis de Benjamin, es esa disyuntiva entre
vencedores y vencidos, ¿bajo qué parámetros se podrá establecer a ciencia
cierta quién es redimido y quien no? ¿Quienes los vencedores y quienes los
perdedores? Ya que hasta en esa declaración elemental acecha algo de la inmanente subjetividad
humana. Intentar reducir toda la
historia humana a vencedores y perdedores, no deja tener un aliento
maniqueista: blanco y negro. Estamos
ante una imposibilidad, pero aun que esa historia saliera a flote. ¿Quién nos
garantiza que esa nueva historia no será también manipulada y usada como un factor de dominio? Esos vuelcos de la
historia requerirán dejar que la historia ya no sea de grandes héroes como
pensaba Carlyle o de un estado modelo como presumiblemente aspiraba Hegel. Y
democratizar la historia para que ya no sea la historia de un puñado de reyes y
emperadores o exabruptos especulativos
como el ideal del estado prusiano amparado en la pretendida lógica de la razón
histórica hegeliana. Este tipo de acometidas podrían recibir sus contrapesos,
seria un gesto sano: un modo de despresurizar
la historia. Y a veces esos felices aciertos vienen desde
otras disciplinas o ciencias o avances de nuevas tecnologías. O de
historiadores que con la documentación histórica sean más imaginativos.
Pero esa inquietud, que puede ser muy valida y gozar de legitimidad en ciertos círculos, tiene una expresión en tendencias que ya; de
una u otra forma se ha intentado. Pero además, aunque haya una historia oficial
del pasado, abundan los historiadores que han sabido rastrear otras corrientes
y otras versiones de los hechos históricos. Aun en el entendido de los pueblos
barbaros o paganos ante el surgimiento del cristianismo. Muchos de esos pueblos
pasaron por una etapa dual, al ser en un momento pueblos victoriosos y en otros
pueblos vencidos. O como juzgar a un personaje histórico como Juana de Arco en
tanto era vencedora con sus huestes francesas contra la invasión inglesa, pero
una vez se acabaron las victorias fue capturada por los ingleses y ejecutada. ¿Y cuál es mejor, la Juana de Arco
victoriosa o la derrotada? Difícil será encontrar ejemplos puros de pueblos o
civilizaciones que sola hayan sido vencedores. La misma historia
de los romanos, es la de un pueblo vencedor
que paso luego paso a ser un pueblo vencido con el triunfo de los
pueblos barbaros y la caída del Imperio Oriental. Entonces, ¿cómo explicar la
teoría de los vencidos y vencedores con pueblos y culturas que a su vez fueron
tanto vencedores como vencidos? Para que una teoría absolutista de que solo
existe la versión oficial y triunfadora, tendría que haberse dado durante casi
dos mil años, alimentada por historiadores totalmente comprometidos con los
poderes de facto, ciegos e imparciales. Y detrás de ellos una ocultación,
sistémica y total, o muy cercana a la teorías históricas conspirativas. Pero
por supuesto los historiadores, y otros estudiosos de la historia, y demás
ciencias sociales, aun pueden aportar mucho para ir iluminando esos hoyos
negros de la historia.
XXVII
LOS HOYOS NEGROS DE
LA HISTORIA: LOS CONTENIDOS
Un punto notable de acercamiento lo da el crítico y estudioso
de literatura comparada George Steiner, en su Ensayo: Una buena lectura. (20) En dicho ensayo hace referencia a que hay textos con partes
del lenguaje que son ininteligibles para el lector, y detentan en sus posibles
interpretaciones cierta ambigüedad u oscuridad. Pero tales ejemplos son los
menos, el hace referencia a los escritos esotéricos. Por supuesto tal
afirmación también puede trasladarse a ciertos tramos de la historia o hechos
históricos que pueden tener una cierta dosis de secretividad u oscuridad.
Asociados a grupos, gremio o sociedades secretas, que por su propia naturaleza manejan
sus contenidos fuera de las mentes
profanas. Pensemos en los templarios medievales, los rosacruces del siglo XIX,
o en hechos históricos como la génesis del nazismo. En obvio que en la historia
también se producen y existen conocimientos cerrados. El periodo alquímico
medieval es un buen ejemplo, como con anterioridad la magia fue fundamento de determinados
hechos históricos. Tal y como lo revelaron ciertos investigadores como por
ejemplo Jacques Bergier y Louis Pauwels en aquel librito que tanto escándalo
causo en la década de los 60: El retorno de los brujos. (The morning of the magicians, 1963) La historia no esta exenta de nudos
históricos y de pasajes oscuros. Pero aunque estos existan no son tampoco una
justificación para afirmar que la historia ha sido falseada u ocultada. Siempre
habrá hoyos negros en la historia. Toca a los historiadores ir identificando dichas
nervaturas históricas e ir investigando dichos espasmódicos trances.
XXVIII
PROGRESO
El segundo problema
de la tesis del ángel de la historia es la preocupación muy válida de Benjamin
por los peligros de la tecnología y su conocida
y marcada aversión al progreso, creemos
que es una advertencia muy justificada de parte de Benjamin. Pero
Benjamin no es el único que abordo esa temática o ha sido abordada. Entre
otros, desde Ortega y Gasset, con su
hombre masa. La rebelión de las Masas,
(1930), ya se vislumbra el hombre masa y
como las tecnologías y nuevos medios de comunicación modelarían las inocente
mente del hombre moderno. Acompañado de los escritos premonitorios, entre muchos otros
autores, de Aldous Huxley, H.G.Wells, George Orwell, Ray Bradbury quienes han advertido con su realismo científico y
ficcional, los peligros de la técnica y la tecnología; sobretodo en esa mezcla de coctel molotov,
muy a mano con los totalitarismos, y todos conocemos o cuando menos sospechamos
sus nefastas consecuencias. Las distopias tan de moda en este comienzo de
siglo junto a los mundos apocalípticos son un entramado esclarecedor en la
ficción y aleccionadores para la realidad. Noam Chomsky, muy en una línea
anticapitalsita, retoma y actualiza
algunos aspectos de las problemática planteada por Benjamin. Por lo menos en
cuanto a los medios de comunicación como manipuladores de la realidad y los peligros de una modernismo tecnológico
desbocado. Y hasta Stephen Hacking, un amante de la ciencia y científico de
verdad, nos advierte sobre el peligro
de la cada vez más vigorosa y popular inteligencia artificial
También cada vez son más los que advierten sobre los peligros
del internet. Ahora tan democrático e ilusionista, pero que no lo será tanto
cuando esa aurora boreal abierta sea cerrada y caiga en manos de una fuerza única y totalitaria; ya sea asaltado por la ideología o por
organizaciones trasnacionales corporativas. Y con esto no estamos ignorando los
periodos atroces del pasado y que efectivamente; a veces el progreso proyecta una
sombra de destrucción y la deshumanización de la especie. Pero tampoco todo el
pasado se puede volver una tabla rasa en que todo es y ha sido destrucción, y
al mismo tiempo también imputarle al progreso que también convertirá todo en
añicos y ruinas. El progreso como tal es
un fenómeno humano y muy natural. La noción del progreso es un hijo legitimo
del siglo XVIII, antes de ese siglo no se hablaba de progreso. Si Comte y el
positivismo fue el abanderado del progreso,
Rousseau fue uno de los primeros en cuestionar el progreso. Por lo
menos, tal y como lo entendemos ahora en pleno siglo XXI. El progreso por lo menos en el mundo occidental anterior a ese siglo, se
reducía al mejoramiento de las virtudes
de las personas, pero no como una meta
global de la humanidad o como una fuerza motriz que impulsaba los avances portentosos de la civilización. El
conocimiento era para conocer a Dios y quizá los misterios de la naturaleza y
el universo.
XXIX
LA MANO CIENTIFICA DE
LA HISTORIA
Lo vemos en todos los ámbitos, abundan los ejemplos en los
que el progreso o la modernidad son puestas entredicho. Y es perfectamente
normal. Bastantes ejemplos se podrán encontrar desde la atrofia de la
naturaleza: contaminación global y calentamiento global. Y en el pasado podría
hacerse una antología de sucesos históricos y hechos que han empujado el progreso
a sangre y fuego. Solo recordemos las escalofriantes historias del
colonialismo en áfrica. O más
específicamente la devastación del Congo
Belga, que tan ilustremente narro el novelista Joseph Conrad. Un progreso a
costa de sangre humana. Conrad también entendió el problema del progreso. En
una breve narración y muy poco conocida. Una
avanzada del progreso (An Outpost of Progress, 1896) narrada a
nivel de microhistoria la que luego Conrad ampliaría en su novela El corazón de las tinieblas. (1902). Sin lugar a dudas, es laudable
la preocupación de Benjamín, y bastante más estimable su preocupación por
redimir a los irredentos del pasado. Es saludable ver hacia el pasado y también
ver hacia el futuro, el punto del equilibrio es el presente. « Los que olvidan
el pasado están condenados a repetirlo» decía Santayana. Pero igualmente,
también hay que ver hacia el futuro, tal y como la chica de la bicicleta. No se
puede avanzar si no es viendo hacia adelante.
Por otra parte, los descubrimientos en arqueología,
paleontólogos y las ciencias y la tecnología han obligado, muchas veces a replantear o ajustar periodos históricos.
Dice el historiador ingles Peter Burke: «En 1750 muchos europeos cultos seguían aferrándose a la idea
tradicional de que el mundo tenía seis mil años. Sin embargo arqueólogos,
paleontólogos, geólogos y astrónomos no paraban de hacer descubrimientos que
demostraban lo contrario. Los arqueólogos descubrieron a la humanidad un tiempo
profundo más allá del bíblico, y hubo que admitir una prehistoria.» (21)
En fin la misma tecnología y los avances de la ciencia pueden
y han contribuido bastante a la redondear la misma historia. Desde Galileo,
quien fue forzado a ocultar sus comentarios sobre astronomía y las tesis de
Copérnico. Fueron los avances de la ciencia y la tecnología quienes le fueron
dando la razón. Pese a toda la visión unilateral y cerrada del pensamiento de
esa época. No se le puede imputar a la ciencia, la técnica y la tecnología de
ser instrumentos que solo producen el mal. Solo repasemos los recientes
descubrimientos arqueológicos en las ciudades mayas de Mesoamérica, debido a
tecnología punta satelital para
descubrir ciudades enteras soterradas bajo la selva. En la investigación se
utilizó la revolucionaria tecnología LIDAR, llamada así por ser las siglas en
inglés de Laser Imaging Detection and Ranging (Detección y medición de imágenes
con láser). (22 Por todos lados la
técnica y la tecnología inundan los intersticios de la vida y del pasado (la historia).
XXX
LA FICCION COMO REFLEXION
HISTÓRICA
Se suele poner de ejemplo la
destrucción de Cartago, donde los vencidos no pudieron dar su versión de los
hechos. Ya que Cartago fue totalmente destruida. No obstante hasta un autor,
adicto a la objetividad y la búsqueda de documentación histórica, proveniente de la ficción como Flaubert,
logro describir históricamente la
destrucción de Cartago. Su novela de tipo histórico: Salambo, abunda en datos históricos de lo que fue esa Cartago.
(Curiosamente Benjamín lo cita) Muchos de los cuales fueron posteriormente
corroborados por la arqueología y otras ciencias. Ya James Joyce, también como
Benjamin aferrado a los mitos y símbolos, construyó su novelas Ulises y
Finnengans wake, considerando las ciclos históricos de Giambatista
Vico, en la que intenta poner a desfilar
partes del pasado de la humanidad. Pero Joyce a diferencia de Benjamín,
incluyó la microhistoria, también corre
por sus páginas a la par de grandes personajes históricos, su alma mater, Dublín y el quehacer cotidiano
de la gente como el tabernero, el ama de casa, el telegrafista. Y quizá por
ahí, hasta pudo pasar por una calle de Dublín la chica de la
bicicleta. Y tal vez en las páginas de Joyce ha de haber andado el Ángel de la
literatura y hasta se cruzo en alguna calle de Dublín con el Ángel de historia.
Y una novela como En busca del tiempo perdido, de Marcel
Proust, una especie de ejercicio de la memoria consiente, repleta de datos
históricos sobre la primera guerra mundial, es un ejemplo de que eventualmente
historia y ficción se dan la mano. Uno se preguntaría ¿cuánto hay de historia o
ficción en la Ilíada o en la Odisea? El
Historiador Arnold Toynbee hacia la observación que si un lector leía la Ilíada
como ficción se encuentra con que hay
bastantes datos históricos, al contrario si uno
leía la Ilíada como si fuese historia el lector también se
encontrara con muchos datos provenientes de la
ficción. (23) Y esto también nos
hace preguntarnos, si la mitología, a pesar de estar circunscrito a lo simbológico y al mito. ¿Cuánto podrá
haber de histórico en todas las mitologías? No será también la mitología otra
de las caras ocultas de la historia. No será que a veces mito y ficción e
historia se funden en un brazo fraterno. No será que detrás de la historia, el
concepto mismo de historia puede ser
entendido como un gran mito. O que detrás de cada mito hay verdades
históricas por desentrañar o secretos latentes
que han ido tejiendo la historia. En fin todas las utopías y mesianismos detentan
algo de ficción y pertenecen al futuro pero no al pasado. Solo conocemos una
utopía orientada al pasado, escrita magistralmente por Herman Hesse en El
juego de los abalorios. (1943)
XXXI
LA IMAGINACIÓN
HISTÓRICA
Nuevamente volvemos al historiador ingles y contemporáneo,
Peter Burke ya citado con anterioridad,
y quien afirmaba que no se puede
escribir historia sin imaginación. Y tiene toda la razón. Pero por supuesto
tampoco se puede tomar esa afirmación en toda su extensión y rigor. La historia
no es ficción aunque a veces la historia
pueda apropiarse de elementos ficcionales. Pero
como tal siempre estará remitida a las pruebas documentales o testimoniales. Y
a falta de esos a la investigación y
estudio de todo tipo de objetos del
pasado. Entre muchas otras disciplinas y ciencias, la historia se auxilia del
arte, la literatura, la arquitectura, escultura, y hasta de los estudios de la
ecología. En ese sentido la imaginación también se convierten un puente entre
diversas disciplinas y ciencias para seguir fortaleciendo el aparato crítico y
de investigación de la historia.
Sin embargo, a lo que
se refiere Peter Burke, con el uso de la imaginación, es al armado de esa
historia de acuerdo a las pruebas históricas
que se tiene de un hecho. Y al probable uso de combinaciones que el historiador
enfrenta para al final decidir sentar una curso de acción histórica. En es
sentido la imaginación es un gran auxiliar de todo historiador. Y con la línea del tiempo crea una línea sucesiva
de interpretaciones, que cada historiador va valorando y a su vez interpretando
y trasladando de una manera imaginativa al lector contemporáneo. La historia
siempre lleva implícito volver contemporáneo lo antiguo. Con la ventaja de que
se puedan encontrar nuevas pistas y pruebas documentales para ajustar la
historia. El historiador es un detective del pasado, y como tal además de las
fuentes de rigor, requiere imaginación para ensamblar el paquete histórico.
Pero no solo en la línea del tiempo, sino también en el tejido espacial para fructificar
y conectarse a otras ciencias y disciplinas que puedan brindar recursos para
crear una plataforma histórica o descubrir o interpretar desde la novedad, la
historia.
Solo pensemos en la Escuela de los Anales de Francia. Un
intento de bajar la historia y
mancomunarla a la economía, sociología, demografía. Ya no una historia solo
sobre reyes, emperadores o potencias. Sino del común poblador, el zapatero o el
escribiente. Una historia de las mentalidades, y
en ese espacio convive mucho terreno por explorar, y quizá algunas
aristas se conecten con esa historia de los redimidos que Benjamin pretendía
poner en movimiento. Otra vertiente
asoma en el filo de la historia de las cosas tangibles e intangibles. Hasta los
formatos de la Unesco apuntan a reconocer que detrás de las cosas tangibles
existen valoraciones históricas intangibles. Aun el historiador norteamericano,
Lynn White, postulo la subhistoria, una
manera de escarbar en la historia y pasar del primer plano a realidades
vivenciales históricas que estaban en el sustrato histórico y comunitario y
común y corriente del hombre. Podríamos agregar la sicohistoria, como un terreno también
prometedor.
No hay duda que la flecha, ͟igual que las flechas de Filoctetes,
lanzada por Benjamin dio en el blanco con su tesis de El ángel de la historia. Se valió de un
símbolo por excelencia cristiano-judaico para matizar su infraestructura
conceptual y su maquinaria histórica. Y hasta cierto punto, dotó a esa
maquinaria instrumental de un halo
poético y seductor. Lo del ángel de la
historia ha capturado la mente y la ensoñación de muchos. Pero ya otros teóricos o filósofos habían lanzado al
ruedo sus teorías sobre la filosofía de la historia. Entre ellos, Giambattista
Vico que desde una nueva ciencia aspiraba a historiar la naturaleza humana o la
historia de las naciones. Otro filósofo de la historia, especulativo, Joaquín de Fiore apareció con su tesis sobre
la espiritualidad de la historia desde el siglo XII, y también postulo una
tesis muy imaginativa. Tanto Vico como De Fiore, coinciden con Benjamin en
el uso de metáforas, imágenes y símbolos para desarrollar y explicar sus
respectivas visiones de la filosofía de la historia. Otro visionario que describe su visión de la historia, es
Teilhard de Chardin, pero más racional y menos imaginativo, no usa
símbolos, sino que va al grano, su proceso en su punto omega es encarnado en
Cristo. Él también nos plantea otra corriente histórica desde el trascendentalismo, con su tesis de
perfectibilidad evolutiva del hombre,
casi un darwinismo trascendental.
XXXII
LA OTRA HISTORIA
Para Benjamin
el pasado no hay que pensarlo tal y como
fue, su visión es una historia sintetizada, focalizada, para usar un término
muy de su gusto una historia «fragmentada». Y citamos De Walter Benjamin y el ángel del a historia, publicada por Exodo21
«Tesis 8. Articular históricamente el pasado no significa conocerlo «tal y como
verdaderamente fue». Significa apoderarse de un recuerdo tal y como relumbra en
el instante de un peligro. Al materialismo histórico le incumbe fijar una
imagen del pasado tal y como se le presenta de improviso al sujeto histórico en
el instante del peligro. El peligro amenaza tanto al patrimonio de la tradición
como a los que lo reciben. En ambos casos es uno y lo mismo: prestarse a ser
instrumento de la clase dominante.» (24)
En ese
contexto, Benjamin postula reescribir la historia, hay una historia oculta en
la historia, y hay que sacar de la invisibilidad esa otra historia. Concebir la «Historia como proceso mesiánico, historia como
proceso catastrófico; en el horizonte de estas dos imágenes antagónicas, una
misma concepción del trabajo del historiador: lo que llamamos historia se
engendra en la escritura de la historia; escribir la historia no es recuperar
el pasado, es crearlo a partir de nuestro propio presente; o más bien, es
interpretar las huellas que ha dejado el pasado, transformarlas en signos….». (…)El
tiempo ya no como proceso ni como un tiempo lineal, sino como “un tiempo ideal”». (25) Gershom
Scholem lo dirá así: «Comprender la
actualidad como la otra cara de la eternidad, la que está alojada en la
historia, y registrar la huella de esta cara oculta.» (26)
XXX
MESIANISMO
El tercer problema que
enfrenta la tesis de Benjamin, es con el
tipo de mesianismo que postula. Sus críticos, aun algunos marxistas le
reprochan a Benjamin fundir el mesianismo trascendental con un mesianismo
secular. O tomar el mesianismo judío y secularizarlo. Advirtiendo de la
imposibilidad de tal combinación, de ahí que su tesis cojea un poco. Pero
asumamos que ese mesianismo es valido y legitimo. Supongamos que efectivamente
Benjamin recoge algunos conceptos del mesianismo cristiano y del mesianismo
judío, tales como amor por los pobres, la redención de los derrotados, la
justicia universal. Todo ello nos
acarrea necesariamente a un juicio final. Solo que en el caso de Benjamin es a
un juicio final secular. De hecho Benjamin toma algunas características del
mesianismo trascendental y las convierte en un mesianismo secular.
El problema viene cuando se pasa del horizonte mental al
horizonte instrumental. O lo que se llama la funcionalidad operativa del sistema. (Para usar un lenguaje de
programación). La elección del hombre o
hombres; que ya no el ángel o los
ángeles que asumirán y dirigirán ese
proceso mesiánico. Ya que ese mesianismo no puede surgir por generación
espontanea o una toma de conciencia simultánea de toda la humanidad. En
definitiva se pasa de un dios trascendental a un dios humano. Ese salvador o
redentor o mesías que postula Benjamin, tendría que ser casi un dios para
realizar tal portento de redimir el pasado (juicio final), asegurar un presente
inmediato saludable y además garantizar un futuro prometedor. Por otra parte
hemos encontrado frases que asignan a ese
mesianismo a un estamento en la conducción del proceso, tales como «Humanidad»,
«Pueblo», «Todos», «Los trabajadores», « Los oprimidos» Pero no hay que confundir
esos estamentos como receptores finales de ese mesianismo, a creer que tal
mesianismo, en cualquiera de las formas que adquiera, será conducido por todos
o por toda la humanidad, o por los oprimidos. Esos conceptos genéricos o abstractos no dicen
absolutamente nada y son cuantitativamente
complejos de colocar en una realidad concreta.
Esa teoría histórica, a lo que aspira para poder concretarse,
no es otra cosa que la totalización de
los mecanismos operativos de ese mesianismo secular. Porque para que funcione
tendría que ser cuasi totalitario. Y no es que llegara a ser totalitario, sino
que ya de arranque es totalitario. Ese mesianismo por supuesto tendría su
propia doctrina y dialéctica, el materialismo dialectico, tal y como el
mesianismo trascendental también tiene su propia doctrina y dialéctica: el
cristianismo. Y como tal sus propios
dogmas, sacerdotes y sus propios jueces. Ese hombre o mesías secular postulado
por Benjamin, podría adquirir otras formas, la de un partido único, una ideología
absoluta o el de una preferencia por una determinada clase social. Pero
hilvanar todas esas posibilidades y hacer un hermoso tapete persa seria el
trabajo de un dios o de una docena de titanes que dejarían pálido a Hércules o
a los argonautas. Y como todo dios aunque secular requerirá su culto y sus fieles. Pero ¿qué pasara con
los que no embonen en ese mesianismo utópico? ¿Serán acaso los nuevos pobres y
redimidos del futuro? ¿Acaso los nuevos perdedores?
Por otra parte nos advierte Benjamin que ese mesías secular
luchara contra el anticristo. Suponemos que
también será un anticristo secular. (Recordemos que en la teología
Lucifer es un ángel caído). Y ante esa escenografía, ¿qué pasara? En la
teología cristiana Dios y sus arcángeles derrotan al anticristo. En la teología
secular de Benjamin ¿quién triunfara entre ese dios secular y ese anticristo
secular? Por supuesto asumimos que ese mesías secular, será casi un dios,
infalible y sabio, poderoso y misericordioso, justo y manso. En
fin, en ciertos periodos de la historia humana ya han aparecido personajes
semejantes y todos sabemos en lo que terminan esos mesianismos. Más que una
redención de los pobres, coexiste a la par, una venganza contra los otros; y que colateralmente también se
lleva de encuentro a los mismos redimidos y pobres de la historia. Si algo se
puede aprender de la historia y de las
utopías, es que las primeras victimas siempre han sido y serán los pobres y los
oprimidos. A pesar del mundo tumultuoso
que tenemos, y no se puede ocultar que hay muchas desigualdades e injusticias,
pero también hay y ha habido avances en el progreso de la humanidad. Habría que
poner sumo cuidado, en temas estructurales como seguir fortaleciendo y perfeccionando la democracia, la libertad y la calidad de vida, y sin lugar a dudas no
descuidar amenazas tan latentes y peligrosas como el cambio climático y la
inteligencia artificial. Y ciertamente que aun así faltará mucho por recorrer y
mucho por mejorar. Tal y como en uno de
sus poemas más conocidos decía el poeta Robert Frost:
The woods are lovely,
dark and deep,
But I have promises to
keep,
And miles to go before
I sleep,
And miles to go before
I sleep.
XXXIV
EL MESIANISMO SEGÚN
BENJAMIN
Tres aspectos
abordaremos aquí, para acercarse aún más al mesianismo de Benjamin, a saber:
1. El mesianismo como
irrupción del tiempo de un «ahora» cargado de presente y futuro
El
mesianismo en Benjamin no solo apunta al futuro sino que fundamentalmente detenta
una presencia en el pasado (el ángel
solo puede ver hacia el pasado). Galili Sharar a partir del concepto cabalístico de «daño y reparación» afirma «una débil fuerza mesiánica, una fuerza
menor, que se ha comprometido a corregir males». (27) Así, en su
obra Los restos de la revelación,
manifiesta que «Lo que fue derrotado, y
olvidado, y reprimido, y borrado de las páginas de la historia, aún sigue en
espera de ser revelado, y por ende, transformado. La redención implica la
transformación del pasado.» (28)
De ahí que
ese mesianismo actúa para interrumpir la historia convencional para insertar el
acto mesiánico y retomar la rememoración. Y que se llevara acabo en el
misterioso y siempre presente «ahora» que está cargado de pasado y de futuro.
La
apropiación de Benjamín del mesianismo cristiano o judío tiene su lógica desde una perspectiva instrumental, por eso Tamara Tagliacozzo lo dice de está manera:
«”el materialismo histórico se endurece si no toma a su servicio la
teología»”.(…) más adelante afirma «No
se trata sólo de recurrir a la teología, sino de tomarla a servicio para una
teoría de la historia. La cual, sin embargo, no viene a la luz como tal; más
bien, hace falta pensarla a partir de un fin: hace falta pensar la historia a
partir del fin.» (29)
Y más
adelante afirma:
« ¿Un momento mesiánico omnipotente y lleno de ubicuidad. El “día del juicio”, es posible en todo
momento -en cada momento, se “cuela” en el tiempo para hacer posible su
“interrupción”-. Una interrupción fulmínea, puntual, no un día “arrancado” del
conjunto de los demás. De este modo, el apocalipsis llega en el momento
presente » (30)
En ese
contexto, y en una línea del tiempo, el mesianismo de Benjamin es un asalto de la línea del tiempo, aprovechar la «débil
fuerza mesiánica» rescatado de un pasado-ahora, mancomunado a los hechos en
un ahora-futuro. Como sucede esto en la concepción de Benjamin es el mesianismo puesto al servicio del materialismo histórico
para que se produzca en el tiempo mesiánico y en el recuerdo, como un «ahora» y un «estado de excepción» que viene a ser análogo a la epoje de Husserl, la suspensión en el tiempo, esto en la en la
visión de Benjamín, representa el «milagro».
Porque en la teología de Benjamín también se necesita del milagro.
2. El carácter
catastrófico del mesianismo
En la línea
conceptual y argumental de Benjamin, el sociólogo de la religión Jacob
Taubes, afirma: «que el historiador, el cronista, el narrador, asumen la función del
Mesías en la medida en que únicamente una humanidad redimida puede recibir en
plenitud como herencia su pasado; cada uno de los momentos vividos se convierte
en una cita al orden del día, el día que lo es “del juicio”. Esta jornada
“especial” no lo es sólo del juicio, sino también del “peligro”, no solo de la
felicidad sino también de la “destrucción”. » (31)
En términos
de un hipotético tiempo mesiánico. En que despuntan una idea de ruptura pero
también de restauración. Hay que entender que esa ruptura en el tiempo en la
concepción de Benjamin, no es pacifica sino traumática. Y esta firmada por el
aspecto revolucionario. Lo que se denomina el salto dialectico en el lenguaje de Marx. Es aquí donde el tiempo
mesiánico se funde en un presente hipotético de un futuro en marcha con el
tiempo de la dialéctica histórica del materialismo revolucionario.
Tamara Tagliacozzo en “Messianismo e teología política in Walter Benjamin”, lo define
así: «La historia es objeto de una
construcción cuyo lugar no está constituido por un tiempo vacío, insustancial,
homogéneo, sino pleno, lleno de una “ahora» (32) Pero ese ahora no
se caracteriza por una idea romántica sino por una sobresaturación e intensidad
en el momento. Porque rememoración y recuerdo, no es entender la
historia o la sucesión de hechos como pasaron sino rescatar los momentos
violentos o traumáticos y transmutarlos
en el ahora presente en acciones.
Por su parte María
Joao Cantinho establece la
distinción entre memoria y rememoración: «Por tanto, rememorar la
experiencia vivida debe entenderse como “gesto aniquilador”, que ejecuta “esa
desintegración necesaria de la unidad inmediata de la organicidad de las
cosas”, haciendo saltar en pedazos su falsa apariencia; ahora bien, ese gesto
“encierra en sí una pretensión redentora, el establecimiento de una (re)
creación o (re)construcción que obligue a las cosas a significar» (33)
Hay que
entender que ese mesías «Tesis 10. El Mesías rompe la historia; el Mesías no viene al final de una
evolución”, escribía nuestro autor en las notas preparatorias de sus “Tesis de
filosofía de la historia”. Las ideas de “revolución” y “cataclismo” están aquí
absolutamente presentes, en una visión verdaderamente propia del mundo judío;
ya Scholem había dicho que el mesianismo judío es, en su origen y naturaleza
una “teoría de la catástrofe”, y el rabino Safran “el futuro mesiánico irá al
encuentro de los orígenes de la historia”. Se cruzan las generaciones y el
tiempo estalla para renacer.» (34).
Tesis que nos recuerda, al dios Abraxas
que menciona Herman Hesse en Demian: Para
nacer hay que destruir al mundo. «El pájaro rompe el cascarón. El huevo
es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper un mundo. El pájaro vuela
hacia Dios. El Dios es Abraxas.»
3. Aceleradores de ese mesianismo
Viene a
reivindicar, Benjamin, la necesidad de «volver
la vista atrás para descubrir y ver las víctimas que sus antepasados han
ocasionado con sus injustas acciones y, así, rescatarlas del olvido a que han
sido sometidas recordando sus nombres y reviviendo o “resucitando” sus vidas
para reparar, así sea en parte, esas injusticias que sufrieron, tal como
nos dice Camilo García en “Paul
Klee y Walter Benjamin. La historia como recuerdo”: «El futuro sólo puede ser
dotado de sentido, justamente, haciéndose conscientes de que no puede centrarse
la mirada exclusivamente en él, “rescatando” y “trayendo” a la escena los
muertos (las víctimas) del pasado, para “transportarlas”/”proyectarlas” hacia
el futuro.» (35) Ya lo
dijimos, amparado en las injusticias de la historia Benjamín apunta a hilvanar
una serie de conceptos, cruces de tiempos para apurar no solo teóricamente sino
realmente una visión que por medio de la acción traiga ese momento mesiánico o la
manifestación o concreción de ese mesianismo. Todo el esquema operativo de
Benjamín apunta a acercar más ese momento mesiánico, ya sea de redención o apocalíptico.
XXXV
LA PROHIBICIÓN DE LA
PREGUNTA
Redención o
rememoración, reivindicación, restitución, total recuperación. Conceptos que
llevan implícito el pacto. No obstante, el mesianismo de Benjamin, como utopía
también lleva implícito la política. Su visión radical y revolucionaria, como
marxista heterodoxo: su programa
revolucionario: Benjamin exige no una contemplación del pasado sino una
intervención activa en la historia. Y en ese ahora presente, el «salto
dialectico». Pero hay que entender a
Benjamín, no solo fue un crítico de la modernidad o el progreso, del
historicismo, sino también fue crítico del marxismo y del judaísmo; aunque sobre esto ultimo no se puede soslayar
la enorme influencia del judaísmo en su visión dialéctica y mesiánica. Aferrarse
de la teología y posesionarse de ella para
interrumpir el curso de la historia para instaurar ese mesianismo; y no obstante aunque su utopía busque auténticamente un mundo más
justo, evita a toda costa reconocer
un principio, y reconocer una dirección,
Él asume la prohibición de la pregunta: el origen ¿de donde venimos? Por supuesto
que la modernidad ni el progreso ni la tecnología bastan por si solas para
salvar a la humanidad. Benjamin asume y trastoca toda el andamiaje y se crea
una teología a la carta. Erich Voegelin en sus obras The new Science Politics (1952) y Science, Politics and
Gnosticism (1968), les reclamaba la
prohibición de la pregunta a pensadores como Hobbes, Marx, Hegel, Comte, pregunta
que también se le podría hacer a Benjamín. Dice Voegelin:
«La ciencia política se ha desviado de su
curso original y marcha rezagada en relación a otros campos del conocimiento.
La ciencia política de nuestros tiempos ya no corresponde a los patrones de una
ciencia. Se ha separado de la tradición
y de los marcos originales de referencia, la politike epistome fundada
por Platón y Aristóteles. “El análisis aristotélico-platónico opera en la
premisa de que hay un orden del ser
accesible a la ciencia mas allá de la opinión. (1968,
p.17). ”El evento decisivo de la politike epistome era la especifica
comprensión filosófica que los niveles del ser discernibles dentro del mundo
son coronados por el origen trascendente
del ser y su orden (ibíd., p. 18). Hay una clara distinción entre el ser
trascendental fuente y origen, y el orden del ser: hombre y sociedad.» (36)
«En esa perspectiva los pensadores gnósticos
plantean su Mundo-Idea y la construcción de sus sistemas especulativos. Sin embargo al concebir estos sistemas de
pensamiento y utopías futuras, caen en un error de tipo
intelectual. Para su construcción omiten una parte de la realidad. Así el
análisis científico debería actuar bajo el prerrequisito que el análisis es una
percepción del orden del ser dentro de su origen en el ser trascendente, en
particular, la apertura amorosa del alma a su trascendente sustento de orden.
(1968, p. 21) » (37)
« En ese contexto, la idea o visión, en consideración al ser siempre debe
estar presente , no solo como primer paso del análisis, sino para que el análisis
pueda ser concebido y desarrollado. (1968, p. 17) » (38)
«Todos los pensadores gnósticos obvian y
violan estas premisas de la realidad, ya reconocidos por Platón y Aristóteles.
Sin embargo Voegelin nos llama la
atención respecto a un fenómeno que es nuevo y que no se encuentra en el
pensamiento antiguo. Y es aquel referente a la prohibición de la pregunta. Es
decir el enfrentamiento que todo sistema tiene con la ratio. Voegelin nos
advierte que mas peligrosos que el terror físico del totalitarismo…Es, «. La
oposición llega ser verdaderamente radical y peligrosa, solamente cuando el cuestionamiento
filosófico es en si mismo levantado
en pregunta, cuando la doxa (opinión subjetiva) toma la apariencia
de filosofía, cuando se arroga a si mismo el nombre de la ciencia y prohíbe a la
ciencia como no-ciencia. Solamente si la prohibición puede ser hecha socialmente
efectiva, se habrá alcanzado el punto donde la ratio ya no opera como un remedio
para el desorden espiritual.» (1968, p.20) Marx presupone a un hombre
socialista que se construye en el propio proceso. El ser trascendental ha sido
destruido y recolocado por un inmanente mundo
orden del ser. El orden del ser es alterado en su más radical imantizacion.
La pregunta que Marx obvia es la del origen
¿De donde venimos? A lo que Marx solo responde que un hombre socialista no debe
hacerse esa pregunta.» (39)
«En la ética clásica y cristiana la primera
de las virtudes morales era la Sophia o Prudencia, porque sin una adecuada comprensión
de la estructura de la realidad, incluyendo la condición humana, moral, la
acción de la coordinación racional de significados y fines, es difícilmente
posible. La identificación de sueño y realidad como una materia de principios tienen
resultados prácticos, los cuales pueden parecer extraños pero no sorprendentes.
La casuística exploración de causa y efecto en la historia es prohibida; y
consecuentemente la coordinación de medios y fines en política es imposible Las
sociedades gnósticas y sus lideres reconocerán peligros en el desarrollo de su existencia, pero tales
peligros nunca serán acompañados por las accione necesarias en el mundo de la
realidad.» (The new Sciences Politics (pp.171-172). » (40)
XXXVI
LA REPRODUCTIBILIDAD
TÉCNICA DEL ARTE
Pero todavía resta un punto mas, volviendo a Benjamin, esta
vez ya no con su filosofía de la historia sino con su concepto de aura que desarrolla en su obra La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica. (1936)
Tesis bastante aceptada y que escarba no solo en el arte sino que es
aplicable a una serie de fenómenos
humanos, que van desde la política hasta el abuso de los medios de
comunicación, y el análisis de las artes visuales como la fotografía y el cine. Y ahora aplicables a la cada vez más, solida,
extensa y laberíntica red tecnológico-virtual.
En esencia el fenómeno de la reproductibilidad técnica, es atinente a lo
que Benjamin intenta hacer, con su filosofía de la historia. Al margen de todo
el contenido y aplicaciones de esa obra.
Se podría resumir en que la reproducción del arte, por el «mass media» socaba la verdadera naturaleza del arte. Manifiesta
Benjamin en la obra aludida:
«En la época de la reproducción
técnica de la obra de arte lo que se atrofia es el aura de ésta. El proceso es
sintomático; su significación señala por encima del ámbito artístico. Conforme
a una formulación general: la técnica reproductiva desvincula lo reproducido
del ámbito de la tradición.» (41)
Dice Benjamín que toda obra de arte tiene su aura. Ésta es
consustancial a la obra de arte y a su originalidad. Y es lo que le da su
cualidad primigenia. Su valoración: belleza y significación. Pero el aura tiende a difumarse con su
multiplicación. Por dos motivos, a su multiplicación pierde autenticidad, y al
reproducirse es sacada de su contexto original: la tradición (lo ritual). Toda obra de arte era mirada en un
contexto de ritual y de significación. Entonaba con lo íntimo del espectador.
Producía en el espectador una vivencia y se acercaba a una experiencia. He ahí su valor y
transcendencia. Cuando es arrebatada de esas coordenadas, la obra de arte se
desvaloriza y pierde parte de su ritual y
tradición. Es desacralizada y vulgarizada. Es usada en otros contextos
donde su valor original ya no existe. Y cualquiera puede hacer con ella lo que
quiere. También concluye Benjamin en la misma obra:
«Despojada de todo
aparato, la realidad es en este caso sobremanera artificial, y en el país de la
técnica la visión de la realidad inmediata se ha convertido en una flor
imposible.» (42)
Nos da la impresión de
que la tesis de la filosofía de la historia, si bien vigorosa y
apasionada, y que representa
genuinamente la parte solidaria y humana de Benjamin con la humanidad. Tiene
esa característica que Benjamin le imputa a la reproductibilidad técnica de la
obra de arte. Lo que Benjamín realiza con su tesis del ángel de la historia es
un desmontaje y un nuevo montaje. (Eso que algunos llaman deconstrucción). Despoja al mesianismo trascendental (sea
cristianismo o judaísmo) del contexto original, y pierde autenticidad y se
desvaloriza. Y crea ese nuevo mesianismo secular, que se va multiplicando en
cada nueva aventura utópica o mesiánica. El aura de la utopía o mesianismo se ha
multiplicado, desvirtuado, reciclado, modificado, se le han
quitado y agregado elementos. Se ha politizado al extremo. Y ante la mirada del hombre
moderno ese mesianismo o utopía secular ya no le dice nada. Porque sabe o
intuye que solo son ecos lejanos de un sonido que ya no existe. Nada hay que
aunque sea como un eco le diga o le recuerde aunque sea una sombra de esperanza.
En definitiva en esa tesis del
Ángel de la historia su proyección empalidece. Y surgen más preguntas que respuestas. No
obstante, las utopías son saludables porque sirven de contrapelo a la realidad.
Y también porque pueden llegar a gozar de cierta influencia sobre esa realidad.
Pero sucede con las utopías lo que sucede con la idealización del amor, y
cuando ese amor idílico o sublimado es contrastado con la realidad, se produce una
gran diferencia entre lo teórico y el escenario, entre el sueño y
la realidad. El problema de toda utopía
aun en su versión mesiánica, sea la que fuere, es que siempre se tendrá que
emparejar o cotejar con la realidad y que nunca se sabrá a ciencia cierta qué «angelitos» terminaran dirigiendo esa
utopía. Pero preguntando se llega a Roma y a la utopía también; ya Tomas Moro escribió algo
al respecto. Pero ¿por dónde andará la chica de la bicicleta?
EPILOGO
SIETE ESCENAS SACADAS DE LA HISTORIA
Escena 1. Un
fragmento de un poema breve del místico judío
Gerhardt Scholem, el amigo personal de Walter Benjamin. Fragmento que sirve de epígrafe a la IX tesis de
Benjamin.
Saludos del Ángelus
El ala esta pronta al
vuelo,/
Vuelvo voluntariamente
atrás,/
Pues si me quedase tiempo
para vivir, /
Tendría poca fortuna (43)
Escena 2. El
retorno del Ángelus Novus.
,
En
PortBou, pueblito arrimado en los
pirineos, entre las fronteras de Francia y España, está el lugar donde murió
Walter Benjamin. Aquí la escena es una
repetición del Angelus Novus.
Benjamin huyendo de los nazis y creyendo que no lograra cruzar la frontera
porque no tiene el salvoconducto para pasar de Francia a España. Y que ironía
de la historia, Benjamin como su Ángel de la historia solo ve al pasado, se ve abrazado por un
torbellino: la inminencia de que pronto será
arrestado y su destrucción. Pero ante la posibilidad de ser atrapado antes de
lograr su libertad, se autodestruye. Aunque tenia la salvación casi a las manos
porque una vez en España tenia su salida arreglada para irse a América. Pocos
días después de su muerte, las autoridades eliminaron la prohibición de solo
pasar con salvoconductos, y cualquiera podría pasar. De hecho varios de los
acompañantes de Benjamin, así lo hicieron. Benjamin al igual que el Ángel de la
historia no podía ver al futuro, solo veía el pasado caótico y el viento
huracanado de los nazis que le impedía obrar. Murió sin su cuadro, y reposo por
algunos años en el pequeño cementerio de la localidad. Un
hombre, Walter Benjamin, quien un día llego afirmar: solo sobre
un muerto no tiene potestad nadie
Escena 3. El otro retorno
Por algún lado del mapa en
una de sus carreras Benjamin llego afirmar: «solo los niños retornan».
Escena 4. Arthur C.Clark y los mundos posibles. El sprint final entre El Ángel de la historia
y El Ángel de la tecnología.
En
The morning of the magicians (1971) Bergier
y Pauwels dan casi al inicio de su libro un dato curioso: Cuando en el año de
1875 el director de la Oficina de Patentes de Estados Unidos presenta su renuncia ante el Secretario del Comité de
Comercio. La razón de la renuncia era porque ya no había nada por inventar. (44) En ese mismo orden de ideas Arthur
C.Clark, escritor de ciencia ficción, refiere dos hechos casi anecdóticos y
sorprendentes sobre los avances de la
tecnología y la técnica, el primero relacionado a los
indispensables automóviles, y el segundo
tocante a los inmediatos teléfonos. (45)
Intente el lector imaginarse un mundo sin autos y sin teléfonos. Dos productos
de la reproductibilidad de la técnica de
los cuales el hombre moderno no podría prescindir y tampoco vivir.
(Ahora también habría que agregar el internet).
Al
respecto de esos dos inventos, cuenta el escritor norteamericano de ciencia
ficción Arthur C.Clark, que a la
fabricación de los primero autos, la preocupación de los fabricantes y público
en general, era que la gente no se interesaría por semejante invento. Sobretodo
porque ellos pensaban en la enorme dificultad que supondría aprender a conducir
un automóvil. En cuanto al teléfono, los empresarios más conservadores afirmaban
que ningún invento sustituiría a los mensajeros de la Wells Fargo; y los más optimistas pensaban que seria un gran
avance para la humanidad que por lo menos cada ciudad del mundo tuviere aunque
sea un solo teléfono. Sorprendentes observaciones. Aquí el Ángel de la
tecnología de Arthur C.Clark le gano el sprint
final al Ángel de la historia de Walter Benjamin. A todo esto ¿por dónde se
habrá metido la chica de la bicicleta? Ojala no se la haya llevado ni el ángel de la historia ni tampoco el ángel de la tecnología
Escena 5. La chica de la Bicicleta
La
chica de la bicicleta avanza por algún camino, pero los vientos huracanados han amainado, ya no hay nada que la detenga, ni pedalea la bicicleta
viendo para atrás. Ella solo ve y avanza
“hacia adelante, exclusivamente
hacia delante”. Ese fraseo es un
final de un conocido y estudiado cuento de Cortázar. La autopista del Sur. El único problema real que enfrenta ella, tal
y como los personajes en el cuento de Cortázar, es el tráfico. Y eso del
tráfico en las grandes ciudades y en las autopistas es un problema serio de la
modernidad. Pronto habrá más autos que personas. La reproducción inagotable de
los bienes materiales en la tesis de Benjamin. Y eso del tráfico, aunque sea
contrariando un poco al poeta Erich
Maria Rilke, es más terrible que todos los ángeles
Escena 6.
Un poema de Rafael Alberti quien dedicó un tratado poético a los ángeles, Sobre los ángeles (1929).
EL ÁNGEL DESCONOCIDO
¡Nostalgia de los
Arcángeles!
Yo era…
Miradme.
Vestido como en el mundo,
Ya no se me ven las alas.
Nadie sabe como fui.
No me conocen.
Por las calles ¿Quien se acuerda?
Zapatos son mis sandalias.
Mi túnica, pantalones
Y chaqueta inglesa.
Dime quién soy.
Y, sin embargo, yo era…
Miradme.
Escena 7. Nuevos cielos y nuevas tierras
«Voy a crear nuevos cielos y una nueva tierra.
De lo pasado no habrá memoria ni vendrá al pensamiento.» Isaías 65:17 (Biblia Reina-Valera, revisión 1995, SBU)
Notas bibliográficas
17.
La filosofía de la historia de Hegel. Aeterna Imperio CARPIO, Adolfo P. “Principios
de filosofía, una introducción a su problemática”. Glauco, Buenos Aires, 2004, pág.
311-312.
18.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Wikipedia
19.
«Muchos críticos modernos señalan que Hegel a menudo parece pasar por alto las
realidades de la historia a fin de hacerlas encajar en su molde dialéctico.
Karl Popper, crítico de Hegel en La sociedad abierta y sus enemigos, opina que
el sistema de Hegel constituye una justificación tenuemente disfrazada del
gobierno de Federico Guillermo III y de la idea hegeliana de que el objetivo
ulterior de la historia es llegar a un Estado que se aproxima al de la Prusia
del decenio de 1831. Esta visión de Hegel como apólogo del poder estatal y
precursor del totalitarismo del siglo XX fue criticada minuciosamente por
Herbert Marcuse en Razón y revolución: Hegel y el surgimiento de la teoría
social, arguyendo que Hegel no fue apólogo de ningún Estado ni forma de autoridad
sencillamente porque estos existieran; para Hegel, el Estado debe ser siempre
racional.» (Wikipedia).
No obstante el mismo Benjamin critico a
Hegel a quien llamo un «violador
del intelecto, un místico de la violencia». Y por su arte Hegel llego a declarar
que los judíos estaban fuera de la historia. Y es s que Hegel ha tenido varios
críticos de su filosofía, entre ellos Schopenhauer, es conocida la mutua animadversión
a pesar de que ambos dieron clases en la misma universidad. En cuanto a su filosofía
de la historia entre sus críticos destacan,
el mismo Benjamin quien fue un
gran critico de la filosofía dela historia de Hegel, y entre otros muchos también lo fueron Adorno, Althusser y Foucault, véase Federico Rayez El problema de la Historia en Hegel, Benjamin y Althusser
(2011).
20.
Steiner, George. Una buena lectura. Ensayo publicado en Plaza de las
palabras.
21.
Ares, Berta PETER BURKE: “Sin
imaginación no se puede escribir historia” Entrevista, reproducida
por Revista de Letras, 6 febrero 2013
22.
«Los hallazgos realizados durante décadas por los
arqueólogos en la jungla han favorecido la teoría de que las ciudades mayas
estaban aisladas y eran autosuficientes. La tecnología revolucionaria LIDAR,
que permite detectar estructuras arqueológicas ocultas mediante la emisión de
rayos láser que penetran en el manto forestal, está desmontando dicha teoría al
revelar ciudades mayas desconocidas hasta el momento y más de 60.000
estructuras hechas por el ser humano que confirman que la civilización maya era
mucho más grande de lo que se creía hasta ahora.»(…) «Esta
revelación constituye uno de los desarrollos más importantes de la arqueología
maya en los últimos 100 años", asegura Tom Garrison, del Ithaca College,
uno de los arqueólogos que lideran el proyecto. "Las guerras mayas han
sido tema de investigación durante décadas y, ahora, la tecnología lídar está
revelando la manifestación física de esos conflictos pasados, demostrando que fueron
un factor determinante de la antigua cultura maya, probablemente configurando
el surgimiento y desarrollo de algunas de sus ciudades más grandiosas", Alec Forssmann, Revolución en la
arqueología maya: aparecen miles de estructuras ocultas en la selva de Guatemala.»,
National Geographic, 5 de febrero de 2018. A esto agréguese la
tecnología auxiliada por el sonar y las computadoras de recrear el vaciado de
los mares para encontrar restos de naufragios o vestigios de ciudades o
civilizaciones perdidas. O los avances en genética permiten determinar
si una célula pertenecía a Tutankamon o era de algún familiar del rey sol.
23. Toynbee Arnold, The
comparability of societies. Civilizations and primitives societies.Vol.1.Toward
Liberal Education, Edited by Louis Locke, Rhinehart Company, New York,
1948, pp.548-558
24. WALTER BENJAMIN Y EL
ÁNGEL DE LA HISTORIA.- DOCE TESIS SOBRE Walter Benjamin (Ensayo), Éxodo21, 2018. (Sin autoría individual)
25.
ídem., 2018
26. Ídem., 2018
27. Ídem., 2018
28 Ídem., 2018
29. Ídem., 2018
30. Ídem., 2018
31. Ídem., 2018.Hay
que hacer la observación que en el lenguaje de Benjamin, palabras como
destrucción, no se refieren a una violencia física sino a un hipotético
desmontaje o deconstrucción de los significados. No obstante, cuando se cruzan
ese lenguaje con la corriente programática revolucionaria o marxista, la parte
política del mesianismo esa violencia verbal podrían adquirir otros matices, ya
no solo verbales. «Cuando Benjamin nos
habla de “destruir” no alude a un “poner fin”; no deben interpretarse de ese
modo expresiones usadas en sus textos como “aniquilación”, “destrucción” o
“muerte”. Se hace referencia a un “desposeer” a las cosas en el “sentido” que
cotidianamente se le da, arrancarlas de las correlaciones orgánicas, de algún
modo “desnudarlas” para volverlas a vestir, redimirlas en un “nuevo orden”, en
un nuevo escenario que las dote de un sentido, un nuevo círculo de
“significaciones”. Sustraerlas del orden de lo “precario” y “transitorio”,
creando una belleza que pueda perdurar.» (En Walter Benjamin y el ángel de
la historia. Exodo21)
32. Ídem., 2018
De Walter Benjamin y el ángel de la historia. Conclusiones
DOCE TESIS, Exodo21 (no confundir las conclusiones en forma de tesis del autor
con las tesis de Benjamín).
33. Ídem., 2018
34. Ídem., 2018
35. Ídem., 2018
36. Membreño Cedillo, Mario A. (coautor) Sociedad
Emergente. Reflexiones de fin de siglo. Ciencia política y gnosticismo. La
prohibición de la pregunta. INESCO, Alin Editora, Tegucigalpa, pp.38-41, (257
p.)1995. (Articulo también publicado en diario El Heraldo, 31 de marzo de 1994).
37. Ídem., 1995, pp. 39-40
38. Ídem., 1995, pp. P. 40
39. Ídem., 1995,
pp. Pp.40-41
40. Ídem, La globalización y la prohibición de la
pregunta. INESCO, pp. 42-45.1995. (Articulo también publicado como artículo en
diario El Heraldo, 1 de junio de 1994.)
41. Benjamin, Walter. La obra de arte en la época
de su reproductibilidad técnica. Editorial Itaca, 2003, p.44
42. Idem., 2003.
43. Versos de Gershom Scholem, que sirven de epígrafe
a la IX tesis sobre la historia de Walter Benjamin
44. Pauwels, Louis Bergier,
Jack. The morning of the magicians Mayflower. Granada Publishing.1971,
p.9
45. Clark Arthur, C. 1984s spring: A choice of futures.
Ballantine Books, p. 4.
Enlaces
Tesis sobre filosofía de la
historia El ángel de la
historia
Benjamin, Walter, La obra de arte en la época de la
reproductibilidad técnica
Bajaebooks.con traducción Jesús Aguirre
Walter Benjamin y el ángel de la
historia Exodo21 (Ensayo)
Página 10. Walter Benjamín:
El Ángel de la historia y la chica de la bicicleta. (Ensayo). Primera
parte 1/3 Post Plaza de las palabras
Página 10. Walter Benjamín:
El Ángel de la historia y la chica de la bicicleta. (Ensayo). Segunda
parte 2/3 Post Plaza de las palabras
Ilustraciones