Hokusai es un pintor y grabador japonés del periodo “Edo”, época
en la cual Japón entra a un clima de calma que fomentó el desarrollo artístico.
El “Periodo Edo” es una división de la historia del Japón, que se inicia
150 años antes del nacimiento de Hokusai, finalizando veinte años
después de la muerte del artista con la restauración del
“Gobierno Imperial” bajo las manos del último
“Shōgun” Tokugawa.
El neoconfucianismo fue el motor intelectual del periodo, donde
el gobierno conserva su posición autoritaria pero de una manera
más tolerante y comprensiva hacia sus súbditos.
Súbditos que disponen de tiempo para dedicarlo al entretenimiento y la cultura dan como resultado la aparicion del
“Ukiyo-e”, que se traduce como tarjetas o pinturas japonesas del mundo flotante.
Su temática es amplia, se pueden ver escenas de paisajes como
interiores tanto en un teatro como en un dormitorio;
se pueden ver famosos actores y luchadores de sumo
como deliciosas cortesanas. Una temática de vida moderna,
variada, caótica y sin censura.
En 1764 el grabador Suzuki Harunobu realiza la primera
impresión policromática en Japón, rompiendo el clasicismo de la
obra de Hishikawa Moronobu, pintada sólo con tinta india.
Las masas pueden adquirir una estampa, por el abaratamiento del
costo al ser elaborado de forma masiva, dando a los habitantes
de las grandes ciudades como Edo (actual Tokio), Osaka o Kyoto,
la posibilidad de comprar arte con la centésima parte de lo
que costaría una obra original.
Durante estos años de transición, de un arte para pocos a un arte
para todos, nace Hokusai. Pintor que llegaría a ser el referente
del estilo Ukiyo-e.
Referente de un estilo tan importante porque es el hombre que
logra llevarlo a otro estadio, convirtiendo estas imágenes “baratas”
de flores, paisajes, pájaros y peces en un estilo pictórico reconocido.
Para ello utilizó herramientas poco ortodoxas para la época como
huevos, botellas e incluso sus propios dedos.
Empezó su carrera imprimiendo invitaciones para el teatro
“Kabuki”, quizás este acercamiento temprano al mundo del teatro
puede explicar la sensación que nos deja ver estos personajes
en ambientes históricos, que nos da la ausencia de perspectiva,
como contemplando una escena con un telón de fondo.
Katsushika Hokusai tuvo una larga vida, durante la cual cambió
su estilo pictórico varias veces, adaptándose al periodo histórico
que transcurría. Vivió en la mitad de dos siglos, el XVIII y el XIX,
con una mirada dispuesta a valorar la pintura occidental
(ajena y distante) lo que lo llevó a tratar la perspectiva conocida
por él y sus contemporáneos de otra forma; separando aguas de
ese estilo plano para adentrarse a una representación con mas
dimensión.
Una vez pintado todo lo que se podía pintar, este prolijo artista
que al morir dejó más de treinta mil obras, torna su interés en la
pintura china como medio para ilustrar novelas. Produjo
libros de animaciones siendo uno de los más famosos
“Hokusai Manga”; uniendo los caracteres “informal”
(漫 man) y “dibujo” (画ga) creó la palabra “Manga” utilizada
hasta hoy día para designar las historietas japonesas con ese
estilo tan particular.
El valor de un pintor como Hokusai, hoy, lo da ver una
obra contemporánea en todo su significado: “Que pertenece
al presente”. Su apreciación no cae dentro de falsas modas
históricas u oropeles baratos, el artista trasciende con un
trabajo creativo, multifacético, adelantado a su época y entorno.
Para mí, el ver estas imágenes me lleva invariablemente a pensar
en ese cine japonés de terror tan actual. Hay una conexión, sin duda,
en la esencia y percepción que nos dejan estos seres tenebrosos
pintados por Hokusai y los fotografiados por Hideo Nakata,
dos siglos después.
Por algo artistas como Toulouse-Lautrec se fascinaron con las
estampas de este “viejo” artista, presentándolo como un referente
a tener en cuenta en ese París de finales del siglo XIX.
“36 Vistas al Monte Fuji” y los tres volúmenes de la obra “100 Vistas del Fuji” son consideradas lo mejor de la pintura paisajista japonesa.
“A partir de mis seis años de edad, tenía la costumbre de dibujar al natural.
Me convertí en un artista, y a los cincuenta comencé a producir obras que ganaron
cierta reputación; pero nada de lo que hacía antes de la edad de setenta era
digno de atención. A los setenta y tres años, comencé a captar las estructuras
de pájaros y animales, insectos y peces, y la manera como crecen las plantas.
Si lo sigo intentando seguramente lo voy a entender aún mejor a mis ochenta
y seis, de manera que al llegar a los noventa habré penetrado la naturaleza
esencial de los seres vivos. A los cien podré tener una comprensión divina de ellos,
mientras que a los ciento treinta, ciento cuarenta o más, llegaré a un estadio
donde cada pincelada y punto que pinto tendrá vida. Que el cielo, que otorga
una larga vida, me dé la oportunidad de demostrar que esto no es mentira. “
Me convertí en un artista, y a los cincuenta comencé a producir obras que ganaron
cierta reputación; pero nada de lo que hacía antes de la edad de setenta era
digno de atención. A los setenta y tres años, comencé a captar las estructuras
de pájaros y animales, insectos y peces, y la manera como crecen las plantas.
Si lo sigo intentando seguramente lo voy a entender aún mejor a mis ochenta
y seis, de manera que al llegar a los noventa habré penetrado la naturaleza
esencial de los seres vivos. A los cien podré tener una comprensión divina de ellos,
mientras que a los ciento treinta, ciento cuarenta o más, llegaré a un estadio
donde cada pincelada y punto que pinto tendrá vida. Que el cielo, que otorga
una larga vida, me dé la oportunidad de demostrar que esto no es mentira. “
Excelente biografía y una gran muestra de su obra en:
http://www.katsushikahokusai.org/
Fuente:blog Arte & Artistas, Ver mas en https://arteyartistas.wordpress.com/2010/07/31/katsushika-hokusai
-1760-1849/
-1760-1849/