Pichinguitos” El arte como memoria y resistencia cultural
El artista Mito Galeano en un afiche promocional diseñado por Monx, la foto es de Dany Alvarado
Los dibujos de los niños y del artista crean un universo estético maravilloso, prueba de habilidad y de arte comunitario.
Mito Galeano, a través de su arte, dignificó la memoria de los descendientes de los descendientes de los lencas.
Su pintura interroga desde la magia de los relatos de la gente sencilla a ese relato oficialista de la historia; confronta al poder con esa otra belleza que no es pasiva, sino llamado puntual a la resistencia cultural a la que tiene derecho una tierra. Su trabajo ha dado la batalla contra la manipulación o contra la construcción de una falsa identidad nacional bajo la sutileza del deber cívico o de la decadencia del fervor folclórico tan mal entendido e integrado al sistema educativo y al canon cultural.
Hace unos días Mito Galeano, presentó en la ciudad de Gracias, en el marco del Festival Gracias Convoca, una serie de dibujos que es un adelanto de la exposición en la que ha estado trabajando hace un año: “Pichinguitos”; este sugerente nombre designa una colección de dibujos que se hicieron en la libreta del artista, pasaron al formato virtual y luego se imprimieron. La sencillez, el humor, la versatilidad, la destreza técnica del artista al recrear un universo tan complejo bajo la premisa del dibujo infantil son apenas umbrales a un universo de inagotables significados; un hombre dibujando como un niño, un artista que transforma el dibujo académico y lo impregna de una imaginación que parece improvisada, pero que al verlo con detenimiento nos damos cuenta de los detalles, de la destreza, de su intensión pura que celebra una historia y es la siguiente: estos dibujos tienen su basamento en los dibujos realizados por niños de comunidades rurales a quienes el artista les pidió dibujar las historias que sabían del cacique Lempira, de su comunidad, de la fauna, de las leyendas; luego el artista reprodujo esos dibujos siendo fiel a su origen (es más, algunos son calcados del dibujo original) y enriquecidos con los elementos del imaginario del occidente de Honduras.
"Españolito" dibujo original de un niño del taller impartido por Mito Galeano
Este proceso de arte comunitario es ejemplar, no sólo implica una tarea de desdoblamiento, sino el intento por internarse en un relato infantil acerca de la vida; de nuevo surge Lempira, armado y vivo ante el invasor que es identificado a caballo y con la indumentaria de la conquista, aunque en algunos dibujos el invasor sea un pájaro con uniforme militar. Se resucitan las historias orales y sus personajes fantásticos, además de recrear una lucha entre el bien y el mal, entre los valores de la vida y la sobrevivencia cotidiana en un mundo lleno de retos y calamidades sociales; en cierto modo es la representación estética de un discurso infantil real, esperanzador y soñador, pues en los dibujos claramente se interpreta que gana la celebración al pesimismo y al silencio, la ternura al sufrimiento.
"Españolito" obra del artista Mito Galeano, basada en el dibujo de un niño
Los “Pichinguitos” de Galeano hacen memoria de una tierra, de su gente, de la necesidad, de la belleza y la carencia; pero sobre todo de la imaginación y en este caso la imaginación viene de las niñas y niños que dibujaron estos personajes que sirvieron de boceto y punto de partida para el artista.
La colección está más lejos de su nombre, encierra un universo de ironías, ternura, sarcasmo y humor; guarda en su centro una visión clara: es una muestra de identidad, una forma autentica de mirar la vida y el mundo. Sin duda la propuesta evolucionará, al muralismo y al animé, además de una segunda serie que ya está sobre la mesa del artista y es trabajar directamente sobre el dibujo de los niños e intervenirlo sutilmente con colores y diseños, un reto mayor, pero de resultados estéticos profundos, totalmente lúdicos, anti formales y desacralizados de todo emparentamiento con alguna naturaleza espontánea de representación.
"Lempira" (de la Colección Pichinguitos de Mito Galeano)
A Galeano hay que reconocerle no sólo su magnífica destreza, sino lo que él representa: un referente de dignidad y de arte revolucionario. Y cuando digo que Mito Galeano es un revolucionario, alejo de esa palabra las mezquindades políticas y pienso en esos espíritus y acciones que proyectan sus vidas más allá de su circunstancia.
Hace muchos años su ciudad, sus admiradores y sus amigos esperaban una exposición del artista, y es la primera vez que la ciudad de Gracias se dio este lujo, ver una muestra de su mayor artista, el que le ha guardado la memoria, referencia plena de resistencia cultural y del arte que al ser auténtico vitaliza a la historia o llama a la discusión puntual donde la falsedad se desbarata como se desbaratan los falsos dioses que aspiran a multiplicar el odio y la desesperanza.
"Lempira con arco" (de la colección Pichinguitos de Mito Galeano)