Orbis &Urbis. Teilhard de Chardin y las voces espirituales del extremo oriente Teilhard de Chardin et les voices spiritualles de l'Extrême–Orient (Ensayo) por J.Brincourt et G.Troyer. Selección de textos, comentarios y traducción del francés. Post Plaza de las palabras






Plaza de las palabras, en su sección  Orbis & Urbis, presenta el ensayo  Teilhard de Chardin y  las voces espirituales del extremo oriente, escrito por los especialistas J.Brincourt et G.Troyer, acerca de las ideas del científico y pensador francés, Pierre Teilhard de Chardin  (1881–1955),  pensador y paleontólogo,  jesuita que  ingreso en la Compañía de Jesús en 1898. Dedicado exclusivamente al estudio científico, (Geología). Pero también artífice de un pensamiento humanista teológico, entre su obra los libros más conocidos   son: El medio divino (1926-1927), El fenómeno humano (1938-1940), El zoológico humano (1949). La aparición del hombre (1956) La energía humana (1962).

En este ensayo Teilhard de Chardin et les voices  spiritualles de l'Extrême–Orient, los autores J.Brincourt et G.Troyer, abordan el pensamiento de Teilhard de Chardin en cuanto a su acercamiento a las ideas y filosofías del extremo oriente, especialmente el hinduismo y el budismo, parten los autores de un contraste entre ambas filosofías espirituales y a su vez las comparan con las ideas filosóficas el espiritualismo del hombre de occidente. Los autores señalan los encuentros como los desencuentros entre ambos mundos: el oriental y el occidental. Destacan los autores el valioso aporte de Teilhard de Chardin al aproximarse a tales filosofías que pueden enriquecer el cristianismo pero también cuestionan las limitaciones de esas filosofías, y a su vez algunos puntos controversiales de la ortodoxia cristiana en el pensamiento de Pierre Teilhard de Chardin.
El pasado me ha revelado la estructura del futuro.
En la escala de lo cósmico sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero.
Nada vale la pena de ser encontrado sino lo que jamás ha existido aún.


Selección, notas y traducción del francés*  por Mario A. Membreño Cedillo**





Teilhard de Chardin et les voices  spiritualles de l'Extrême–Orient
Teilhard de Chardin y  las voces espirituales del extremo
Oriente
(Versión completa)

4861  palabras***

Por J.Brincourt et G.Troyer

Hay en todas las reflexiones de Teilhard de Chardin [x1]   un espíritu generoso y un movimiento audaz del pensamiento, provenientes de un sentido interno  de síntesis y de notables intuiciones  en los dominios más diversos. Habiendo vivido largo tiempo en China [x2], Teilhard conoció bastante bien las voces espirituales de Extremo Oriente. En el curso de un encuentro en 1947, con Rene Grousset, él se expresó así: « Por un cambio sorprendente de situación, a lo que pasa con nosotros, hombres de occidente, para los hindúes el mundo es menos claro que Dios Si bien es este mundo y no Dios, cuya existencia se hace difícil para la inteligencia  y demanda ser justificado. Lo invisible es más claro que lo visible, tal es la expresión religiosa fundamental difusa en los Upanishads. Justo lo opuesto de esta actitud teísta [x3] y panteísta, la China se muestra, desde el origen, preferentemente naturalista y humanista. De lo que trata el Taoísmo, explicado en la unión de los contrarios  por una teoría o de la sensatez confuciana, empíricamente basada sobre la tradición de sus ancestros. [x4] Lo que domina el pensamiento chino, esto en sentido infalible, es el predominio de lo tangible sobre lo invisible. Por otra parte, debido a  una serie  compleja de causas, en la cual el cisma racial se mezcla con un ánimo de batallas y de insularidad geográfica, los japoneses parecen probar de manera natural, que la vida del clan es más fuerte que la propia existencia. Y estas tres ramas se presentan como curiosidades complementarias. Tomadas juntas parecerían en efecto cubrir el campo entero de una espiritualidad perfecta. Místicas de Dios, mística del individuo con  rostro del mundo, y  mística social, todo esta bien» [1]

Sin duda por ser completamente admisibles estas palabras merecen ser un poco matizadas, ya que Teilhard  opuso radicalmente el pensamiento de la India al de la China. Y en ese sentido hay una indiscutible afinidad  entre el aspecto metafísico del Taoísmo [x5], Tao-To-King [x6] y la más alta filosofía de la India, los Upanishads [x7]. Según la mayor parte de los pensadores del Extremo Oriente, para los brahmanes hindúes [x8]  el principio universal, es una  sustancia inmóvil y para los Taoístas [x9] es  más bien un movimiento del universo. Además,  para los brahmanes es también una energía vital del mundo, y para los Taoístas es  una especie de una matriz del todo.    

Los ascetas hindúes aspiran a fundarse con la sustancia viviente del mundo y los santos Taoístas aspiran a abandonarse al  movimiento en un universo vacío. En estas diferencias cercanas  el movimiento hindú y el monismo [x10] chino  se parecen, y esta familiaridad no es fortuita. Las ideas Taoístas habían tomado forma antes de la penetración del budismo en China [x11]. La doctrina Taoísta fue elaborada en un ambiente  análogo a la de los ascetas hindúes. En un medio parecido las dos civilizaciones de pensadores, desinteresadamente, han sido tentados de imaginar la categoría única, la abstracción suprema, capaz de abandonarlo todo, y que será también la constituyente  inmanente del mundo. [...] Sin embargo, Teilhard dejo de lado la comparación  tan significativa  entre la filosofa India y las formas particulares, pero importantes  del pensamiento chino. Estas reservas de hecho, reconocen que las concepciones de  Teilhard de Chardin sobre las corrientes espirituales  del Extremo Oriente, muestran escasas intuiciones sobre sus  particularidades. Las que brotan más de su enorme simpatía  por el mundo asiático. Ellas deben, no obstante, ser el hilo  conductor de los cambios fructíferos  entre el Occidente  y el Extremo Oriente: «la humanidad se enriquece  por la unión de las diferencias» [2] [x12]

Dos libros recientes  vienen a confirmar el interés por Teilhard  de Chardin  y sus aportes del Extremo Oriente. Esta permite descubrir lo que él había asimilado de las corrientes  espirituales  de la India y China, para elaborar sus concepciones  tan originales en relación del hombre con el universo, y el universo con Dios. El primer libro [3] evoca la larga estadía de Teilhard en China durante la segunda guerra mundial y las dificultades de los sabios europeos para continuar viajando a Pekín durante esa época. También se reportan ciertas conversaciones del Padre sobre cuan adelantado eran entonces las religiones de la China. El segundo libro [4] es una compilación de cartas del Padre a sus  corresponsales americanos, quienes en su mayoría son mantenidos anónimos. La mayor parte de estas cartas fueron enviadas del Extremo Oriente [x13] Ya desde 1926 Teilhard presentía el futuro comunismo de China :«yo pienso que la China es un inmenso edificio por rehacer, y posiblemente para rehacerlo se necesitara volverlo hacer» [x14] Cuando Mao no era todavía un miembro de la sección rural del Partido Comunista de Shanghai, y Chang Kia Cheek no había ocupado la Comandancia del Kuomitang, Teilhard anunciaba :«Lo que hace la fuerza de los bolcheviques chinos es una suerte de ideal y fe.  Frente  a esto, ellos no hallan esas cualidades en sus jefes ni sus ejércitos, groseramente egoístas, y de apetitos vulgares» [5] En esta correspondencia Teilhard de Chardin describió toda la importancia de las corrientes espirituales del Extremó Oriente para el porvenir de la humanidad. Por un momento lo tentó la idea de  escribir una historia de China, pero luego renunció a este proyecto y escribió  «una sola cosa me inspira, reconocer y hacer ver el elemento esencial, especifico que el oriente ha aportado a occidente, para que la tierra sea completa» [6]

En una época en que la mayoría de los representantes del cristianismo, todavía denegaban las voces espirituales del Extremo Oriente, Teilhard insistió sobre las ventajas  que el Occidente podría tener en conocerlas y a veces adoptarlas Después de haber formulado su propuesta, el Padre Chardin  no llegó a desarrollar sus ideas  más adelante. Por lo que, nosotros debemos buscar en su obra aquellas particularidades  que faltan en Occidente y que son características de una cierta mentalidad del Extremo Oriente [x15]  Los taoístas, brahmanes y budistas  han jugado un rol capital  en la evolución de las civilizaciones de la India y de la China. Teilhard conocía bien los frutos de la renunciación  ascética: «el mundo no tendrá necesidad de otros móviles y vagabundeos, porque la acción se traducirá en una serie de  ensayos, aparentemente discontinuos a través de toda clase de dominios [...] el mundo no ha comprendido que no será salvo por aquellos que  no tienen en donde reposar su cabeza» [7]

Teilhard era profundamente hostil a los individuos que se replegaban sobre si mismos [x16] El apreciaba el sentido muy particular de la virtudes cívicas que tenían los orientales. En tanto, en la India los méritos son  más grandes que las reglas de casta, las cuales en apariencia son más respetadas. En la China confuciana el hombre honesto obedece a ritos seculares y se esfuerza por conservar a sus seres, los  objetos,  su empleo, y a conservar la denominación fija por la tradición. En China popular todos deben ponerse al servicio entero de toda la comunidad, y las directrices de los jefes son respetadas como  la expresión verdadera de la voluntad del pueblo. En el actual Japón los empleados de una gran empresa industrial, raramente, ponen en tela de juicio el puesto que ellos ocupan. Ellos aceptan voluntariamente ser tomados en tutela  y no quieren socavar  la armonía de su empresa. Estas prioridades de acuerdo con las necesidades  de la colectividad, más bien que con las del individuo, se hallan también presentes entre las razones que introducen los asiáticos  durante las guerras y combates de masas, sin preocuparse demasiado de las perdidas humanas que les ocasiona. El individuo, es a menudo considerado como  un hombre casi intercambiable con otro. La idea que se hacen de la persona humana, los habitantes del Extremó Oriente, sorprende y contrasta a los mismos occidentales, quienes  ignoran  la liberación espiritual, y el  proceso  que hay que pasar de innumerables servidumbres, y que en esencia desean los mejores de oriente [x17]. En sentido contrario, el Occidente es sobre todo la tierra del yo, con un individuo solo responsable de él mismo, cuya meta es esperar fines que les sean propios, y el goce de una autonomía tan grande como le sea posible [x18]. El Extremo Oriente es en primer lugar, la tierra de un molde ancestral el cual  necesita seguir pareciéndose y repitiéndose indefinidamente. La rigidez de las castas y las tradiciones siempre inmóviles, dejadas por sus ancestros, y la parcialidad y dureza del régimen de la China  popular, no podía gustarle totalmente a Teilhard, pero él simpatizaba con los hombres cuyos sacrificios y esfuerzos  individuales convergentes tenían por meta: el aumento espiritual de la comunidad. El individualismo estrecho  era condenado, por Teilhard, con la más grande severidad, porque  él veía en ese tipo de individualismo una de las peores decadencias humanas: «En Búsqueda a separar lo más posible de otros, el elemento individualista [x19] Para luego, ir en una dirección convergente  con todo el resto, es hacia el otro, que nosotros necesitamos avanzar» [8]

En el  Extremo Oriente se tiene una buena manera de amar la naturaleza y todo lo que vive. En China los místicos taoístas aventajaron la misma compasión de los budistas  hindúes  por cualquier animal. Ellos se dirigen también a los elementos que rodean al hombre sobre  la tierra,  el cielo y  el mar. Y además, las rocas, las nubes, el viento, el agua, y sobre todo, alimentaban la efusión lírica de los poetas, los pintores y los pensadores chinos. Agitabase en ellos un cierto romanticismo [x20], pero más cercano a un origen arcaico que al nuestro. En Occidente este sentimiento es reducido a una actitud estética, a un gusto inculto o extraño por la naturaleza, por causa del asombro que ella aún nos procura. Pero este gesto es muestra de una sobrevivencia, de  vestigios de tiempos lejanos en que la naturaleza era mágicamente sacralizada. En China la comunión con la naturaleza ha permanecido por largo tiempo como una mística. [x21] A fin de hallar en el Occidente una analogía con el impulso apasionado de los taoístas, hacia toda la naturaleza  acarreada por un principio dinámico, el Tao, es menester remontarse a unas ideas de Teilhard  acerca de que la «amplitud del universo» sostenido, «por una energía espiritual latente» es mucho «más flexible, mas móvil que lo que nosotros sospechamos». [9]

En otro de sus libros, Teilhard  proclamaba :«yo, jamás daré  como cierto que la materia es trillada, o que la materia esta muerta, hasta el último momento de los siglos, la materia será joven y exuberante, brillante y nueva, para quien quiera»[10] [x22]   En efecto, la idea  de Teilhard que parece haber  confundido (puede ser que sin estar claramente consciente) a los mejores espíritus de oriente, es la de una clase de sacralización del mundo material, como del mundo viviente. Para los ancestros de los Upanishads y para los amos del Tao, Dios esta difuso en todo el universo y presente en sus múltiples aspectos. Se encuentra una concepción  casi análoga en los escritos más líricos  de Teilhard: « como el pagano yo adoro un Dios palpable. Yo mismo tocó este Dios, por toda la superficie  y lo profundo del mundo y de la materia»  [11]

Seria un grave error  pensar que Teilhard  se abandono a la empresa  de las corrientes espirituales  de Extremo Oriente. El las consideraba con simpatía, pero conocía también sus límites. El no ocultó su aversión por la mística dominante en la India, cuando  no era corregida por la mística cristiana: «Yo desconfíe  más y más de la mística védica, pues yo creo que ella aporta una solución falsa, hay un  sofisma en el problema de la unidad, por lo que se  termina destruyendo el amor» [12] Él no creía tampoco en una posible dominación  espiritual de Asía sobre Europa y América.  Él afirmaba que las luchas que se aventuraban  en el presente no aspiraban tanto a la posesión del mundo, sino al «leaderships de la terra» [x23] El concluía en la urgencia por  «desarrollar su weltanschauung [x24] o muy sencillamente su fe» [13] Pues, según él, el, occidente debería conservar el primer lugar sobre el planeta. [x25]

Teilhard no aceptaba las corrientes espirituales de Extremo Oriente, que no cuajaban  en la síntesis,  con los mejores aportes de Occidente: la creencia en una evolución ascendente  hacia el progreso de la humanidad, la afirmación de que toda conciencia personal debe desarrollarse según una modalidad esencial: « lo que ahora domina  mi visión de la energía humana, es que lo totalizante debe culminar en un máximo de conciencia personal. Esta conciencias es incomprensible sin el equivalente de una divinidad de tipo personal, en la cual los elementos personales del universo se encuentran al máximo de su personalidad, en perder (por unión) lo que en su individualidad tiende a la separación» [14] Esta concepción esencialmente cristiana  no debe nada al Extremo Oriente. Pero Teilhard tampoco estaba totalmente satisfecho con todas las ideas del Occidente.  El rechazaba una cierta imagen tradicional del Yahvé de la Biblia, esto es un Dios tan fuera del mundo, que domina y dirige desde lo alto, que a veces llega a rechazar el mundo creado por Él mismo. «La dificultad con Einsten [x26]  y tantos ateos, es que ellos conciben un  Dios personal, como una clase de superhombre  y no como el foco y centro de una evolución cósmica  personalista» [15]

La contradicción no es aparente con la nota precedente  por «Dios personal», superhombre,  Teilhard entendía aquí el aspecto autoritario  del Dios celoso del libro del Éxodo. El no podía aprobar la noción de un Dios  como un jefe del pueblo, ni como un monarca, noción que según él, era intima  a un contexto histórico: «Pues en fin, aún  con todo y la profunda veneración por las palabras humanas de Jesús, ¿es posible observar  que la fe judeocristiana continua expresándose (y por fuerza) en los textos evangélicos, en función de un simbolismo típicamente neolítico ?El neolítico en el decir de la edad de la humanidad (y más generalmente del mundo) de la familia y del cultivo del campo. En un universo paralelo cómo imaginar sin contradicción sociológica  que el monoteísmo haya podido traducirse de otra manera  que en términos de Dios, gran jefe de familia  y supremo propietario del mundo habitado». [16]

Habiendo rechazado la imagen de un Dios lejano y dominador, Teilhard  era conscientemente contrario  a su propia tendencia a sacralizar  la naturaleza, como habían hecho los ancestros de los Upanishads  y los santos taoístas  «Yo tenía siempre  un alma naturalmente panteísta [x27]. Abriéndose a las aspiraciones invisibles, nativas, pero sin osar utilizarlas libremente porque yo no sabia conciliarlas con mi fe.» [17] Hablando más tarde sin rencor aparente de las objeciones que hacían a sus libros, todavía no editados, los consejeros del Vaticano. El agregaba: «yo creo sencillamente que el estado actual de las cosas, mantiene a Cristo muy pequeño en comparación al mundo. Ellos no pueden querer esto. El problema  es que ellos no ven la verdadera dimensión del mundo[18] Se reconocía aquí al discípulo de San Pablo.

Teilhard opera una síntesis  de las mejores corrientes  espirituales comprometidas hasta ahora  con la humanidad. El creía como los pensadores del Extremo Oriente, en una clase de presencia divina en todos los aspectos del universo, pero también creía, como los sabios occidentales  y como los transformadores, en una génesis progresiva  de la vida sobre el planeta. El reconocía en la sabiduría de la India, la voluntad de librarnos de la obsesión  de lo múltiple, para buscar conseguir la unidad de lo divino, pero el rechazaba el nirvana [x28], y  también la extinción de todos los deseos con la esperanza de acercarnos a la realidad. Su fe en el progreso del universo y la necesidad del esfuerzo humano —no va hacia el aniquilamiento, sino hacia  la plenitud de la conciencia personal— es más fuerte que todas las tentaciones del Extremo Oriente : « Cuál es la obra de los obreros humanos, sino el establecimiento para cada uno de nosotros  y en sí, de un centro absolutamente original, en donde el universo se refleje de una  manera única, inimitable, y también se refleje justamente nuestro yo, toda nuestra personalidad » [19] A partir  de este centro personal, el esfuerzo individual debe cumplirse por una comprensión siempre más profunda de la realidad terrestre, « es para una fidelidad inteligente, y para una  corriente ascendente de la vida material que nosotros nos acercamos al espíritu» [20]

Probablemente, Teilhard  sea  el origen  de una mejor comprensión de las religiones del Extremo Oriente para los cristianos. En el curso del último decenio ciertos escritores católicos han intentado asimilar lo que hay de positivo en los aportes  espirituales de oriente, sin renunciar en nada a sus propias creencias. Según el Padre Le Soux [21]  La apertura de ciertas virtualidades  que permanecen latentes entre los accidentales, explica la diferente actitud de los sabios de Occidente y de los sabios de Oriente ante del misterio de lo absoluto. El primero, delante de este misterio que lo trasciende,  guarda intacta la conciencia de su yo, ya sea que él conserve el orgullo de su condición humana o ya sea que él se humille delante de Su Creador, en ambos casos él permanece separado del Absoluto. En cambio, en el Oriente cuando él ha sido tocado por este misterio, no se calla, pues el desea la apertura de su yo, el no puede tampoco concebirse separado del absoluto, sencillamente porque él este abandonado (desamparado).

Cuando un padre benedictino dijo que antes del arribo de los cristianos a la india, Cristo ya estaba presente. Pero «No reconocido bajo  su nombre revelado,  y mas o menos en la realidad inspirada por el espíritu» y que «Esto no es nuestro, sus sacerdotes,  muy a menudo engreídos de su privilegios de occidentales y cristianos, que aportan  como si fuese su equipaje»,  (22), en la medida del abismo entre este lenguaje y ciertos misioneros de antaño. A estas palabras de un monje, responde como eco, la declaración de un obispo: « La madurez de la persona, la claridad teológica, la oración contemplativa y la caridad heroica, no  pertenecen en propiedad a los católicos. Los ateos pueden alcanzar la madurez y la claridad teológica, los budistas pueden ser místicos, y los paganos pueden llegar a la generosidad heroica(23)  No es sorprendente, que un secretario, destinado a abrir el dialogo entre las religiones  no cristianas del mundo entero, haya sido recientemente elegido papa en el vaticano. (x29 )

El sentido de la palabra «Dios»  es sin embargo, toda diferente para los cristianos y los místicos del extremo oriente. « Todos los sistemas filosóficos y todos los voces espirituales de la India minimizan la personalidad del Dios y la de los hombres.»  (24). Los amos del Tao piensan lo mismo. La personalización de Dios, según los pensadores de la india y de la China, es representada todavía de una manera primitiva. Para ellos también, la creencia  de la personalidad que cada hombre debe poder abrirse  en diferencias lo más posible del otro es ligada a un egocentrismo condenable. Los ascetas indios desean la desaparición  de su conciencia distinta, disparidad que condiciona a sus ojos, su identificación con la conciencia  infinita, con el absoluto. Por otra parte, ellos no distinguen,  la aproximación de  la  comunicación de lo divino con la naturaleza. Según ellos el parentesco de todos los vivientes es una evidencia que solo un estúpido orgullo personal puede enceguecer.  Pero el hombre esta a menudo solo.  En primer lugar las formas vegetales y animales de la vida, después las otras razas humanas, y a veces los individuos más próximos a él, pueden  enfermarse  en un egocentrismo despreciable  y un lamentable imperialismo del espíritu.

En ese horizonte, ¿por qué razón la mentalidad religiosa  de Occidente  es diferente  de la mentalidad religiosa de Extremo Oriente? La explicación más probable es de orden psicológico. El Occidente permanece obsesionado por los mitos de héroes, mito de la gloria del individuo, mitos que impone la marca de su personalidad  a otros hombres. El hombre occidental  cree que el yo es un absoluto que debe realizar  un triunfo de tipo particular. En cambio para el oriental el yo es una copia transitoria que debe ser conforme a un cierto modelo. Estas dos ideas responden, por un lado, a la creencia en un Dios personal y creador; y por el otro, a la creencia en un Dios difuso  en el universo, que es interno al mundo.

Por otro lado, en el Occidente siempre ha existido la tendencia de antropomorfizar [x29] lo divino. Yahvé, por el poder de su verbo, crea el mundo. Al mismo tiempo, Él se separa del mundo. Para los orientales, Dios no crea el universo, Él es desde siempre inmanente al mundo. Si bien, aunque estas dos concepciones religiosas son contradictorias, si ellas son apreciadas en su propio valor y profundizadas con tolerancia, simpatía y comprensión, ¿no podrán ellas aportar el Occidente y Oriente un mutuo enriquecimiento? Simone Weil, [x30] lo entendía así: «Como en occidente la palabra Dios,  designa una persona, para los hombres cuya  atención en  la fe y el amor descansan casi exclusivamente sobre  el aspecto impersonal de Dios, y aunque ellos parecerían ateos, el amor sobrenatural  habita en su alma» [25] El Padre Le Saux va todavía más lejos : «Puede servir para un conocimiento más profundo e enriquecedor de las escrituras cristianas, los que hayan hecho una lectura de los Upanishads» [26]

La corriente de simpatía para las religiones del Extremo Oriente, con las que tanto se comprometió Teilhard de Chardin, suscito grandes reservas en una parte el mundo católico. Teilhard minimizaba la intervención creadora de Dios, él se inclinaba al panteísmo. El no otorgaba, entre las otras místicas, un lugar eminente a la mística cristiana. Tales son las críticas que han formulado, entre otros: Monseñor Journet, Jacques Maritain [x31] y el Abad Cognet.

En ese contexto, ciertas paginas de Teilhard han podido dejar la impresión  que la historia del mundo es un desarrollo coherente, único y continuo, rigurosamente inmanente, en donde ninguna trascendencia sabría introducirse. [x32] Al respecto, el Abad Cognet planteó las objeciones siguientes:«Es la ausencia de una intervención personal de Dios en la que mora la falla del sistema. Leyendo las páginas que el Padre consagro a la divinización del mundo. Da la impresión que los hombres están en la encarnación por su propio movimiento, espontáneo y natural : hay una ascensión y no una Asunción [x33]  en una realidad que los sobrepasa En ninguna parte nosotros encontramos la mención del electivo llamado divino, de esta intervención de la gracia que haría  de la salvación un fenómeno eminentemente sobrenatural y la colocaría arriba de solo las fuerzas humanas. Muchos se conmueven al punto de no encontrar en los ensayos del ilustre geólogo, la presencia de un Dios personal, concebido a la manera habitual, y según esta base, lo han acusado de panteísmo Sin embargo, el Padre  más de alguna vez ensayo defenderse. No hay más que una grave imprecisión de forma, pero esta es suficiente para que su sistema de lugar a las más pesadas criticas» [27] [x34]

El modo en que Teilhard respondió a estas acusaciones, muestra según el pastor Crespy [28]  «el rechazo partir  de las relaciones actuales entre la ciencia y la teología, porque él estaba convencido que su coalición debía resultar de una profundización de cada una en su propio orden». Teilhard denunció en efecto las insuficiencias de la teología tradicional cristiana que tiene una raíz común: la perdida de «sens de le terre» [x35], la tendencia a la «la evaporation espirituelle» [x36], y la incapacidad de encarar la situación real de una humanidad en marcha, de descubrir que el mundo en el que se vive, no es más estado del «cosmos», sino de «cosmogénesis  ».[x37] Para Teilhard en efecto, el evolucionismo, no es una simple hipótesis científica, sino la afirmación constitutiva de todo pensamiento científico. Como San Agustín, el creía firmemente que todo converge hacia Dios. Si San Agustín asegura esta convergencia en remontarse al acto creador, es porque su época es dominada por una concepción fija  del mundo. Teilhard añade sobretodo, una convergencia en el futuro (en el punto  omega) [x38]   porque él se sitúa en una perspectiva evolucionista. [x39]

Los críticos de Teilhard le han reprochado también sus ideas sobre la mística. Ahí han visto,« un esfuerzo para evadirse espiritualmente hacia lo inefable; sobre esta orientación general de  la vía interior  en busca de la perfección, un perfecto acuerdo reina entre los místicos de todas las religiones, y todos los tiempos.» (29) Para alcanzarlo  dos voces se presentan. La primera la del extremo oriente, consiste «en hacer retornar a un fondo común divino subyacente por supresión directa de lo múltiple, es decir, por relajación del esfuerzo cósmico de diferenciación» (30) La otra vía, la de occidente, prescrita de empujar hasta el final  «en sus direcciones simultáneas de diferenciación y de convergencia de los elementos dispersos que nos forman y nos rodean». (31) Teilhard no dio su acuerdo total a esta segunda vía, no obstante a él se le reprocha no considerar el emblema de la mística cristiana fuera de una corriente mística general que la aventajara y la pusiera en continuidad con las otras místicas.

Teilhard a menudo afirmo que la salvación del mundo no puede venir de la espiritualización del esfuerzo humano. Pero él omite de indicar  que este esfuerzo de un todo a otro, vale lo mismo para un cristiano que para un no cristiano. « En esto yo creo discernir, dijo el abate Cognet, la preocupación de Teilhard de colocar sobre un terreno también vasto que posibilite la salvación de los infieles. Por generosa que sea esta preocupación, ella queda manchada por la utopía. Si el sitio de los cristianos no es una situación de privilegio ¿para qué establecer el problema de la conversión del mundo? » (32)

El mismo Teilhard ha respondido a estas críticas, con integridad, y para quien a su sentido, fija cuál es el aporte deseable de los místicos del extremo oriente al pensamiento cristiano: «Nosotros no iniciamos una forma de espíritu superior, sino mas bien, aumentamos y enriquecemos, por un doble efecto de resonancia y de totalización, la nueva mística que asciende de occidente»; tal me parece ser, en definitiva, en la hora presente, el rol importante y la función esencial del extremo oriente» (33)

Es sabido que Teilhard es un promotor del movimiento ecuménico actual. [x40] Y a veces él se coloca  en una perspectiva  donde el budismo, el marxismo y el cristianismo pueden converger [x41] transformándose después en un ideal nuevo, más fecundo,  para los hombres del porvenir. «Si una síntesis puede operarse entre la fe en dios y la fe en el hombre (…) (mucho mas intenso y mas universal) lo que ha pasado con el budismo, el marxismo y el cristianismo. Yo quiero decir la propagación, como un  fuego de un novel estado del espíritu» (34) Sabio de gran notoriedad, Teilhard estaba apelando a reencontrar las personalidades científicas cuyas concepciones tenia a veces un punto de partida,  de hecho todo diferente al suyo. Así un día ante una reunión de eruditos de diferentes saberes en Pekín. Él estaba regocijado: « Ahí había, sobre nosotros, el triunfo, oscuramente resentido, de la victoria sobre las barreras raciales, nacionales y confesionales » (35

Más allá de lo familiar, de las patrias y de las razas y de las religiones, el quería bosquejarse  una realidad  que tenía su más cara esperanza en la de la fraternal amistad  de los hombres, los unos con los otros, el corazón de un mismo mundo en progreso, la de la verdadera solidaridad humana del amor, [x42] «la más universal, la más formidable, la más misteriosa de las fuerzas cósmicas» [36] El tenía fe en el encuentro próximo de la humanidad, convergencia casi inevitable para una  fase de «socialización y total comprensión» [x43], en la cual el siglo XX está entrando: «esencialmente, alrededor de nosotros, bajo el doble e irresistible abrazo de un planeta [x44]  que se encoge a vista de ojo, y de un pensamiento que se cierra sobre si mismo, a una formidable presión de potente acercamiento, muy superior  a las repulsiones individuales o nacionales  que nos aterrorizan tanto.» [37]

Finalmente J.M. Domenach, ha advertido en  Teilhard: « una mezcla potente de su generosa subjetividad cargada de intuiciones, consecuencia  de sus investigaciones paleontológicas sumadas a las anticipaciones que le sugerían su fe». [38] [x45] Esto es exacto y nosotros venimos de ver  que Teilhard había utilizado también dos concepciones filosóficas sólidamente enraizadas  y emparentadas en el Oriente. Pero Domenach le reprochó su «síntesis presuntiva y presuntuosa» Toda síntesis que abarca el porvenir es una obra de la imaginación  y del presentimiento, aún con el derecho de llamarse arriesgado. Esta obra en todo caso, ha sido pensada y expresada por Teilhard de Chardin, con una potencia y una apertura sobre el mundo que la hacen de excepcional calidad. En la época amenazada en la cual nosotros vivimos, Teilhard de Chardin aportó a los hombres presa de tanto temor, el más coherente, el más optimista y el más grandioso de los mensajes.


NOTAS BIBLIOGRAFICAS DE LOS AUTORES

1.   Cahiers Pierre Teilhard de Chardin, tome II (le Seuil).
2.   Ídem
3.   Claude Riviere, En China avec Teilhard, 1938-1944 (le Suil 1968).
4.   Accomplir L'homme par Teilhard de Chardin, lettrées inédites 1926-1952 (Grasset 1968)
5.   Ídem
6.   Ídem
7.   Ídem
8.   Teilhard de Chardin, Le Phénomène Humain
9.   Ídem
10. Teilhard de Chardin, La Puissance spirituelle de la matière.
11. Teilhard de Chardin, La messe sur le  monde
12. Idem [4] Accomplir l’homme par Teilhard de Chardin....
13. Ídem
14. Ídem
15. Ídem
16. Pages dactylographiées de Teilhard, citées par L.Cognat.Le Père  Teilhard de Chardin et la pensé contemporaine
17. Teilhard de Chardin, Trois histories comme Benson
18. Ídem [4]... Accomplir  
19. Teilhard de Chardin Le phénomène humain
20. Teilhard de Chardin L' Avenir de l’homme.
21. H. Le Saux, La Rencontre  de le hindouisme  et du christianisme
22. idem
23. Mgr Ilich metamorphose du clerge (Esprit ,october 1967)
24. H. de LubacImage sde du père Monchanin ,un pretre  catholique en Inde (1967)
25. Simone Weil, Lettre  a un religieux.
26.  H. Le Saux, La Rencontre  de le hindouisme  et du christianisme
27. Louis Cognet, Le Père Teilhard de Chardin et la pensée contemporaine.
28. Georges Crespy, La pensée théologique de Teilhard de Chardin.
29. Pages dactylographiées de Teilhard, citées par L.Cognat.Le Père  Teilhard de Chardin et la pensé contemporaine
30. Pages dactylographiées de Teilhard, citées par L.Cognat.Le Père  Teilhard de Chardin et la pensé contemporaine
31. Pages dactylographiées de Teilhard, citées par L.Cognat.Le Père  Teilhard de Chardin et la pensé contemporaine
32. Louis Cognet, Le Père Teilhard de Chardin et la pensée contemporaine
33. Cahiers Pierre Teilhard de Chardin, tome II (le Seuil).
34. Accomplir L'homme par Teilhard de Chardin, lettrées inédites 1926-1952 (Grasset 1968)
35. Accomplir L'homme par Teilhard de Chardin, lettrées inédites 1926-1952 (Grasset 1968)
36. Teilhard de Chardin, Le Energie Humaine
37. Teilhard de Chardin L' Avenir de l’homme.
38. J.M.Domenach, Teilhard de Chardin et le personnalisme (Esprit, Mars 1964)





NOTAS DEL TRADUCTOR

x1] Pierre  Teilhard de Chardin [1881-1955], sacerdote jesuita, geólogo, científico y humanista. Su tesis principal se resume en un « evolucionismo integral » Entre sus principales obras: El medio divino [1928], El Fenómeno Humano [1940], La aparición del hombre [1956], El grupo zoológico Humano [1949], La Energía Humana [1962].La activación de la energía [1963] Ciencia y Cristo [1965]. Sobre  su biografía se puede consultar las obras de M. Lukas: 1977, F.Russo:1991, A. Negri: 1991. Sus puntos centrales son: 1. La intuición de la evolución humana “evolucionismo integral”,  2. una materia originaria el “material del universo”, 3.El proceso de evolución se orienta hacia niveles mas altos de complejidad. 4. Hacia una mayor socialización del hombre 5.Todo avanza hacia un punto omega. En ese punto omega el hombre reconocerá al  “Dios Creador”. Datos tomados de Pedro R, Santidrian, Diccionario Breve de, Editorial Verbo Divino, 1991, 438-39. 1881-1955.
x2] A partir de 1923 realizo varias expediciones geológicas y paleontológicas a la China, en donde participo en el descubrimiento del hombre de Pekín,  permaneció ahí durante toda la II Guerra Mundial.
 x3] Teísta: del teísmo, y del vocablo griego «theo»,dios, concepto que surge en el siglo XVIII Indica un pensamiento que sostiene la existencia de un dios, (contra el ateísmo), entendido como ser absoluto y que trasciende el mundo (contra el panteísmo), personal y viviente, que continua actuando en el mundo (providencia), incluso después de la creación (entendida como creación ex nihilo) y lo mantiene (contra el deísmo).El teísmo puede prescindir de la revelación de dios en la historia de salvación aún sin negarla.
x4]  Concepto fundamental del pensamiento chino del Ying-Yang, dos fuerzas/sustancias  originarias que constituyen una polaridad. de la que ha nacido el universo. Así el Yang significa, masculino, mientras el yang, es femenino. [Pietresillo, Pirro: 1995].
x5] Taoismo. Doctrina sobre el “Tao” o “camino” (de las cosas), surgió en China en los siglos VI-V, se considera como su fundador a Lao-Tse. Todas las cosas nacen y se trasforman de acuerdo a su propio camino: «Tao» En el mundo no existen cosas invariables y en el proceso de su cambio todas ellas se convierten en  su contrario.
x6] Tao -Te King, libro fundamental del taoísmo escrito por Lao Tse.
x7] Upanishads, palabra que en sánscrito significa «enseñanza exotérica». E indica antiguos escritos anónimos del Hinduismo, se compusieron en la India en el transcurso de muchas centurias. En los Upanishadas, los dioses y los contenidos védicos adquieren nuevo sentido filosófico, son interpretados como representaciones alegóricas del hombre y el universo.
x8] Brahmanes. En la sociedad de la India miembro de la más elevada casta, dedicado fundamentalmente al sacerdocio y al estudio de los textos sagrados
x9] Taoístas, practicante del Tao, quienes  aspiran alcanzar el éxtasis por medio de la meditación, la contemplación y la supresión de todo deseo.
 x10]  Monismo. Teoría filosófica que toma como un solo principio la base de todo lo que existe. Existe un  monismo materialista y un monismo idealista. El primero toma la materia como principio único, el idealismo toma el espíritu. [Rosental. Ludin ]
x11] Budismo. Religión que deriva su nombre de su fundador Buda, el «iluminado», que vivió en la India en el año 480 a.c.
x12]  Teilhard aplica un principio del taoísmo, Ver nota de traductor [x4]
x13] Obras publicadas en español :Cartas de Viaje[1957], Nuevas Cartas de Viaje[ 960], Génesis de un pensamiento [1963], Cartas de Egipto [1967], Cartas intimas de Teilhard [1974] Entre 1957 y 1966 se han publicado 4 tomos de cartas I al VII y el XI (Taurus, Madrid) y en el 2001, el XIII (Sal Terrae, Santander)
x14] La visión de Teilhard es doblemente visionaria no solo capta la necesidad de un remodelaje de China con  la llegada del comunismo, sino que el panorama actual evidencia la construcción de una nueva China que se está volviendo hacer como un nuevo edificio: potencia económica y comercial, y un cambio hacia la modernidad  occidental.
x15]«Podría decirse que fue un visionario o un adivino que presento en amplios  y a veces imprecisos y ambiguos diseños un programa profético valga la expresión, un programa que otros están llamadas a estudiar en detalle, a aclararlo, a darle mayor rigor y precisión y a defenderlo con sólidos argumentos» [Copleston, Historia de la Filosofía, 9, 313].
x16] Esta tendencia a rebasar el aislacionismo y la simple contemplación también fue tomada por Thomas Merton quien además de introducir un método de oración de raíces orientales era partidario de la acción Sobre Merton, ver : [Beltran F. La contemplación en la acción De San Pablo, Madrid, 1996].
x17] El hinduismo encara el  más complejo proceso de perfeccionamiento.
x18]«La cultura occidental se desarrollo en el sentido de crear las  bases de sentimiento pleno de la individualidad. Libertando al individuo política y económicamente, enseñándole a pensar por si mismo y libertándole de toda presión autoritaria» [Fromm E. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea 1976:59]
x19]  En  la concepción evolutiva de Teilhard, hay dos tipos de evolución una hacia la unidad que puede terminar en una  «socialización universal» Ver [nota del traductor x46], y otra «evolución hacia la pluralidad», en esta se da un  proceso de separación que desemboca en el individualismo[ver llamado 14 en el texto]  y  en los nacionalismos.
x20] El romanticismo en occidente surge como una crisis de la conciencia y revela a un hombre dividido. Cuando el occidental  busca la naturaleza él la sabe y la  concibe como algo aparte de él, el oriental nunca podría ni siquiera pensar que la naturaleza es algo diferente a él. En occidente el ejemplo de San Francisco  de Asís y su amor por la naturaleza es excepcional, porque él no se situaba por encima de la naturaleza sino dentro de ella. Algunos iluminados, y artistas como  los poetas románticos Novalis, Keats, Woodworth o pintores telúricos como Van Gogh, Cézanne o Gauguin podrían estar cerca de esa naturalidad espontánea que el filosofo Schiller estableció entre artistas ingenuos y sentimentales. Sobre esta distinción véase [Carl Jung Tipos sicológicos, 1990]
x21] Por ejemplo en el taoísmo, originalmente era el camino de la naturaleza y de las leyes de la misma. Solo posteriormente el Taoísmo evoluciono a un camino para los hombres en el sentido de norma ética
x22] El aporte de Teilhard es haber superado la dicotomía entre materia y espíritu, para él la materia tenía  espíritu. «El poder  espiritual de la materia, que le permite ser matriz  del espíritu» x23] En ingles en el original. Leaderships: liderazgo. El liderazgo de la tierra.   
x24] En alemán en el original. Weltanschauung: visión o concepción del mundo.
x25] Para Teilhard el cristianismo y la fe eran fuerzas que trabajaban para conducir a una convergencia  humana, y el cristianismo tenia que llegar a ser  la religión del futuro.
x26] Dios personal. Es definitiva su postura de no creer en un Dios personal y trascendente indiferente a los deseos y destinos humanos, pero a diferencia de los ateos creía en un dios de naturaleza espiritual. De ahí que no extrañe su frase, «lo más incomprensible del universo es que sea comprensible»,  juicio que lo llevo a firmar  «aquí pende lo maravilloso» (Carta a Soulanve, 1952) Por lo que aceptaba una cierta espiritualidad que llamaba cósmica, y que lo ubicaría en una especie de panteísmo parecido al  de Spinoza...Ver, [ J. J Smarty y J.J. Haldane Atheism  and theism,oxford 1995] Curiosamente, ambos murieron en 1955, Teilhard en 10 de abril en  Nueva York y Einstein el 18 de Abril  en Princenton, Nueva Jersey. Un estudio interesante sobre ambos es el de Nicolás George. De Einstein a Teilhard, Barcelona, Betis 1966
x27] Panteísmo. Del griego pan, «todo», theos «dios», el termino fue usado por primera vez a principios del siglo XVIII, conjuga  las doctrinas que afirman que Dios vive en todas las cosas como esencia o naturaleza, única, absoluta, eterna, infinita e impersonal, de modo que en dios coinciden el ser absoluto y la naturaleza  viviente y creadora. Algunas religiones de oriente y el monismo de los filósofos griegos presocráticos sostenían el panteísmo, el cual alcanza su cenit con el filosofo Baruch Spinoza. [Deus sive nature]
x28] Nirvana. Palabra del sánscrito, «evasión del dolor», en el Budismo el nirvana significa la extinción o aniquilación absolutas del deseo violento y de todas las pasiones. En el hinduismo el nirvana también esta presente pero de manera menos sistemática.
X29] Se refieren  a S.S  Juan Pablo II, electo papa en 1978
x29Antropomorfia. Atribución de propiedades y rasgos específicamente humanos a las fuerzas exteriores de la naturaleza y también a seres míticos o imaginarios (dioses) [Ludin Rosental. Diccionario filosófico.]
x30] Simone Weil [1909-1943] Filosofa y escritora francesa, interesada por los problemas sociales y políticos, abandono la enseñanza  y se convirtió en operaria de la fabrica Renault, experiencia que le sirvió para escribir Diario de una fabrica, en que analizo la  condición de la clase obrera a la luz del humanismo marxista.
 x31] Jacques Maritain [1882-1973], uno de los principales filósofos y pensadores católicos del siglo XX. Su principal obra  gira en base a una filosofía político social de carácter tomista, basada en  el  « humanismo integral » [1936].
 x32] Por el  contrario de ese desarrollo lógico, se ha encontrado en la obra de Teilhard, elementos como el caos, complejidad, sincronía, autoorganización de los estados críticos, todos elementos de su explicación evolutiva y filosófica hacia una convergencia. Elementos que prefiguraban la teoría de la complejidad de E. Morin. No obstante, advertimos en el pensamiento de Teilhard de Chardin, a pesar de su idealismo, también un acercamiento también idealista al hegelismo histórico, es decir no se libra del determinismo histórico, en que la historia avanza a un punto final. Todo ese caos y complejidad que surge de la propia naturaleza de las historia también establece un paralelismo con la astucia de la historia hegeliana, aquella en  que la propia historia encuentra su propios  ajustes o se va recomponiendo así misma.
x33] Asunción, del latín adsumptio, (derivado de adsumere, asumir). «En un sentido más amplio, se refiere  no tanto a la apoteosis de María sino a la real asociación del cristiano a  la victoria de Jesucristo sobre el mal y como la afirmación de  su futura participación en la gloria del redentor» [Petrosillo, P El cristianismo de la A la Z.]
x34] A Teilhard. se le acusó de hereje [Bonnot:1965], idólatra [Alquist :1068], apóstata [Valvene :1971], prefiguración del anticristo [Jourdan:1962] Pero también recibió criticas positivas: profeta [Nevondelle:1947], profeta en proceso [Coutagne :] maestro de la cultura moderna [Amato :1963], optimista dramático [Chaudrad:1962] etc En cuanto a su obra se pueden mencionar, desde un visión coherente y sistemática Le pensse de Pere Teilhard de Chardin [E,Rideau,] De El homme devant Dieu [De Solanges:1964] También son valiosas las obras de Henry Lubac :1977,C Cuenot :1972, Pierre Leroy :1992, Sobre una visión histórica de Teilhard véase, F. Bravo :1970.
x35] « sentido de la tierra».
x36]  « evaporación espiritual »
x37] Cosmos y cosmogonía. El Cosmos      en un sentido pitagórico incluye las nociones de belleza, orden y correspondencia. El cosmos es un concepto mayor que el de universo. El cosmos es un sistema o conjunto ordenado de todo lo que existe y que se rige por la ley natural.  El universo abarca todo lo que existe y se conoce hasta ahora. El concepto de cosmos abarca las cosas físicas que existen, existieron y existirán. El concepto de universo abarca solo las cosas físicas que existen y que existieron. El concepto que se tiene sobre el cosmos es mucho más amplio que universo, incluyendo cosas que aún no han sido descubiertas.        El concepto de universo es menos amplio que el de cosmos, debido a que abarca todo lo que se conoce hasta el momento. No obstante en Teilhard de Chardin, el cosmos (espacio) como tal no le interesa, sino la génesis de ese cosmos y hacia donde de dirige ese cosmos. Teilhard utilizo muchos neologismos y conceptos con sus propias interpretaciones, por lo que habría  que estudiarlas  en el contexto de sus expresiones lingüísticas, en el cual  las concepciones  y los argumentos tradicionales adquieren  otros matices semánticos. Sobre cosmogenesis, ver: [Cosmogenesis and theology, en R. Francour The World  the Teilhard, 1961]
x38] Punto Omega. Según Teilhard, todo concurre hacia un «punto omega», al cual  el  hombre es impulsado por el amor y la gracia. En ese «punto omega» el hombre reconocerá al «Dios Creador» a quien se dirige con actos internos y externos de religión, este «punto omega» que la humanidad  debe realizar, consiste en la incorporación de la misma al Cristo de la historia y de la revelación por los siglos de los siglos. Así entra el hombre en la «cristosfera», con la cual se cumplirá la misión que tiene Cristo, «de agregar el siquismo total de la tierra» [Teilhard de Chardin, El fenómeno Humano, 1940].
x39] Evolucionismo. Teilhard profesaba un «evolucionismo integral», desde la materia originaria a la vida,  al hombre, la historia, la religión y el cristianismo Así mismo Teilhard,«creía que el proceso de evolución seguido por el universo va siempre hacia niveles más altos de complejidad, estos niveles son calificados de hilosfera, biosfera, noosfera, según el orden evolutivo y de aparición de la materia, la vida y la conciencia. La aparición del hombre constituye un paso importante pero no ultimo o definitivo en esta evolución, ya que el hombre forma parte y dirige esta misma evolución». [Santidrin P. Teilhard de Chardin .1991: 441]
x40] Ecumenismo. Uno de los  propulsores fue Thomas Merton [1915-1968], sacerdote, místico trapense quien incorporó el misticismo oriental en su  cristianismo. Véase, su obra: Místicos y maestros del Zen  [1967]. Hay que señalar que Merton es el principal precursor del misticismo oriental, si bien el oriente siempre ha tenido influencia en el mundo occidental tanto a nivel secular como religioso. ´ Por otra parte, el dialogo entre religiones, cuyo máximo exponente actual es  el teólogo católico  Hans Kung, cuya obra escrita se traduce en su conocida propuesta de construcción de una ética mundial: «imposible vivir sin una ética mundial, imposible la paz mundial sin la paz religiosa  e imposible la paz religiosa sin el diálogo religioso. Estos principios adquieren una inusitada urgencia y vigencia en el marco de los acontecimientos de política mundial.» Sus principales obras son Proyecto de Ética Global [1990] Una ética mundial para la economía y la política [1997] Una ética mundial para las religiones. Paradójicamente todo este entramado de se inicio con los aportes e intuiciones de Teilhard de Chardin,  la noción de planetización o el esfuerzo por un acercamiento entre las religiones, corriente que se plasmo en la Conferencia de Chicago de 1993, con la cual se creo el Parlamento Mundial de Religiones.  Una  tesis contraria  es la de Samuel Hungtinton, en su obra El choque de las civilizaciones. Libro al que Hans Kuns respondió con otro: Cristianismo, Esencia e Historia, 1997.
x41] Esta corriente también podría incluir al filosofo E. Mounier, [1905-1950], Simone Weil y su humanismo marxista. Desde una óptica moderna resulta interesante la polémica aproximativa entre cristianismo y secularismo sostenida por el Cardenal Carlo María Marini y Humberto Eco, sin embargo hay que ver con suma cautela, la corriente que desde una base especulativa toma a Teilhard, como precursor de la new age. En todo caso esta receta ecuménica y de buscar una síntesis entre diferentes pensamientos y corrientes filosóficas, no es exclusivo de Teilhard de Chardin. Ya otros pensadores buscaron desde elementos de la religión o la filosofía visiones totales del decurso histórico, pensemos en Ernest Bloch o Walter Benjamin. Tampoco la espiritualidad del lejano oriente es única y exclusiva: pensemos en el misticismo ruso, el misticismo del judaísmo, el misticismo islámico. Si bien esa visones utópicas o mesiánicas poseen su encanto y pueden parecer muy generosas. También Teilhard de Chardin cae, y no lo puede evitar en un terreno muy utópico o mesiánico. Quizá el merito mayor del Chardin sea su gran capacidad intuitiva aplicada encontrar una estructura conceptual que coloca ese evolucionismo en un horizonte progresivo. Positivo es también su búsqueda en otras religiones de elementos comunes o que complementen su visión cristiana. Su apertura es genuina, pero por supuesto tiene grandes escollos. Sobretodo cuando se aparta de la ortodoncia cristiana. Sin embargo esa síntesis que buscaba, quizá este más lejos de Ernest Bloch o Walter Benjamin y más cerca de la democracia cósmica de un poeta como Walt Whitman o un pensador secular como Albert Camus que tenia fe en el hombre. Y en esa concepción a veces candorosa de un mundo material hecho espíritu, este más cerca del espíritu de los  franciscanos qué de los jesuitas. Pero cuando aplica su estructura conceptual y dialéctica es más jesuita que franciscano.       
x42] Amor. El amor en Teilhard se entendía como una fuerza cósmica capaz de hacer cambiar las cosas. «Solo una unión que se realiza por el amor  tiene la propiedad física, no solo de diferenciar, sino también de personalizar lo que organiza» Para él el amor era una «energía radial», un proceso unitivo. Ese amor era la segunda fase del proceso de evolutivo, a lo que el llamaba «Planetización» [ver nota x44]. Diversos  críticos han atribuido a Teilhard que sus intuiciones son más poéticas que científicas  [Copleston, Historia de la filosofía].  Recordemos aquellos versos de Dante sobre el amor «por el amor que mueve el sol y las demás estrellas». Divina Comedia, Paraíso XXIII. [Citado en Tres poetas filósofos Lucrecio, Dante, Goethe, en  Santayana G.:1994]
x43] Avanzando siempre hacia formas de mayor socialización, el hombre se hace consiente de que  marcha hacia la constitución de una humanidad superior o súper humanidad, el hablaba de una «socialización universal»: «[…]se producirá la planetización humana». Orientada a una unidad «biológica» y «cristica», formada por personas movidas por el altruismo más generoso y por la gracia sobrenatural propia del cristianismo. [Santidrin P.Teilhard :1991 :441]
x44] Planetizacion. La noción de planetización fue concebido por Teilhard en su obra El Fenómeno humano, (1940) La planetización ha tenido numerosas respuestas desde al aldea global de McLuhan, quien conocía las obras de Teilhard, hasta llegar al concepto actual de Globalización. Resulta profética la frase dicha en 1953: «la edad de las naciones ya paso. Sino queremos morir, es la hora de sacudir  los viejos perjuicios y de construir la tierra». Sin embargo para  Teilhard, la planetización presupone un cambio  del mundo por la fuerza del amor. La globalización como tal en su forma es un molde de la planetización» Véase, también: Historia de la utopía planetaria. De la ciudad profética a la sociedad global [Mattelart, A: 2000]. No obstante hay que establecer unas diferencias entre la planetización y la globalización o globalidad. La planetización de Teilhard responde más a un estado mental y de madurez, es una etapa. Mientras que la actual  globalización responde más un matriz mediática y de tipo mercantil. Es un medio instrumental,  empujada por tecnologías puntas como el internet. Véase, S. Membreño Cedillo y M.A. Membreño Cedillo,  Cap.II. El rostro de la globalidad, en Sociedad Emergente. Reflexiones de fin de siglo. INESCO, pp. 38-63,1995.  
x45]  Ciencia. La ciencia representa para Teilhard  la línea a lo largo  de la cual la evolución humana avanza. Para él  no había tal separación entre ciencia y religión, las dos avanzan hacia una unificación. Aunque si establecía una distinción en los métodos de trabajo, la ciencia es análisis y la religión es síntesis. Luego decía,  «La religión y la ciencia son dos  fases de un mismo acto de conocer». Tres de los autores más modernos para el dialogo entre religión y ciencia son I.A, Babour Religión in an age of science, Londres, 1990; J.Polkinghorne Faith, science  and understanding.Yale University Press, Londres y A. Peacocke Theology for an scintific age SCM Press, Londres.

*Ensayo publicado originalmente en francés Teilhard de Chardin et les voices  spiritualles de l'Extrême–Orient por J.Brincourt et G.Troyeren la sección Lettres de la revista    Medicine de France, páginas 43-50, número 203, año 1969.
**Escritor hondureño, traducción y notas del traductor realizado en marzo de 2002. Una versión menos extensa y sin las notas bibliográficas de los autores ni las notas del traductor,  se publicó en la revista histórico, literaria y filosófica Caxa Real, Editorial Universitaria, UNAH, Honduras, No. 26, Enero-febrero, 2005, pp. 4, 5 y 6.
***4861 palabras solo del texto, no incluye notas bibliográficas de autores ni notas del traductor

Créditos

Ilustraciones

Teilhard de Chardin, foto wikipedia
Imagen Google imagen
Paisaje  Google imagen
Dibujo Plaza de las palabras