En esta ocasión Plaza de las palabras presenta una
aproximación acerca del libro de George
Santayana: Tres poetas filósofos, Lucrecio, Dante y Goethe. El pensador y
filósofo George Santayana, quien nació en Madrid, pero era norteamericano por
nacionalidad, y quien hasta los 48 años
dio clases en la universidad de Harvard. Escribió todas sus obras en ingles,
fue alumno de William James, el filósofo del pragmatismo norteamericano. Y como profesor de Harvard, tuvo de alumno a
T.S. Elliot y Gertrude Stein, Wallace Stevens. Sus influencias filosóficas
varían en grado e intensidad: James, Loatze, Spinoza, Hegel, Demócrito,
Lucrecio. En el campo personal era agnóstico, en el horizonte de la filosofía
escribió, los más formales y ambiciosos,
“La vida de la razón” y “El reino del ser”,
También escribió poesía y teatro. Su frase más conocida es “Los que olvidan el pasado están condenados a
repetirlo”. En el ámbito literario escribió este libro atípico sobre tres
grandes iconos de la cultura literaria como son Lucrecio, enraizado en un
materialismo naturalista, Dante con su visión cristiana de cielo y del infierno y Goethe, una de las cumbres del
pensamiento romántico alemán. Y los tres seleccionados por Santayana tienen su
razón de ser. En fin cristianismo y materialismo son dos corrientes filosóficas
dominantes en nuestra era. En Dante se da el paso de la filosofía medieval al renancentismo; mientras que el materialismo de Lucrecio,
siguiendo sus huellas tuvo una influencia en movimientos seculares y ateos como
el marxismo, existencialismo y en numerosos pensadores del siglo XX. Por su
parte el romanticismo con su proclama de la individualidad y la libertad de la
imaginación contribuyo en la edificación del hombre moderno.
Mas inusual resulta la combinación de poetas y filósofos.
En fin podemos pensar en forma separada en poetas o en filósofos, pero no es
típico atribuirles un contenido más allá de sus alma mater oficiosa. Santayana
de una forma amena y aguda va perfilando a estos pensadores, y develando desde
su acuciosa observación los procesos mentales de estos autores. Por que esa
simbiosis entre poesía y filosofía, en la mente de Santayana no era extraña.
Para el lo mas alto de la filosofía siempre era poético. Y quizá en sentido
contrario lo más elevado de la poesía en sus destellos aspiraba a ser filosófico
o teológico. Santayana era un curtido filosofo,
más que un poeta. Pero da la clave de estudiar esa relación doblemente natural,
pero también fantasmal, entre poesía y filosofía. En relación a la especificad
de su obra: Tres filósofos poetas, su disposición mental era la de un filósofo francotirador, y la mayoría de las veces
acertaba en la diana del blanco de la poesía. Pero no fue el único que abordo esa relación entre
filosofía y poesía. Otros autores han tomado las armas en dicho contienda
amigable. Entre otros, Heidegger y Nietzsche y mas contemporáneos Gadamer,
Derrida, Deleuze. Aquí presentamos algunas observaciones de la filosofa y escritora María Zambrano intenta “dilucidar la génesis común de la filosofía y
la poesía, y la halla en una idéntica actitud primera ante el mundo: la admiración
ante las cosas, el "pasmo extático" ante lo real”. Para María
Zambrano, por ejemplo, “la filosofía es una búsqueda guiada por un
método, de allí su querer ser, su historia universal; en cambio la poesía es un
encuentro con el hombre concreto, individual, por eso es hallazgo, don, gracia” Mantiene
Zambrano la tesis que, “filosofía y
poesía toman dos caminos divergentes; mientras que la filosofía se eleva a la
conquista del saber por la abstracción, la poesía queda atada a las cosas, a
las apariencias, a lo múltiple”. Santayana
aspira a encontrar en sus tres filósofos un puente que si bien no se da
directamente, si posibilita vasos comunicantes. Si la filosofía es un sistema,
la poesía es la intuición, la filosofía busca la verdad, la poesía
desenmascarar la realidad. La filosofía es un largo aliento, la poesía un
suspiro. La filosofía deviene en realidad y la poesía en sueño. Pero hay una
diferencia fundamental, la filosofía se vale de la abstracción y la poesía de
la inspiración. Ningún filósofo esperaría plantar su sistema como una
inspiración. Y ningún poeta intentaría
escribir poesía como un sistema. Sin embargo, hay excepciones y las tres obras aqui reseñadas, cumplen esa misión. Son lo que la novela es a la Novela Total. Rerun Nature, La Divina Comedia y Fausto, son Poemas Totales. La filosofía es el tiempo como forma total y
la poesía es la apoteosis del instante. Busca la filosofía la realidad de las
cosas, la poesía aspira al hombre universal en lo cotidiano. La filosofía es cimentada en los conceptos, la
poesía en las metáforas. La filosofía es a largo plazo y la poesía es inmediata, algo así como es la pintura a la fotografía. Pero además de divergencias y diferencias hay
temas comunes tanto a la poesía como a la filosofía. En fin ninguna de las dos
es una disciplina cerrada por su propia naturaleza, si bien la filosofía exige rigor
y disciplina, la poesía es rebelde y volátil por naturaleza.
Lucrecio
(99A.C.-55 A.C).
Lucrecio: raro personaje del cual se sabe muy poco. Y colosal
atleta del materialismo, pero que es más conocido por su obra que por su vida.
De lo poco que se sabe es que termino en la locura y se termino suicidando. Escribió
su obra cumbre De Rerum Nature, “La
naturaleza de las cosas”, en sus momentos de lucidez. Y esto de la locura toca
a los poetas, porque de locos y poetas todos tienen un poco. Pero la locura como
tal ha rozado y roza en diferente grado de intensidad a los poetas. La misma
naturaleza del oficio poético: lo onírico, la muerte, el amor son entradas
gratuitas al Partenón Poético Recordemos, caso extremo a Holderlin uno de lo
preclaros poetas del romanticismo alemán, vivió a voluntad propia encerrado en
una habitación escribiendo la mitad de su vida incoherencias. No es que la
razón o sin razón sea cualidad intrínseca de los poetas. Pero esta veta subyace
en potencia en el oficio poético. Lucrecio era uno de esos, era materialista y ateo, y en sus momentos de
lucidez, genial. Cuyos precursores había sido las ideas de Demócrito y de los epicúreos.
En su obra una especie de himno a la materia, en seis capítulos tira como un as
de póker sus visiones poéticas. Su tocayo futuro Holderlin, dice: "el hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando piensa”
El hombre que sueña es el poeta, el hombre que piensa es el filósofo. Pero en
esta dicotomía, en la poesía puede haber tanto pensamiento como lo hay en la
filosofía. Y a su vez en la filosofía, en su momento de revelación, puede saltar a la vista un arrebato de imágenes
poéticas. Si todo se reduce, a que la filosofía se vale del concepto, la razón,
los argumentos, y la poesía de la inspiración,
lo mítico, lo onírico. No se genera una lucha radical entre logos diferentes,
el logos poético y el logos razón; en que en ambos en su momento de máxima intensidad
se abrazan, y uno viene en ayuda del otro. La imagen de dos caballeros
templarios en un caballo.
El poema. De Rerum Nature, compuesto en 6 libros con 7040 hexámetros, que estuvo por 1500 años perdido hasta que lo
rescato un providencial bibliófilo renacentista. El poema proclama un mundo sin
dioses, sin temor a la muerte, porque todo es uno y todo es átomos y vacio. De
Rerum Nature es considerado el poema romano más notable. Precursor de la
ciencia moderna. Y que influencio o a personalidades tan dispares como Copérnico,
Giordano Bruno, Montaigne, Galileo y Francis Bacon, estos dos últimos, fueron quienes
sentaron las bases del método científico. Cuenta Santayana que “Ha nacido el poeta Tito Lucrecio. Después de
haber enloquecido a consecuencia de un filtro amoroso, y de haber escrito, en
los intervalos de su locura, varios libros revisados por Cicerón, se suicido al llegar a los cuarenta y cuatro años” (1) Esto nos da dos observaciones tenemos un poeta
que rondaba entre la lucidez y la locura y el segundo que éste, sea por lo que
sea se suicido. No entraremos en especulaciones inacabadas, he ahí dos hechos. Santayana hace lo mismo y
deja que sea la obra del poeta la que asuma las únicas interpretaciones. Un término
inmediato ubicar rápidamente a Lucrecio como un poeta naturalista; quizá el
primero, una especie de poeta primigenio que se atreve abarcar el mundo desde
sus causas físicas. Santayana dice “Lucrecio
un poeta de la naturaleza universal,
estudiaba la verdad de toda las cosas”.(2) “ El naturalismo
es una filosofía de observación y de una imaginación que amplia lo observable”
(3)
Pero inmediatamente relaciona esa característica con
la imaginación, a fin a todo poeta y obrero de la escritura. “Una concepción naturalista de las cosas es
una gran obra de la imaginación (…) es una concepción adecuada para inspirar
una gran poesía” (4) Mas adelante Santayana agrega “El
hombre que descubre los resortes secretos de las apariencias abre a la
contemplación un segundo mundo positivo, la fragua de la naturaleza y sus
activas profundidades (5). Según Santayana Lucrecio establece
el primer atisbo que “las cosas tiene su
poesía a causa de su propio movimiento y vida. Y no simplemente porque nosotros las hayamos convertido en símbolos” (6) Y aquí volvemos a la impersonalidad
del poeta, queda transmutada en su única
obra, para Santayana, Lucrecio es “Lo más
grande de este genio es la capacidad de perderse en su objeto, su
impersonalidad (7). Resuenan las
campanas, porque esa es la misión de todo gran artista, pero también una arista
que con posterioridad allanaron otros artistas. Keats nos describe la capacidad
del poeta de adentrarse en la cosa poetizada. Cortazar lo toma de Keats y
intenta incorporarlo en sus cuentos. También
da Santayana un filón de ese malestar encontrado por escritores y filósofos del
lenguaje, “Lessing la ineptitud del
lenguaje para interpretar lo que es
espacial y material, su capacidad para traducir solamente lo que, como el lenguaje mismo, es incorpóreo
y fluido-acción, sentimiento y pensamiento (8).
Libro I Fragmento
Invocación a la diosa Venus. Creación y transformación
de los átomos, naturaleza del alma; necesidad de vencer el temor a los dioses y
a la muerte. Los átomos son compactos, eternos e indivisibles. El espacio y la
materia son infinitos. El poeta como salud del alma, capaz de eliminar el miedo
y los desbordes emocionales.
Engendradora del romano
pueblo,
Placer de hombres y dioses,
alma Venus:
Debajo de la bóveda del
cielo,
Por do giran los astros
resbalando,
Haces poblado el mar, que
lleva naves,
Y las tierras fructíferas
fecundas;
Por ti todo animal es
concebido
Y a la lumbre del sol abre
sus ojos;
De ti, diosa, de ti los
vientos huyen;
Cuando tú llegas, huyen los
nublados;
Te da suaves flores varia
tierra;
Las llanuras del mar contigo
ríen,
Y brilla en larga luz el
claro cielo.
Al punto que galana
primavera
La faz descubre, y su
fecundo aliento
Robustece Favorito desatado,
Primero las ligeras aves
cantan
Tu bienvenida, diosa, porque
al plinto
Con el amor sus pechos
traspasaste:
En el momento por alegres
prados
Retozan los ganados
encendidos,
Y atraviesan la rápida
corriente:
Prendidos del hechizo de tus
gracias
Mueren todos los seres por
seguirte
Hacia do quieres, diosa,
conducirlos;
Por último, en los mares y
en las sierras,
Y en los bosques frondosos de
las aves,
Y en medio de los ríos
desbordados,
Y en medio de los campos que
verdecen,
El blando amor metiendo por
sus pechos,
Haces que las especies se
propaguen.
Pues como seas tú la
soberana
De la naturaleza, y por ti
sola
Todos los seres ven la luz
del día,
Y no hay sin ti contento ni
belleza,
Vivamente deseo me acompañes
En el poema que escribir
intento
De la naturaleza de las
cosas,
Y dedicarle a mi querido
Memmio,
www.ladeliteratura.com.uy
A quien tú, diosa, engalanar
quisiste
En todo tiempo con sublimes
prendas:
Da gracia eterna, diosa, a
mis acentos.
Haz que entretanto el bélico
tumulto
Y las fatigas de espantosa
guerra
Se suspendan por tierras y
por mares;
Porque puedes tú sola a los
humanos
Hacer que gusten de la paz
tranquila,
Ciencia y filosofía
Así como los niños temerosos
se recelan de todo por la
noche,
así nosotros, tímidos de día
nos asustamos de lo mismo a
veces
que despavorir suele a los
muchachos.
Preciso es que nosotros
desterremos
estas tinieblas y estos
sobresaltos,
no con los rayos de la luz
del día,
sino pensando en la
naturaleza.
Dante
(1265-1321)
Dante Alighieri fue un poeta italiano, su obra cumbre es la Divina Comedia, compuesta
de tres libros, cada uno con 33 cantos, armado en tercetos endecasílabos. Aunque
también escribió la Vita Nuova, Apodado
«el Poeta Supremo» (en italiano «il Sommo Poeta»).El nombre original de su
obra, solo era “La comedia”, es Bocaccio quien le agrega la “Divina”.
Para Santayana el amor es uno de los motivos del poeta
Dante “Amor que mueve el sol y las demás
estrellas” (9) Ya tenemos a los
conocidos poetas del stil novo cuyo
tema dominante era el amor virtuoso. Dice Santayana “el lenguaje del amor, es sin duda, habitual en las alegorías de los místicos,
y era corriente en la poesía convencional de la época de Dante” (10) “el
trasfondo y el punto de partida de todas las cosas es en Dante el I'Intellecto
d'amore” (11) Pero cuando habla de los filósofos
poetas apunta “el valor de una idea para
un poeta o un filosofo no radica en lo que contiene positivamente, sino en la
actitud que lo hace adoptar ante la experiencia real” (12) Asimismo apunta Santayana la influencia enorme de pensadores
como Aristóteles y los neoplatónicos en el engranaje de la Divina Comedia, que
según Santayana sin estos pensadores, la obra de Dante hubiera sido Comedia pero no divina.
En su visión platónica y cristiana, para Dante “El creador mismo era, en esta visión un poeta productor de alegorías” (13) Acerca de los poetas Santayana da agudas
observaciones y advertencias “Entrégate, nos diría Dante. Entrégate
completamente a un amor que no sea más que amor, y estarás ya en el infierno. Solo
un poeta inspirado podría ser un tan
penetrante moralista. Solo un profundo moralista podría ser un y tan trágico
poeta.” (14) “cuando un poeta no es insensato, la filosofía se incorpora de manera
inevitable a su poesía, por cuanto se ha incorporado antes a su vida .O, mejor
dicho, el detalle de las cosas y el detalle de las ideas se incorporan
igualmente a sus versos cuando ambos se encuentran en el sendero que le ha conducido
a su ideal” (15) Si dar valor imaginativo a algo es la tarea
mínima de un poeta, dar valor imaginativo
a todas las cosas y al sistema de las cosas es evidentemente la máxima de su
faena” (16) Finalmente
“Dante nos trasporta, con evidente
fuerza, primero hacia la atmosfera de un amor visionario, y luego hacia la
historia de su conversión, afectada por este amor o por la divina gracia que
con él se identifica” (17)
Canto
III Paraíso, fragmento
“Aquel
Sol que primeramente abrasó de amor mi corazón me había descubierto, con sus
pruebas y refutaciones, el dulce aspecto de una hermosa verdad; y yo, para
confesarme desengañado y persuadido, levanté la cabeza, tanto como era
necesario a fin de declararlo resueltamente. Pero apareció una visión, la cual
haciéndose perceptible me atrajo de tal modo hacia sí, que ya no me acordé de
mi confesión. Así como a través de cristales tersos y transparentes o de aguas
nítidas y tranquilas, aunque no tan profundas que se obscurezca el fondo,
llegan a nuestra vista las imágenes tan debilitadas, que una perla en una
frente blanca no la distinguirían más débilmente nuestros ojos, así vi yo
muchos rostros prontos a hablarme; por lo cual caí en el error contrario a aquel
que inflamó el amor entre un hombre y una fuente. En cuanto las distinguí,
creyendo que fuesen imágenes reflejadas en un espejo, volví los ojos para ver
los cuerpos a que correspondían; y como nada vi, los dirigí de nuevo hacia
delante, fijándolos en mí dulce Guía, que sonriéndose despedía vividos
destellos de sus santos ojos. - No te asombres porque me sonría de tu pueril
pensamiento -me dijo-, pues no se apoya todavía tu pie sobre la verdad, y como
de costumbre, te inclina a las ilusiones. Esas que ves son verdaderas
substancias, relegadas aquí por haber faltado a sus votos. Por consiguiente,
habla con ellas, y oye y cree lo que te digan; pues la verdadera luz que las
regocija no permite que se tuerzan sus pasos. Y yo me dirigí a la sombra que
parecía más dispuesta a hablar, y empecé a decirle, como hombre a quien su
mismo deseo le quita el valor.
- ¡Oh espíritu bien creado, que bajo los rayos de la vida eterna sientes la dulzura que no se comprende nunca si no se ha gustado! Me será muy grato que te dignes decirme tu nombre y cuál es vuestra suerte”. A lo que contestó pronta y con risueños ojos: - Nuestra caridad nunca cierra sus puertas a un deseo justo, siendo como aquella que quiere que se le asemeje toda su corte. Yo fui en el mundo una virgen religiosa; y si tu mente me contempla bien, no me ocultará a tus recuerdos el ser hoy la más bella, sino que reconocerás que yo soy Piccarda; colocada aquí con estos otros bienaventurados, soy como ellos bienaventurada en la esfera más lenta. Nuestros afectos a quienes sólo inflama el amor del Espíritu Santo, se regocijan en el orden designado por él, y nos ha cabido en suerte este sitio que parece tan bajo, porque descuidamos nuestros votos, y en parte no fueron observados. A lo que le contesté: - En vuestros admirables rostros resplandece no sé qué de divino, que cambia el primer aspecto que de vosotras se ha conservado. Por eso no fui más presto en recordar; pero ahora viene en mi ayuda lo que tú me dices, de suerte que me es más fácil reconocerte. Mas dime: vosotras que sois aquí felices ¿deseáis estar en otro lugar más elevado para ver más o para haceros más amigas? Sonrióse un poco mirando a las otras sombras, y en seguida me respondió tan placentera, que parecía arder en el primer fuego del amor:
- ¡Oh espíritu bien creado, que bajo los rayos de la vida eterna sientes la dulzura que no se comprende nunca si no se ha gustado! Me será muy grato que te dignes decirme tu nombre y cuál es vuestra suerte”. A lo que contestó pronta y con risueños ojos: - Nuestra caridad nunca cierra sus puertas a un deseo justo, siendo como aquella que quiere que se le asemeje toda su corte. Yo fui en el mundo una virgen religiosa; y si tu mente me contempla bien, no me ocultará a tus recuerdos el ser hoy la más bella, sino que reconocerás que yo soy Piccarda; colocada aquí con estos otros bienaventurados, soy como ellos bienaventurada en la esfera más lenta. Nuestros afectos a quienes sólo inflama el amor del Espíritu Santo, se regocijan en el orden designado por él, y nos ha cabido en suerte este sitio que parece tan bajo, porque descuidamos nuestros votos, y en parte no fueron observados. A lo que le contesté: - En vuestros admirables rostros resplandece no sé qué de divino, que cambia el primer aspecto que de vosotras se ha conservado. Por eso no fui más presto en recordar; pero ahora viene en mi ayuda lo que tú me dices, de suerte que me es más fácil reconocerte. Mas dime: vosotras que sois aquí felices ¿deseáis estar en otro lugar más elevado para ver más o para haceros más amigas? Sonrióse un poco mirando a las otras sombras, y en seguida me respondió tan placentera, que parecía arder en el primer fuego del amor:
-
Hermano, la virtud de la caridad calma nuestra voluntad, y esa virtud nos hace
querer solamente lo que tenemos, y no apetecer nada más. Si deseáramos estar
más elevadas, nuestro anhelo estaría en desacuerdo con la voluntad de Aquél que
nos reúne aquí; desacuerdo que no admiten las esferas celestiales, como verás
si consideras bien que aquí es condición necesaria estar unidas a Dios por
medio de la caridad, y la naturaleza de esta misma caridad. También es esencial
a nuestra existencia bienaventurada uniformar la propia voluntad a la de Dios,
de modo que nuestras mismas voluntades se refundan en una. Así es que al estar
como estamos distribuidas de grado en grado por este reino, place a todo él,
porque place al Rey cuya voluntad forma la nuestra. En su voluntad está
Infierno Canto III. Fragmento
“Por
mi se va a la ciudad del llanto; por mi se va al eterno dolor; por mi se va
hacia la raza condenada; la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la
divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo
nada creado, a excepción de lo eterno, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los
que entráis, abandonad toda esperanza! Vi escritas estas palabras con
caracteres negros en el dintel de una puerta, por lo cual exclamé: - Maestro,
el sentido de estas palabras me causa pena. Y él, como hombre lleno de
prudencia me contestó: - Conviene abandonar aquí todo temor; conviene que aquí
termine toda cobardía. Hemos llegado al lugar donde te he dicho que verías a la
dolorida gente, que ha perdido el bien de la inteligencia. Y después de haber
puesto su mano en la mía con rostro alegre, que me reanimó, me introdujo en
medio de las cosas secretas. Allí, bajo un cielo sin estrellas, resonaban
suspiros, quejas y profundos gemidos, de suerte que al escucharlos comencé a
llorar. Diversas lenguas, horribles blasfemias, palabras de dolor, acentos de
ira, voces altas y roncas, acompañadas de palmadas, producían un tumulto que va
rodando siempre por aquel espacio eternamente oscuro, como la arena impelida
por un torbellino. nuestra paz; ella es el mar adonde va a parar todo lo que ha
creado, o lo que hace la naturaleza. Entonces comprendí claramente por qué en
el Cielo todo es Paraíso, por más que la gracia del Supremo Bien no llueva en
todas partes por igual. Pero, así como suele suceder que un manjar nos sacie, y
que sintamos aún apetito por otro, de suerte que pedimos éste y rechazamos
aquél, así hice yo con el gesto y la palabra para saber por ella cuál fue el
tejido cuya lanzadera no continuó manejando hasta el fin. - Una virtud
perfecta, un mérito eminente colocan en un cielo más alto a una mujer -me
dijo-, según cuya regla se lleva allá abajo en vuestro mundo el hábito y el
velo monacal, a fin de que hasta la muerte se viva noche y día con aquel
esposo, a quien es grato todo voto que la caridad hace conforme a su deseo. Por
seguirla, hui del mundo jovencita aún, y me encerré en su hábito, y prometí
observar la regla de su orden. Posteriormente, algunos hombres, más habituados
al mal que al bien, me arrebataron de la dulce clausura. ¡Dios sabe cuál fue
después mi vida! ... Lo que digo de mí, entiende que lo digo asimismo de esta
otra alma esplendente que se te muestra a mi derecha, y en quien brilla toda la
luz de nuestra esfera; monja fue, y también le arrebataron de la cabeza la
sombra de las sagradas tocas, pero cuando volvió al mundo, contra su gusto y
contra ley, no se despojó jamás del velo de su corazón. Esa es la luz de la
gran Constanza, que del segundo príncipe poderoso de la casa de Suabia engendró
al tercero, última potencia de esta raza. Así me habló y empezó después a
cantar Ave María, y cantando desapareció, como una cosa pesada a través
del agua profunda. Mi vista, que la siguió tanto cuanto le fue posible, después
que la perdió, se volvió hacia el objeto de su mayor deseo, y se fijó enteramente
en Beatriz, pero ésta lanzó tales fulgores sobre mi mirada, que no los pude
sufrir en el primer momento, por cuya causa tardé más en preguntarle.
Goethe
(1749-1832)
Johann Wolfgang von Goethe fue un poeta, dramaturgo, novelista y científico
alemán, personaje cumbre del romanticismo alemán. Su principal obra es “Fausto”,
escribió también la novela, “Los pesares de Werther”. En el entramado de
Santayana, hay tres puntos claves. El primero , “Goethe no fue un
filosofo sistemático” (18) Para Santayana el Fausto no es un poema
filosófico como el de Lucrecia o Dante,
“pero ofrece una solución al problema moral de la existencia” (19)
“Es
un filosofo del experiencia tal como se le ofrece al individuo” (20)
“es
el filosofo de la vida” (21) El
segundo, su estirpe romántica, “El
Fausto seguía siendo esencialmente un poema romántico, escrito para permitir un
desahogo a un genio fecundo y activo, para conmover el corazón, aturdir la mente,
con un carnaval de imágenes” (22) “El valor de la vida radica en la
persecución y no en el logro del fin
perseguido; por lo tanto, todo es digno de ser perseguido y nada produce
satisfacción, excepto ese mismo destino interminable ” (23) “Ser diverso, ser indefinido e inacabado es algo esencial a la vida romántica” (24) “
Sin importar lo alcanzado, nuestra insatisfacción debe ser completa” (25)
“Característico del espíritu romántico
absoluto es el hecho de que cuando
ha terminado de hacer algo debe inventar
una nueva empresa” (26) “Las
almas de Rosseau, Byron, Shelly están preencarnadas en este Fausto, resumen
de todas las rebeliones románticas. Allí coexisten con las almas de Paracelso y
Giordano Bruno. Piensa que los aspectos salvajes de la naturaleza derretirán y renovaran
su corazón, en tanto que la magia le revelara los misterios de las leyes
cósmicas y le ayudaran a explotarlos” (27)
El tercero, es que Goethe, en toda
su filosofía de la vida es influenciado por Spinoza. (28)
"Si el libro FAUSTO, desde el principio hasta el
fin, no hace referencia a un estado sublime, épico; si no obliga al lector a
remontarse por cima de sí mismo, excuso decirlo. Creo sinceramente que una
inteligencia despejada, un entendimiento recto y lúcido tendrán que trabajar no
poco para hacerse dueños de todos los secretos que he involucrado en mi
poema." GOETHE. (de una carta de Goethe a Zelter.)”
Fausto
"El FAUSTO es un tema inconmensurable, y vanos
serán todos los esfuerzos que haga el ingenio para penetrarlo del todo".
GOETHE. (Conversaciones de Goethe con Eckermann, 3 de enero de 1830.)”
PROLOGO EN EL CIELO
EL SEÑOR, LAS MILICIAS CELESTES y luego
MEFISTÓFELES
LOS TRES ARCÁNGELES se adelantan
RAFAEL
El Sol, según antigua
usanza, deja oír su canto en
competencia con sus hermanas
las esferas, y con la rapidez
del rayo sigue su prescrito
curso hasta el fin. Su vista
infunde fortaleza a los
ángeles, aunque ninguno pueda
profundizarlo. Las obras
sublimes hasta lo inconcebible son
espléndidas como en el
primer día.
GABRIEL
Y rápida, con inconcebible
rapidez, gira en derredor la
magnificencia de la Tierra,
alternando los esplendores
paradisíacos con la noche
profunda llena de espantos. Salta
espumante el mar en anchas
oleadas al batir los profundos
cimientos de las rocas; y
rocas y mar son arrastrados en el
raudo curso eterno de las
esferas.
MIGUEL
Y rugen a porfía las
tormentas desde el mar a la tierra y
desde la tierra al mar,
formando furiosas en torno una cadena
de la más profunda acción.
Relumbra el rayo devastador
precediendo en su vía al
estampido del trueno. Mas tus
mensajeros, Señor, veneran
el apacible curso de tu día.
LOS TRES
Tal espectáculo infunde
fortaleza a los ángeles, aunque
ninguno pueda profundizarte;
y todas las sublimes obras
tuyas son espléndidas como
en el primer día.
MEFISTÓFELES
Ya que de nuevo te llegas
acá, Señor, y preguntas cómo
andan las cosas entre
nosotros, y ya que en otro tiempo solías
verme con agrado, aquí me
ves también entre la servidumbre.
Perdona, yo no sé expresarme
con palabras altisonantes,
aunque me escarnezca el
corro entero. Mi jerigonza te
movería ciertamente a risa
si no hubieras perdido la
costumbre de reírte. Del sol
y de los mundos, nada sé yo que
decir, y, sólo veo como se
fatigan los mortales. El raquítico
dios de la tierra sigue
siendo de igual calaña y tan
extravagante como en el
primer día. Un poco mejor viviera si
no le hubieses dado esa vislumbre
de la luz celeste, a la que
da el nombre de Razón y que
no utiliza sino para ser más
bestial que toda bestia. Se
me figura, dicho sea con perdón de
vuestra Señoría, uno de esos
cigarrones de largas patas, que
sin cesar vuelan y saltan
volando y cantan invariablemente en
la hierba su vieja
cantinela. ¡Menos mal si pudiera siempre
estarse quieto en la hierba!
No hay inmundicia donde no
meta la nariz.
EL SEÑOR
¿Nada más tienes que
decirme? ¿Has de venir siempre a
inculpar? ¿Nunca hay para ti
algo bueno en la tierra?
MEFISTÓFELES
No, Señor; encuentro lo de
allá deplorable como siempre.
Lástima me dan los hombres
en sus días de miseria, y hasta
se me quitan las ganas de
atormentar a esa pobre gente.
EL SEÑOR
¿Conoces a Fausto?
MEFISTÓFELES
¿El doctor?
EL SEÑOR
Mi siervo.
MEFISTÓFELES
¡Singular manera tiene de
serviros, a fe! No son terrenas la
comida ni la bebida de ese
insensato. El frenesí le impulsa a
lo lejos, y sólo a medias
tiene conciencia de su locura. Pide al
cielo sus más hermosas
estrellas y a la tierra cada uno de sus
goces más sublimes; y
ninguna cosa, próxima ni lejana, basta
a satisfacer su corazón
profundamente agitado.
EL SEÑOR
Aunque ahora me sirve sólo
en medio de su turbación,
presto le guiaré a la claridad.
Bien sabe el hortelano, cuando
verdea el arbolillo, que la
flor y el fruto serán su adorno en
años venideros.
MEFISTÓFELES
¿Qué apostáis? Aun le
perderéis si me dáis licencia para
conducirle poco a poco a mi
camino.
EL SEÑOR
En tanto que viva sobre la tierra,
no te sea ello vedado. El
hombre yerra mientras tiene
aspiraciones.
MEFISTÓFELES
Así, os lo agradezco, porque
con los muertos nunca me
ha gusta-do meterme.
Prefiero las mejillas carnosas y frescas.
No me vengan a mí con
cadáveres. Me pasa lo mismo que el
gato con el ratón.
EL SEÑOR
Pues bien, séate ello
concedido. Desvía de su origen este
espíritu, y si en él puedes
hacer presa, llévatelo contigo por tu
senda abajo; pero caiga
sobre ti la confusión si te ves
obligado a confesar que, en
medio de su vago impulso, el
hombre bueno sabe discernir
bien el recto camino.
MEFISTÓFELES
Perfectamente; sólo que no
durará esto mucho. No paso
el menor cuidado por mi
apuesta. Si me salgo con la mía,
permitidme que a mis anchas
goce yo de mi triunfo. Tendrá
que comer polvo, y con
delicia, como mi prima, la famosa
serpiente.
EL SEÑOR
Puedes aparecerte, pues,
también a tu albedrío jamás odié
a tus semejantes; de todos
los espíritus que niegan, el burlón
es el que menos me molesta.
Harto fácilmente puede relajarse
la actividad del hombre, y
éste no tarda en aficionarse al
reposo absoluto. Por esta
razón le doy gustoso un
compañero que, debiendo
obrar como diablo, le incite y
ejerza influencia sobre él.
(A los Ángeles). Pero vosotros,
verdaderos hijos de Dios,
regocijaos en la espléndida belleza
viviente. Que lo Evolutivo
que perpetuamente obra y vive,
os circunde con dulces
barreras de amor, y a lo que se cierne
en el aire cual flotante
aparición, dadle fijeza con
pensamientos duraderos.
(El cielo se cierra. Los Arcángeles
se dispersan).
Epilogo de Santayana
Santayana
concluye que “Goethe es el poeta de la
vida; Lucrecio, el poeta de la naturaleza; Dante el poeta de la salvación”.
(29) “Lo que seria deseable, lo que constituiría un verdadero poeta filosofo,
seria la unión de las instituciones y los dones poseídos por nuestros tres
poetas” (30). “Quien será el poeta
de esta nueva visión” (31). “Detente, pues eres tan hermosa” (32).Verso que evoca al “Ella pasa” , (She to pass), de los románticos
ingleses, pero también esa inmovilidad del “Detente”, la fotografía del momento
decisivo del Henry Cartier Bresson, y la impresión que se respira_ de tiempo
suspendido_ en los ilustraciones de la Divina Comedia de Gustave Doré; o para
dar una paso más, el arrebato intemporal que irradia la escultura de Lorenzo el Magnifico (El Pensador) de Miguel Ángel.
Epilogo de Plaza de las palabras
“Sol, detente” Josué 10:12
(1863-1952)
Bibliografía
George Santayana, Tres
poetas filósofos. Lucrecio, Dante, Goethe. Diálogos en el Limbo. Editorial Porrúa,
No 645, 1994,186 páginas.
Web
Lletra de done. Para todas
las citas de María Zambrano, ver
C:/Users/usuario/Documents/zzfilosofia%20y%20poesia/relacion%20poesia%20filosofia/Filosof%C3%ADa%20y%20poes%C3%ADa%20_%20Drupal.html
Notas Bibliográficas con base al libro reseñado
1. Santayana, George, Tres poetas filósofos. Diálogos
en el Limbo. Editorial Porrúa, No. 645,1994.pp11
2. Idem, 34
3. Idem.19
4. Idem, 12
5. Idem, 14
6. Idem, 19
7. Idem, 18
8. Idem, 32
9. Idem, 51
10. Idem, 53
11. Idem, 55
12. Idem, 54
13. Idem, 59
14. Idem, 66
15. Idem, 69
16. Idem, 74
17. Idem, 73
18. Idem, 75
19. Idem, 76
20. Idem, 77
21. Idem, 77
22. Idem, 76
23. Idem106
24. Idem, 108
25. Idem, 83
26. Idem, 99
27. Idem, 83
28. Idem, 75
29. Ídem, 109
30. Ídem, 113
31. Idem, 115
32. Idem, 102
Poemas y traducciones
Lucrecio,
www.ladeliteratura.com.uy. Dante, www.ladeliteratura.com.uy .Goethe,
Traduccion Lucrecio, D. José
Marchena. Librería Hernando y Cía.; Madrid, 1918.
Ilustraciones
Fotos
de los autores reseñados con base a wikipédia e Imagen Google. Portarretrato de
Dante, por Sandro Botticelli, retrato de Goethe, por Joseph Karl Stieler
(1828).
De
rerun nature, portada, www.ladeliteratura.com.uy
El
nacimiento de Venus, Sandro Botticelli
Comincia la Comedia, 1472
Dante and Beatrice ascend to the sphere of Mars.Creator:
Doré, Gustave Date: c.1868 Medium:
engraving Source: The vision of Purgatory and Paradise by Dante Alighieri
(London and New York: Cassell, Petter, and Galpin [1868?]. Associated People:
The sparkling circles of the heavenly host. Creator: Doré, Gustave Date: c.1868 medium:
engraving Source: The vision of Purgatory and Paradise by Dante Alighieri
(London and New York: Cassell, Petter, and Galpin [1868?]. Associated People.
Dante
y Beatriz, Gustave Dore.
Entrada
al infierno, canto III, William Blake, poeta y grabadista ingles
Portada
de Fausto en arabesco y figuras, Peter
Cornelius 1811-1816, blog Odisea 2008, Ilustraciones del Fausto de Goethe
Noche
de walpurgis, Fausto dirigido por Mefistófeles, Peter Cornelius, 1811-1816,
Blog Odisea 2008, ilustraciones del Fausto de Goethe.
Foto
de George Santayana, 1936, Wikipedia