Lecturas: Tropismos y 'odradeks'* por Enrique Vila-Matas. Post Plaza de las palabras





Plaza de las palabras en su sección Lecturas, presenta el  artículo Tropismos y odradeks* de Enrique VilaMatas, (1948- ) escritor español, novelista, cuentista y ensayista. Sus principales obras, entre muchas otras son, Mujer en el espejo contemplando el paisaje, (Tusquets, 1973),  La asesina ilustrada, (Tusquets, 1977), (Lumen, 2005), Al sur de los párpados, (Fundamentos, 1980), Cuentos, Nunca voy al cine, (Laertes, 1982),  y en ensayo Historia abreviada de la literatura portátil, (Anagrama, 1984). Este libro es una mezcla de ficción y ensayo. Pero en este texto que estamos presentando Vilas–Mata nos acerca a esos impulsos entre los que se piensa o siente por un instante y que luego el escritor termina trasmutando en la página en blanco bajo otros modalidades, donde el impulso inicial queda en la mente, solo en la posibilidad que tuvo, pero que a final vuelve a su terruño, lo profundo de la mente humana. Igualmente nos habla de los libros invisibles,  y provocativamente nos hace reflexionar sobre las varias posibilidades de ese mundo invisible, y pone una entrada a ese mundo al señalar amparado en el fenómeno del tropismo advertido por  la escritora francesa Nathalie Sarraute. Así Vila–Matas dice en el texto: «Y otras veces pienso que todos ellos, tropismos, odradeks y los verdaderos nombres de las cosas y de las palabras fundaron el territorio de los libros fantasmas, de los libros que pudieron ser y nunca han sido, esos libros que la imaginación del autor ha ido proyectando mientras escribía su novela, pero que, a cada momento, cuando se disponía a escribir la línea siguiente, cambiaba por otra idea de novela.»



Nathalie Sarraute, (1900–1999), abogada y escritora francesa de origen ruso. Cuyas principales obras son Tropismos, (1939),  Retrato de un desconocido, (1948) Martereau, (1953).  La era de la sospecha, (1956). Esté ultimo es un libro de ensayos en que la autora expone sus teoría sobre la novela, posición que la acerca a las postulados de la nouveau roman de los escritores Allan Robbe Grillet,  Michael Butor, Samuel Beckett, y Claude Simon.

TROPISMOS

El tropismo es originalmente un concepto o fenómeno científico atinente a las plantas.  «Un tropismo (del griego τροπή tropḗ 'giro, vuelta, fuga, punto de retorno') es un fenómeno biológico natural que indica el crecimiento o cambio direccional de un organismo, normalmente una planta, como respuesta a un estímulo medioambiental. Los tropismos difieren de las nastias en que estas no son respuestas direccionales. Si el órgano se mueve en la misma dirección que el estímulo se denomina tropismo positivo (+) ,1​ pero si lo hace inclinado (crecimiento con dirección horizontal o en ángulo) alejándose del estímulo es un tropismo negativo (-).Ambas son respuestas realizadas para acercarse o alejarse del estímulo recibido.» (1)

Desde un punto de vista de la mente humana los tropismos son, en el entendido de la posibilidad humana: «esos movimientos apenas voluntarios y subterráneos donde se originan los comportamientos, las sensaciones, los actos; son esas vibraciones imperceptibles, esas impresiones innombrables que modifican las relaciones entre los seres humanos y se reflejan en sus más cotidianas reacciones, en sus gestos más corrientes. La incorporación de este término, tomado del vocabulario científico, al horizonte de la literatura, constituye el gran empeño y el gran logro de la obra toda de Nathalie Sarraute. Es ella quien, con penetrante y rigurosa atención, dotada de un lenguaje implacable y sutil, ha dado expresión literaria a estas derivas, situadas en la frontera misma de lo fisiológico con lo psicológico. » (2)

En una entrevista en 1998,  Sarraute, afirmaba que en sus textos: « El personaje, como tal no existe, es un mero portador de movimiento. Es el que interpreta un papel; lo que cuenta son sus movimientos interiores, lo que yo he llamado tropismo. Son los movimientos interiores, que no están sometidos al imperio de la voluntad. Ocurren dentro de uno mismo. Yo lo he experimentado; no es posible definirlos, pero tienen lugar dentro de uno; se sienten. No responden a ningún tipo de organización; se producen dentro de uno». (3)



Adicionalmente Vila–Matas agrega a su texto el nombre del Odradek,  un ser  imaginario que el escritor Frank Kafka se saca de la manga de la camisa e introduce en el cuento corto:    Las preocupaciones de un padre de familia. Ser imaginario e imposible que es descrito así: « La descripción física del Odradek lo muestra como un carrete de hilo plano y con forma de estrella, añadiéndole además algunos otros apéndices. Más adelante en el cuento, Kafka le confiere características más humanas al Odradek, pudiendo pararse en dos patas y hablar. El narrador incluso llega a tener unas pocas conversaciones con el Odradek, durante las cuales se enfatiza la naturaleza nomádica y posiblemente inmortal de la criatura Odradek también se encuentra descrito en el bestiario moderno El libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges.» (4)


De los  tropismos y los odradeks al platonismo

Vila–Matas, con sus odradeks, abre las puertas a ese reino de la imaginación pero también de la materialidad hipotética de los seres imaginarios. En su libro Historias de la literatura portátil desarrolla más el tema de los «odradeks», libro en que pone varias citas y autores portátiles que rondaban o encarnan esos seres imaginarios. Tema del cual el escritor Álvaro Cortez hace un minucioso recorrido en un artículo en el diario El Mundo. (5) En un sentido muy general, esto de los tropismos y los «odradeks» funciona como una sincrónica mancuerna operativa que también se podrían encausarse hacia aquella tesis de los mundos irreales o de los mundos invisibles, si queremos darle un tono de concreción.  La misma Nathaniel Saurrate decía: «la poésie dans une œuvre, c'est ce qui fait apparaître l'invisible.» Traducido: «la poesía en una obra es lo que hace aparecer lo invisible.»Y esto de lo invisible no es un tema cuya autoría tenga dueño, ni es de nadie;  ya Rilke tenia su propia opinión. No obstante también hay otro autor español Luis Landero, que en forma periodística escribió acerca de  Los libros invisibles, aquellas libros que no se han escrito ni editado, pero que el lector aguzado ha ido leyendo en los crónicas de los periódicos, (en fugaces y fragmentados tropismos), entrelineas y proveyéndose de todas las versiones que lee en los periódicos.  Por supuesto estos libros solo existen en la mente del lector.

Más avanzado está Borges al sistematizar (muy aristotélico) esa idea en su cuento La Biblioteca de Babel y la conjuga con aquella idea de Mallarme: toda la vida es para terminar en un libro. La diferencia con Vila-Matas, es que éste, no presenta una biblioteca sino un mundo imaginario, en  que todas las cosas existen en un reino invisible, en que lo mismo cabe la posibilidad de encontrar tantas cosas sin nombres como saltan nombres sin ninguna cosa que designar. En el cuento de Borges La Biblioteca de Babel,  es un  archivo en que un libro puede tener infinitas posibilidades de armarse, con solo cambiar una coma o una palabra. Pero ese es solo un resultado finalista. El  mundo de los odradeks y de los tropismos es más abierto porque es un inicio no un resultado. Es  un paisaje más salvaje y también más  imaginativo. Todo empieza en la mente con los tropismos, luego  se abre el espectáculo con todos clase de seres imaginarios y de posibilidades en que se mezclan lo mismo combinaciones de libros invisibles o cualquier suerte de seres imaginarios, hasta ángeles o golem; que «odradeks». Y en ese panorama surge aquella tesis integrista y sistémica  de un solo libro que contiene todas las posibilidades y que un caballero omnisciente va escribiendo o armando. (Recordemos el dueto de Valery y Emerson). Es un mundo potencia que contiene todas las posibilidades y posibilita todas las contingencias.

En ese mundo también está el mundo ordenado de Borges  que es también un mundo imaginario. No obstante, todos los autores citados, aun con ese sentido fisiológico y sicológico que se le quiere dar al tropismo mental,  es en definitiva un reflejo de la conciencia del ser, y esta a su vez es la entrada a otro  plano de la realidad. Sea Sarraute, Vilas-Mata, Cortez, Landero, Valery, Emerson Kafka y Borges. Tienen en común postular con diferente intensidad facetas y perspectivas de un mismo mundo: el reino de lo invisible,  o dicho de otra manera el mundo de las  ideas del platonismo.  O el noúmeno platónico. En una de sus más conocidos textos, Platón  plantea la alegoría de la caverna, en que lo mismo se refleja la realidad que las sombras. El hombre que las ve no sabe a ciencia cierta cuál es la realidad y cuál la apariencia.

Una reflexión final seria sobre estos mundos de  lo invisible y lo visible. ¿Cuál de ellos estaría más cerca de la verdad o cuál tendría una mayor validez original? Si ese mundo imaginativo está más cerca de la realidad, y el mundo real es apenas un pálido reflejo de la verdad original de abriga ese mundo imaginativo. Por eso si nosotros podemos imaginar o tratar de entender qué son los odradeks y seres imaginarios que pueblan ese universo imaginario o de  pensar en libros invisibles que nunca se han escrito. Igualmente es probable que esos seres imaginarios desde su mundo nos vean como invisibles y atípicos, quizá para ellos nosotros somos los odradeks y nuestros libros (La odisea,  El Quijote, Ulises, En busca del tiempo perdido, La señora Dalloway, El proceso, Mientras agonizo, Cien años de soledad, Mujer en el espejo contemplando el paisaje), solo son pálidas versiones o un fugaz reflejo de los verdaderos y originales libros que en ese reino imaginario existen, pero que en nuestro mundo real nunca se han escrito porque necesitarían más que de tropismos. Para recogerlo en su versión original, esos libros invisibles, tendrían que ser escritos por un Dios o un demiurgo, o quizá por un «odradek».  




Tropismos y 'odradeks'
619 palabras
ENRIQUE VILA-MATAS

Yo tenía un amigo que siempre decía que existe un pulso entre las cosas y las palabras en el que las segundas tratan de dar cuenta de las primeras. Era un amigo que, como se desvivía por hacer tabla rasa de todo, quería excavar un túnel hacia el origen del lenguaje y conocer el nombre original y verdadero de las cosas. Según él, un sombrero, por ejemplo, nunca era un sombrero. Le vi un día de lluvia riendo sin sombrero a solas por la calle y me pareció descubrir en ese momento que él siempre había andado en busca de un lenguaje de antes del diluvio. Para mí fue siempre un amigo diferente a todos, y su recuerdo me recuerda que un día el nombre verdadero de las palabras se extravió.

Siempre me ha interesado la historia de las derivas silenciosas. Me fascinan los tropismos, por ejemplo, esos movimientos subterráneos donde se originan los comportamientos, las sensaciones, los actos. Los tropismos son esas vibraciones imperceptibles que modifican las relaciones entre los seres humanos, pero sin que nosotros lo notemos, porque se extravían antes de que podamos captarlos. Fue Nathalie Sarraute quien, con rigurosa atención, dio expresión literaria a esas derivas, situadas en la frontera misma entre lo que vemos y la vida de nuestra mente. No está al alcance de todo el mundo seguir el rastro fantasmal de los tropismos.

A veces pienso que la zona donde andan perdidos los verdaderos nombres de las palabras es un bosque vecino al que habitan, en su extravío, esos tropismos, que a su vez son familiares de aquel odradek que poseía una movilidad extraordinaria y nunca se dejaba atrapar, ese carrete de hilo plano que se extravió en la imaginación de Kafka y nunca llegó a ser. Y otras veces pienso que todos ellos, tropismos, odradeks y los verdaderos nombres de las cosas y de las palabras fundaron el territorio de los libros fantasmas, de los libros que pudieron ser y nunca han sido, esos libros que la imaginación del autor ha ido proyectando mientras escribía su novela, pero que, a cada momento, cuando se disponía a escribir la línea siguiente, cambiaba por otra idea de novela.

No todos los lectores saben que, en cada recodo del libro que uno está haciendo, otro libro posible aparece y es rechazado y enviado a la nada. Esos libros, sensiblemente diferentes al que acabaremos publicando, no conocen nunca el día de su escritura, no son en realidad escritos nunca, pero cuentan, están ahí, forman parte de la historia invisible de la literatura. Los críticos deberían tenerlos en cuenta, aunque la pregunta siempre es la misma: ¿cómo van a hacerlo si esos libros existen pero no están visibles, transcurren sus vidas entre los tropismos y los nombres olvidados de las palabras y las cosas, en medio de una densa niebla odradek que es necesario atrapar? ¿Y qué crítico, además, estaría dispuesto a perseguir la fantasmal traza del viaje del autor a través del desierto de unas páginas que no están, pero que, sin embargo, son muy importantes porque condicionaron muchas de las historias del libro? Porque esas páginas, en un momento dado, estuvieron y se comunicaron con las otras páginas e influyeron en algunos acontecimientos de la historia narrada para poco después extraviarse como si fueran tropismos, odradeks o bien los verdaderos nombres de las cosas, esos nombres que tanto hacían reír a mi amigo Paco Monge, que un día también se extravió. Se perdió y me envió desde un país lejano una pregunta que no he olvidado, la recuerdo muy bien: "¿Por qué no pensar que, allá abajo, también hay otro bosque en el que los nombres no tienen cosas?".


Créditos

Notas bibliográficas

1. Entrada Tropismo, Wikipedía.
2. Reseña de Tropismo Editorial: Tusquets Editores S.A. Temática: Novela literaria, Colección: Marginales.
3. Nathalie Sarraute o la novela sin personajes, por Luis Figuera, 2 marzo de  2016. Entrevista a Nathalie Sarraute, “Testigos del siglo XX, Paris 1998”, realizada por Hans Ulrich Hosbrit .
4. Entrada Odradek, Wikipedia   
5. Cortina, Álvaro,  Nota sobre el odradek: de Vila-Matas a Kafka (y vuelta), Desde el patio de Betaca, Diario El Mundo, Madrid, febrero de 2015.

* Este artículo de Enrique Vila-Matas apareció en la edición impresa del domingo, Ida y vuelta, Diario El País, Madrid,  11 de enero de 2004


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Ilustraciones

Ilustraciones de  Sergio Bustamante y Joan Miró

Hemos tomado unas  ilustraciones una de  Sergio Bustamante (1949- 2014) escultor y artesano mexicano quien confiesa que la influencia de sus escultura son las obras de escritores como Philip Roth, Saúl Bellow y Milan Kundera, y otro par  de Joan Miro (1893-1983),  y las otras  ilustraciones del pintor surrealista español Joan Miró.    

Escultura Sergio Bustamante, escultor mexicano  
Nathaniel Saurrete, foto Wikipedia
Cantico del sol, pintura,  Joan Miró pintor español    
Enrique Vila-Matas, foto, Wikipedia
La siesta, pintura Joan Miró, 1925