Plaza de las palabras presenta a Medardo Mejía, perteneciente a la Generación
Dorada de escritores olanchanos. Se esa generación, hasta la fecha se han
publicado semblanzas sobre José Antonio Domínguez, Alfonso Guillen Zelaya, Froilán Turcios, y ahora sobre Medardo Mejía.
Escritor que nació en Manto, Olancho,
(1907), y murió en Tegucigalpa (1981). Poeta, ensayista, historiador, periodista
y quien incursiono el la dramaturgia. Pero uno de sus puntos claves es haber
sido un gestor cultural, artífice de un tejido social critico literario que
permitió la circulación de las ideas. Premio de Periodismo Paulino Valladares
de la Asociación de Prensa Hondureña, Premio Nacional de Literatura “Ramón
Rosa” en 1971. Muy cercano al materialismo histórico, método dialectico desde el cual tejió su
extensa obra histórica. Fundó la revista Ariel. (1964–1976), continuando con la
labor de difusión de Froylán Turcios.
Obras
Medardo Mejía
publico numerosas obras, entre las más destacadas:
Crítica y literatura
- José Antonio Domínguez en el Himno a la
Materia, 1945.
- Capítulos provisionales sobre Paulino
Valladares, Guatemala 1964.
- El genio de Cervantes y el secreto del Quijote
en América Latina, Tegucigalpa 1979.
- Froilán Turcios en los campos de la estética y
el civismo, Editorial UNAH, 1980.
- El genio de Cervantes y el secreto del Quijote
en América Latina, Tegucigalpa 1979.
§
Cuentos Completos de Medardo Mejía, Edición Òscar
Acosta, Editorial iberoamericana, 1998. (obra póstuma)
Historia
- Historia de Honduras tomo I (Sociedad
primitiva, Precolombina, Maya, Tolteca) México 1959.
- Historia de Honduras tomo II (El
Descubrimiento, Mundialización de Honduras), México 1970.
- Historia de Honduras (varios tomos: desde
1959) (Tegucigalpa, 1984).
Teatro
- Cinchonero (Drama de 3 actos 6 cuadros),
Tegucigalpa 1965.
§ , Los diezmos de Olancho (Teatro) (Tegucigalpa, 1976),
Tradiciones y folclore
Comizahual:
leyendas, tradiciones y relatos de Honduras, Tegucigalpa 1981.
Estudios críticos y ensayo
- Trinidad Cabañas, soldado de la República
Federal, Tegucigalpa 1971.
- José Cecilio del Valle: gran precursor del
Movimiento de Liberación Nacional de América Latina, Tegucigalpa 1977.
- Comizahual: leyendas, tradiciones y relatos de
Honduras, Tegucigalpa 1981.
§
Discurso del dorado (1932),
Poesía
§ Anathe (Poesía) (Tegucigalpa, 1975),
§ El fuego nuevo (Poesía) (Tegucigalpa, 1975)
Autobiografía
“Refiere Ansias, el paso de aquel milpero” (de carácter
autobiográfico)
Recopilación y
rescate de obras de otros autores
De Alfonso Guillen Zelaya, El quinto silencio
De Froilán Turcios, Memorias
Medardo Mejía y la Generación
Dorada olanchana
Por Plaza de las palabras
I
Medardo Mejía un gestor
cultural de inagotable energía
Basta una semblanza sobre Medardo Mejía, que recoge en pocas palabras la
esencia y oficio de su vida y obra. De otro
de los grandes de la literatura nacional, Premio Nacional de Literatura Ramón
Rosa. Para Julio Escoto Medardo Mejía : “Aunque
fabulador de mucha de nuestra historia – sobre todo la Maya – es innegable que
Mejía dedicó toda su vida a la más ingrato – y no rentable – oficio nacional:
explorar y clarificar el núcleo elusivo de la identidad hondureña; vertió sus
ahorros en proyectos formativos, libros, revistas, rescates documentales,
proclamas – al final nadie le agradeció, pero ese es precisamente el premio del
verdadero creador, hasta ahora, en nuestra sociedad: laborar sin recompensa esperada
y ser descubierto póstumamente vanagloriado 50 años después. Mejía destacó por
su inocente honestidad divulgativa: casi cualquier proyecto revolucionario o
cultural contaba con su aprobación, y esa trascendencia pura de cambio, así
como su voluminoso esfuerzo por despertar una sensibilidad patria… A pesar de
sus defectos personales y su a veces unilateral predisposición por corrientes
determinadas, fue honesto y construyó siempre con amor en la mente de los
demás.” (1)
II
La
Generación Dorada
Es
sabido que Turcios venia de una acomodada familia de Olancho, región ganadera y agrícola, cuna de una pléyade de
grandes intelectuales y escritores hondureños. Generación Dorada y flotante,
entre otros José Antonio Domínguez (1869-1903), Froylán Turcios
(1875-1943). Salatiel Rosales, (1884-1926), Alfonso Guillen Zelaya (1887-1947),
Clementina Suarez, (1902-1991), Medardo Mejía (1907-1981).
Generación Dorada
y flotante, denominación espacial y
temporal que recoge a esta pléyade de escritores olanchanos. Lo de Generación
Dorada para asociarla con aquella
visión, si bien muy platónica y muy olanchana
de Medardo Mejía del Discurso del
Dorado (1932). Y flotante
porque no corresponde— en el sentido riguroso del termino— exactamente a una generación cronológica, sino
que esta dispersa en el tiempo y las ubicaciones geográficas en que estos
escritores vivieron. Desde el primero, José Antonio Domínguez que nació en1869;
hasta el último en morir, Clementina
Suarez, que fallece en 1981, han trascurrido 112 años. No obstante, todos nacen
en un periodo relativamente reducido de 38 años. Tres décadas y ocho años que
van desde el primero que nace, el poeta Domínguez, en 1869, hasta el nacimiento
de Medardo Mejía en 1907. Entre ellos el único traslape vivencial que no se
produce es el de José Antonio Domínguez, quien muere en 1903, 4 años antes del
nacimiento de Medardo Mejía, que es el
miembro más joven de la Generación Dorada. Tomando de partida la muerte
de José Antonio Domínguez, quien es el primero en morir, ocurrida en 1903, el
resto del grupo tendrían en esa fecha: Froilán Turcios 28 años, Salatiel
Rosales 27 años, Alfonso Guillen Zelaya, 16 años, Clementina Suarez, 1año de
edad. Y como dijimos Medardo Mejía aun no había nacido.
Generación Dorada
que no se ha estudiado sistemáticamente
en profundidad y en su conjunto, sino únicamente en forma individual. (2) Este grupo de escritores, si bien
no coinciden total y rigurosamente en un
tiempo generacional. Todos tenían en común la demarcación geográfica de
su origen, todos eran de Olancho. Cuatro
de ellos de Juticalpa, menos
Medardo Mejía que era de Manto y Salatiel Rosales, que era de San
Francisco de la Paz. Tres de ellos provenían de familias relativamente muy acomodadas: Suárez, Guillen Zelaya y Turcios,
mientras que Medardo Mejía se declaraba de extracción campesina.
Medardo
Mejía en su Discurso del Dorado,
convocaba a los olanchanos para unirse y trabajar juntos por el desarrollo y
progreso de su territorio. Si bien esa visión, aunque fue un sueño, y un intento valioso, tuvo pocas
repercusiones en el mundo real. Pero si marca una intención geográfica de un
derrotero y destino olanchano. Muchos olanchanos de la época suscribieron ese
manifiesto, entre ellos Guillen Zelaya. Por su parte Medardo Mejía, personaje
clave de esa generación, une intersticios no solo teóricos sino también
prácticos para darle forma a su Discurso del Dorado. Y a su manera Medardo
Mejía hace extensiva esa visión al plano literario e intelectual. Durante su vida recopila y rescata algunos de
los trabajos de Guillen Zelaya, y compila las Memorias (1970) de Turcios.
Escribe sendos ensayos sobre José
Antonio Domínguez a quien consideraba el mejor poeta nacional. En todo momento siempre cita a Salatiel
Rosales entre los olanchanos ilustres. Y asiste y comparte eventos con
Clementina Suarez. Medardo Mejía conocía bien a esta generación de olanchanos.
Y fue él quien más cultivo y salvaguardó unas relaciones asociativas literarias
y fructíferas con todos ellos. Asimismo por su visión histórica y por ser el
penúltimo del grupo en morir tuvo y conservo una retrospectiva real y de
primera mano de todos ellos. De esa generación, probablemente Medardo Mejía, fue
el más genuinamente desinteresado, y quien gozaba de una mayor visión de conjunto.
Medardo
Mejía y Guillén Zelaya profesaban un marxismo de diversas intensidades y
colores. Turcios sin ser marxista
profeso un inclaudicable antiimperialismo producto de su decantado
americanismo. Y Domínguez sin ser
marxista era un convencido materialista. Por su parte, Clementina Suarez, la
única mujer del grupo, inmersa una sociedad dominada por hombres, era una
especie de dama de hierro: combativa y rompe huesos de ciertos
convencionalismos óseos de su época. Y anunciaba una fecunda emancipación de la
mujer, en los formatos literarios y modos de abordar la sociedad de su
tiempo; que todavía tiene impacto, —no solo literario sino
también mediático y formativo, —
en las generaciones actuales. Algunos de
ellos se conocieron, Domínguez y Turcios llegaron a ser amigos del poeta
modernista Juan Ramón Molina. Guillen Zelaya enviaba artículos a las revistas
de Froylán Turcios. Guillen Zelaya y Medardo Mejía alguna vez se reunieron bajo
el cielo protector de México. Tres de
ellos estudiaron leyes: Guillen Zelaya (quien no termino la carrera por
motivos no muy claros), José Antonio Domínguez
y Salatiel Rosales coronaron su carrera como abogados. Cinco
de ellos encontraron en el
periodismo su refugio y fuente principal, salvo Clementina Suarez. Tres de ellos llegaron a ser directores de revistas o
periódicos, Guillen Zelaya, Turcios, y Medardo Mejía.
Dos
mueren muy jóvenes, Domínguez a los 33 años
y Rosales a los 42 años, dos en termino medio Guillen Zelaya a los 60
años y Turcios que muere de diabetes a los 68 años; mientras que
Medardo, el más joven del grupo
muere a los 74 años y Clementina
quien fue la que más vivió muere a los 89 años. Tres mueren trágica y violentamente,
José Antonio Domínguez, Salatiel Rosales y Clementina Suarez. Además tres de
ellos mueren fuera del territorio
patrio: Guillen Zelaya y Rosales en
México, y Turcios en Costa Rica. Solo
dos de ellos, Clementina Suarez y J.A.
Domínguez, fueron fundamentalmente poetas. Los demás incursionaron en varios
géneros literarios. Turcios fue el único que arriesgo su pluma por el género
novelístico. Dos de ellos incursionaron en la autobiografía Turcios con su Memorias y Medardo Mejía con Refiere, Anisias el paso de aquel
milpero. Dos de ellos Turcios y Guillen Zelaya incursionaron en la
diplomacia. Por su parte Medardo y
Clementina, en su madurez coincidieron
en muchos eventos sociales y culturales, eran los dos más jóvenes del grupo.
Considerando
que los premios nacionales Ramón Rosa de literatura se comenzaron a otorgar desde 1967, solo Clementina Suarez
en 1970 y Medardo Mejía en 1971 llegaron
a recibirlo. Los dos más cosmopolitas fueron Guillen Zelaya, radicado en
México, y Turcios que vivió en Guatemala, Costa Rica y Europa. N obstante, Clementina
Suarez poseyó un cierto encanto de mujer
cosmopolita, abierta las corrientes mundiales, viajera y enigmática, de ahí que tanto pintor la haya pintado.
Mientras que Medardo Mejía a pesar de haber viajado bastante, junto a José
Antonio Domínguez y Salatiel Rosales; parecerían a primera vista, ser más
escritores telúricos. Sin embargo sin importar el hecho, indistintamente, de su origen, partidismo, ideología o filosofía de vida; todos eran de un pensamiento combativo y sus
obras y vida apuntaban asumir la civilidad: el
patriotismo y a forjar una identidad.
Sin embargo quisiéramos, entender ese fenómeno
geográfico y temporal, de la conjunción en el tiempo y el espacio de estos
notables escritores olanchanos. Y de quien en el siglo XIX, el poeta cubano
José Joaquín Palma, afirmo: «Olancho,
tierra del oro y del talento cuna.»
Y viene a nuestra memoria, una observación que hizo J.L. Borges, (en uno de sus innumerables ensayos o en una de sus
conferencias magistrales en alguna universidad norteamericana, texto del cual
no hemos recordado el titulo y menos encontrar el texto original), sobre la
conjunción sorprendente de genios que nacieron en el siglo XIX, en Nueva
Inglaterra, entre ellos Ralph Waldo Emerson, Emily Dickinson, Henry David Thoreu,
Edgard Allan Poe, Nataniel Hawthorne, se podría agregar los llamados Bramines
de Harvard, (que no menciona Borges) entre ellos el más conocido fue el poeta
Longfellow. Y sacamos a colación este paralelismo entre Nueva Inglaterra y
Olancho, porque Borges se preguntaba cómo se dan esas felices coincidencias de
tiempo y espacio, y producen una generación de hombres y mujeres notables.
Seria interesante para la historia literaria
de Honduras, que algún historiador o estudioso de la literatura,
abordara en forma más sistemática y con una visión de conjunto, esa temática de
esa generación de escritores capitales
nacidos en Olancho, algunos en las décadas finales del siglo XIX, y otros en
los primeros años del siglo XX. Escritores que despuntaron con sus obras hasta bien pasada la medianía del siglo XX.
El poeta y académico, José Antonio Fúnez, en un artículo:
Juticalpa, Olancho, cuna de poetas. (3), arriesga una aproximación valiosa acerca de cuatro de los
escritores señalados, al afirmar que una de las causas probables del florecimiento de estos escritores fue la
influencia cubana en la región. Especialmente la influencia formativa del
maestro cubano Francisco De Paula Flores, quien
llego a Olancho a finales de 1870, y fue profesor de Froilán Turcios.
Posteriormente llegaron Antonio Maceo, y Tomas Estrada Palma, que Marco Aurelio
Soto quiso que estuviesen en Juticalpa.
Además de esa razón o razones valiosas, habría que agregar que después
de la fundación de la Universidad Nacional (ahora UNAH) en 1857, se creo 4 años
después, en 1861 una universidad en Juticalpa, siendo la segunda universidad del país en ser creada. Y cuyo
destino final es incierto, seguramente no arranco o tuvieron problemas de
operatividad o falta de recursos financieros. Algo se podrá investigar en La historia del colegio La Fraternidad
del olanchano Darío Euceda Paz. No obstante, es significativo porque este hecho
evidencia que la mira estaba puesta en Juticalpa, y que seguramente habría una
necesidad o demanda para crear esa universidad. También es vital el papel
significativo que posteriormente desempeño el Colegio La Fraternidad, creado en 1897, y que aun existe, y que fundo el
presidente Manuel Bonilla, quien también era olanchano.
Por supuesto también habría considerables razones de mayor
peso para explicar a esa generación: los ambientes familiares, las influencias
colegiales y de maestros, el ambiente cultural de Juticalpa de esa época, el
trafico de libros y obras en las bibliotecas de muchas familias olanchanas. Y
sobre todo el transito y la inserción exitosa de esos escritores en el mundo
literario y cultural de Tegucigalpa, y su posterior paso internacional:
Guatemala y México, entre otros países. Pero siempre surgen más preguntas que
respuestas. Llama a la reflexión que los seis escritores señalados sean todos
progresistas en contra de ciertos valores conservadores de la época. Y también subraya
la curiosidad que ninguno de ellos profesaba una religión nominal. Eran
escritores y pensadores seculares; aunque Froilán Turcios, si se considera su
famosa Oración del Hondureño, inicie
la oración con «Bendiga Dios la prodiga
tierra en que naci.». Por lo que uno podría suponer que Froilán
Turcios probablemente ha de haber creído en Dios. Mientras que
Guillen Zelaya y Domínguez llegaron a profesar un cierto tipo de panteísmo. De
Salatiel Rosales y Clementina Suarez no sabemos nada sobre sus preferencias
religiosas o espirituales. Y en cuanto a
Medardo Mejía, el más marxista de todos, seguramente ateo; y que sin
embargo hablaba de un «misticismo
olanchano».
Notas bibliográficas
1.
Medardo Mejía, en Honduras
literaria en el siglo XX, agosto
16, 2015
2. De forma individual varios de estos autores
han sido merecedores de sendos y notables estudios académicos o biográficos y
que han sido publicados en versiones en duro. (No incluimos en esta breve lista
artículos virtuales, que los hay y muy
buenos). Por supuesto la lista podría ser más extensa, pero aquí enumeramos solo
algunos. Sobre Clementina Suarez, la valiosa biografía: Retrato en el Espejo, Una
Biografía de Clementina Suárez", de Janet N. Gold, Editorial Guaymuras,
Honduras. También un acucioso y
documentado ensayo Yo, tú, ellos,
nosotros. Apuntes sobre la praxis poética y vital de Clementina Suárez por
María Eugenia Ramos, en La visión de país en Clementina Suárez y Alfonso
Guillén Zelaya. Colección Visión de País 4, Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD). También cabe resaltar la obra de rescate Suárez,
Clementina: Con mis versos saludo a las generaciones futuras. Selección y
notas del escritor y poeta Rigoberto
Paredes. Ediciones Paradiso, Tegucigalpa, 1988. Sobre el poeta José Antonio Domínguez, un notable
ensayo crítico y biográfico de Héctor Leyva: José
Antonio Domínguez. Obra poética escogida de sus manuscritos. 1885-1903.Edicion
de Héctor M. Leyva. Secretaria de Cultura, Artes y Deportes, 2008. Sobre Froylán
Turcios, el valioso estudio doctoral de investigación de José Antonio Fúnez: El Modernismo en Honduras: vida y obra
narrativa de Froylán Turcios. Tesis USAL, 26/09/2003. Sobre Alfonso Guillen Zelaya, entre muchos
otros autores o instituciones, se puede citar
la Editorial Universitaria de la UNAH,
que público la compilación del Ramón Oqueli en dos tomos de la prosa
periodística de Alfonso Guillén Zelaya. La misma editorial universitaria
pública El Quinto Silencio,
recopilación de poemas elaborada por Medardo Mejía y acompañada con un prologo
de él. También un par de acuciosos ensayos sobre
Guillen Zelaya de Mario A. Membreño Cedillo, uno de ellos: Alfonso Guillén Zelaya: el sujeto político y la conciencia ética. En
La visión de país en Clementina Suárez y Alfonso Guillén Zelaya. Colección
Visión de País 4, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Sobre Salatiel Rosales y Medardo Mejía, parecen escritores menos
estudiados. Sin embargo, ambos han sido objeto de estudios, sobre todo Medardo Mejía, quien recibió
comentarios críticos de Ramón Oqueli, Ventura Ramos y Julio Escoto, entre muchos otros.
El poeta Oscar Acosta le publico Cuentos
Completos de Medardo Mejía, Edición Òscar Acosta, Editorial iberoamericana,
1998. Y una edición completa dedicada a su
obra por la Revista de la Universidad Pedagógica, No. 24 julio, agosto,
septiembre 2007. Sobre Salatiel Rosales,
quizá el menos estudiado y conocido del grupo, a quien Ramón Oqueli y Paulino
Valladares y el mismo Medardo Mejía le dedicaron valiosos comentarios críticos.
Su obra periodística fue recopilada por Julio Rodríguez Ayestas con el título; Salatiel
Rosales, antología, 1980.
3. Diario El Heraldo de
28 de enero 2012
Crédito
Ilustración
Retrato
de Medardo Mejía, pintura, Miguel Ángel Ruiz Matute. Obra de la colección
privada del poeta Oscar Acosta. Ahora propiedad de la UNAH.
Composición
con base a fotografías de los escritores de la Generación Dorada, de izquierda derecha, por orden de
nacimiento: José Antonio Domínguez, Froilán Turcios,
Salatiel Rosales, Alfonso Guillen Zelaya, Clementina Suarez y Medardo
Mejía.