Mario A. Membreno Cedillo
DUO
En esta ocasión presentamos trabajos de Julio Cortázar, uno de los grandes de
la literatura latinoamericana, cuya afición por el jazz o melomanía por la música, quedo reflejada en su obra. Ya sea en su
novela Rayuela o en su emblemático cuento "El perseguidor". Alejo Carpentier novelista y musicólogo, también muy cercano a ese mundo musical, folclórico y Real Maravilloso latinoamericano. Guillermo Cabrera infante con sus sones
caribeños, y como escritor y estudioso de
la música cubana. Los tres representan, la columna vertebral de la música y la literatura.
No por que no haya otros autores. Sino porque ese dúo de bolero y tango,
pugilato amable y sonoro, también representa dos de las corrientes musicales más
latinoamericanas. En ese otro marco mas amplio del trió del sincretismo musical
de los afro descendientes, los indígenas y los españoles. Decía Cabrera Infante
sobre el bolero “donde se encuentran la poesía y la música". Es, antes que nada,
"una atmósfera sonora" que aspira al arte poético y que, aunque
inscrita en el ritmo, repetitivo e incesante, no se identifica con él. (1) Por su parte Borges, quien escribió
poesías sobre el tango y la milonga, y también una historia del tango, decía que la habanera había sido la madre del
tango (2)
Advirtió que esa
"orgiástica diablura" de ayer logró convertirse en "una manera
de caminar". (3)
No hay duda que siempre ha habido una relación estrecha entre literatura y música, Plaza de las palabras ha publicado varios post en relación a grandes escritores que ilustran esta confluencia de letras y sonidos. La literatura y la música 1/3* I. James Joyce: the sounds of the music. y Tres grandes escritores europeos y la música: Mann, Proust y Hesse 2/3. En esta ocasión dedicamos un espacio a escritores latinoamericanos. Y es que la música también ha desempeñado un papel significativo en la producción artística y literaria del continente. Sea la música caribeña, los boleros, corridos, tango, la música clásica o el jazz.En “El Inquieto Anacobero”, Héctor Mujica afirma: “Gabriel García Márquez aseguró en una entrevista que lo más original que ha dado América Latina son las rocolas, con sus boleros, sus guarachas, sus congas, su música tropical. Hay que añadir a Carlos Gardel y el Tango”. En nuestro continente la música y la literatura han mantenido una comunión, desde el espacio de la sensibilidad espiritual". (4)No es el continente americano una tabla rasa o un pentagrama sin notación musical; la identidad cultural se nutre de la música así como de otras expresiones artísticas. La música en ese entramado es un punto de recepción, pero también de amalgama; y circula como un portentoso rio que riega el alma latinoamericana. Es uno de esos rostros múltiples que emergen y están ahí, como esperando que alguien los despierte. Luis Rafael Sánchez afirmó “La música popular propicia una biografía del continente (5)
TRIO
La relación entre la música y la literatura, es un
antiguo tema, que ha sido estudiado y analizado. Es de esas relaciones
sospechosas que hay están. Que todo mundo lo sabe, pero cuando sale a la luz,
concita arranques y retrocesos. Si bien la literatura es literatura y la música
es música. Nadie podrá detener o minimizar el poder de la música en la narrativa,
porque la narrativa latinoamericana es un reflejo de todas las capas sociales y
culturales del continente. Si hay que decir que ciertos tipos de música son
predominantes y algunos están más visibilizados que otros. Pero ese acto es
perfectamente normal. Los novelistas y poetas eligen sus temas. Y a eso unen su
cultura musical o la notoriedad de ciertos hechos musicales y los plasman en
sus obras. Pero,¿ cual es el camino a recorrer?, y ¿que detenta está confluencia
musical literaria?. (6)
No se trata de experimentación, tan en boga en un
mundo cada vez más sincrético; pero también más disímil. Sean los grandes
escritores europeos y su acercamiento a la música: Joyce, Mann, Hesse o Proust,
o los aquí reseñados. El asunto es que ellos poseían una vasta cultura musical.
No todos los novelistas o poetas la tienen. Ni tampoco es requisito para ser un
gran novelista o poeta. Mas lo que parece es una estética de ruptura, apuntando hacia la tradición de la
que hablaba Octavio Paz, lo que aparece es un simple canje, entre las líneas
narrativa y musical, en que ambas se enriqueces. La música como el lenguaje o
las palabras tiene significantes, y como tal se trasforma en el entramado de la
prosa. Nadie lee una novela para oír música, pero en ese intercambio o intertextualidad
cognitiva si se refiere a las saberes del escritor y quien puede poseer múltiples saberes. O intertextualidad estructural, si es el oficio de plantear o planear la estructura de una novela
o un cuento; y que se produce entre
palabra y sonido, entre prosa y música, y que da por resultado otra cosa que no es el simple
discurso narrativo o la música por si sola. Sino algo nuevo en que el todo es más que las partes. Pero que no es un dominio exclusivo de la música, sino que abarca toda una serie de patrones culturales y artísticos, de los cuales el discurso narrativo tiene la posibilidad de abrevar. La novela que se ha alimentado de
casi todas las artes, se encuentra ante
la música que es la más abstracta de las artes, en una avenida en que o se
avanza con luz verde o simplemente se somete a ciertos códigos musicales que
grandes autores han intentado usar. Y en
que el todo es más que las partes. Pero esta posibilidad solo es una parte del
gran universo que una novela puede abarcar. Es un puente en ambas vías. También
la música se ha nutrido de la literatura, y los ejemplos son vastos. El primer
paso entre la poesía y el discurso narrativo, lo establecieron, entre otros: ademas de los griegos, Dante, Goethe, Lucrecio. En esta evolución la poesía tan cercana a la música, es
un punto intermedio. El siguiente pasó lo dan autores como Joyce, Cabrera Infante,
Mann, Cortázar. Si ese mundo ya esta agotado, si los ideales de las vanguardias
europeas, de inicio del siglo XX están superados. Si los nuevos paradigmas ya no están al vuelo
de la palabra, hay que reinventarlos; porque en la novela cabe, la vida misma con todas sus trivialidades cotidianas y con todos sus grandes misterios.
Alejo Carpentier, llego una vez a reflexionar, sobre ese hallazgo de lo que ya está ahí, y la capacidad de verlo entre la multitud. “Llego a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoción estética no consistirán, simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado. Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema”. Y nos recuerda aquel cuento de Borges “La escritura del Dios”, en que un sacerdote azteca, descubre entre las manchas de un jaguar, un significado, un mensaje, un lenguaje. Y a Octavio Paz:” No hay colores ni sones en sí, desprovistos de significación: tocados por la mano del hombre, cambian de naturaleza y penetran en el mundo de las obras. Y todas las obras desembocan en la significación; lo que el hombre roza, se tiñe de intencionalidad: es un ir hacia... El mundo del hombre es el mundo del sentido. Tolera la ambigüedad, la contradicción, la locura o el embrollo, no la carencia de sentido. El silencio mismo está poblado de signos”. Cortázar, Carpentier, Cabrera Infante, perseguían un lenguaje que según su conocimiento y talento, les llevara un paso adelante. Se valieron de la música, pero era un medio no un fin. Si son novelas rupturistas por sus enfoques pero no rupturistas en la totalidad. Ellos eran perseguidores, pero no seguían solo la música, veían a la música como un puente, y se valieron de ella para jalar toda esa hibridación sociocultural que define la identidad de los pueblos, pero también la naturaleza de lo humano. Y enlazamos esto con el personaje Johnny Carter del cuento “El perseguidor” de Cortázar, que busca eso otro que anda por ahí. Y Cortázar le hace decir a Johnny Carter, “Bruno toda mi vida he buscado en mi música que esa puerta se abriera al fin”. pp.176.
Orquesta: escritores
latinoamericanos y la música
No sin antes hacer una
advertencia, que este post habla de
literatura y música, más focalizados hacia la novela y la música. También que
privilegia a escritores que como los reseñados, Carpentier, Cabrera Infante y Cortázar,
además de abordar en su paisaje narrativo y personajes musicales, dieron un
paso adelante intentando estructurar sus novelas o cuentos desde la teoría
musical y verterlos en una especie de prosa musical. Los tres conocían de música. En
el caso de Carpentier y Cortázar, provenían de familias o ambientes familiares
donde la música era importante. Cortázar recibió en su niñez clases de piano,
clarinete y trompeta. Carpentier también venia de una educación similar. Además
de ser musicólogo, escribió un libro "La música de Cuba" y ensayos sobre el folclore
cubano. Cortázar escribió, muy eventualmente critica musical. En el caso de
Guillermo Cabrera Infante, no había una cultura musical familiar, tampoco toco
o tocaba ningún instrumento musical, pero como un voyeur y diletante de las
noches habaneras y de la música cubana, llego
a acumular una amplia y sobria cultura
musical.
Aquí presentamos una lista preliminar, proveniente de varias fuentes, pero que seguramente
con adentrase más en el tema, aumentaría. Pero que aún así refleja el enorme caudal y horizonte abarcador
de la música en la literatura latinoamericana. También es necesario aclarar
que solo se hace un listado, proveniente de varias fuentes pero de la
influencia de la música en la literatura y no a la inversa,, salvo los ejemplos del Neruda y Benedetti. Sino la lista se ampliaría porque
es amplia y diversa la influencia de la literatura latinoamericana en la música
continental y mundial. Para empezar solo recordemos a Severo Sarduy con su novela “De
donde son los cantantes” o los poemas musicalizados de Mario Benedetti, quien
afirmaba que muchos músicos le pedían letras de canciones y que el mismo se
sorprendió cuando, poemas suyos musicalizados, sonaban bien. Y que decir de Pablo Neruda, quien afirmaba que “quería
que los versos originales fueran una cueca, y así los bautizo en Canto General” (7) Muchos de sus poemas fueron
musicalizados por artistas de la talla de Violeta Parra, Víctor Jara, Mikis Thoedorakis.
En el ámbito de
la novela, “La Guaracha del Macho Camacho” de Luis Rafael
Sánchez. Néstor Sánchez, con “Nosotros
Dos”, y “Siberia Blues”, En “Si Yo fuera Pedro Infante”, del venezolano Eduardo
Liendo. O Ultima rumba en la Habana de Fernando Velázquez Medina, influenciada
´por Guillermo Cabrera Infante. También el novelista argentino César Aíra, con
“Canto Castrato”, Umberto Valverde, libro de cuentos Bomba Camará, hasta sus
novelas “Celia Cruz, Reina Rumba” y “Quítate de la vía Perico”. Lisandro Otero
con “Boleros”, “La importancia de
llamarse Daniel Santos” de Luis Rafael Sánchez, “Sólo cenizas hallarás” de
Pedro Vergés, “La amigdalitis de Tarzán” de Alfredo Bryce Echenique, “Pubis
Angelical” o “Boquitas pintadas” de Manuel Puig, así como “Te di la vida entera”
de Zoé Valdés. Rafael Castillo, “Fenomenología del bolero”. “Parece que fue
ayer” de Denzil Romero. “El insomnio de Nazario” de Javier Ponce, las novelas
de Daniel Moyano, “El rincón de los justos” de Jorge Velasco Mackenzie. “Perfume
de gardenia” de Laura antillano. “Amor perdido” de Carlos Monsiváis. Las
novelas de David Sánchez Juliao: “Pero Sigo Siendo El Rey”, “Mi Sangre aunque
Plebeya”, y “Danza de Redención”, validan esa idea que la música vive en la
novela y poética latinoamericana. (8)
Agregar a José
Agustín, Gustavo Sáinz y Parménides García Saldaña, una generación que rompió
con la “sobriedad” de la literatura mexicana para retratar los modos de vida de
los jóvenes sesenteros al incorporar un a nueva retórica discursiva. Jóvenes
escritores que también eliminaron las barreras de la literatura y la música al
incorporar en sus historias temas de Rockdrigo González, The Doors, The
Beatles, Bob Dylan, Wilson Pickett’s Greates Hits, Pink Floyd y Donovan, usando
como escenario la colonia Narvarte para narrar historias de “ligues”, de sexo,
alcohol, drogas y crítica social.(9 Yuri
Herrera, “Trabajos del reino” , “Señales que precederán al fin del mundo” y “La
transmigración de los cuerpos”. En que
mezcla tradición clásica, música norteña y metafísica. Sumado a Ángela Mastretta con “Arráncame la vida”, inspirada
en una composición de Agustín Lara. Carlos Fuentes quien en su novelística
también toco temas musicales. Apuntamos “El instinto de Inés”, o su novela “Zona
Sagrada” sobre la actriz María Félix y
sus ambientes de farándula y música. (10).
Alejo Carpentier: un concierto barroco
(1904 – 1980)
Como es sabido
Carpentier fue el creador del termino Real Maravilloso, pero también fue
pionero en llevar la música a Prima Donna
en sus novelas. ¡Écue-Yamba-O! (1933) Carpenter tuvo influencia
del surrealismo, mismo que fusiono con su concepto de lo real maravilloso, en
ese ambiente mítico y autóctono de la música de los afro descendientes. Ese
crisol de sonidos y estilos arquitectónicos con que se construye una catedral o
una novela, pero que también de ritmos musicales contagiosos que encienden una
vela o la apagan. Entre sus novelas destacan, ¡Écue-Yamba-O!, Alabado
sea el Señor (1933) sobre el folclore y mitología afrocubanos El reino de este
mundo (1949) Los pasos perdidos (1953). El acoso (1956). El siglo de las luces
(1962). Concierto barroco (1974). El recurso del método (1974). La consagración
de la primavera (1978). El arpa y la sombra (1979).
Un día, afirmo,
“Preguntado por su ocupación
preferida, contestaba: Escuchar buena música, que puede ser la de Beethoven,
pero también puede ser la magnífica de los Pink Floyds (54). y sobre el estado
presente de su espíritu: Escuchaba, de veras, todo
tipo de música. Reconocía que amaba tanto a Monteverdi, a Bach, a Schuman
("¡prodigioso inventor!"), como a Schönberg, Alban Berg o Stravinsky;
pero que no por eso dejaba de admirar a los grandes músicos contemporáneos para
él ("Berio, Nono, Xenakis, por ejemplo, aunque tan distintos unos de
otros"); como tampoco olvidaba a Duke Ellington o Gershwin en su The man I
love, por ejemplo.”(11)
En Concierto Barroco
confluyen el mundo prehispánico y la cultura musical europea. Lo mismo aparece
Moctezuma que Vivaldi. Une el mundo criollo de los potentados mexicanos con la
alta cultura europea. Une el siglo XVIII, en un parón de silencio musical,
seguido de una fuga en que se unen la identidad musical de los batientes
tambores africanos con la mente barroca de los músicos europeos. Para terminar con una opera sobre Moctezuma y
una apoteosis de jazz. Juego del tiempo, preocupación de Carpentier, porque si hay algo en la música además de la armonía
y los ritmos es el sentido de los tiempos.
En
Los pasos perdidos aborda la temática
de un joven músico latinoamericano que vive en EE, UU y acepta un viaje de
investigación sobre instrumentos de la música autóctona en Sudamérica. Una
especie de búsqueda del santo grial musical, pero por defecto de la naturaleza
humana, termina en un callejón sin salida.
(12) En “El reino de este mundo”, novela sobre la revolución haitiana, improvisa
introduciendo partes en creole, logrando un efecto musical. Quizá el merito
mayor de Alejo Carpentier, además de lo Maravilloso Real, es que abrió las puertas a una avenida musical, sin perder de
vista el tráfico de la avenida: entorno humano y existencial de las realidades reivindicadas.
Concierto Barroco (extracto)
“Como si las muchachas no tuviesen
otra personalidad, cobrando vida en sonido, las señalaba con el dedo:
“Clavicémbalo”... “Viola da brazzo”... “Clarino”... “Oboe”... “Basso di
gamba”... “Flauto”... “Organo di legno”... “Regale”... “Violino alla
francese”... “Tromba marina”... “Trombone”... Se colocaron los atriles, se
instaló el sajón, magistralmente, ante el teclado del órgano, probó el
napolitano las voces de un clavicémbalo, subió el Maestro al “podium”, agarró
un violín, alzó el arco, y, con dos gestos enérgicos, desencadenó el más
tremendo “concerto grosso” que pudieron haber escuchado los siglos —aunque los
siglos no recordaron nada, y es lástima porque aquello era tan digno de oírse
como de verse... Prendido el frenético “allegro” de las setenta mujeres que se
sabían sus partes de memoria, de tanto haberlas ensayado, Antonio Vivaldi
arremetió en la sinfonía con fabuloso ímpetu, en juego concertante, mientras
Doménico Scarlatti —pues era él— se largó a hacer vertiginosas escalas en el
clavicémbalo, en tanto que Jorge Federico Haendel se entregaba a deslumbrantes
variaciones que atropellaban todas las normas del bajo continuo.—“¡Dale, sajón
del carajo!” —gritaba Antonio.—“¡Ahora vas a ver, fraile putañero!” —respondía
el otro, entregado a su prodigiosa inventiva, en tanto que Antonio, sin dejar
de mirar las manos de Doménico, que se le dispersaban en arpegios y floreos,
descolgaba arcadas de lo alto, como sacándolas del aire con brío gitano,
mordiendo las cuerdas, retozando en octavas y dobles notas, con el infernal
virtuosismo que le conocían sus discípulas. Y parecía que el movimiento hubiese
llegado a su colmo, cuando Jorge Federico, soltando de pronto los grandes
registros del órgano, sacó los juegos de fondo, las mutaciones, el “plenum”,
con tal acometida en los tubos de clarines, trompetas y bombardas, que allí
empezaron a sonar las llamadas del Juicio Final.—“¡El sajón nos está jodiendo a
todos!” —gritó Antonio, exasperando el “fortíssimo”. — “A mí ni se me oye”
—gritó Doménico, arreciando en acordes. Pero, entre tanto, Filomeno había
corrido a las cocinas, trayendo una batería de calderos de cobre, de todos
tamaños, a los que empezó a golpear con cucharas, espumaderas, batidoras,
rollos de amasar, tizones, palos de plumeros, con tales ocurrencias de ritmos,
de síncopas, de acentos encontrados, que, por espacio de treinta y dos compases
lo dejaron solo para que improvisara.—“¡Magnífico! ¡Magnífico!” —gritaba Jorge
Federico. — “¡Magnífico! ¡Magnífico! —gritaba Doménico, dando entusiasmados
codazos al teclado del clavicémbalo. Compás 28. Compás 29. Compás 30. Compás
31. Compás 32. — “¡Ahora!” —aulló Antonio Vivaldi, y todo el mundo arrancó
sobre el “Da capo”, con tremebundo impulso, sacando el alma a los violines,
oboes, trombones, regales, organillos de palo, violas de gamba, y a cuanto
pudiese resonar en la nave, cuyas cristalerías vibraban, en lo alto, como
estremecidas por un escándalo del cielo”. pp.20-21.
Guillermo Cabrera Infante: un son caribeño
(1929 – 2005)
Guillermo Cabrera Infante, a través de una prosa melodiosa agregó el
ritmo afro caribeño a sus novelas. Fue un estudioso de la música cubana,
critico musical y de cine, guionista. Se hizo ciudadano británico, Premio Cervantes 1997. Novela Tres tristes tigres, 1967. La Habana para un infante difunto,
1979. La ninfa inconstante, 2008 (publicación póstuma). Y también Ella cantaba boleros, y Delito por bailar el chachachá, 1995. De su
oficio como escritor, G.C.Infante comentaba: "Yo escribo con el oído más que con la vista. Lo
que me preocupa de una frase es que suene bien". Juegos de palabras que
suenan, pero que también cuentan con el sentido del humor. "El humor es
muy importante en la psicología cubana. Se burla de las cosas más serias y es
lo mejor del carácter cubano". (13) G.C.Infante, al respecto de su
modo cubano, llego afirmar: “No me miro
(en el espejo) para ver si estoy bien o mal, sino solamente para saber si soy.
Si sigo ahí. No sea que haya otra persona metida dentro de mi piel”. Y
también en relación a la música: “Donde
empieza la música tienen que morir las palabras”
Tres tristes tigres
La novela se desarrolla en una habana que según narro
después Cabrera infante, el temió que iba a desaparecer, y que no podía dejarla
irse sin plasmar un retrato de esa habanera, de calles, clubes nocturnos, bohemia
tropical. Es una novela en que abundan
las alusiones musicales y repertorio del cancionero cubano. Y que se adorna con giros lingüísticos propios
de los cubanos. “El libro esta escrito en cubano” dice Cabrera Infante en el prologo. Sus protagonistas son
tres personajes que en sus andanzas noctambulas recorren la vida nocturna de la
Habana. Novela de ruptura; pero a largo
plazo, los boleros y la música cubana hubieran sobrevivido, con y sin Cabrera Infante.
Su merito es haber congelado el tiempo y tomar una fotografía, que sabia que si
no lo hacia se perdería. Música cubana, palabrería cubana e imágenes de la ciudadela,
en un portal novelístico, que congelo el
tiempo. Retrato una historia humana y musical en pinceladas de lenguaje y lucida
música narrativa: llena de humor y oralidad. Esa habana a la que también
Zoe Valdés le canta:
Habanidad de habanidades, todo es habanidad...
Dos desmadres tengo yo, la ciudad y la noche. Recordar es abrir esa caja
de Pandora
de la que salen todos los
dolores, todos los olores y esa música nocturna... (14).
Ella cantaba boleros
Es un libro que contiene dos
relatos, uno de los es el que da nombre al libro. “Ella cantaba boleros”,
sacado del capitulo final de su novela “La habana para un infante difunto”,
titulo que evoca una conocida composición musical de Ravel. El otro relato lo
saco de un fragmento de su novela, “Tres tristes tigres”. En este libro Cabrera infante narra y describe la vida nocturna y musical de la Habana de
los años 50s. Publico ese libro, porque
tanto Mario Vargas Llosa, como Julián Marías
se lo había recomendado mucho tiempo atrás. Separar esos textos de las novelas
ya publicadas y presentarlo como textos autónomos, de este libro el propio G.C.Infante,
dijo que era “literatura bailable”
Ella cantaba boleros (Extracto)
“Yo conocí a la
Estrella cuando se llamaba Estrella Rodríguez y no era famosa y nadie pensaba
que se iba a morir y ninguno de los que la conocían la iba a llorar si se
moría. Yo soy fotógrafo y mi trabajo por esa época era de tiraplanchas de los
cantantes y la gente de la farándula y la vida nocturna, y yo andaba siempre
por los cabarets y nite-clubs y eso, haciendo fotografías. Me pasaba toda la
noche en eso, toda la noche y toda la madrugada y también toda la mañana. A
veces no tenía nada qué hacer, había terminado mi guardia en el periódico y, a
las tres o a las cuatro de la mañana, me iba para El Sierra o para Las Vegas o
al Nacional y, por ahí, a conversar con un animador amigo mío o a mirar a las
coristas o a oír las cantantes y a envenenarme con el humo y el olor rancio del
aire acondicionado y la bebida. Así que así era yo y no había quien me
cambiara, porque pasaba el tiempo y me ponía viejo y los días pasaban y se
convertían en fecha y los años se convertían en efemérides y yo seguía así,
quedándome con las noches, metiéndolas en un vaso con hielo o en un negativo o
en el recuerdo”.
El delito de bailar cha cha
cha
Libro de cuentos en que reúne tres narraciones, pero
que semejan un tríptico pictórico, todos los cuentos narrados en la habana. Dos
de ellos ya publicados en otros libros. Donde Cabrera Infante vuelve a su alter
ego; la música y la Habana. De este
libro G.C. Infante, dijo que era un “Libro Bailable” El libro tiene tres cuentos: “En el gran ecbó”; “Una mujer que se ahoga”
y “Delito por bailar el chachachá”; y un Epílogo. (15)
Julio Cortázar: la improvisación del jazz
(1914-1984)
Julio Florencio Cortázar, fue un escritor, traductor e
intelectual argentino. El merito de Cortázar no es disponer como aporte de
música de fondo para su cuento “El Perseguidor” o capítulos de Rayuela, sino haber encontrado
una manera inteligente de verter la improvisación del jazz en su prosa, y haber
hecho una ruptura con la novela y el cuento tradicional de la época.
Cuenta
Cortázar como llego a la música o la música lo
encontró: “En Buenos Aires a la edad de
diez años, más o menos, en 1924. Yo no podía entender las palabras, pero
alguien cantaba en inglés y era algo mágico para mí. Tendría catorce años
cuando oí a Jelly Roll Morton y luego a Red Nichols. Pero al oír al Louis
Amstrong, noté la diferencia». Así explicaba Julio Cortázar a Hermenegildo
Sabat, en 1978, cómo la música había llegado a su vida, y cómo el jazz -«un
producto poético» para el escritor- se instaló en ella e influyó en su obra
literaria. «El jazz me enseñó cierta sensibilidad del “swing”, de ritmo en mi
estilo de escribir. Para mí las frases tienen un “swing” como lo tienen los
finales de mis cuentos...», confesaba a Evelyn Picon Garfield en una entrevista. (16)
El perseguidor (cuento)
El perseguidor (cuento)
Charlie Parker
El cuento esta basado en una línea ficcional del
saxofonista tenor Charlie Parker, (1920- 1955), a quien también llamaban Bird, fue uno de los creadores del bebop, entre otros, junto a Dizzy Gillespie, y Thelonious Monk. Estilo
musical de jazz que sustituyo el estilo Swing y precedió el Cool Jazz. Parker es considerado como
uno de los grandes revolucionarios del jazz, al lado de Louis Armstrong, Duke
Ellington, John Coltrane y Miles Davis
Cortázar comentando la muerte de Parker y de la
creación de su cuento “El perseguidor”, dijo «Cuando dejé la Argentina y vine a París, en 1951, sabía poco o nada
sobre él [Charlie Parker]. Un día, leyendo un número de la revista francesa
“Jazz Hot”, supe de su muerte y de su biografía, me encontré con un hombre
angustiado a lo largo de su vida, no solamente por problemas materiales -como
el de la droga- sino por lo que yo, de alguna manera había sentido en su
música: un deseo de romper las barreras como si buscara otra cosa, pasar al
“otro lado”: y me dije “éste, él es mi personaje” (17)
El Perseguidor, es considerado uno de los cuentos mejor
escritos sobre el jazz, interviene Charlie Parker y el critico Bruno. De una u
otra manera, Charlie Carter encarna a
Parker, en algunos momentos es él y en otros deja de ser Parker. El personaje
sirve para reflexionar sobre música, jazz, y un tema común al jazz y la vida: el
tiempo. Aquí confluyen el tiempo musical y el tiempo real del
personaje. Hay confluencias en las líneas de los personajes, el real y el facticio.
Dos hechos destacan en este cuento, de paralelismos entre la ficción y la
realidad. En ese dueto de sombras de Parker y Carter. La primera, hay en el jazz, “algo mas”, algo que esta del “otro lado”. Esa frontera movediza, es
uno de los temas recurrentes de Cortázar no solo en “El perseguidor” sino en
muchos de sus cuentos. En el cuento ambos personajes, el real y el de
ficción, perciben ese “algo mas” perciben ese otro
lado, que esta ahí nomas, pero que esta tan lejos; aunque no lo entiendan totalmente.
Al respecto John Wilson, critico del Jazz, comenta: “El estilo de Parker –una mezcla de
arrancadas y paradas aparentemente erráticas, y de furiosas zambullidas en
largos y desbordados pasajes-era la culminación de una marcha que había realizado instintivamente. El
sabia, y cierta vez lo dijo, que “debía haber algo mas. Yo podía oírlo algunas
veces pero no podía reproducirlo”. Una fría noche de diciembre de 1939 en que
se encontraba tocando con desgano en un
pequeño restaurante de Harlem,
acompañado por un guitarrista de nombre Biddy Fleet, lo arrebato una ráfaga
apocalíptica y se encontró de repente
tocando ese “algo mas “que solía escuchar” (18) Ese otro lado, que parece ser tema recurrente en varios de los
cuentos de Cortázar, y que en El Perseguidor hace decir a Johnny Carter: “Bruno toda mi vida he buscado en mi música
que esa puerta se abriera al fin”. Pp.176
La segunda, es en relación al “tiempo”,
en “El perseguidor” hay muchas reflexiones de Johnny Carter sobre el tiempo.
Sin embargo hay que hacer la distinción; entre el tiempo real del personaje y
el tiempo musical del personaje, es decir el tiempo que todo jazzista lleva o no
lleva como un metrónomo en su forma de ejecutar la música. James Lincoln Collier, brinda un acertado
comentario sobre el “tiempo” en el jazz, que explica bajo otras formas la
ficción de Cortázar en su personaje Johnny Carter. Dice Lincoln Collins “Pero, lo
que es mas importante, el músico de jazz debe escuchar lo que esta a punto de
escuchar, para tener así oportunidad de juzgar sus meritos estéticos” (19) Luego continua “ El jazz es una cierta manera de hacer
sonar dos ritmos a la vez. “Anticipar”, (20)
Básicamente, el jazz, como música que por su
naturaleza esta basada en la improvisación, y exige del músico, ir adelante,
estar un paso más allá en el tiempo. Es decir el músico al ejecutar su
improvisación debe leer lo que todavía no ha ejecutado musicalmente, pero ya en
el escenario. Ahí no hay prueba y ensayo. Esa capacidad del músico de jazz de
ir un paso adelante en el tiempo,
requiere gran talento, porque no solo es ir tocando algo improvisado sino tocar
algo con talento. En el perseguidor, Johnny Carter siempre va 15 minutos por
adelantado, en el que se mezclan el tiempo real y el tiempo musical. Abundan
las frases sobre ese tema: “Esto ya lo
toque mañana” “La música me sacaba
del tiempo, aunque no es mas que una manera de decirlo. Si quieres saber lo que
realmente siento, yo creo que la música me metía en el tiempo”pp109
“Y justamente en ese momento, cuando Johnny estaba como perdido en su
alegría, de golpe dejo de tocar y como soltándole un puñetazo a no se quien dijo: “Esto lo estoy tocando
mañana”, y los muchachos se quedaron cortados, apenas dos o tres siguieron
algunos compases, como un tren que tarda en frenar, y Johnny se golpeaba la
frente y repetía “Esto ya lo toque mañana, es horrible. Miles esto ya lo toque
mañana”, y no lo podían hacer salir de eso” pp106
“Bruno, cada vez me doy
mejor cuenta de que el tiempo…Yo creo que la música ayuda siempre a comprender
mejor un poco este asunto…Bueno, no a comprender porque la verdad que no
comprendo nada .Lo único que hago es darme cuenta de que hay algo”pp107
“La música me sacaba del tiempo,
aunque no es mas que una manera de decirlo. Si quieres saber lo que realmente siento,
yo creo que la música me metía en el tiempo”pp109
“Soy un crítico de jazz lo
bastante sensible como para comprender mis limitaciones, y me doy cuenta de que
lo que estoy pensando está por debajo del plano donde el pobre Johnny trata de
avanzar con sus frases truncadas, sus suspiros, sus súbitas rabias y sus
llantos. A él le importa un bledo que yo lo crea genial, y nunca se ha
envanecido de que su música esté mucho más allá de la que tocan sus compañeros.
Pienso melancólicamente que él está al principio de su saxo mientras yo vivo
obligado a conformarme con el final. Él es la boca y yo la oreja, por no decir
que él es la boca y yo... Todo crítico, ay, es el triste final de algo que
empezó como sabor, como delicia de morder y mascar. Y la boca se mueve otra
vez, golosamente la gran lengua de Johnny recoge un chorrito de saliva de los
labios. Las manos hacen un dibujo en el aire”. pp110
“Yo me di cuenta cuando
empecé a tocar que entraba en un ascensor, pero era un ascensor de tiempo, si
te lo puedo decir así”.
—Esto del tiempo es complicado, me
agarra por todos lados. Me empiezo a dar cuenta poco a poco de que el tiempo no
es como una bolsa que se rellena. Quiero decir que aunque cambie el relleno, en
la bolsa no cabe más que una cantidad y se acabó. ¿Ves mi valija, Bruno? Caben
dos trajes, y dos pares de zapatos. Bueno, ahora imagínate que la vacías y
después vas a poner de nuevo los dos trajes y los dos pares de zapatos, y
entonces te das cuenta de que solamente caben un traje y un par de zapatos. Pero
lo mejor no es eso. Lo mejor es cuando te das cuenta de que puedes meter una
tienda entera en la valija, cientos y cientos de trajes, como yo meto la música
en el tiempo cuando estoy tocando, a veces. La música y lo que pienso cuando
viajo en el métro.pp.111-112
“—Bruno~si yo pudiera
solamente vivir como en esos momentos, o como cuando estoy tocando y también el
tiempo cambia... Te das cuenta de lo que podría pasar en un minuto y medio...
Entonces un hombre, no solamente yo sino ésa y tú y todos los muchachos,
podrían vivir cientos de años, si encontráramos la manera podríamos vivir mil
veces más de lo que estamos viviendo por culpa de los relojes, de esa manía de
minutos y de pasado mañana...”pp117-118
Ahora se que no es así,
que Johnny persigue en vez de ser el
perseguido, que todo lo que le esta ocurriendo
en la vida son azares del cazador y no del animal acosado” pp.151
Rayuela
Rayuela es la novela mas emblemática de Cortázar, y en
la que más se acerca a la escritura musical del jazz. Esa improvisación que
también el trasmuto en su novela y que se puede leer aleatoriamente. Aquí
presentamos un extracto del capitulo 17, pero es sabido que hay múltiples
alusiones al jazz y a la música a lo
largo de toda la novela. En fin el Circulo de la Serpiente, cofradía de tipos
raros y estrambóticos, que tenia esa
afición por la conversación y reunirse por las noches a escuchar jazz. También
el capitulo 23 nos narra la obra de la
pianista Berthe Trepat. Algunos críticos han sugerido que la música y el jazz,
potenciaron y modularon su prosa y temática. Pero Cortázar amaba el jazz porque
“era una música que permitía todas las
imaginaciones”. ¿Se puede trasladar esto a la literatura? La respuesta es sí y
Rayuela es el mejor ejemplo de esto. No sólo está llena de imágenes y sonidos
del jazz, sino que es en sí una impresionante jam session en solitario, un
batido de free jazz plasmado en palabras, donde el argumento es sólo un
pretexto para improvisar, para ir re-creando, cambiando de escala según viene
al caso, insertando notas disonantes si le apetece”. (21)
Rayuela
Capitulo 17, (extracto)
“Los arrepentimientos y las
abjuraciones, la predilección por los pequeños conjuntos, las misteriosas
grabaciones con seudónimos y denominaciones impuestas por marcas de discos y
caprichos del momento, y toda esa
francmasonería de sábado por la noche en la pieza del estudiante o en el sótano
de la peña, con muchachas que prefieren bailar mientras escuchan Star Dusto
When your man is going to put you down, y huelen despacio y dulcemente a
perfume y a piel y a calor, se dejan besar cuando es tarde y alguien ha puesto
The blues with a feeling y casi no se baila, solamente se está de pie,
balanceándose, y todo es turbio y sucio y canalla y cada hombre quisiera
arrancar esos corpiños tibios mientras las manos acarician una espalda y las
muchachas tienen la boca entreabierta y se van dando al miedo delicioso y a la
noche, entonces sube una trompeta poseyéndolas por todos los hombres,
tomándolas con una sola frase caliente que las deja caer como una planta
cortada entre los brazos de los compañeros, y hay una inmóvil carrera, un salto
al aire de la noche, sobre la ciudad, hasta que un piano minucioso las devuelve
a sí mismas, exhaustas y reconciliadas y todavía vírgenes hasta el sábado
siguiente, todo eso en una música que espanta a los cogotes de platea, a los
que creen que nada es de verdad si no hay programas impresos y acomodadores, y
así va el mundo y el jazz es como un pájaro que migra o emigra o inmigra o
transmigra, saltabarreras, burlaaduanas, algo que corre y se difunde y esta
noche en Viena está cantando Ella Fitzgerald mientras en París Kenny Clarke
inaugura una cave y en Perpignan brincan los dedos de Oscar Peterson, y Satchmo
por todas partes con el don de ubicuidad que le ha prestado el Señor, en
Birmingham, en Varsovia, en Milán, en Buenos Aires, en Ginebra, en el mundo
entero, es inevitable, es la lluvia y el pan y la sal, algo absolutamente
indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y
al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma
arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y
rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego central olvidado, torpe y
mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá
había otros caminos y que el que tomaron no era el único y no era el mejor, o
que quizás había otros caminos, y que el que tomaron era el mejor, pero que
quizá había otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron
a medias, y que un hombre es siempre más que un hombre y siempre menos que un
hombre, más que un hombre porque encierra eso que el jazz alude y soslaya y
hasta anticipa, y menos que un hombre porque de esa libertad ha hecho un juego
estético o moral, un tablero de ajedrez donde se reserva ser el alfil o el
caballo, una definición de libertad que se enseña en las escuelas, precisamente
en las escuelas donde jamás se ha enseñado y jamás se enseñará a los niños el
primer compás de un ragtime y la primera frase de un blues, etcétera, etcétera”.pp.100-102
Bibliografía de textos
Extracto de Concierto Barroco, Librodot.com, http://www.librodot.com pp.20-21. Extracto deEllacantababoleros, http://www.sisabianovenia.com/LoLeido/Ficcion/CabreraEllacantaba.html
Cuento El perseguidor Las armas secretas. Punto
de lectura, 2001, pp101-184, Rayuela extracto
Cap.17, Cortázar, Julio, Rayuela Punto de lectura, pp100-102, 2004
Notas bibliográficas
1. Monika Przystalska. Escritores hispanoamericanos y
la música Revista del CESLA No 5. (PDF). pp152
2. Monika Przystalska. Op.cit, pp. 152
3. Monika Przystalska, Op.cit, pp.153
4. Luis Figuera. La música latinoamericana y su influencia en la literatura. Blog Nalgas
y música.
5. Op.cit. Luis Figuera,”En
esas músicas, guaracha, bolero, tango, ranchera, merengue – parece radicar el
posible elemento de cohesión para nuestros países dispares y dispersos por sus
respectivas aventuras históricas”. Vicente Francisco Torres, asegura: “La
canción popular deviene en religión para el latinoamericano, en donde el altar
es el aparato de sonido”
6. Mónika Przystalska, en un lucido y meticuloso
estudio ya citado aborda esta temática y se plantea: “si la novela musicalizada
es solo algo de acá y no de allá; o es la cuestión de la investigación.
Resulta, pues, que el universo músico-literario hispanoamericano ya existe y
muy extenso, y es solo por descubrir, investigar y analizar. Y este universo atañe
no solamente a la novela, sino a toda la creación literaria que es el resultado
del pensamiento músico-literario, del pensamiento sobre la música de los
literatos” Monika Przystalska. Op.cit, pp149
7. Educarchile. La música de Neruda en el siglo XX.
8. Entre otros blog y sitios web, principalmente, María
Eugenia Moscoso de Córdova, La Rocola musical, Books Google. Pp58-59 y también Monika Przystalska, Op cit, pp.152,
Luis Figuera Op.cit.
9. Adriana Góchez, Autores cruzaron
las barreras de la música y la literatura, La razón 23 de mayo de 2015
10. Sobre Carlos Fuentes y la música “el referente sonoro sensorial toma cuerpo en
los personajes de sus novelas. Literatura que capta las cualidades atemporales
y lúdicas del territorio auditivo. Su narrativa contiene curvas agógicas de
intensidad expresiva que provocan en el lector una sensación de complejidad
rítmica. En “El Instinto de Inés,”
escrita al ritmo intenso de la ópera del compositor francés Héctor Berlioz, “La
Condenación de Fausto,” cuenta dos historias paralelas que nos sumergen en el
sueño de los tiempos, donde los amores imposibles de un director de orquesta y
una cantante de ópera se entrecruzan” Afirma: “El amor es como la ópera:
hermoso, extraño, doloroso, convulsivo, salvaje.” En esta novela, la música se
desarrolla a partir de ese grito inicial y envuelve a toda la narrativa basada
en la leyenda mítica de Fausto. La cultura musical de Fuentes siempre vasta,
comentaba: “Berlioz es el músico de mediados del siglo XIX que más se anticipa
a su tiempo. Se anticipa a Stravinsky, a Weber, a toda la música de la gran
disonancia moderna” Federico Álvarez del Toro, Carlos Fuentes y la música,
Proceso, 16 mayo, 2012
11. Monika Przystalska. Op.cit pp.162
12. Sobre Los pasos perdidos, ver: Daniel Pezzella, Significación
de la música en Los pasos perdidos, de Alejo Carpentier, Facultad de Ciencias
Sociales UNLZ (PDF)
13. Fietta Jarque, Cabrera Infante recupera el "fulgor de
La Habana" en 'Ella cantaba boleros. Cultura El País, Madrid 7 JUN 1996
14. Monika Przystalska. Op.cit, pp151
15. “Como ha
quedado demostrado, el vínculo de la obra de este autor con las manifestaciones
de la cultura popular es tan sólido como el evidenciado en el variado registro de
lecturas, que presentan los intertextos de sus novelas, con la cultura alta,
tanto literaria como musical o pictórica. La música popular de Cuba hecha con
ritmos sincopados, sobre la base de repeticiones, le sirve como principio
constructivo del libro. De ahí que el autor aclare que la obra puede llevar la
etiqueta de "minimalista", característica del arte de este tiempo,
pero asimilada al minimalismo musical: "esa música repetitiva a la que da
sentido (perono dirección) su infinita repetición que es una fascinación. Este
minimalismo es musicalmente un ostinato " (p. 9). Sarmiento, Alicia
Inés (2001) "Delito por bailar el chachachá, de G. Cabrera Infante: música
y ficción: ". En: Cuadernos del CILHA. Revista del Centro
Interdisciplinario de Literatura Hispanoamericana, Año 2, no. 2-3, p. 161-210, pp.163
(PDF)
16. Susana Gaviña, El swing de julio Cortázar ABC, 15 11 2013
17. op.cit. Susana Gaviña,
18. John S. Wilson, Historia del jazz, pp.45-46.
19. James Lincoln Collier. Jazz. La canción tema de Estados Unidos. Editorial Diana, 1995, pp.54
20.
Op.cit James Lincoln Collier, pp.54. Sobre el mismo tema el tiempo en el jazz y
el ritmo, “empezar un poco antes que la
marca del tiempo”. Citando a Virgil Thompson pp.74 “los ritmos se desarrollaban en torno al
tiempo” “diversamente
suspendidos en torno al tiempo” y a Wilder
Hobson “un elemento importante del swing,
es la colocación de las notas de la melodía
hasta cierto punto fuera del tiempo a fin de crear tensión entre el ritmo
establecido y la línea de improvisación”pp74
James Lincoln Collier. Jazz. La canción tema de Estados Unidos. Editorial Diana, 2001
21. Félix
Amador, JULIO CORTÁZAR Y EL JAZZ.O la improvisación en la literatura. Pagina
Web: Jazz, ese ruido.
Crédito de imágenes por orden de aparición
Pintura Quinteto, 1927. Emilio
Pettoruti, pintor argentino,
Foto Alejo Carpentier,
From Wikipedia, the free encyclopedia
Foto de Guillermo Cabrera Infante,
La voz digital.es
Foto julio Cortázar Confabularlo El Universal, foto tomada del libro “CORTÁZAR DE LA A a LA Z” (ALFAGUARA, 2013)
Foto Charlie Parker,
World Musical Network
Pintura Musical Jazz, Debra Hurd,
pintora norteamericana,
Pintura Las tres gracias de la música, Nora Borges, pintora argentina