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7 poemas de Dylan Thomas. Post plaza de las palabras





Dylan Thomas, (1914-1953) poeta británico, nacido en Gales. Considerado unos de los más destacados poetas de su tiempo, fue también guionista cinematográfico y de radio, dramaturgo, declamador, periodista. Su poesía adscrito al movimiento nueva apocalipsis, aunque su poesía no recurre mucho a la metáforas, si está llena de símbolos y rica imaginería, con escaramuzas vanguardistas y  con prestamos del  lenguaje de su natal Gales.  Sus principales obras. 18 poemas (1934), 25 poemas (1936). El mundo que respira (1939), Mapa del amor (1939) Defunción y nacimiento, (1946) su poemario mas bello y conocido. Y dos obras en prosa  Retrato del artista cachorro (1940)  y Bajo el bosque lácteo., publicada póstumamente en 1954. Ambas obras  lirico narrativo.

Sobre la obra de Dylan Thomas, una de sus estudiosas, ELIZABETH AZCONA CRANWELL, afirma: «Las circunstancias espectaculares y la leyenda tejida en torno a Dylan Thomas, esa figura excéntrica que paseaba su angustia y sus borracheras por los bares del Greenwich Village y por otra parte, el luminoso opuesto del adolescente perseguidor de pájaros que se extasiaba en la contemplación del mar y las colinas de Swansea, han mediado, especialmente en el público de América, en la valoración de su obra. Con Dylan Thomas ocurre un  fenómeno curioso: todo el mundo habla de él, muchos han leído sus páginas en prosa Retrato del artista cachorro y Con distinta piel, también se ha visto representada su pieza teatral Bajo el bosque de leche, obra valiosa por su sentido del humor altamente poético, pero muy pocos conocen a fondo su poesía, lugar donde el lenguaje de Dylan Thomas alcanza su revelación más poderosa. » (1)


Selección de poemas por Plaza de las palabras




LA FUERZA QUE POR EL VERDE TALLO IMPULSA A LA FLOR

La fuerza que por el verde tallo impulsa a la flor
impulsa mis verdes años; la que marchita la raíz del árbol
es la que me destruye.
Y yo estoy mudo para decirle a la encorvada rosa
que la misma fiebre invernal dobla mi juventud.
La fuerza que impulsa el agua entre las rocas
impulsa mi roja sangre; la que seca los arroyos parlantes
vuelve cera los míos.
Y yo estoy mudo para contarle a mis venas
cómo la misma boca bebe del manantial de la montaña.
La mano que arremolina el agua del estanque
remueve las arenas; la que amarra las ráfagas del viento
iza mi vela de sudario.
Y yo estoy mudo para decirle al ahorcado
que el barro del verdugo está hecho de mi arcilla.
Los labios del tiempo sorben del manantial;
el amor gotea y se acumula, mas la sangre vertida
calmará sus pesares.
Y yo estoy mudo para decirle al viento en la intemperie
cómo ha trazado el tiempo un cielo entre los astros.
Y yo estoy mudo para decirle a la tumba de la amada
que en mi sábana avanza encorvado el mismo gusano.







MI HÉROE DESNUDA SUS NERVIOS
Mi héroe desnuda sus nervios a lo largo de mi cintura
que rige de la cintura hasta los hombros,
desenvuelve la cabeza que, como un fantasma soñoliento,
se apoya en mi mortal regidor,
el espinazo altivo que desprecia los giros y torsiones.
Y estos pobres nervios tan atados al cráneo
duelen sobre el papel abandonado por su amante
yo me abrazo al amor con mi garabateo revoltoso
que gime todo el hambre de amor
y le cuenta a la página su vacío infortunio.
Mi héroe desnuda mi costado y ve a su corazón
que marcha como Venus desnuda
por la playa de carne y enrosca su ensangrentado pliegue;
al despojar mis lomos de promesas
promete cierto calor secreto.
Él sostiene los cables de esta caja de nervios
alabando el error mortal
del nacimiento y de la muerte, esas dos tristes sotas de ladrones.
y el hambre es emperador; tira él de la cadena, la cisterna se agita.










SOBRE TODO CUANDO EL VIENTO DE OCTUBRE

Sobre todo cuando el viento de octubre
el pelo me castiga con sus dedos de escarcha,
preso en el sol exasperante, marcho ardiendo
y tiro hacia la tierra un cangrejo de sombra,
a la orilla del mar, cuando oigo el alboroto de los pájaros
y oigo la tos del cuervo en los bastones del invierno,
mi atareado corazón que mientras habla tiembla
vierte el silabeo de su sangre y agota sus palabras.
Encerrado también en una torre de palabras
trazo en el horizonte que anda como los árboles
las siluetas verbales de mujeres, y las filas de niños
con sus gestos de estrella sobre el parque.
Algunas me permiten crearte de las hayas colmadas de vocales,
otras de las voces del roble, o desde las raíces
de múltiples comarcas espinosas te cuentan sus memorias,
otras me permiten crearte con los sermones de las aguas.
Tras un tiesto de helechos, el reloj oscilante
pronuncia la palabra de la hora, el sentido del nervio,
vuela sobre el disco imantado, declama la mañana
y cuenta al huracán en la veleta.
Algunas me permiten crearte con los signos del prado;
la hierba señalera que me relata todo lo que sé
traspasa el ojo con el invierno lleno de gusanos.
Algunas me permiten contarte los pecados del cuervo.
Sobre todo cuando el viento de octubre
(algunas me permiten crearte de hechizos otoñales
la de lenguas de araña y la colina resonante de Gales)
castiga a la tierra con puños como nabos
algunas me permiten hacerte de las palabras sin corazón.
El corazón quedó agotado, balbuceando en los remolinos
de la química sangre, advertido de la furia que avanza.
A la orilla del mar oye a los pájaros sombreados de vocales.






Y LA MUERTE NO TENDRÁ DOMINIO

Y la muerte no tendrá dominio.
Los hombres desnudos han de ser uno solo
con el hombre en el viento y la luna poniente;
cuando sus huesos queden limpios y los limpios huesos se dispersen,
ellos tendrán estrellas en el codo y el pie;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar de nuevo surgirán,
aunque se pierdan los amantes, no se perderá el amor;
y la muerte no tendrá dominio.
Y la muerte no tendrá dominio.
Los que hace tiempo yacen
bajo los dédalos del mar no han de morir entre los vientos,
retorcidos de angustia cuando los nervios cedan,
atados a una rueda no serán destrozados;
la fe, en sus manos, ha de partirse en dos,
y habrán de traspasarles los males unicornes;
rotos todos los cabos, ellos no estallarán.
Y la muerte no tendrá dominio.
Y la muerte no tendrá dominio.
Ya las gaviotas no gritarán en los oídos
ni romperán las olas sonoras en las playas;
donde alentó una flor, otra flor tal vez nunca
levante su cabeza a los embates de la lluvia;
y aunque ellos estén locos y totalmente muertos
su cabezas martillearán en las margaritas;
irrumpirán al sol hasta que el sol sucumba,
y la muerte no tendrá dominio.








OH HAZME UNA MÁSCARA
Oh hazme una máscara y un muro que me oculte de tus espías
de esos agudos ojos esmaltados y de las garras ostentosas
de la rebeldía y la violación en los viveros de mi rostro,
una mordaza de árbol, en silencio golpeado para cubrirme de los desnudos enemigos
hazme una lengua de bayoneta en esta oración indefensa,
vuelve mi boca flagrante y que sea una trompeta de mentiras soplada dulcemente,
dame las facciones de un tonto moldeado en vieja armadura y roble
para escudar el cerebro brillante y confundir a los indagadores,
y un dolor viudo manchado de lágrimas caído de las pestañas
para velar la belladona y hacer que adviertan los ojos secos
que otros traicionan las quejumbrosas mentiras de sus pérdidas
con los pliegues de la boca desnuda y la risa solapada.






VISIÓN Y PLEGARIA

I
Quién
eres tú
tú que naces
en el cuarto vecino
tan patente en mi cuarto
que alcanzo a oí r el vientre
cuando se abre y la sombra que avanza
tras la pared delgada como un hueso de jilguero
en el cuarto sangrante del nacimiento oculto
para el incendio y el girar del tiempo
la huella del corazón humano
no venera el bautismo
sino la sola sombra
cuando bendice
a la salvaje
criatura.

Yo
d e b o
recostarme
quieto como piedra
contra el delgado muro
para oír el lamento de la madre
oculta y la sombría cabeza del dolor
que tira del mañana cual si fuera una espina
y los cantos que elevan las comadronas del milagro
hasta que el recién nacido tumultuoso
me queme con su nombre y su llama
y la pared alada se desgarre
por su corona abrasadora
y se lance la sombra
desde la espalda
hasta la luz
radiante.

Cuando
él quiebre
el hueso de jilguero
y l a prime r a u r o r a
c o n f u r i a d e t o r r e n t e
se eche a bullir sobre el reino que llega
el reino de aquel que deslumbra a los cielos
y de la maternal doncella a quien roció la sangre
la que lo echó a la luz con una llamarada entre su boca
y lo meció después como a una tempestad
he de correr perdido en el terror
y en el brillar del cuarto
alguna vez encapuchado
y en vano lloraré
en el caldero
d e s u
beso
en
el giro
d e l s o l
e n e l espumoso
c i c l ó n d e s u s a l a s
porque yo me perdí y estoy acá
llorando junto al trono del hombre
que diluvia en la furia primera del torrente
y l o s r e l ámp a g o s d e l a a d o r a c i ó n
me vuelven al oscuro silencio líquido y enlutado
porque yo me perdí, yo que ahora he venido
a l a l b e r g u e i n a u d i t o
e l q u e d e s c u b r e
y el mediodía pleno
de su herida
ciega mi
llanto.
Allí
desnudo
a g a z a p a d o
e n e l a l t a r
de su pecho encendido
en el fondo sin cárceles del mar
despertaré al llamado babélico del juicio
y ha de trepar la nube por el vaho de la tumba
y el polvo sometido izará con sus llamas
los velámenes de todas las semillas
oh espiral que sube de la urna
rapaz de la mañana
d e l h o m b r e
c u a n d o
la tierra
y
e l
mar nacido
alabaron al sol
Adán el ecuánime
Adán el que descubre
c a n t ó s o b r e e l o r i g e n
o h l a s a l a s d e l o s n i ñ o s
el vuelo hacia la herida de los jóvenes
ancianos que llegan de los desfiladeros del olvido
la marcha celestial de los que siempre caen
en la batalla; el acontecimiento
de los santos ante su visión
la casa rodante del mundo
y el dolor entero
abierto fluye
y y o
muero


II
En nombre de los perdidos que se glorian
en las llanuras por la carroña corrompidas
b a j o e l f ú n e b r e c a n t o
d e p á j a r o s v e n c i d o s
por la presión de los ahogados
y por la verde polvareda
pájaros que al espectro
llegado
desde
l a t i e r r a
padecen como el polen
sobre el negro plumaje
y e l p i c o d e b a r r o
rezo aunque en verdad no pertenezca
a e s a l l o r o s a c o f r a d í a
ya que en mí la alegría ha penetrado
hasta la médula más recóndita del corazón
que el que ahora aprende de la leche materna
l a l u n a y e l s o l p u e d a r e g r e s a r a n t e s
de que los labios se incendien y florezcan
al cuarto donde sangra el nacimiento
con muro de hueso de jilguero
y e n m u d e c e r
y e l vi ent r e
que alumbró
para
los hombres
aquella venerada
luz de la infancia
o la prisión deslumbradora
b o s t e c e a s u l l e g a d a .
En nombre de los perdidos disolutos
e n e l m o n t e s i n b a u t i z a r
desde el corazón de la oscuridad yo le rezo
Que él deje descansar a los muertos aunque giman
para que sus espinosas manos los levanten
hasta la reliquia de su herida terrena
y el jardín de la gota de sangre
tolere el sueño de la hostia
ciega como una piedra
en la profunda
y oscura
roca
y no despierte
a corazón alguno
pero rompa su hueso
en la cumbre del monte
sin que el sol lo reclame
y el polvo que golpea se arrastre
a la llanura madre de los ríos
bajo la noche que va cayendo para siempre
la noche que va cayendo para siempre es una estrella
conocida y un país frente a la muchedumbre
de durmientes cuyas lenguas yo pulso
para enlutar su diluviante luz
por los suelos y el mar
y hemos llegado
a saber todos
los lugares
caminos
laberintos
pasajes
comarcas y sepulcros
de la caída sin final
a h o r a l á z a r o c o m ú n
de las plegarias que trazan los durmientes
nunca te despiertes y te eches a andar
porque el país de la muerte es la medida del corazón
Y la estrella de los perdidos es la forma de los ojos
e n n o m b r e d e l o s h u é r f a n o s
en nombre de los que no han nacido
en nombre de los que rechazan
los instrumentos y las manos
de comadre que mueve la mañana
o h  en nombre
de nadie
ahora
y nadie
más tarde
ruego al sol carmesí
que hile una tumba gris
y el color de la arcilla
a s u m a r t i r i o f l u y a
en la tarde que ha sido interpretada
y en la conocida oscuridad de la tierra Amén
Vu e l v o l a e s q u i n a d e l a p l e g a r i a y a r d o
e n u n a b e n d i c i ó n d e l r e p e n t i n o s o l
e n n omb r e d e l o s c o n d e n a d o s
me v o l v e r í a o c o r r e r í a
a la escondida tierra
pero el sonoro sol
pur i f i c a
el cielo.
Alguien
me encuentra.
Oh dejadlo
que me abrase y me ahogue
dentro de su herida terrena.
Su relámpago contesta mi llanto
m i v o z a r d e e n s u m a n o
ahora estoy perdido en Aquel que enceguece.
Y al fin de la plegaria se oye el clamor del sol.



EL JOROBADO EN EL PARQUE

El jorobado en el parque
solitario señor
apuntalado entre los árboles y el agua
desde que el candado del jardín se abre
para que entren los árboles y el agua
hasta la lóbrega campana dominguera en el crepúsculo,
come el pan que ha traído en un diario
bebe el agua del jarro encadenado
que los niños llenaron de pedruscos
en el estanque donde hice navegar mi barco,
por la noche durmió en una perrera
pero sin que nadie le pusiera cadenas.
Como los pájaros del parque ha venido temprano
se sentó como el agua
y señor lo llamaban eh señor
los chiquillos bribones del lugar
que escapaban apenas los oía
hasta alejarse de su vista
más allá del lago y los rosales
riéndose cuando el otro agitaba su diario
encorvado en la burla
pasaban por el zoológico sonoro de la arboleda de los sauces
esquivando al cuidador del parque
con su palo de juntar las hojas.
Y el viejo perro aletargado
solitario entre las niñeras y los cisnes
mientras desde los sauces los chiquillos
hacían que los tigres saltaran de sus ojos
para rugir entre las piedras rocosas
y los bosques se azulaban de marineros
trabajó el día entero hasta la hora de cerrar
en una figura de mujer sin fallas
erguida como un joven olmo
alta y erguida surgió de sus huesos torcidos
para que de noche se pusiese de pie
tras los cerrojos y las cadenas
Toda la noche en el parque deshecho
tras los arbustos y las rejas
los pájaros el pasto los árboles el lago
y los niños inocentes como fresas
habían ido en pos del jorobado
hasta su perrera en las sombras.




Notas bibliográficas

1. Poemas completos Dylan Thomas. Notas e introducción ELIZABETH
AZCONA CRANWELL.

CREDITOS

Traducción de los poemas ELIZABETH AZCONA CRANWELL


Enlace
Poemas completos Dylan Thomas PDF





ILUSTRACIONES

Dylan Thomas, foto El Cultural  
Swansea, foto 
Estatua de Dylan Thomas, Swansea, 2006 Wikipedia
Temprano en el Tamesis, foto Will Brandt 
Jardín de Rosas, pintura, Munich
Senesia, pinturaPaul Klee 
Nueva Armonía, pintura Paul Klee
Dylan Thomas, foto, Zenda