Grandes pintores del siglo XX. Paul Klee: Los sonidos del color. 1/2.Post. Plaza de las palabras


Paisaje cristalino  Estilo: Arte Abstracto, Período: Bauhaus Género: pintura abstracta Media: acuarela, cartón Dimensiones: 42 x 33,3 cm, 1929

Plaza de las palabras en su sección Grandes pintores del siglo XX, presenta al pintor Paul Klee,  (Münchenbuchsee, Suiza; 18 de diciembre de 1879 - Muralto, Suiza; 29 de junio de 1940),  nacido en Suiza, de madre suiza y padre alemán, por lo que  termino tomando la nacionalidad alemana, pintor polifacético y como todos los vanguardistas con un itinerario que almacena varias tendencias pictóricas,  cuyo estilo varía entre el surrealismo, el expresionismo y la abstracción, y con una mirada tímida al fauvismo y al cubismo.  Pero cuyo corolario, sin importar  la tendencia fue su asociación fructífera y misteriosa con el poderío invencible del color. Paul Klee fue un pintor que llamo la atención y se gano, entre muchos otros,   la mirada atenta de artistas e intelectuales tan heterogéneos, como  Vassily Kandinsky, Antonin Artaud, Mauricio Marleau-Ponty, Walter Benjamín, Martin Heidegger, Erich Maria Rilke y Herman Hesse. Para esta entrada el post está dividido en dos secciones, la Primera parte, Paul Klee: Los sonidos del color, y la Segunda parte  Paul Klee: Los sonidos del color, selección de textos y comentarios. Anexo 15 ilustraciones,  en que se analizan con base a textos críticos algunos de los núcleos pictóricos más notables de la obras de Klee.     




PRIMERA PARTE

Paul Klee: Los sonidos del color

Mario A. Membreno Cedillo

« El arte no existe para reproducir lo visible,
sino para hacer visible, lo que esta mas allá del mundo.»
 Paul Klee 

«Yo y el color somos uno.»
Paul Klee

1. Paul Klee la iniciación musical

Para el arte, la  pintura, la música o la poesía parecen ser acompañante de ciertas mentes privilegiadas, pensemos en mentes ambidiestras (comprometidos que practicaros o llegaron a  conocer formalmente dos o mas  artes):  James Joyce, Herman Hesse, Erich Maria Rilke, Thomas Mann, Marcel Proust. Por su parte,  «Paul Klee nació en el seno de una familia de músicos. Su padre músico de profesión estudió canto, piano, órgano y violín en el Conservatorio de Stuttgart, donde conoció a su futura esposa, Ida Frick. Paul Klee desde niño fue desarrollando su talento musical. A la edad de 7 años, ya tomaba clases de violín y a los 11 participaba en presentaciones  musicales(1)

En sus primeros años, y al seguir los deseos de sus padres, Klee se enfocó en sus estudios musicales; pero a medida que crecía se decantaba más por las artes visuales, creía Klee que en el campo de la pintura podría encontrar mayor creatividad que en el campo de la música «No me pareció especialmente atractiva la idea de ir a la música de forma creativa en vista del declive en la historia de la música». (2) Como músico, prefería la música clásica tradicional de los siglos XVIII y XIX. Entre otros, J.S.Bach, Beethoven, Mozart, Brahms, Cesar Franck. Sin embargo, Klee antes de los veinte años se decidió por la pintura, una de sus primeras obras, —a los 17 años—, es un dibujo a tinta china de su habitación. Pero originalmente no aspiraba ser un pintor serio, lo que quería como adolescente  era  llegar a ser un gran dibujante de comic. Con el tiempo llegaría a ilustrar el Cándido de Voltaire. En toda su obra pictórica se podrán encontrar y apreciar las influencias temáticas y hasta teóricas de sus estudios musicales. Es sabido que solía solazarse tocando algo de música —tocar y no simplemente oir—,   y seguramente el instrumento que tocaba era el violín, y solo después pasaba ejercitar su arte pictórico.


Timbalero, Fundación Paul Klee, 1940


No obstante, tampoco es una novedad en un territorio  culturalmente rico, encontrar con cierta frecuencia, artistas volcados no solo a un arte, sino a varios géneros artísticos.

«Casi todos los pintores expresionistas son apasionados de la música y muchos de ellos tocan algún instrumento. Varias veces, a lo largo de sus carreras subrayan las afinidades entre sus creaciones y las composiciones musicales y afirman su deseo de utilizar los colores del mismo modo que los compositores se sirven de las notas. Su modelo por excelencia es la dodecafonía, el particular método compositivo establecido por Schonberg entre 1910 y 1911, en el Tratado de la armonía, y desarrollado por sus alumnos Berg y Webern.»  (3) 

No obstante, cabe apuntar la salvedad en la relación entre la música y  la pintura abstracta, el apunte de Michel Seuphor, en que cita fragmentos de un programa de una exposición realizada en Paris a finales de 1925, que reunió 87 pintores vanguardistas y una muestra de 241 obras. Expositores entre los cuales estuvo Paul Klee:

«Los músicos ya no anhelan sentirse obligados a imitar los sonidos de la naturaleza, en lugar de eso arreglan los sonidos inherentes a la música misma. El tipo de pintura mostrada aquí no concibe la pintura como un punto intermediario, entre la naturaleza y el observador. Mas que eso intenta actuar directamente sobre la sensibilidad, y por lo tanto en nuestra mente por virtud únicamente de las formas y colores. La fotografía por otra parte, es tal una intermediaria, así como es el mas viejo tipo de pintura. Sin embargo, una fuga de Bach, aunque el canto del ruiseñor el cual Beethoven imito en la Sinfonía  Pastoral, si lo es. Las pinturas presentadas aquí raramente son concebidas como una interpretación, pero más a menudo como arreglos cuyo efecto deriva desde su interna organización. ¿Cual es el proceso de esta nueva técnica? Librar el arte del peso de la realidad. La cual es esencialmente anti lirica. La humanidad necesita un escape de la realidad. Estos artistas comparten la concepción de la pintura de Poussin, cuyo último objetivo: Dar delectación. Sus pinturas son afines a los modernos  poemas-aunque su lenguaje es uno de formas y colores.-cuyo único objetivo, como el de la música moderna, es la expresión del lirismo, la realización del sueño. » (4) 

Pero sobre la temática pictórica de Klee seria injusto dejarla en algo meramente musical. En su riqueza cuantitativa fue un pintor prolifero, que llego a pintar, valiéndose del dibujo, acuarelas, oleos, grabados, más de 9000 obras. De ahí que su riqueza textual y transversal,  adelanta y explora también  otras temáticas que corren desde su serie de cuadros y dibujos de ángeles, se detiene en sus obras pictóricas con un contenido urbanístico: las ciudades. Prosigue con su irrenunciable tráfico con la naturaleza (animal y vegetal); hasta sus propuestas figurativas socio-culturales, o sus aproximaciones abstractas que tocan los lindes de una cosmogonía.   

2. Viaje desde el centro de la habitación

A Klee los viajes le sirvieron de aprendizaje y maduración de su arte pictórico. Su primer viaje mental fue aprender a tocar el violín, luego le seguirá el  descubrimiento de actitud y aptitud al dibujar su cuarto. Ese fue su segundo viaje, luego le sigue Viajo a Italia donde se familiarizo con el  arte de la antigüedad clásica, y seguramente también le impresionaron las altas obras del renacimiento. Prosigue su itinerario con la cabalgata en El  jinete azul, mas adelante emprende el viaje a Túnez, y finalmente se detiene en la estancia académica y artística de  Bauhaus,  y por que no aquel otro viaje imaginario en que el novelista Herman Hesse, incluye a Klee en una peregrinación hacia oriente. Curioso ensamblaje este, Klee suizo de nacimiento que se nacionaliza alemán y Hesse alemán que se nacionaliza suizo, ambos coinciden huyendo de los nazis y hacen de suiza su patria definitiva. Hesse en su juventud tuvo interés en la pintura y término siendo novelista, Klee pasó de músico a pintor.  


1. El circulo del Blaue Reiter

«En 1911 Vasili Kandinski y Franz Marc fundaron en Múnich un grupo de artistas vinculado al expresionismo. Blaue Reiter, o El Jinete Azul, 1903, nombre de un cuadro de Vassily Kandinsky. Aunque Paul Klee no era oficialmente miembro de esta asociación, pero aun así se sentía muy unido al círculo de artistas que la integraban y participó en varias de sus exposiciones. Entre los miembros del Blaue Reiter, como se llamaba el grupo, se contaban August Macke, Gabriele Münter y Marianne von Werefkin. Todos compartían un interés por el arte gótico y primitivo y por los movimientos modernos del fauvismo y el cubismo. Secuelas institucionales que dejarían huella en Klee(5)

2. El descubrimiento de la luz y el color en Túnez

Visión de Kairouan, 1914 

En 1914 Klee, escoltado por un par de pintores Louis Moilliet y August Macko, visitó Túnez y quedó impresionado con la calidad de la luz del lugar.  Cuenta Klee en su Diario:

«Los colores más suaves no hacen daño. No Son de una claridad que hace daño, como en nuestro país (…)  verde-amarillo-terracota. Kairuan y su entorno se convirtieron en el punto más destacado del viaje, en el estimulo visual que Klee  resumió en las siguientes frases: “Maravilloso viaje por una naturaleza cada vez más desértica (…). El color me posee. No tengo que buscarlo. Me tiene para siempre, lo sé. Este es el sentido de esta hora feliz: yo y el color somos uno. Soy pintor»  (6)

3. Bauhaus: la cátedra definitiva

La Escuela del Bauhaus, fue un centro artístico cultural, creado por el arquitecto Walter Gropius, que reunía una pléyade de artistas e intelectuales, con el fin de homogenizar y desarrollar las diferentes expresiones artísticas de la época. Paul Klee fue profesor de dicha escuela, imparte la clase de Teoría del color y la composición y como tal  se nutrió de esa comunidad de inteligencia artística, beneficiándose particularmente de la amistad con el pintor Kandinsky, quien también  era profesor del Bauhaus. Escuela que anticipo aquella otra escuela semejante pero orientada a las ciencias sociales: la Escuela de Frankfurt  (Entre otros, integrada por Adorno, Benjamin, Habermas, Althusser).

Ahí en el Bauhaus Kandinsky influye en Klee:  

«Lo lleva a una particular geometría del espacio y a una reconsideración radical de las relaciones entre los elementos intelectuales y emotivo de sus creaciones. El rigor con que organiza el espacio pictórico y la distribución de las líneas no quita valor poético a sus composiciones, a menuda caracterizadas por un leve lirismo.» (7)

Pero también Klee influye en Kandinsky:

«Es mucho mas probable que Kandinsky fuese influenciado por Klee, con quien el tuvo una estrecha amistad. La poética y la cosmología de Klee  están muy claramente reflejadas en muchas de las obras del periodo Bauhaus  de Kandinsky.» (8)

Klee deja de pertenecer a la academia  con el ascenso del nazismo, y porque estos  calificaron  su arte de «arte degenerado», como muchos intelectuales y artistas alemanes, Thomas Mann, Walter Benjamin, Herman Hesse, E. Bloch;  Klee huye de Alemania y se  refugia en suiza.  No obstante, su periodo en Bauhaus, fue enormemente productivo envuelto en una textura surtida  en experiencias,  y gran parte de su obra la realiza ahí;  bajo la influencia con arquitectos, escultores, pintores y músicos, relación que le permitió profundizar en sus teorías pictóricas y sus estudios sobre el color y la línea arquitectónica.

4. El viaje a oriente de Paul Klee

 El viaje a oriente, (1932), novela de Herman Hesse,  un peregrinaje imaginario o mental en que reúne y participan diferentes personajes históricos y contemporáneos, reales o ficcionales,  todos integrantes  de una hipotética sociedad mística que apostaba por el crecimiento espiritual en comunidad. Y que integraban Platón, Mozart, Pitágoras, Paul Klee, Don Quijote de la Mancha, El Gato con Botas, Tristram Shandy, Baudelaire, Goldmundo (de la obra anteriormente escrita por Hesse Narciso y Goldmundo), el artista Klingsor (de la obra de Hesse, llamada El Último verano de Klingsor), y el balsero Vasudeva (de la obra de Hesse, llamada Siddhartha). Si hubo una cruzada de los niños, también ha de haber habido una cruzada de los sabios de todos los tiempos.  Siempre al oriente, a buscar la «Verdad definitiva», o aquella trascripción hecha pregunta cuando se les pregunta como preguntaba Novalis: ¿Adonde van? y ellos respondían, como respondía Novalis: siempre a casa.  


3. Las avenidas principales y los caminos secundarios

 «Paul Klee abrazo las influencias de  varios artistas y movimientos pictóricos, entre otros: Edvard Munch, Robert Delaunay, Franz Marc, y de una corriente como el Expresionismo. A su vez Klee ha tenido su cuota de peso influyendo en el Surrealismo, Expresionismo Abstracto, y en artistas como Karl Otto Götz, Nasreen Mohamedi, Dieter Roth.» (9)

También incursiono en el fauvismo y cubismo. No obstante, Klee se adhiere  totalmente a esos movimientos pictóricos.  Tal y  como muchos pintores, Klee, recogió lo mejor a su alcance y formo su propia visión del mundo. Del fauvismo seguramente tomo algo del color suave y mate, casi poético, que después paso a un tono más intenso y formal: menos poético y más novelesco.  Y del cubismo algo tomo de las formas. A ambas corrientes, les miro pero nunca se comprometió con ellas;  sobretodo por que  trató de mantenerse en una visión independiente,  misma que acabo perfeccionando cuando descubrió el color en Túnez y ahondo en el estudio de la línea en Bauhaus.  De ahí en adelante no hubo ismos sino colorismo lineal, pero siempre acompañado de un estudio y observación seria, solvente  y experimental sobre las formas  y el color. 


Avenidas principales y caminos secundarios. Estilo: Arte Abstracto, Período: Bauhaus,Género: pintura abstracta, 1929

4. La arquitectura de la verdad natural

En estos felices cruces debemos hacer notar que Klee también fue un gran admirador  de la obra de Cèzanne,  pese a sus orientaciones expresivas muy diferentes. Ambos pintores, a veces tienen un territorio fronterizo, y otras veces se trasponen.  No es ninguna casualidad, que varios críticos y artistas relacionen a ambos pintores: Marleau-Ponty, Martin Heidegger, Erich María Rilke. En especial Marleau-Ponty, ojo crítico y estupendo observador analítico,  los  une y en su obra El ojo y el espíritu,   les dedica una buena parte  de comentarios críticos, señala:

«Por lo que tantos pintores han dicho que las Cosas los miran, y André Marchand siguiendo a Klee: “En un bosque he sentido muchas veces que no era yo quien miraba el bosque. Ciertos días he sentido que eran Ina Arbolea la que me miraban, que me hablaban.... Yo estaba allí, escuchando... Creó que el pintor debe ser traspasado por el universo y no querer traspasarlo? Espero estar interiormente sumergido, amortajado. Quizá pinto para surgir”» (10) Una vez Klee llego afirmar que «el arte atraviesa todas las cosas».

Así que estableceremos una ruta paralela a fin de ponderar a Klee a través de Cézanne., pero sin perder de vista la arquitectura ontológica desde la que se sitúa Marleau-Ponty. Porque esa observación de que los arboles me observan, no es más que un reconocimiento del mundo natural, la «verdad  natural» que Cézanne buscaba en sus modelos pictóricos cuando enfrentaba a la naturaleza. De esa «verdad natura»l, lo real natural, de Cézanne, y que también vio Klee, ya no al seguir el modelo natural, sino en el horizonte múltiple y heterogéneo de los modelos abstractos de la  intuición creadora.   Y no importa desde que estilo pictórico se  vea o se pinten las cosas, sino desde que visión espiritual se observan y se interpretan las cosas. ¿Qué buscaba Klee?, pintor genético y oriundo del reino musical, y que de repente se encuentra con el color: los sonidos del color. Porque el color también tiene un lenguaje, los impresionistas lo asociaran a  la retina, Cézanne deja eso y lo matricula con  la forma, Klee reencuentra eso mismo y lo privilegia en el color. Acaso un lenguaje. ¿Puede haber un lenguaje del color?  Un intento aunque oscuro y misterioso lo encontró Rimbaud en su famoso poema Las vocales.

5. Cruce de caminos en la profundidad

Si Cézanne creía que una «verdad  natural» habitaba en las rocas y en la naturaleza delas cosas.  Klee creía encontrar en la armonía de los colores una naturaleza interior. Así el observador ajeno, desde la distancia cree ver algo que se mueve por ahí en los paisajes de Cèzanne; y por igual también cree oír algo en los acordes de los colores de Cézanne. Si Cézanne es la sugerencia del movimiento del viento, Klee es la insinuación del silbido (o del canto) del viento. Klee esta más cerca de articular una palabra (de volverla poética). Cézanne calla porque a él nunca le intereso hablar. Cézanne es más ensimismado que Klee. Klee es un pintor extrovertido pero más en Clave Bien Temperado (para usar un término de Bach); es decir con un temperamento que aunque rico supo equilibrar el ímpetu de sus emociones con la reflexión de su intelecto. Sus intuiciones con su magisterio de profesor. La explosión cromática del color y la frialdad reposada y cortante de la línea. Y por eso está  un paso más cerca del abordaje  del lenguaje del mundo. La mirada de  Cézanne es exterior, aspira a penetrar lo interior del mundo. La mirada de Klee intenta salir, liberarse de las cadenas del mundo y de lo superficial.  Cézanne funde el  color en las formas, Klee rescata el color por las líneas. Cézanne  «piensa pintura», Klee piensa  color, pero no un color mudo, sino un color cargado con los estandartes invictos de las significancias, y auxiliado por el motor poderoso de las líneas. Si Cézanne intenta abrir la puerta del castillo interior y entrar; Klee intenta salir de castillo interior. En algún punto y en algún instante ellos en la profundidad de su mundo creado se han de haber visto de frente. Ambos, Cézanne y Klee, se encuentran  como hermanos de una misma estirpe de hombres geniales, pero sobretodo seguros de su búsqueda. Ambos se unen y seguramente se encuentran en la profundidad del Ser. 


El equilibrista, (Seiltänzer), Estilo: Expresionismo, Período: Bauhaus
Género: escena de género, 1923


6. La Clave Bien Temperada (11)

Pero Klee es un pintor con el temperamento más controlado, que el temperamental Cèzanne o el díscolo Rimbaud. Klee armado de una formación musical, serena y más profunda. Sus pinturas sugieren posibilidades, otros mundos fronterizos, pero también indican: reposo y contemplación,  y eso lo logra con la gradación cromática y la selección de colores, y el saber combinar el magisterio de la línea. Pero también Klee incursiona, sin zambullirse en las profundidades  en las filosofías orientales, y ese toqueteo no es nada nuevo, ya que muchos pintores vanguardistas aprendieron del arte oriental: Japón, china, la india, oriente medio; la franja subsahariana y hasta de las culturas y pueblo africanos. Solo pensemos en el mismo Cézanne, Matisse o Picasso.  Esto no es exclusivo de lo pintores, también los intelectuales se acercan a oriente, pensemos en Herman Hesse o Carl Gustav Jung, ambos muy atentos a las culturas orientales y muy vinculados territorialmente a la patria mater suiza. Muchos de los cuadros de Klee  están llenos de un color lirico, sugieren esencias poéticas, pero también revelan filones de verdades interiores, o  describen o insinúan espasmos de un mundo en transición hacia una metafísica de lo  real. Paul Klee es un pintor que intenta tocar música con el color, pero tampoco abusa del color si  este no esta cargado de una significación del ser o un ordenamiento del mundo.  


7. Los sonidos del  color


Sonido antiguo abstracto en negro, Estilo: Arte Abstracto Género: pintura abstracta, 1925

Paul Klee, al igual que Matisse son pintores que apostaron por el color. Así en su diario, (y lo volvemos a citar),  Klee  escribió: «El color me posee, (…) el color y yo somos una sola cosa.» Esa devoción al color, rebasa el simple impresionismo por el color decorativo, para Klee el color era el protagonista principal de la película, el insoslayable color algo muy propio de su sistema y muy propio de su visión. Llego a  estudiarlo y escribir sobre él. Sin embargo, el color como recurso técnico no fue un fin, sino un medio.  Se valió de la luz y las sombras,  de lo intenso del color y la degradación del mismo. Tenía una gran sensibilidad sobre la paleta del color y de su manejo  espacial. Por el color Klee tocó a  la puerta de la interioridad de las cosas, se podría pensar que toda su obra esta habitada de intuiciones liricas,  y que la intuición  desempeña una parte de su visión, pero también: fraternizo intelectualmente con el color;  es decir, dio una paso a  la apropiación de su lenguaje, y supo, también por mediación de sus pertrechos musicales, intuir el color no solo como un lenguaje visual, sino como un lenguaje musical: poético y lirico. Se vale también de  signos y de símbolos. Sabe como incorporarlos y como usarlos o desarrollarlos en el espacio del lienzo.  Y por medio del estudio de la línea arquitectónica dotarlo de  profundidad. De la línea decía que era «un punto que se mueve».

«A lo largo de su vida, Paul Klee usó el color de maneras variadas y únicas, y mantuvo con él una relación que progresó con el tiempo. Para un artista que amaba tanto la naturaleza parece algo extraño que en sus comienzos Klee despreciara el color, creyendo que no era sino una decoración.  Con el tiempo Klee cambió de idea y llegó a manipular el color con una enorme precisión y pasión, hasta tal punto que terminó enseñando teoría del color y de su mezcla en la Escuela de la Bauhaus. Esta progresión, por sí misma, es de gran importancia porque le permitió escribir sobre el color con una mirada única entre sus contemporáneos.» (12)


8. Los colores invisibles
Keats en su poema Oda a una urna griega, en su apertura de la segunda estrofa arriesga los siguientes versos:

Son hermosas las canciones escuchadas, pero las no escuchadas,
Son aun más dulces;  sigan tocando, suaves flautas,
No los cantos al sensual oído, sino las más queridas para el espíritu,
Toquen flautas los cantos inaudibles, los aun no escuchados. (13)


Martin Heidegger, ese discípulo aventajado de Husserl, al comentar el problema del lenguaje, decía sobre el sonido que no era ni silencio ni era lenguaje

«Siempre lo audible de la voz como también lo visible y decible se refieren finalmente con “lo inaudible”, “lo invisible”, “lo indecible” (en la expresión). En relación a la anotación de la primera afirmación de Klee en “Confesión creadora”: “El arte no reproduce lo visible, sino hace visible”, Heidegger escribe: “¿Qué? Lo invisible, y ¿de dónde y cómo esto determina? Pero ahora lenguaje está pensado como “decir”. Decir como la palabra fundamental en “De camino al lenguaje” se refiere al silencio: “Decir: visión y voz del silencio”. Esta voz del silencio así pensada no era ni “sonido”, ni “lenguaje” (…). Heidegger relaciona la “voz del silencio” (decir) con el “temple” de las pinturas de Klee, un temple que “deja ver”.» (14)


Pero también podríamos agregar «deja oír». Y aun más, aun en esta transición de «dejar ver», en este caso el color o la interpretación del color, podríamos razonar con Keats, son hermosos los colores vistos, pero aun más son los colores aun no vistos. Es pues una apropiación transitoria del color y del oír. Ese momento es fugaz pero puede ser suficiente para atisbar en esa profundidad que la obra detenta y sugiere. Y que Paul Klee, por su «temple», (para usar el término de Heidegger), ese temperamento barroco de igual temperamento, (para usar el término de Bach): Klee no solo deja ver sino que también intenta deja oír. 


La separación de la tarde (Scheidung Abends) Estilo: Arte Abstracto, Período: Bauhaus Género: pintura abstracta Media: acuarela colección privada.Dimensiones: 23,5 x 33,5 cm, 1922

9. La juntura de los dos reinos

Si Cézanne quería pintar el  «instante del mundo», Klee quería  pintar el instante genésico del color del mundo, había una comunión entre ambos. Sin embargo ese color de Klee, no es decorativo, ni para que el cuadro sea más «impresionista». El color en Klee más que un detentador de la  belleza en si, potencia el poder revelador de la significación y las insinuaciones. Si Cèzanne busco siempre la profundidad, esa «vida real»,  naturaleza que el decía estaba en el interior;  Klee por medio del color también aspiraba reflejar esa profundidad. Para Klee la pintura no imita lo visible, sino lo vuelve visible. En eso se da un apretón de manos con el poeta Erich María Rilke. De tal manera que todo tiene una correspondencia ante la mirada, ya sea como sostiene Marleau-Ponty, al seguir  a Cézanne:

Decía Marleau-Ponty, al citar a Cézanne, «que el color es el lugar en que nuestro cerebro y el universo se juntan, en ese admirable  lenguaje de artesano del Ser que a Klee le gustaba citar.» (15)

Hay entre Klee y Cèzanne un vinculo no en su temática ni su estilo, sino en esa articulación de buscar algo mas: quizá la profundidad.  «Yo pienso que Cézanne ha buscado la profundidad toda su vida», dice Giacometti1, y agregaba Robert Delaunay: «La profundidad es la nueva inspiración.» (16)

Klee sostenía  que con n ojo se veía y con el otro se sentía. Si bien por el ojo y la reflexión se llega a la conclusión que siempre habrá una carencia, que todo cuadro nunca podrá llegar a la expresión total, y esa simple reflexión posibilita la creencia que aun hay mas. Si técnicamente, la perspectiva no puede brindar la solución total a la profundidad, a ese espacio, es porque quiere imitar la vida. Pero el cuadro o la pintura lo único que nos devuelve es una posibilidad de esa profundidad. La verdadera profundidad estará siempre en la mirada nativa del pintor o en la mirada atenta del observador ajeno.


10. La línea del sueño lirico

No podemos ahondar este remanso paralelo, sin hacer mención que ese anhelo de búsqueda de Cèzanne le llevo a encontrar las perspectivas múltiples; mientras que a Klee desde un carácter menos temperamental y brioso;  en sentido contario, avanzo al incorporar la línea como posibilidad de profundidad. Al respecto, Marleau Ponty, dice:

« En relación con el trazado toda inflexión que  siga tendrá valor diacrítico, será una relación de la línea consigo misma formara una aventura, una historia, un sentido de la línea. Según  ella decline más o menos rápidamente, más o menos sutilmente. » (17)


Ad Parnassum,  Estilo: Expresionismo, Período: Late Works
Género: paisaje urbano Media: óleo, canvas, Kunstmuseum Bern, Bern, Switzerland Dimensiones: 126 x 100 cm, 1932

 Aquí la línea pasa de algo mecánico, del trazo de una mano, adquirir una dimensión de profundidad, de narración. La línea  nos está contando algo o configura un  espacio que nos quiere decir algo o que de pronto va a decir algo. Quizá al final solo sea un balbuceo pictórico. En ese sentido el valor plástico adquiere la dimensión de texto.  Klee la convierte en un recurso expresivo, en un molde que responde a un lenguaje que «torna visible» ese acontecimiento subterráneo.  Refiriéndose a la línea, continúa Marleau-Ponty:

«No se trata de liberarla sino de hacer que reviva su poder constituyente, y es sin contradicción alguna que se la ve reaparecer triunfante en pintores: como Klee y Matisse que como nadie creyeron en el color. Pues de aquí en adelante, según la frase de Klee, ella no imita mas lo visible, ella “torna visible”, ella purifica una génesis de las cosas.[Tal vez nunca antes de Klee-Se había dejado soñar una línea. M. El comienzo del trazado establece, instala cierto nivel o modo de lo lineal, cierta manera para la línea de ser y de hacerse línea, “de ir siendo línea”» (18)

Decía Klee, quizá al pensar de un flaneur del color y la línea, al describir su estilo con sus propias palabras como: «Taking a line for a “walk”.» (19)  


11. Un epitafio inaprensible

A los 37 años Klee, en su diario había escrito esto: «Yo soy inapresable en la inmanencia».Dicha frase le sirvió de epitafio en su tumba. Y nos recuerda aquel otro epitafio también inaprensible, del poeta  romántico ingles John Keats: Aquí yace un hombre cuyo nombre fue escrito con agua.



Pirámides de agua, colección privada, 1924

En  ese gesto de inapresable inmanencia con que  algunos de los cuadros de Klee se pueden leer como un texto que reflejan o intentan expresar que algo anda por ahí;  y que si bien pueden ser destellos de la inmanencia, como tales no pueden ser totalmente atrapados. No obstante, están ahí para sugerir algo. Podemos verlos pero no tocarlos, porque sino se vuelven evanescentes. Al cromatismo del arco iris podemos verlo pero nunca alcanzar su origen. Las intuiciones fugaces de Klee son como el viento, podemos oír  acordes de su  canto pero nunca atrapar al viento. (Eso nos recuerda el intento de los poetas surrealista por atrapar al astuto y fugaz zorro azul).

Por eso Klee escribía: «En este mundo nadie me puede asir pues resido tanto entre los muertos como entre los que no han nacido. Un poco más cerca del corazón de la creación que lo que se estila, y no obstante tan lejos aun.»


12. Un epílogo ambidiestro

Para ver los cuadros de Klee más allá de lo exclusivamente visible, hay que tener además de una  vista muy  atenta, un oído también muy atento: Ver para escuchar o Escuchar para ver.




El saltador. Gift of LK Klee-Museum. Bern. Suiza, 1930

Notas bibliográficas

1.Wikipedia, entrada Paul Klee
2. Ídem, wikipedia
3.  Gabriele Crepaldi, Art Book Expresionistas, Electa Bolsillo, traducción Víctor Gallego, 2002, p.64 
4 Seuphor, Michel, Abstract  Paiting, Dell A Laurel Edition, 1967, p.92       
5. ídem., wikipedia
6.Norbert Wolf, Pintura Paisajista, Taschen, p. 82
7. Ob.,cit Gabriele Crepaldi, 2002, p.54-55 
8. Seuphor, Michel, Abstract  Painting, Dell A Laurel Edition, 1967, p.92       
9. Wikiart.com
10. Maurice, Marleau-Ponty. El ojo y el espíritu, Edit. Paidos, 1986, traducción Jorge Romero Brest, p.19, PDF
11. Clave Bien Temperado obra de J.S.Bach, en que explora las combinaciones de la tonalidad, si bien la riqueza tonal es exuberante, no se guía por la emoción sino por un sistema interno de orden, que si bien puede parecer arbitrario una vez elegido agota todas las combinaciones a esa lógica a la que somete toda la obra. Klee equilibra emociones y conocimiento y aunque pueda exhibir cierta  exuberancia y hasta felices intuiciones, toda su obra esta sometida y controlada por una lógica interna que le viene de los concienzudos estudios del  sistema cromático y de la dimensión lineal y espacial.  
12. Ob.cit., Wikipedia
13.  La traducción es nuestra pero es literal,  no literaria. El fragmento original en ingles es, Ode on a Grecian Urn (…) II Heard melodies are sweet, but there unheard/Are sweeter; therefore ye soft pipes, play on/Not to the sensual ear, but, more endear'd,/Pipe to the spirit ditties of no tone (…).
14. Günter Seubold, Las notas sobre Klee heredadas de Heidegger, Heideggers nachgelassene Klee-Notizen, Por: Günter Seubold, Dr. phil. habil. Universität Bonn, Alemania, Trad. Beatriz Bernal y  Trad. Margitta Freund, 2013, PDF
15. Ídem., Maurice, Marleau-Ponty, p.51
16. Ídem., Maurice, Marleau-Ponty, p.49
17. Ídem., Maurice, Marleau-Ponty,p. 56
18. Ídem., Maurice, Marleau-Ponty,p.56
19. La traducción: «Tomando una línea para un paseo», en  Helen Lagdon, Art Museum Guide, The Simon and Shuster Pocket, p. 169.


Crédito

Ilustraciones

 Paul Klee Wikiart.com
PAUL KLEE: EL PINTOR DEL COLOR, pinturas a todo color, I MilArt, Granada,  2016.



La ceniza de la batalla. (La cenere delle battaglie): un cuento de Carlos Emilio Gadda. Las reminiscencias del futuro. Post Plaza de las palabras





Plaza de las palabras en su sección Cuentos presenta a Carlo Emilio Gadda (1893–1973), escritor italiano que con una formación de ingeniero, llego a ser   novelista, ensayista y cuentista. Carlos Emilio Gadda fue uno de los renovadores de la narrativa  italiana, gran conocedor del lenguaje, incorpora dialectos romano y lombardo. Además un gran crítico de la sociedad de su tiempo. Escritor rupturista, «El Joyce italiano que cita Italo Calvino en sus Seis propuestas para el próximo milenio, como ejemplo supremo de multiplicidad. » (1) 
 
«Tuvo una buena formación. Participó en la Primera gran Guerra en el norte de Italia: Giornale di guerra e di prigionia. Comenzó a escribir en la década de 1930 con un estilo despojado de sentimentalismo y una fuerte presencia de análisis psicológico y sociológico. Sus primeros trabajos fueron recopilados en 1955 bajo el título de Los sueños y el fulgor. En 1957 se publicó su obra más famosa Quer pasticciaccio brutto de via Merulana en la que utiliza un lenguaje denominado Pastiche, por la manera de mezclar jergas, tres dialectos romanos, palabras extranjeras, alusiones clásicas y parodias. Todo ello con una estructura de novela policiaca. Poco después el cineasta y actor Pietro Germi, dirigió e interpretó una adaptación al cine de El zafarrancho aquel de Vía Merulana, en un estupendo policiaco: Un maldito embrollo (Un maledetto imbroglio, 1959), bastante fiel al original y clásico del cine italiano y europeo. Luego, destacaría con su novela El conocimiento del dolor. Es uno de los más importantes y originales escritores italianos y uno de los mayores novelistas vanguardistas del siglo XX, junto a nombres como Kafka, Joyce, Faulkner, Gombrowicz o Cortázar.» (2)

«Como la mayoría de romanos, hubo un hombre que comía helado en la Plaza Navona y se perdía en los Cuatro continentes de la fuente de Bernini. Sus volutas y contrastes, su amplitud ciceroniana, lo arrastraban a sus fondas e iglesias, a sus voces y dialectos, a sus palacios barrocos. Su mirada penetra el lugar donde su dimensión es la misma de aquel hombre, y donde su esperanza, pasión y frustración resuenan con naturalidad. Pero el arabesco, el movimiento, la brusca noche o la torsión flavia de una superficie, la acumulación de estratos calcáreos que rezuma el agua, donde el color no ha sido aplicado sino surge de lo profundo, son la materia misma. Esta materia, este hombre es Carlo Emilio Gadda. Y no era romano, era un milanés, para muchos el gran autor italiano del siglo XX.» (3)

«También sabemos que Gadda tenía maneras exquisitas y anacrónicas, sin desdeñar lo puntilloso. Sabemos que escribía cartas con la fulgente pereza del genio. Y que como un demiurgo de arrabal, cartografió el chisme y la tragedia, pareció saberlo todo con inspirado desvarío. Lo cierto es que su omnívora y lejana presencia, su propensión a la autofagia, lo hacían trabajar con tenacidad. Era una especie de Funes cuya prosa son notas de pie de una oscura obra maestra, en una lengua amnésica. De tal manera quiso ser el mundo: modulaciones y tonos, falsetes y dialectos, pensamientos, sueños y sensaciones. Su avidez cognitiva llega a decir que “conocer es insertar algo en lo real, y por lo tanto deformar lo real”. Incluso en “Una visita médica” arremete contra todos los pronombres y dice “¡El yo, el yo… ¡El más asqueroso de los pronombres!».(4)

«Por otra parte el argumento de Emparejamientos juiciosos cifra el reverso de Gadda. Así escribe sobre los bienes: “Ellos corrían el riesgo, en cada nuevo emparejamiento de herederos, subherederos y herederos probables, de disminuir un poco a la vez, de desmigajarse y de dispersarse, de desvanecerse, en suma, como espuma evaporada de las Marmore, en las divisiones y subdivisiones y desmenuzamientos infinitos, a lo largo de toda una ebullición de pequeñas cascadas sucesorias”. Esto es: el autor es la prefiguración del suceso que cambia hasta ser predisposición histórica. Su obra es un alma que se le atribuye al sistema de fuerzas y probabilidades que circunda a todo sistema, a toda humana criatura, y que solemos llamar “destino”». (5)

El cuento : Las cenizas del pasado (La cenere delle battaglie) (1951)



«La cenere delle battaglie" (1951) Gadda si cala nei panni di Prosdocimo, vecchio pazzo che conduce una vita solitaria e bizzarra crudamente rimproveratagli dal saggio ex compagno di scuola, Eucarpio. Prosdocimo-Gadda, definito dall'amico un "anomalo psichico", è ammalato di stomaco, non ha voluto prender moglie, ha rinunciato a un "impiego redditizio, e molto serio" (quello di ingegnere) per occuparsi di "quisquiglie" (la letteratura), gode della "disistima" dei vicini di casa. Nel gustoso autoritratto non mancano malinconici accenni alla guerra, né la caricatura delle forme di superstizione dell'autore e del suo sacro terrore del matrimonio».(6)


Comentario crítico,  traducción y notas por Plaza de las palabras
Las reminiscencias del porvenir

El cuento La cenere delle battaglie, es un cuento típico y conocido de C. E. Gadda, un cuento representativo de su cuentistica;  en tanto, usa un lenguaje culto, a veces con cierta erudición que rebota lo mismo de  la  ciencia que a la  historia o asalta a la misma literatura,  pero también combinado con lenguaje popular. Conocedor profundo de la lengua y observador de varios usos dialectales regionales. Recurre a un estado gris, especie de limbo pensativo  y desenterrado,  desde un pasado ficcional, histórico y realista, que se mueve y habla  entre el humor y la ironía, aunque  nunca deja atrás a la ternura. Y otras veces también destaca su posición antifascista, pero el cuento va mucho más allá, ya que recrea una un paisaje de época, un archipiélago de  amistades  escolares, una religiosa devoción familiar: con paisajes salpicados de bombardeos, casas con goteras, barricadas de nieve.  Hay dos personajes Eucarpio, perfecto ejemplo del hombre de familia,  triunfador y adinerado  y Prosdocimo, perfecto ejemplo del fracasado, escritor,  vividor, extremista solitario. Ambos herederos de su propio código genético y de sus propias circunstancias,  sobrevivientes de una guerra mundial y de su colaterales arrestos sicológicos. Binomio del hombre de éxito y del hombre fracasado. Representa dos facetas distintas, quizá ambos son una combinación de estira y afloja del alter ego del propio C. E. Gadda. O una especie de dios Jano. En que Eucarpio es la conciencia de Prosdocimo. No obstante, como en muchos de los cuentos de C. E. Gadda irrumpen sutilezas en que  a veces dice muchas cosas con una sola palabra. O justo de una imagen pueden derivarse otras connotaciones. Cada lector encontrara su propia versión del relato. En este cuento con una textura variopinta enterrada por varias capas afectivas y de la memoria, relato de profunda perspicacia sicológica, y un simbolismo lleno de acuciosas imágenes, palabras bicornes y excéntricos estados mentales, acompañado de un fondo siempre en movimiento de improvistas y recurrentes rarezas que no son más que las cenizas de batallas pasadas o reminiscencias a cuenta gotas de un lejano provenir.



Versión en español por plaza de las palabras
Las cenizas de la batalla (La cenere delle battaglie)

2904 palabras
Carlo Emilio Gadda

Eucarpio Vanzaghi, hombre probo y serio, dirigía como gerente una industria. No era un commendatore. (1)  Gozaba de la fama de un sicólogo;  es decir, alguien que sabe leer dentro del corazón de la gente, hombres o mujeres, jóvenes o viejos. Arios o no arios.  Su trabajo lo absorbía, sin embargo, siempre era fino,  cuando se daba el caso, de obrar por los demás. Por demás, en Eucarpio, la agudeza sicológica y la seguridad de juicio, siempre iba acompañada de la bondad. Tenía cincuenta y cinco años y un reloj de oro de pulsera.  Su negocio lo mantenía, frecuentemente, en viajes por tren. Entonces, el consultaba su reloj más que nunca. El había estudiado, trabajado duro, perseverado,  «había batallado», como solía decirlo, para si mismo y para sus hijas. Él tenia una esposa y tres hijas. Las tres muy bien educadas y muy bien constituidas. En su casa, además de sus usuales servicios, había un teléfono, una radio, agua caliente, carpetas y alfombras de Monza. Su familia y su trabajo, le habían procurado la «satisfacción» mas alta, el mas saludable disfrute por vivir. Él nunca había estado excesivamente preocupado, si una hija se rompía una pierna esquiando, o si tenía que gastar unas cuantas miles de liras para tuturearlos en matemáticas. Él podía holgadamente afrontar esos gastos. Él era un convencido partidario de las profilaxis preventivas modernas. Él se había hecho remover su apéndice.  Y ofreció pagar la operación a sus tres hermanas: Juana, Ema y Teresa,  como presente de navidad. En 1936, 1937 y 1938. El asunto había estado de moda  por los años 20s. Pero las personas de juicio, consideraban la moda con cierta ponderación: durante ese intervalo esa moda podría sufrir un cambio como una veleta.  De hecho Zacchi, el cirujano, había extirpado de las tres hermanas tres magníficos apéndices. En la clínica Buscaretti, todo mundo había felicitado a las tres pacientes  por la belleza y rosada frescura de los tres apéndices extraidos (la extensión de un pequeño dedo) y de la rápida sanación de la cicatriz. Gente saludable, la familia Vanzaghi, de la vieja casta y de lo mejor. Zacchi había estado satisfecho consigo mismo. No obstante la esposa de Eucarpio, la señora Josefina, había rechazado el presente:

«Puedes abrir toda una panza. No siento necesidad de eso».  
   
Eucarpio vivía en una ciudad industrial donde el espectáculo de la laboriosidad común y alegre, estimulaba a trabajar y confortaba  para vivir.  Después de su esposa y sus tres hijas , quienes eran las personas más cercanas a su corazón. Eran sus hermanas, sus cuñados, sus primos. Sus sobrinos y sus nietos.Todos descendientes de su gran abuelo, los esposos y esposas de sus primos. El viejo Bettoni, astuto y sonriente, con la barbilla puntiaguda de una befana (2), ingeniero que se había casado en segundas nupcias con una prima muy madura en tercer grado de Eucarpio. De pronto ella entro al círculo de lo más amados de Eucarpio. En fin, para sus ex compañeros de escuela, Eucarpio tenia una especie de culto !Lo recordaban ellos. Quizás! Los años de juventud cuando el mundo  del canto del gallo, era un amanecer infinito. Ellos le recordaban junto con algunas vejaciones. La Belleza y la Felicidad, de aquellos años en que las muchachas se volvían  a verlo pasar  en su derechura, su elegante cuello de 17 años, un tanto rígido, otro tanto cónico, y elevado como una torrre, así como el rígido y almidonado coello del Poeta. (3) Arbitro, entonces, de toda una almidonada elegancia. 

Eucarpio ignoraba el mortificante cinismo, que abandona a la soledad del corazón. Y  conduce desesperados a la muerte. Lo ignoraba porque el quería ignorarlo, ciertos gastados dichos, o proverbios, tales como los parenti serpenti o los amici nemici. (4) En cambio seguía fiel a sus amigos, un hermano para sus primos, un amor con sus tías, devoto de sus hermanas: Juana,  Ema, Teresa. El habría hecho cualquier cosa como partir en pedacitos su   corazón y dárselo a cada uno de sus amigos y amigas de sus tiempos de escuela.  Este amor, este culto, esta conectado al culto básico que cada uno tiene de si mismo. En consecuencia atado a la indestructible estructura del Yo y del Yo emocional. A través de la cual nos sentimos radicados en nuestra propia cepa. Atados por los sacros límites de nuestra común madre, la ciudad, la gente, la casa, la patria, o el encantador campanario de Cormano dos metros más largo que el de Brusuglio. Con  nuestros compañeros de escuela, primos, y aun cuñados, todos gotas de la misma sangre. Ciertamente, un motivado e  inconsciente orgullo, el así llamado respecto de si mismo,    que se ha endurecido y que anda y manda por el mundo con la cabeza erguida. y que resultaba no solo inaceptable sino también impensable para Eucarpio Vanzaghi.  Un juicio negativo sobre sus primos o uno en cualquier modo haciendo reserva a sus meritos,  los cuales eran ciertamente grandes, ciertamente raros. (Basta decir que ellos eran personas honestas). Un moribundo antifascista, hubiere pronunciado con reverente tono y énfasis litúrgico el nombre de tia Magdalena, la señora Schioppi, quien murió de  cáncer besando un retrato de Quel Tale. (5) Eucarpio no compartía del todo  la opinión histérica  de la difunta, concerniente a Quel Tale. Ciertamente que el los aborrecía,  pero no se debe soslayar que con todo, ella era su tía, y la madre de una nidada de sus primas. 
  
En la tenaz deferencia que mantenía en la memoria, figuro por lo tanto, todo un completo   surtido de afectos y devociones,  del más digno encomio. Primero el culto a la muerte, si del difunto. Seguido de la dedicación a la familia, la familia entendida en el sentido de unas  cuantas centenas de personas. En tercer lugar, la caridad cristiana,  el perce sepulto, sepultae. El cuarto lugar el espíritu de caballería,  dado que la persona que beso esa clase de retrato (sin necesidad de insistir), era una mujer,  y más que toda una mujer con una enfermedad implacable: carcinoma. (6) En que parte de su cuerpo ella había sido atacada. Seria indiscreto, publicarlo. Este noble afecto, colectivamente  con la memoria de tía Magdalena, era como el filo hilo de agua que sale de la rosa de una regadera que riega una pizca de hierba, sin embargo, seca. Entre sus ex compañeros, el más dilecto a su corazón era Prosdocimo, por quien Eucarpio  sentía un benevolente cariño y hermandad. Pero la vida de Prosdicimo con la Segunda Guerra Mundial, o quizá aun desde  antes había tomado un mal cariz. Sobretodo…él se había ido a vivir a otro pueblo, mucho menos industrioso, que el referido antes, en el cual ambos, habían aprendido a conjugar verbos latinos en la escuela. Prosdocimo había dejado un empleo muy remunerado y muy valioso a cambio de perder su tiempo en menudencias. Agréguese que el había estado enfermo y padecía del estomago: por lo que abandono para siempre la idea del matrimonio y vivía íntegramente una vida de solitario. Como la gente decía al búho le gusta vivir así (Lo cual no es tan cierto, porque hasta el búho tiene compañera).Prosdicimo vivía en lo que el decía era un miserable buhardilla: un magnifico apartamento, en realidad construido por el mismo propietario, que era un ingeniero de gran merito. Tanto lo era que había sido  general del ejército. Pero en la buhardilla la lluvia atravesaba el techo, mas este no era el punto. Prosdicimo no disfrutaba de una buena reputación entre sus vecinos. Si una mesera cantaba una mañana, o un perro ladraba a la luna desde un abandonado huerto trasero,  Prosdocimo se llevaba la peor parte, y  no tenía ningún salario. Esto último lo trastornaba. Sobre este punto Eucarpio que era un hombre de gran perspicacia, como ya ha sido explicado, pero ahora no había ni la más mínima duda. Sin embargo en su bienaventurada gran bondad de corazón, el no vacilo en ofrecer alguna ayuda a su amigo para mitigar las privaciones y lo duro del  año después de la lluvia de bombardeos y destrucción, mientras el esperaba por la reconstrucción prometida  de la ciudad. 
 
Prosdocimo había aceptado sin más ni menos la ayuda: unos cuantos préstamos, uno tras otro. «Si así lo cree, si es de su parecer, si puede…»   Él había dicho cada vez con su mirada baja y con ese modo suyo que parecía tan incierto, y quizá no lo era, su manera vacilante, evasiva: de cualquier modo la orden de pago del Banco de Interés Nacional  (uno de lo cinco mas importantes), desaparecía en un santiamén entre sus diestros dedos, cada vez como un soplo,   como desaparecen un Rey de Espadas en las manos de un prestidigitador o un mago.

Eucarpio en su buen disposición de corazón, meditaba si seria factible; mientas tanto continuar ejerciendo la perspicacia que desde hace tiempo le venia sirviendo, y llego a la conclusión que  el remedio para todas las enfermedades de Prosdocimo seria la panacea del matrimonio. Pero dado que Prosdocimo estaba enfermo quien podría ser una buena candidata a proponerle. Que victima seria ofertada, a tan raro y bicornudo minotauro (7).

Cuando 22 años atrás (la edad en que por voluntad de Dios Lorenzo había pedido la mano de  Lucía) (8). Nadie había sugerido una esposa para Prosdocimo. Ello fue, entonces en Monte Adello, que esperaba por ahí.  En las tierras altas de las siete comunas. La Carso, la Sabotina , y el Isonzo. Ahí, quizás, podría haber encontrado una prometida, una esposa que no le pusiese los cuernos a nadie;  y por quien, día tras día, todos los hombres son infieles. Pero aun ahí el no encontró una. Antes, verdaderamente, entre aquel pedregal y el estruendo seguido de truenos, él llego a comprender que el no era querido por nadie. Ni aun la novia de La Carso podría quererle a él. Ella prefería a muchos otros antes que a él.

Sucedió que en esa ciudad menos industriosa que en la que estaba, por así decirlo:     bombas, ametralladoras, artillerías, explosiones,  y preso a cañonazos;  más o menos de todo el mundo. Así entre los últimos años del Emperador Francisco José, y aquellos nuevos  barbaros hitleristas, entre guaridas y trincheras de nieves en  Adamello y el apartamento con goteras del General. Ocurrió que también en esa misma casa se había hospedado, una dama de quien ambos Eucarpio y Prosdicimo  en aquellos tiempos, en otras palabras, cuando en la escuela de los tiempos juveniles y de admiradoras. Al efecto, Ludovico Ariosto el escritor decía: «que los hombres a menudo se encuentran y las montañas permanecen donde ellos están». Lo mismo para hombres y mujeres. Los altibajos de la vida trajeron a la señora Eulalia, una viuda de radiante encanto a lo giaconda en esa ciudad menos industriosa desde la cual ella con tanta frecuencia tenia que tomar el tren en dirección a una ciudad más industrial.

Cuando Eucarpio  por una felicísima  coincidencia, se la encontró en el Expresó, en el lado opuesto estaba el sorprendido coronel, quien cambio puesto con él. Y ahí ella le conto todo:   que la había tomado por sorpresa a Prosdicimo en el UPIM, en el momento de hacer la vergonzosa compra de un par de tirantes… (Ellos rieron, la señora se tiro una sonora carcajada, mostrando sus finos dientes). En las reiteradas y generosas invitaciones de su ex compañera de escuela, el comprador de los tirantes elásticos se comporto como es usual en el, vacilante, tartamudeando, cambiando entre balbuceando y adecuándose, replicando: Eso es, no es así, si, eso, es No, y entonces el no se decidió del todo, así que ella, desdeñada, se fastidio de rogarle a el.  El se había encerrado así mismo en su casa, como aquel Don Abundo, después de su fatal reunión con aquel par de bravucones. (9)  
  
Eucarpio ¿Y usted que ha hecho? Pues bien, él  tomó el tren de vuelta y desenterró esa locura de su guarida.  Y le dedico un tiempo de lo ocurrido a su pensamiento. El dijo:
— Debería estar avergonzado de usted mismo, yo no sé que se trae. No esta claro para mi., y yo no quiero saberlo. —Pero, de cualquier modo, el continuo —. Yo se que no es digno de un hombre, de un amigo, de n ex compañero, usted esta agotando sus últimos ahorros y desperdiciando sus últimos años. Sin lograr nada. Usted morirá en la calle sin un cinco. Mi ayuda no podrá ser para siempre. Su conducta es la de un lunático. Su rareza sicológica, la cual es incuestionable.
—Por  qué incuestionable, —demando, tristemente,  Prosdicimo           
—Porque ello es, déjeme decirlo, su rareza sicológica, como yo digo y no me interrumpa. Sirve espléndidamente como un pretexto para engañar a su prójimo. Una verdadera causa no puede ser un pretexto. Ella es verdad pero también es un pretexto. Usted explota su manía para engañar a la gente llevar a todo mundo a…
—Engañar, pe... ¿Y como? ¿A quien he yo engañado…?—Prosdocimo buscó en vano entre las angustias de su memoria por algo que pudiese ser descrito como engañar a todo mundo.
—Usted ha engañado a todo mundo, más o menos usted ha desilusionado a todos. Toda gente muy respetable. Todos aquellos que tenía una opinión de usted, quienes tenían razón de esperar algo de usted, en cambio…y a pesar de ahora! Es desafortunado, si ellos estuviesen esperando cualquier cosa: Su cara parecía replicar…yo no espero nada de ellos,  yo soy hecho…para…
—Yo no soy responsable por sus… serias inclinaciones…
Él miro hacia fuera por la ventana. La armazón general de las casas. Contrastando contra el fondo eterno de las colinas. Un pequeño y fino campanario decorado con cierto estilo moderno y floreado, estaba manchado con el excremento de las palomas. 
Eucarpio le miro y se enfureció.
—Tal insolencia, realmente pasa los limites de la credibilidad. Basta ya. Aquí están las últimas 4000 liras que yo le debo a usted de acuerdo a nuestra cuenta pendiente. Pero no espere otra lira de mí, déjeme decirle…que si usted prosigue en esto
Prosdicimo le miro a él con un  golpe de terror (fingido terror) y señalo con fingido descuido, el pequeño amuleto de coral escarlata con la forma de un rojo pimiento muy puntiagudo y retorcido, el cual atrevidamente sobresalía de su chaleco.
—Usted tendrá un mal fin. No siga con eso. Yo no le deseo un mal. Es una certeza matemática     
Prosdicimo, a cada reclamo, repetidamente palpaba y jugueteaba toqueteando con sus dedos aquella baratija  especie de amuleto contra el Mal de Ojo.
—Déjelo,  tonto, si usted sigue con eso le vendrá un mal fin.
—Muy probablemente, todos nosotros cuando venga el fin, nadie acabara muy bien.
Eucarpio sin hacerle caso y fastidiado por la necedad tan obtusa parecía haber ganado un repentino pensamiento. 
—Nuestra amiga de la escuela. Una mujer como ella. Tan bella y tan generosa. Una mujer de su inteligencia. De quien usted mismo estuvo enamorado. Uno podría decir, cuando usted era  otro, cuando usted era realmente usted.
—Otro…yo mismo
—Cuando usted no era un idiota. Esto Prosdicimo, a quien di mi estima, mi amistad, por tantos años…A quien yo aprecie en aquellos años…cuando uno no podría ayudarle amar a usted. Cuando ella misma le amaba a usted, y quizás
—Si, quizás, 38 años después  
—Por esos 38 años. Usted debía de avergonzarse  —Eucarpio vocifero echando humo—. Debería casarse con ella. Eso es lo que yo hubiera hecho en su lugar. Me habría casado con ella. Pero se, que hablarle a usted de eso es perder el tiempo, mi voz es Vox clamantis... (10)
—Ante Porcos
Y no trate usted, también de engañarme con Cristo. No vaya ni se degrade tan lejos. Estese contento en ser una rareza sicológica.   Eso ya es bastante…

Esa tarde Prosdocimo, contra todos sus usuales hábitos,  gasto 256 liras en comprar Brandy. Y después el se encerró en su apartamento (y un  terrífico crujido de los cerrojos metálicos asusto a todos los otros inquilinos). Entonces él palpó su coral amuleto 32 veces, 32 es el quinto poder  de 2, y 256 es el octavo. Dos es el número genético: de la ameba y de los mamíferos y del  homo sapiens. Cinco es un número perfecto y así es el doce, de acuerdo a la gnosis de los pitagóricos. Entonces el conto y recontó los vales de las 4000 liras, como si ellas hubiesen sido 400 liras. Entonces los beso. Él agrego 96 liras para completar 496 el cual es el doceavo poder de 2. El numero generativo de las notas de1000 liras. Entonces, el volvió a besar el lote completo una vez más. Y después escondió los vales en el libro de Tractatus de lapide philosophico  de Santo Tomas de Aquino. Pero pronto cambio de opinión y los puso en Las Confesiones de J.J Rousseau. Entonces, Prosdocimo  perdió su compostura porque la sirvienta de uno de los apartamentos contiguos, estaba hablando por teléfono con un novio y sus patrones estaban lejos. Entonces, Prosdocimo, comenzó a golpear el piso mientras gritaba: ramera, ramera, ramera, ramera…Hasta que ella, mucho después dejo de hablar por teléfono.   Entonces él recordó el Brandy y se lo acabo de un solo golpe, así como un niño glotón  se bebe de sopetón su pepe. Luego él se sentó a la mesa, encendió una lámpara,  se froto sus manos: y comenzó con una voz desafinada a cantarse a si mismo,  mientras trataba de cambiar el refectorio de su pluma: «Sicológica rareza, sicológica rareza…»

Entre cenizas de batallas pasadas…




Notas bibliográficas

1. Daniel Sada, Atrás quedo lo disperso (cuento) Letras Libres, mayo 2010
2. Wikipedia
3. Castillo, Diego. Carlos Emilio Gadda un escritor destructivo. Arcadia, 2017
4. Idem., 2017
5. Idem., 2017
6. Bonaccorsi,Angela. Letteratura italiana: Gadda. Letteratura italiana del Novecento opere di GADDA. Commento critico Angela Bonaccorsi. I racconti - Accoppiamenti giudiziosi.

Notas de traducción

1. Comendador, por lo general miembro a quien se le ha concedido su entrada a una orden de caballería, medieval  o religiosa,  gozaba de derechos y obligaciones. En el orden civil, se estila incorporar a empresarios o gente poderosa, pero también se ha abusado seleccionado a gente pomposa y sin ningún merito.    
2.Befana La Befana (o Strega Befana) es una figura típica del folclore italiano. Su nombre deriva de la palabra epifanía, a cuya festividad religiosa está unida a la figura de la Befana.1 Pertenece por tanto a las figuras folclóricas, repartidoras de regalos, vinculadas a las festividades navideñas. Tomado de Wikipedia. Ademas, «La storia della befana inizia nella notte dei tempi e discende da tradizioni magiche precristiane. Il termine “Befana” deriva dal greco “Epifania”, ovvero “apparizione” o “manifestazione”. La Befana si festeggia, quindi, nel giorno dell’Epifania, che solitamente chiude il periodo di vacanze natalizie. Nella tradizione cristiana, la storia della befana è strettamente legata a quella dei Re Magi. La leggenda narra che in una freddissima notte d’inverno Baldassare, Gasparre e Melchiorre, nel lungo viaggio per arrivare a Betlemme da Gesù Bambino, non riuscendo a trovare la strada, chiesero informazioni ad una vecchietta che indicò loro il cammino. I Re Magi, allora, invitarono la donna ad unirsi a loro, ma, nonostante le insistenze la vecchina rifiutò. Una volta che i Re Magi se ne furono andati, essa si pentì di non averli seguiti e allora preparò un sacco pieno di dolci e si mise a cercarli, ma senza successo. La vecchietta, quindi, iniziò a bussare ad ogni porta, regalando ad ogni bambino che incontrava dei dolcetti, nella speranza che uno di loro fosse proprio Gesù Bambino. Tomado de La storia della Befana. La Befana vien di notte
3. El Poeta con relación a Gabrielle D'Anunccio que era un poeta de referencia, especie de arbitro del buen gusto de su época. De ahí que Gadda se refiera irónicamente a él, y lo etiquete de «toda una elegancia almidonada».
4. Aun entre parientes hay  serpientes  y aun entre amigos hay enemigos. Alude a la imagen idealizada que tenia Eucarpio de la familia y de los amigos sobretodo de su infancia.
5. Quel Tale. Juego de palabras para señalar o nombrar a Mussolini. Algo así, como Ese hombre, Ese Tal, Ese tal por Cual. Todas en sentido peyorativo o de insignificancia.   
6. Corcoma: tumor maligno
7. Lo  más notable es el carácter singular y extraordinario que representa Prosdocimo.
8. Referencia a Renzo y Lucia, principales personajes de la novela Los Novios, cumbre del romanticismo italiano, escrita por Alejandro Monzoni. 
9. De la misma novela, Bravucones, especie  de mercenarios a disposición de los poderosos.  Dos de ellos esperan a Don Abundo  en el camino para ordenarle que no case a Lucia con Lorenzo, esto por orden de Don Rodrigo.  En el primer capitulo de Los novios de Alejandro Monzoni.
10. Vox clamatis, referencia a lo inútil que es cambiar a Prosdocimo. Vox Clamatis hace alusión a la voz que clama en el desierto de Juan el Bautista.  A lo que Prosdocimo responde cínicamente: Ante Porcos (antes puerco en alusión a que a los puercos no se les dan perlas).

Créditos

Traducción Plaza de las palabras

Ilustración

Carlos Emilio Gadda, foto, Wikipedia
Foto de portada de libro I Racconti Accoppiamenti Giudizioce
Dibujos por Plaza de las palabras