Cine :Diez joyas de la novela negra


Diez joyas de la novela negra
Antes de nada, lo primero que debemos aclarar es a qué se llama exactamente novela negra. Y aquí nos encontramos con el primer escollo a salvar. Podríamos decir sin riesgo a equivocarnos mucho, que la novela negra es una rama de la novela policíaca clásica en la que el crimen, la investigación, y la intriga son los únicos ingredientes principales. En la novela negra, junto a estos conceptos, interactúa con mucha fuerza uno nuevo, “la realidad social”.
Es decir, no encontraríamos ante una novela detectivesca donde a la intriga policíaca pura y dura se une, por un lado, la crítica y la denuncia social, y por otro, la marcada personalidad de sus protagonistas, lo que origina que éstos actúen de una forma ligeramente diferente a como lo hacen en la novela policíaca clásica. A esto, además, habría que añadir un mayor dinamismo y violencia en el desarrollo de la trama.
Diez joyas de la novela negra
Pero en la práctica resulta difícil establecer los límites entre novela policíaca y novela negra, y de ahí que hoy en día haya una tendencia generalizada a clasificar como novela negra a todo aquello que huela a novela policíaca. Después de leer diferentes comentarios al respecto, he llegado a la conclusión de que ni siquiera los eruditos en la materia se ponen de acuerdo en dónde establecer estos límites.
Sin embargo, y dejando a un lado el concepto, el porqué del apelativo de novela negra es una cuestión que está bastante más clara. Se debió en gran medida a la publicación de estos relatos en la revista del género pulp “Black Mask”, creada en el año 1920 y que tuvo una exitosa acogida entre el público norteamericano. Después, en el año 1945 la Editorial francesa Gallimard editó una colección de libros que bautizó con el nombre de “Série Noire” por el color de sus portadas (negras con una cinta amarilla alrededor), que aglutinaba lo mejor y más selecto de la novela de detectives norteamericana. Estas dos célebres publicaciones, añadido a los ambientes oscuros que en ellas se reflejaban, fueron en su conjunto los elementos que consolidaron  la denominación de “novela negra”.
Portadas de la revista Black Mask


Portadas de la revista Black Mask
Algunos citan a Edgar Allan Poe como padre de “este género”, con sus relatos Los asesinatos de la calle Morgue (1841), El misterio de Marie Roget (1842) y La carta robada (1849), que tienen como principal protagonista al detective aficionado Auguste Dupin. Pero os preguntaréis ¿a qué género te refieres, al policiaco o al negro? Una buena pregunta para la que, francamente, no tengo respuesta.
Lo que sí parece mas generalizado, es que hablar de novela negra es hablar de dos grandes pioneros del género, Raymond Chandler, creador del detective Philip Marlowe, y de Dashiell Hammett, creador del detective Sam Spade, al que muchos asociaremos con la imagen de un joven Humphrey Bogart.
Diez joyas de la novela negra
Bueno, pues teniendo en cuenta todas estas cuestiones (fundamentalmente la de que hay una tendencia generalizada a llamar novela negra a la novela policíaca), os traigo aquí una pequeña selección de diez títulos relacionados con este género que no podemos, ni debemos, dejar de leer. Tengo claro que en esta lista no están todos los que son, pero también tengo claro que sí son todos los que están.
Os dejo con ellos. Qué los disfrutéis.

Los asesinatos de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe

Los crimenes de la calle Morgue. Edgar Allan Poe.

Los crimenes de la calle Morgue. Edgar Allan Poe.
En realidad no se trata de una novela, si no de un relato corto, el primero de la trilogía protagonizada por el detective creado por Poe, Monsieur C. Auguste Dupin, junto con El misterio de Marie Rogêt y La carta robada. Pero he querido incluirlo en esta lista, y además en primer lugar, porque como ya he dicho anteriormente, está calificada por muchos como la primera obra de éste género. El texto fue publicado por primera vez en el año 1841 en la revista Graham’s Magazine, de Filadelfia, y para su composición el autor se inspiró “libremente” en un caso real.
Un bárbaro asesinato de dos mujeres, madre e hija, se ha producido en un apartamento de una populosa calle de París. Las primeras pesquisas que lleva a cabo la brigada de investigaciones no dan resultado alguno, evidenciándose la impotencia de la policía para esclarecer los hechos. Finalmente se hace cargo del asunto un detective aficionado, Monsieur Dupin, quien tras intensa y brillante investigación, resuelve el caso al ofrecer una explicación extraordinaria.

El sabueso de los Baskerville, de Arthur Ignatius Conan Doyle

El sabueso de los Baskerville. Arthur Ignatius Conan Doyle

El sabueso de los Baskerville. Arthur Ignatius Conan Doyle
Publicada en el año 1902, El sabueso de los Baskerville, es la más célebre de las novelas protagonizadas por Sherlock Holmes. Según cuentan las crónicas, Conan Doyle se encontraba en Cromer (Norflok) charlando con un amigo cuando éste le habló de la leyenda del perro feroz y fantasmal de un páramo próximo a la siniestra prisión de Dartmoor. El escritor se entusiasmo con la historia y los dos viajaron al lugar de la leyenda. En ese mismo viajé nació el argumento del libro.
El detective Sherlock Holmes, escoltado por el doctor Watson, acude a una antigua y lúgubre mansión para intentar resolver un misterioso crimen. Sobre los habitantes de la casa de los Baskerville pesa una terrible leyenda: un demonio, en forma de perro gigantesco, se les aparece cuando suena la hora de su muerte. Y la leyenda ha recobrado su valor sugestivo con la muerte inesperada de sir Charles, el último de los Baskerville que vivía en la antigua casa, y por los horribles aullidos que de tarde en tarde se escuchan en dirección a los pantanos de Grimpen.
De esta novela se rodaron cerca de 30 versiones, entre películas y series de televisión. La primera fue rodada en 1921, siendo el papel de Sherlock interpretado por Eille Norwood. Posteriormente, en 1939, Sidney Lanfield dirigió una versión protagonizada por Basil Rathbone y Nigel Bruce, para muchos los mejores Holmes y Watson, respectivamente.
Fotograma de la pelicula protagonizada en el año 1959 por Peter Cushing

Fotograma de la pelicula protagonizada en el año 1959 por Peter Cushing
Pero quizás la más popular, o al menos la mas conocida, es la que se estrenó en el año 1959, con guión de Peter Bryan, dirigida por Terence Fisher, y protagonizada, entre otros, por Peter Cushing (Sherlock Holmes), André Morell (Dr. John Watson), Christopher Lee (Sir Henry), y Marla Landi (Cecile Stapleton).

El halcón maltés, de Samuel Dashiell Hammett

El halcón maltés. Samuel Dashiell Hammett

El halcón maltés. Samuel Dashiell Hammett
En 1930 se publicaba esta novela protagonizada por Sam Spade, un detective de ficción, inflexible, irónico y duro, creado por el escritor estadounidense Dashiell Hammett.
Una estatuilla con figura de halcón que los caballeros de la Orden de Malta regalaron al emperador Carlos V en 1530 ha sido objeto, durante más de cuatro siglos, de robos y extravíos. Cuando, tras mil peripecias, llega a la ciudad de San Francisco, un grupo de delincuentes trata de apoderarse de ella, lo que da lugar a conflictos, asesinatos y pasiones exacerbadas. A ello contribuye el detective Sam Spade mediante el empleo de la violencia más cruda y la creación de situaciones arriesgadas e imprevisibles, aunque siempre esclarecedoras.
Fotograma de la película protagonizada en el año 1941 por Humphrey Bogart

Humphrey Bogart es Sam Spade en El Halcón maltés
Diversas adaptaciones de la novela fueron llevadas a la pantalla, pero sin duda la mas famosa es la realizada en 1941 por John Huston, y protagonizada por Humphrey Bogart en el papel de Spade. Completan el reparto Mary Astor, Gladys George, Peter Lorre, Barton MacLane, Lee Patrick, Sydney Greenstreet, Elisha Cook Jr., Ward Bond, Walter Huston, y Jerome Cowan

El Cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain

l Cartero siempre llama dos veces. James M. Cain

El Cartero siempre llama dos veces. James M. Cain
Publicada en el año 1934, se trata de una novela de acción rápida y de extensión breve, puesto que apenas llega a las 100 páginas en la mayoría de sus ediciones. La novela tuvo un gran éxito desde su publicación, aunque llegó a ser prohibida por las autoridades de Boston por su contenido de violencia y sexo, una mezcla explosiva que causó conmoción en su momento. Hoy en día es considerada una de las obras cumbres del género negro.
Frank, un trotamundos sin empleo, narra en primera persona la atracción que siente por Cora, la esposa de un emigrante de origen griego propietario de una taberna en California, y cómo se vuelven amantes unidos por el ardor y la ambición. Ambos idean un “accidente” para que éste muera. Pero las cosas no son tan sencillas y no será tan fácil librarse del viejo marido. La cantidad de intereses creados en el caso golpea y debilita la confianza mutua de la flamante pareja. Y habrá que contar, además, con el inescrutable destino, ese cartero que siempre llama dos veces.
Jack Nicholson, y Jessica Lange dan vida a Frank y a Cora

Jack Nicholson, y Jessica Lange dan vida a Frank y a Cora
En el año 1981, Bob Rafelson, con guión David Mamet, llevaría al cine con gran éxito una adaptación de esta novela. Jack Nicholson, y Jessica Lange serían los encargados de dar vida a sus protagonistas.

¿Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy

¿Acaso no matan a los caballos?. Horace McCoy

¿Acaso no matan a los caballos?. Horace McCoy
Publicada en el año 1935, esta novela está considerada como un ejemplo de la novela negra.
La Gran Depresión de los años treinta obligó a mucha gente a tomar medidas desesperadas para sobrevivir. Los concursos de resistencia de baile, que florecieron en aquella época, parecían una manera fácil de ganar dinero extra, uno sólo tenía que bailar hasta caer rendido. En esta novela asistiremos, hora tras hora, al escalofriante espectáculo que dan dos de los bailarines.
La historia cuenta la tragedia ocurrida durante uno de esos maratones de baile. Gloria, una de las participantes, cansada de buscar trabajo, pide a su compañero que la libere de su sufrimiento. Robert se apiadará de ella como si de un caballo herido se tratara.
Jane Fonda y Michael Sarrazin, en Danzad, danzad, malditos.

Jane Fonda y Michael Sarrazin, en Danzad, danzad, malditos.
Sydney Pollack llevó al cine en el año 1969 la adaptación de esta novela, que fue comercializada en España bajo el título de Danzad, danzad, malditos. Jane Fonda, y Michael Sarrazin, en los papeles de Gloria y Robert, respectivamente, protagonizarían esta película.

Diez negritos, de Agatha Christie

Diez negritos. Agatha Christie
Diez negritos. Agatha Christie
Inicialmente, cuando se publicó en el año 1939 en Gran Bretaña, llevaba el título de Diez negritos. Posteriormente, en épocas de mayor sensibilidad social se editó bajo el título de Y no quedó ninguno. En Estados Unidos se publicó con el títuloDiez inditos.
Curiosamente, esta novela no está protagonizada por ninguno de los detectives habituales de Ágata Christie, Poirot y Miss Marple, entre otras cosas, porque no existe la figura del policía investigador.
Diez personas reciben cartas firmadas por un desconocido Mr. Owen, que las invita a pasar unos días en la mansión que tiene en uno de los islotes de la costa de Devon. La primera noche, después de la cena, una voz los acusa, de ser culpables de un crimen. Lo que parece ser una broma macabra se convierte en una espantosa realidad cuando, uno por uno, los diez invitados son asesinados en un atmósfera de miedo y mutuas recriminaciones. La clave parece estar en una vieja canción infantil: ‘Diez negritos se fueron a cenar, uno se ahogó y quedaron nueve. Nueve negritos trasnocharon mucho, uno no despertó, y quedaron ocho…’.
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Fotograma de la película Diez negritos.

Fotograma de la película Diez negritos.
Al menos en tres ocasiones esta novela ha sido llevada a la gran pantalla. La primera en el año 1945, bajo la dirección de René Clair. Posteriormente, en los años 1965 y 1974, fueron George Pollock, y Peter Collinson, respectivamente, los encargados de dirigir sendas adaptaciones.

El largo adiós, de Raymond Thornton Chandler

El largo adiós. Raymond Thornton Chandler

El largo adiós. Raymond Thornton Chandler
Esta novela, publicada en el año 1953, es la más extensa de las novelas de Raymond Chandler, creador de uno de los detectives privados ficticios más conocidos, Philip Marlowe, a quien dio vida por primera vez allá por el año 1934 con una historia corta denominada Finger Man.
El largo adiós discurre a través de una compleja trama. Philip Marlowe entabla una breve amistad con Terry Lennox, millonario consorte y veterano de guerra. La frágil naturaleza existencial de Lennox hace que enseguida Marlowe sienta simpatía por él. Es por ello que le ayuda a llegar a la frontera, desde donde Lennox tiene la intención de recuperar su vida lejos del entorno de su acaudalada mujer. La cosa se complica cuando la esposa de aparece brutalmente asesinada en el domicilio conyugal. Marlowe se ve implicado como sospechoso y cómplice del crimen, pero está firmemente convencido de que Terry Lennox no tiene nada que ver en este sucio asunto.
Elliott Gould en el papel del detective Philip Marlowe.

Elliott Gould en el papel del detective Philip Marlowe.
En el año 1973, Elliott Gould daría vida en la gran pantalla al detective Philip Marlowe, bajo la atenta dirección de Robert Altman, en un guión de Leigh Brackett.

1280 almas, de James Myers Thompson

1280 almas. James Myers Thompson

1280 almas. James Myers Thompson
Escrita por James M. Thompson, excepcional escritor aunque atormentado por el alcohol y maldito en su tiempo, está catalogada como un clásico de la novela negra. Fue publicada por primera vez en el año 1964. Thompson no sólo es conocido por los amantes de la literatura, sino también por los amantes del cine, desde que Stanley Kubrick acudiera a él para realizar los guiones de dos grandes películas,  Atraco perfecto y Senderos de gloria.
En 1280 almas el delincuente es el protagonista. Como sheriff de Potts County, una pequeña población rural de la América más profunda, Nick Corey dedica gran parte de su tiempo a comer, dormir y eludir los problemas que surgen en el pueblo. Su máximo deseo es que la gente lo deje en paz. Pero, ante la proximidad de las elecciones, Nick Corey ve que su permanencia en el cargo peligra y por ello decide poner remedio a la situación. La solución que adopta no es la que anhelan los 1.280 habitantes del pueblo, es decir, que ponga fin a su haraganería y corrupción, sino que más bien consiste en «limpiar» el pueblo. Empezará por un par de tipejos que tienen por costumbre mofarse de él y seguirá con unos cuantos habitantes más. La cuestión es apartar de su camino a las personas que más le incordian.
Fotograma de la película "Coup de torchon" basada en la novela "1280 almas"

Fotograma de la película "Coup de torchon" basada en la novela "1280 almas"
Bajo el título original de “Coup de torchon”, Bertrand Tavernier dirigiría y guionizaría en el año 1981 una adaptación algo libre de esta novela. Ambientada en la África colonial francesa de 1938, relata la historia de un inepto jefe de policía que pretende implantar la justicia por su propia mano. Fue nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa en el año 1982.

Los mares del Sur, de Manuel Vázquez Montalbán

Los mares del sur. Manuel Vázquez Montalbán

Los mares del Sur. Manuel Vázquez Montalbán
No podía faltar en esta lista alguno de los títulos del escritor español Manuel Vázquez Montalbán, famoso por sus novelas de este género protagonizadas por el detective de su invención, Pepe Carvalho.
Los mares del Sur se desarrolla en la Barcelona de 1979. Stuart Pedrell, un importante hombre de negocios, aparece muerto cuando todo el mundo le suponía haciendo un viaje por la Polinesia. El detective Pepe Carvalho tiene que investigar el crimen y poco a poco empieza a conocer la peculiar personalidad de la víctima y su obsesión por seguir los pasos de Gauguin e irse a los mares del Sur. Una novela que refleja los conflictos personales y colectivos de la España de entonces.Juanjo Puigcorbé en una de las interpretaciones de Pepe Carvalho

Juanjo Puigcorbé en una de las interpretaciones de Pepe Carvalho
En el año 1992, el actor español Juan Luis Galiardo, dirigido por Manuel Esteban Marquilles, protagonizaría la adaptación cinematográfica de esta novela. Pero quizás sea la imagen del también actor español, Juanjo Puigcorbé, la que, tras interpretar a Carvalho en seis adaptaciones cinematográficas, relacionemos más con este popular detective.

Asesinos sin rostro, de Henning Mankell

Asesinos sin rostro. Henning Mankell


Asesinos sin rostro. Henning Mankell
Henning Mankell es un escritor y dramaturgo sueco, nacido en el año 1948, reconocido internacionalmente por su serie de novela negra sobre el inspector de policía Wallander, un personaje repleto de humanidad y de sensibilidad cotidiana.
Asesinos sin rostro, es la primera novela de esta serie y fue publicada por primera vez en el año 1991.
En este histórico primer encuentro con sus lectores, el inspector Wallander debe resolver un caso casi tan complicado como su vida personal. Mientras procura desenmascarar a los despiadados asesinos de una anciana que ha muerto con la palabra “extranjero” en la boca antes de que los prejuicios raciales latentes en la comunidad desaten una ola de violencia vengadora, Wallander debe enfrentar el abandono de su esposa, la hostilidad de su hija, la demencia senil de su padre y hasta su propio deterioro físico a causa del exceso de alcohol y comida barata y la falta de sueño.
Aunque me han hablado muy bien de ella, y por eso la incluyo en esta lista, confieso que todavía no he leído esta novela, pero prometo hacerlo en breve y, por supuesto, hacer la correspondiente reseña.
Rolf Lassgard interpreta al inspector Vallander

Rolf Lassgard interpreta al inspector Wallander
Y cómo no, también tenemos película de esta novela. Se trata en esta ocasión de una producción sueca, dirigida en el año 1995 por Pelle Berglund, e interpretada por Rolf Lassgard en el papel de Wallander.

Y estas son mis diez recomendaciones, las diez joyas de las que hablo en el título.
Pero no quiero cerrar este post sin hablaros de un libro que me han recomendado recientemente, también relacionado con este género, y que he decidido incluirlo en esta entrada a modo de “propina” a nuestros lectores. Se trata de la novela ganadora del XXXII Premio Ateneo de Sevilla, Bellísimas personas, del catalán Andrey Martin Farrero.

Bellísimas personas (2000 ), de Andreu Martín Farrero

Bellísimas personas. Andreu Martín Farrero

Bellísimas personas. Andreu Martín Farrero
En Barcelona, a finales de 1978, a punto de ser abolida por fin la pena de muerte en España, secuestran al niño Daniel Cortés. Casi veinte años después, cuando Ramón Estévez, alias el Mentiroso de Cornellá -acusado del secuestro y que ya disfruta del régimen abierto-, acaba de cumplir su condena, una joven periodista decide investigar el suceso. Pero pronto aquella investigación aparentemente inofensiva se convertirá en un vertiginosos descenso a los infiernos, en busca de las verdaderas razones del criminal y de las más profundas raíces del crimen.



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Los crímenes de la calle Morgue

Edgar Allan Poe

Suele decirse que la vida de Edgar Allan Poe fue desventurada, por la pobreza, el alcohol y su neurosis. Pero eso es mirar las cosas desde fuera: nunca sabremos la dicha envidiable que le procuró escribir El escarabajo de oro o El extraño caso de Mr. Valdemar. Lo indudable es que inventó el género detectivesco: el perspicaz diletante Auguste Dupin y su fiel cronista prefiguran ya a Holmes y Watson, Poirot y Hastings, Philo Vance y Van Dine… En esta novela corta aparecen el criminal imposible, el desconcierto de los testigos y un ambiente fantasmagórico, inolvidable. La Rue Morgue no está en París, pero el París finisecular está en esa sombría callejuela literaria. Un corresponsal francés preguntó a Lovecraft cuándo había viajado al París que ambientaba uno de sus cuentos y HPL repuso: "With Poe, in a dream”.


La piedra lunar

Wilkie Collins
Borges aseguró que ésta es "la novela policial más larga que se ha escrito y probablemente la mejor". Sin duda no es ya la más larga, dada la desventurada manía actual de estirar las tramas para ofrecer frescos sociales de toda Suecia o de la Rusia zarista, pero sigue siendo de las mejores. Wilkie Collins, amigo y competidor de Dickens (cuya última novela, inacabada, también es un enigma: El misterio de Edwin Drood), utiliza magistralmente los recursos del folletín para narrar el robo de un diamante fabuloso y maldito. No faltan indios misteriosos, amores angustiados, fumaderos de opio, crímenes, suicidios... ni el primer mayordomo del género, el simpático Betteredge. El gran detective, el sargento Cuff, fracasa en su primer intento de resolver el embrollo y se ausenta del relato para reaparecer al final con la explicación genial...


El sabueso de Baskerville

Arthur Conan Doyle
Quizá en toda la literatura moderna no haya pareja más eternamente reconocible que Sherlock Holmes y Watson. Un siglo después de su primera aparición, siguen protagonizando aventuras que imitan a las originales o les hacen viajar por el mundo y por el tiempo, hasta por el espacio intergaláctico... A diferencia de nosotros, sus lectores, ellos sólo conocen la muerte seguida de inmediata resurrección. De hecho, esta novela fue escrita por Conan Doyle tras su primer intento frustrado de liquidar al héroe. Una vez leída, ya nunca olvidamos el páramo de Dartmoor, con sus traidoras arenas movedizas, ni el aullido nocturno del perro espectral. La emoción, la intriga, el peligro y la deducción se combinan en el relato de tal modo que podemos concederle sin exagerar la inusual categoría de perfecto.

El misterio del cuarto amarillo

Gaston Leroux
Un poco al modo de Ramón del Valle-Inclán, Gaston Leroux reflejó el mundo en los espejos deformantes de su personal callejón del Gato... Sus novelas presentan situaciones desaforadas, truculentas o macabras, por lo general barnizadas con un especialísimo humor. Y a veces con rara fuerza poética, como su admirable El fantasma de la ópera, una obra maestra de la que la mayoría sólo conoce versiones cinematográficas o musicales. Creó el personaje de Rouletabille, un periodista que viaja por países y enigmas como una especie de Tintín adulto. Precisamente su primera aventura es este libro, que también inaugura un subgénero ilustre: el crimen aparentemente imposible en una habitación cerrada. La continuación de este misterio fue El perfume de la dama enlutada, inferior en todo a la primera parte salvo en el título.


Arsenio Lupin contra Herlock Sholmes

Maurice Leblanc
El éxito popular de Holmes exigía inevitablemente la aparición de héroes delincuentes de rango semejante. El propio Conan Doyle inventó al profesor Moriarty, genio del mal cuya diabólica destreza a punto está de liquidar al hombre de Baker Street. Otros autores patentan protagonistas "buenos", aunque persigan la justicia desde fuera de la ley. Por ejemplo Raffles, un ladrón no carente de código del honor creado por el mismísimo cuñado de Conan Doyle. En los años cincuenta del siglo pasado aparece el Barón, otro ladrón de joyas -fruto de la imaginación de Anthony Morton- que siempre se enfrenta con criminales peores que él. Entre todos destaca el caballero Auguste Dupin, seductor y defensor de los débiles, elegante, cosmopolita... muy francés. Y que logra cantarle las cuarenta al bárbaro anglosajón.

El candor del Padre Brown

G. K. Chesterton
Las novelas de misterio suelen tener dos modelos de protagonista: el detective amateur (sofisticado, extravagante, genialoide) y el inspector de policía (tenaz, metódico, de apariencia gris, incorruptible). En ninguno de los dos encaja el Padre Brown, un curita humilde, bonachón y con algo de retranca. Todo crimen es, claro, un delito pero también un desafío moral: un pecado. El Padre Brown se plantea ante todo tal desafío y resuelve los casos gracias a su experiencia humana de confesionario, aliada a una enorme perspicacia. Todos los enigmas que afronta son paradójicos y rebosan imaginación humorística, porque tales son las características de su incomparable autor, el entrañable británico G. K. (iniciales de Gilber Keith) Chesterton al que veneran los creyentes y adoramos los paganos...

El asesinato de Rogelio Ackroyd

Agatha Christie
Esta página de novelas de misterio excelentes podría haberse completado sin desdoro sólo con las de la tía Agatha, porque al menos un tercio de las que escribió merecen figurar aquí.
Christie dominó como nadie el arte de introducir el mal en lo cotidiano y borrar las pistas: uno de sus trucos favoritos fue que el criminal resultara a fin de cuentas el primer sospechoso, al que el lector resabiado descarta de entrada.
A diferencia de otras autoras del género, Agatha Christie no se enamoró de su pluscuamperfecto Hercules Poirot y siempre le dedicó una mirada irónica y a veces algo cruel.
En El asesinato de Rogelio Ackroyd, la británica se superó a sí misma y de paso desconcertó a los teóricos de la voz narrativa.

Los nueve sastres

Dorothy L. Sayer
El género de misterio es el favorito de las damas: además de Agatha Christie, lo han cultivado muy bien Ngaio Marsh, Margery Allingham, P. D. James, Ruth Rendell, Ellis Peters o Patricia Highsmith, entre muchas. Pero quizá ninguna mejor que Dorothy L. Sayers, cuyas tramas no sólo son ingeniosas sino inusualmente verosímiles.
Dorothy L. Sayers fue una escritora fina y cultivada (tradujo a Dante), capaz de crear ambientes y personajes realmente creíbles, de lo que es buen ejemplo Los nueve sastres, esta intriga memorable de campanario. Pero ella, ay, sí que se enamoró de su protagonista, el aristócrata lord Peter Wimsey, que suele resultarle al lector menos irresistible que inaguantable por exceso de sangre azul.


El tribunal de fuego

John Dickson Carr
John Dickson Carr, el más inglés de los autores de misterio, nació, lógicamente, en Pensilvania (para compensar, el más americano de los escritores de novela negra, James Hadley Chase, nació y vivió siempre en Londres). Sus novelas, casi todas teñidas de humor, se centran sobre casos aparentemente imposibles: cuartos cerrados o inaccesibles, armas inencontrables...
Una de ellas presenta un crimen con múltiples testigos y hasta filmado por una cámara, pero no menos insoluble. Alternó dos protagonistas: el doctor Gideon Fell, álter ego de Chesterton, y sir Henry Merrivale, sosias de Churchill. A veces juega con apariencias sobrenaturales, como en este relato, El tribunal de fuego, que tiene dos soluciones, una racional y otra mágica.


El monasterio encantado

Robert van Gulik
A partir del éxito de El nombre de la rosa ha proliferado de modo inaguantable la novela de misterio cum novela histórica: hoy padecemos detectives romanos, griegos, egipcios, medievales, barrocos, románticos, etcétera... Nada tienen que ver con esa moda los relatos del juez Ti (siglo VII después de Cristo en China), obra del antropólogo holandés Van Gulik (célebre por Historia de la sexualidad en la Antigua China, cuyos pasajes escabrosos estaban transcritos en latín). No sólo están bien ambientados en el pasado oriental que su autor conocía como nadie, sino que son tramas intrigantes y divertidísimas a la altura de lo mejor del género. Ni una de las novelas de Van Gulik es mediocre o decepcionante pero elijo El monasterio encantado porque en ella sale además un oso feroz, recompensa colateral muy de mi gusto.


El caso Saint-Fiacre

Georges Simenon
La Academia Sueca perdió el pasado siglo una oportunidad dorada de ser justa y hacerse popular juntamente al no conceder el Nobel al belga George Simenon. Quizá escribió novelas malas pero yo, que he leído tantas suyas, nunca tropecé con ellas. Su comisario Maigret es un arquetipo: los inspectores del género nacen a su imagen y semejanza, como los detectives a la de Sherlock Holmes. Pesado, serio, pesimista, tragón y gruñón, Maigret no es un personaje sino una persona. Sus casos son naturalistas y a menudo sórdidos, pero literariamente irresistibles: nadie menos luminoso que él y sin embargo da a luz una forma ambigua de justicia. Los criminales quieren engañar a la sociedad, la tarea de Maigret es desengañarnos aunque nunca nos deje tranquilos.


El hombre demolido

Alfred Bester
El género policiaco o de misterio se ha revelado como el más portátil de todos: arraiga en los suelos geográfica o históricamente más diversos. Lo difícil es que el decorado no termine prevaleciendo sobre la intriga.
También ha encontrado albergue ocasional en la ciencia ficción y no sin aciertos indudables, como Una investigación filosófica, del escocés Philip Kerr. Pero el clásico indudable del subgénero sigue siendo esta novela de Alfred Bester, El hombre demolido, escrita en los años cincuenta del siglo pasado (lo que nos permite medir al leerla lo ayer imaginable e inimaginable de nuestro presente).
Además de la originalidad de su intriga y de su estilo, El hombre demolido contiene un imprevisto alegato final contra la pena de muerte.

El percherón mortal

John Franklin Bardin
Descubrí El percherón mortal, esta novela magistral, como tantas otras cosas buenas, gracias a Guillermo Cabrera Infante. Si el adjetivo "alucinante" puede aplicarse con razón a algún relato es a éste. Aquí se codean las apariencias sobrenaturales con la amenaza de la locura, cuya naturaleza apenas conocemos. Sólo puedo decir que no se parece a ninguna otra obra del género y que Edgard Allan Poe o Robert Louis Stevenson la hubieran firmado gustosos.
El estadounidense John Franklin Bardin escribió otras novelas más o menos policiales, siempre interesantes y todas impregnadas por el temor a la demencia que le obsesionaba pero ninguna a la altura de la pesadilla del temible percherón.

El nombre de la rosa
Umberto Eco

En principio, la idea de un reputado semiótico metido a novelista de misterio es más bien alarmante: pero Umberto Eco salió con bien de este insólito reto, lo que ya no puede asegurarse -a mi juicio- del resto de sus incursiones en el campo de la ficción.

La combinación de erudición, teología y humor del escritor italiano funciona aquí perfectamente al servicio de una intriga que no falla ante las exigencias del género.Lo único que cabe deplorar es que el enorme éxito de su popular novela El nombre de la rosa incitase a cientos de imitaciones seudohistóricas que pocas veces -las obras de fray Cadfael de Ellis Peters son una de las excepciones- merecen ni de pasada comparación con ella.



Huye rápido, vete lejos

Fred Vargas
(Probablemente Fred Vargas (Frédérique Audouin-Rouzeau))
es considerada una escritora menor por los mismos que toman monumentos de aerofagia tipo Las benévolas de Jonathan Littell por gran literatura. Yo, en cambio, la tengo por una de las mejores novelistas francesas del momento, en cualquier género y categoría.
Sus misterios están llenos de inventiva, de observación, de ironía, de personajes memorables y de fantasía truculenta a lo Gaston Leroux. Y su inspector Adamsberg es un tipo con el que nadie sensato desdeñaría tomar un trago cualquier tarde. Huye rápido, vete lejos, además, presenta un retrato urbano que logra hacer con París lo que Woody Allen suele conseguir de Manhattan, lo cual no es poco.


Corpus delicti

Andreu Martín
Aunque gran parte de las novelas que hoy se escriben en España no logran prescindir de los templarios o la Guerra Civil en sus argumentos, algunos audaces intentan y consiguen aceptables novelas de misterio: Manuel Vázquez Montalbán, Alicia Giménez Bartlett, Juan Madrid o José María Guelbenzu.
Mi preferido es Andreu Martín, autor prolífico que no ha desdeñado también cultivar -solo o en compañía de otros, como dicen los atestados judiciales- el relato para jóvenes. Corpus delicti es mi preferido de los suyos: el retrato espléndido y muy documentadamente veraz de un asesino en serie inglés visto "desde dentro", con matices crueles que no desdeñaría la Highsmith y un cierto regusto de los villanos empecinados pero llenos de angustia de Shakespeare

Fuente: http://elpais.com/diario/2008/01/05/babelia/1199494217_850215.html
http://revistaelazarinmovil.blogspot.com/2012/03/las-16-novelas-policiacas-que-deberias.html