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Libros: Hotel Singapur de Gerardo Fernández Fe. Voces corales en las reseñas críticas. Por plaza de las palabras

  


Plaza de las palabras en su sección Libros, reproduce a manera de voces corales cuatro reseñas críticas de la novela Hotel Singapur (2021) del escritor cubano Gerardo Fernández Fe.


 HOTEL DE SINGAPUR – LIBROS Y LITERATURA por Victoria Mera, poeta, traductora e inerprete española, reseña del 14 de abril del 2021. La de Un Libro al  Día del  16 de junio de 2021. Una mas de Libros que voy leyendo de  Francisco Javier Torres Gómez. Escritor y critico español. Finalmente, un fragmento de  Alejandro Gonzales Acosta, cubano, Doctorado en Letras UNAM. Profesor de Filosofía y Letras UNAM. Radicado en México. Cuya pieza critica Parábola de un País, la reseña mas extensa y de la cual solo reproducimos unos  extractos,  pero remitimos al lector al enlace original para leer la reseña completa, que da también da cabida a una introducción de la literatura cubana, reseña  publicada originalmente en la revista Letras Libres, No.282 / junio 2022. 


De las cuatro reseñas críticas remitimos al lector a los enlaces originales en que fueron publicadas. A manera de literatura comparada introducimos como acompañamiento una reseña del crítico y escritor Germán Gullon, escritor español, sobre el crítico literario estadunidense Edmund Wilson. Reseña de la cual solo citamos un par de frases, pero que también brindamos el enlace para leer el articulo completo. Y al final remitimos al lector a enlaces de fragmento de la novela Hotel Singapur publicado en RIALTA e Hypermediamegazine.



Cuatro críticos hospedados en el Hotel Singapur

A la caza de las  huellas de Gerardo Fernández Fe



Plaza de las palabras 


1

Cuatro críticos y reseñistas de está novela esgrimen sus palabras claves, Victoria Mera Libros y Literatura,  inicia su reseña con una frase extraída de la propia novela reseñada:  «Lo que es gracioso es cómo nos enteramos de una persona y lo extraterrestres que es cuando creamos una imagen completa de su existencia». Pero también apuesta por que esta es una novela coral. En esa secuencia coral, el reseñador  anónimo de Un Libro al  Día, asevera que los personajes no pierden peso. Todos por igual son importantes y pone el ejemplo de las películas de Francis Ford Coppola: «Si algo te enseña Francis Ford Coppola es que en una buena película no hay personajes secundarios. Todos sus personajes, en caso de emergencia, por decirlo de alguna manera, deberían poder cargar con el peso de la historia.». Agrega también este reseñista que la novela se pinta a manera de un mural. 


El tercer reseñista  Francisco Javier Torres Gómez de Libros que voy leyendo, aduce que la palabra clave de esta novela es desconcertante. Y  también agrega:  «Sinceramente, creo que estas quedan más que sobrepasadas desde el momento en el que el autor escribe, sin freno, sintiendo la libertad que le conceden las palabras, y lo hace como le dicta su alma. Podríamos decir que se trata del vuelo de un ave que desde las alturas ve su cuba natal y emite el juicio de las realidades que desde allí se captan, pero lo hace de un modo tan particular…»


Y finalmente Alejandro Gonzales Acosta en  Letras Libres, Hotel Singapur le parece una novela extraña, en que el autor actúa como un coleccionista que va recabando datos de los personajes. Dice también el reseñista :  «A la manera de un Dostoievski cubano, Fernández Fe escribe unas nuevas Memorias del subsuelo con seres fantasmagóricos, despojados, frustrados, envilecidos y no obstante aferrados a una última oportunidad; gente que supone que en algún momento esta llegará, por obra de una magia sorpresiva y definitiva. Estos personajes viven más en la memoria del pasado que en la circunstancia del presente, animados levemente por la ilusión y la fantasía, como el mecanismo de protección de una realidad decepcionante, vacía y repetitiva.» Al final de la reseña cita  a otro escritor y critico  Abilio Esteves quien afirma: «la gran victoria de este libro es justo poner en cuestión todos los límites, incluso los del género novelesco.»



2

Edmund Wilson en el Hotel Singapur


He aquí cuatro críticos y  cuatro excelentes reseñas, que cumplen su cometido, según el canon del crítico Edmund Wilson, en que otro escritor y critico German Gullon,   en un artículo Las lecciones de Edmund Wilson, el gran maestro de la crítica literaria, reseña el libro de Edmund Wilson:   Obra selecta. Edmund Wilson Edición y prólogo de Aurelio Major. Lumen, 2022. 936 pp. 29,90 €


Dice Gullon acerca de Edmund Wilson: «hombre culto, políglota, lector infatigable, amante de explicar la aportación de nuestros mejores, nunca dejó de lado el elemento social de la literatura. Y afirmó el papel extraordinario que le corresponde por derecho al crítico: ahondar en las páginas literarias para entender cómo somos las personas, el principal interrogante que Wilson quería despejar


Continúa Gullon: « Y añade: “el lector espera que quien reseña le cuente cómo es el libro, cómo está escrito, qué tipo de temperamento tiene el autor, y qué suerte de efecto produce” (pág. 874). Termina pidiéndole que cuando “reseñe para nosotros nos cuente un poco más sobre el estilo, el ‘ambiente’ y la personalidad del autor” (pág. 875).»


Criterios que de una u otra forma están implícitos y explícitos en las cuatro provocativas   reseñas que hemos puesto en el ruedo. Y que en su riqueza interpretativa le brindan al lector un panorama, si bien no total de toda la novela, si lo suficiente amplio para enfrascarse en su lectura, y por consiguiente recorrer el camino que plantea Gerardo Fernández Fe,   polifacético escritor cubano: poeta, novelista, ensayista y traductor. 


Y de esta también polifuncional novela: Hotel Singapur: historia, periodismo, dialogismo, testimonio, polifonía. No sabemos si también hay datos autobiográficos o retazos de memoria oídas.  Pero quetambienb remiten con acentos a veces lejanos pero otros muy a la vista, en que asoman entre otros destellos de Dostoyesky, Proust, Carver, Bukowky, Theodore Dreiser, Eliseo Alberto de Diego   y hasta de los existencialistas franceses. (Apuntan los críticos reseñados). Pero que además por la construcción meticulosa y vivencia de los personajes  en un ambiente alienado, se percibe la mirada sociológica, que uno detecta en Los hijos de Sánchez de Oscar Lewis, o por lo coherente y tajante de su prosa evoca, también en un ambiente alienado,   La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa.  


Por lo que Gerardo Fernández Fe, escritor rupturista,  que no se anda con ambages ni le pone límites a su prosa, ni se siente cómodo con un solo género sino que los trasgrede,   e intenta de todas las formas posibles brindar una prosa solida, renovada  y cautivadora. Novela en que seguramente estos cuatro críticos y reseñistas (o cinco o seis), se hospedan en el  Hotel Singapur,  cada uno con su propia mirada, siempre  al oído de las voces de estos vividos personajes y al acecho de las aristas  e intersticios de la arquitectura de esta provocativa novela que invita a visitar el Hotel Singapur y compartir con los críticos y reseñistas, al lado de Edmund Wilson.  



PRIMERA RESEÑA


HOTEL DE SINGAPUR – LIBROS Y

LITERATURA


Reseña del libro «Hotel Singapur», de Gerardo Fernández Fe


Victoria Mera 


«Lo que es gracioso es cómo nos enteramos de una persona y

lo extraterrestres que es cuando creamos una imagen

completa de su existencia».


Comenzar una reseña con una cita del libro en cuestión puede resultar extraño. Sin embargo, en estas palabras del protagonista de Hotel de Singapur es la esencia de esta lúcida novela del escritor cubano Gerardo Fernández Fe. Por supuesto, lo entenderás más tarde. Primero permítanme presentarles al autor. 


Gerardo Fernández Fe (La Habana, 1971) es novelista y ensayista. Sus publicaciones incluyen novelas La falacia y El último día del estornino así como los libros de prueba Cuerpo de todos los días y Calificaciones totales. Tibisial reúne toda su obra poética hasta nuestros días. Puedo arriesgarme a repetirme, pero me encantan los poetas que también son novelistas porque siempre hay ese residuo lírico, de una forma u otra, en sus historias. Sin haber leído ninguno de sus poemas, puedo reconocer esta voz de Gerardo Fernández 


HOTEL DE SINGAPUR – LIBROS Y LITERATURA


Fe en esta novela en su acercamiento al tema y en sus meditaciones. Nace un poeta, sin duda.

Como dije algunas líneas arriba, esta cita de apertura de revisión es la mejor manera de revelar lo que hay entre las páginas de Hotel de Singapur. Genaro es funcionario y su trabajo lo lleva de empresa en empresa. Cuando, con su jefe, Limbano, llega al edificio donde pasarán los próximos treinta días realizando un exhaustivo análisis contable, Genaro, con tendencia a alegrarse de la vida ajena, se encontrará con los seis trabajadores del «crematorio». « las oficinas que son dos pisos bajo tierra.» 


Allí trabaja Hilda, una mujer de unos cincuenta años, incapaz de expresar su dolor, con su cabello de Barry Manilow. Hilda es hija de El Grimy, un californiano que se mudó a La

Habana en 1963 para escapar de su pasado. 


También está Orquídea, una madre que no ha tenido noticias de su hijo Patrick durante mucho tiempo, que se estableció con su esposa e hijos en Poughkeepsie, una ciudad muy modesta en el norte del estado de Nueva York. Luego Modesto, un mulato, ex imitador de Michael Jackson, con una gran necesidad de ser admirado por la gente. Y Urbano, su padre, al que todos llamaban Oliva, y cuyo hijo mismo algún día descubrirá la farsa que ha traído su vida. 


Alberto-el-militar, hijo de Cándido Pajuelo, un exanarquista con muchas muertes a cuchillo que huye de Madrid por miedo y acaba instalándose en La Habana. 


Por último, está la pobre Norma, una mujer con una vida difícil, humillada y maltratada por su marido, que soporta el dolor de la muerte de su hijo. Y, por supuesto, Victoria, la chica de la camiseta violeta claro con un mensaje que dice Singapur. Es hija del difunto diplomático Horacio Depestre, quien regresó a la isla entusiasmado con la llegada de Fidel Castro en enero de 1959. Victoria, la enigmática, la mujer que no dice nada y finge saber menos. 


A través de estos seis empleados, Genaro investiga su existencia, porque para él es fundamental conocer cosas sobre la vida de los demás, sus luchas y sus miserias. Entre todos estos personajes se tejerá el retrato de su existencia, satisfaciendo la curiosidad de Genaro al hacer una radiografía del pasado para poner un nombre y un nombre en el presente.


Hotel de Singapur es una novela coral, en la que todos los personajes saben más de lo que parecen y esconden incluso más de lo que hablan. Un libro en el que los recuerdos y el pasado lo son todo. 


Una manera brillante, la de Gerardo Fernández Fe, de retratar la vida de estos personajes y sus predecesores a través del diálogo y la curiosidad. Sin duda, es una historia que es el retrato de varias generaciones y momentos de la historia, contada de forma inteligente, con una buena dosis de humor y buena música. Una novela que habla de las miserias del ser humano y la importancia del pasado para comprender nuestro presente. 




SEGUNDA RESEÑA


Un libro al día

miércoles, 16 de junio de 2021

Gerardo Fernández Fe: Hotel Singapur

Idioma original: Español

Año de publicación: 2021

Valoración: Está bastante bien


Hace unas semanas leí en Simpatía, la última novela del caraqueño Rodrigo Blanco Calderón, una frase que cualquier novelista que se precie debería tatuarse donde se le antoje:


Si algo te enseña Francis Ford Coppola es que en una buena película no hay personajes secundarios. Todos sus personajes, en caso de emergencia, por decirlo de alguna manera, deberían poder cargar con el peso de la historia.


Pues bien, esta frase se ajusta como un guante a esta sorprendente "Hotel Singapur" del cubano Gerardo Fernández Fe, más aún si tenemos en cuenta que se trata de una novela "coral" en la que asistimos a 6-7 historias que transcurren en tiempos y lugares tan separados entre sí como el Madrid de 1936, una pequeña ciudad norteamericana en los 90 o la Cuba de la segunda mitad del siglo XX, con su contexto histórico pero sin los habituales lugares comunes y clichés. 


Y eso que el punto de partida no podría ser, en apariencia, más anodino. Un hombre de unos 40 años llega a una empresa estatal con el fin de auditar las cuentas de esta, pero lo que en realidad hace no es otra cosa que auditar la vida de los otros (aquí es inevitable la referencia a la película alemana del mismo título, pese a que el bueno de Genaro no sea un agente de los servicios de inteligencia) para no pensar demasiado en la suya propia.


Pero esta aparente convencionalidad de la historia salta por los aires cuando vemos que el autor opta por una estructura arriesgada, por una especie de castillo de naipes en el que si uno de ellos falla, todo puede irse al garete. No es el caso. Fernández Fe mantiene la tensión y el ritmo a base de buenas historias y buenos personajes, tanto es así que por sí solos podrían ser leídos como breves novelas independientes. Pero "Hotel Singapur" vendría a ser más bien un mural en el que se combinan realidad y la ficción y en el que conviven distintas referencias espacio temporales, en el que hay escenas que hablan del pasado y del presente, de desconocidos cercanos, de soledades, muertes, abandonos, huidas, esperanzas rotas... Ramas y tramas, en definitiva, que se rozan y entrelazan, seres de carne y hueso que van desde lo Página principal  "carveriano" hasta lo "bukowskiano" y con los que uno se encariña o se cabrea, según el momento.


Junto a (o precisamente gracias a) estas historias a las que llegamos siempre gracias a persona interpuesta (la memoria tiene mucho de ficción) encontramos en la novela interesantes reflexiones acerca de la memoria, la identidad, la construcción del relato y el papel del narrador en esta construcción. Esto ayuda, rompe el paso al lector y da al texto una vertiente diferente pero complementaria.


Ya digo que "pese a" las más de 400 páginas del texto, el interés no decae en ningún momento y uno acaba enganchado a las miserias cotidianas de estas vidas cruzadas. Resulta, por tanto, curioso (por no decir otra cosa) que ninguna editorial haya apostado por "Hotel Singapur" y que el autor haya debido recurrir a la autoedición en el "innombrable dinosaurio". Ellos se lo pierden.





TERCERA RESEÑA 


Libros que voy leyendo

Francisco Javier Torres Gómez

2 junio 2021


«HOTEL SINGAPUR» DE GERARDO FERNÁNDEZ FE


Una madre que arrastra con la muerte de su hijo; un anarquista asesino, en Madrid, en 1936; un surfista que huye de california en el invierno de 1963; un hombre que descubre que su padre es un farsante… y algo más; un cubano de chicago que regresa a la isla, ilusionado con el arribo al poder de Fidel Castro; una, dos, tres familias… pero antes, un ayudante de contable que llega a una 1 oficina no solo para emprender una radiografía del pasado de nuestros padres, sino, también, de las glorias y las miserias del ser humano.


Datos técnicos

Editorial: Audere libros (2021)

nº de páginas: 435

Formato: tapa blanda

ISBN: 979-8579374141

Precio: 16,88 €


Impresiones


Acabo de terminar la lectura de este peculiar título, y reconozco que siento dificultad para realizar una reseña, al menos objetiva, porque se trata de un libro distinto, especial, escrito con un sentimiento y unas intenciones que me parecen inclasificables. Me suele pasar algo parecido con los títulos de mi querida editorial guantanamera. Quizás los autores cubanos tengan un sello que los identifica y que hunde sus raíces en su país, en los recuerdos, en la sociedad actual y en los contrastes con tiempos pasados, mejores o peores.


Fernández Fe no cuenta una historia, sino que encadena muchas, dispares, y a veces es complicado encontrar el nexo, o este tarda en aparecer. Este hecho desconcierta, y de ahí mi primer adjetivo en referencia a este Hotel Singapur: desconcertante. El término desconcertante tiene matices e indica una cierta interacción entre escritor y lector. En la sinopsis describe Abilio Estévez que “se trata de un libro de viajes y un juego donde las posibilidades deben ser sobrepasadas”. Sinceramente, creo que estas quedan más que sobrepasadas desde el momento en el que el autor escribe, sin freno, sintiendo la libertad que le conceden las palabras, y lo hace como le dicta su alma. Podríamos decir que se trata del vuelo de un ave que desde las alturas ve su cuba natal y emite el juicio de las realidades que desde allí se captan, pero lo hace de un modo tan particular…


Libertad y represión, qué contraste. Menos mal que en las palabras se encuentra la llave a un pensamiento propio e inalienable…


Gerardo Fernández Fe no es novato en esto de las letras y ha publicado otras dos novelas, La falacia, y El último día del estornino, además de libros de poesía, ensayos, que aun no he tenido el gusto de disfrutar. No obstante, se perciben en esta obra ganas de desprenderse de ataduras para escribir, la pasión de un escritor comprometido y cultivado, al que le gusta crear diálogos y al cual estoy seguro de que le apasiona el relato, pónganle el apellido que quieran.


Audere libros realiza una tirada sencilla, sin estridencias, asequible, para que Hotel Singapur llegue con humildad a sus destinatarios, quienes conocerán a Hilda, a orquídea, el grimmy, omaida, urbano, vivero, y un sinfín de personajes creados al efecto. No se encontrarán con un soliloquio, se lo aseguro.


Y llegados a este punto sigo sin saber cómo clasificar el libro que ya descansa en mi estantería. Les invito a adquirirlo, a leerlo con detenimiento y a mandarme sus opiniones para que, en esta ocasión y sin que sirva de precedente, sea yo mismo el que aprenda la lección que entre todos me pueden dar.


Gerardo, te doy las gracias y te deseo suerte en tu aventura literaria, que seguro que tiene infinitos recovecos que aún nos quedan por recorrer. 




CUARTE RESEÑA

Alejandro González Acosta 

Parábola de un país

Letras libres  



En su novela más reciente, el cubano Gerardo Fernández Fe construye las vidas de personajes amasados en un recinto asfixiante que deviene símbolo nacional.


Por Alejandro González Acosta

9 junio 2022

Hotel Singapur

Gerardo Fernández Fe

Audere Libros

Miami, 2020, 435 p.


A pesar de la precariedad nacional, o quizá por ella misma, la literatura cubana, en especial la narrativa, ha experimentado en los últimos tiempos un auge inusitado, impulsada por el agravamiento de la crisis generalizada del país. Y es en la novela, posiblemente más que en la poesía, donde puede reconstruirse con mayor detalle la quiebra profunda de una identidad escindida y agarrotada entre la terrible circunstancia del ser y las abominables condiciones en que los seres se insertan en las circunstancias.


Por razones, aunque aparentemente obvias, nada propicias, al final resulta la literatura del exilio la que ha dejado una huella más perdurable en la historia literaria nacional. No deja de ser una ironía que la verdadera “novela de la revolución” no es la que han pretendido escribir los epígonos oficiales, sino la hecha por los díscolos e inconformes que tomaron la dura senda del exilio. Eso ha dotado inevitablemente a la narrativa cubana exiliar de un muy distintivo aliento épico, pues quizá ningún otro pueblo del planeta ha debido encarar durante más de seis décadas un régimen hegemónico, tan afincado para su deleite en el control de cuerpos y mentes.


(…)


En este contexto se inscribe la obra de Gerardo Fernández Fe (La Habana, 1971), quien cuenta en su haber ya con tres sólidos libros de ensayo, uno de poesía y un extenso libro-entrevista al poeta José Kozer, pero sobre todo tres novelas. La más reciente de ellas, Hotel Singapur, es su fruto creativo más ambicioso y, me atrevo a suponer, quizás el más significativo.


Este libro se desarrolla a través de la mirada inquisitiva e invasiva de un narrador que parece ser un hombre vacío y medularmente solitario, quien, como no tiene una historia propia y reseñable, se aplica con la atención casi de un entomólogo a coleccionar las historias de los demás. Así va resumiendo su pequeño universo, encerrado la mayor parte del tiempo en el sótano de un edificio de oficinas al que se refiere como “El crematorio” o “La cueva de los batracios”.


En este asfixiante ambiente burocrático se van desgranando las biografías de cada uno de los allí encerrados por obligación laboral de subsistencia, y porque en realidad sus vidas no tendrían otro objeto fuera de ese espacio. Entre miradas y guiños, visajes y murmullos, van aflojando las cuerdas que sellan los paquetes de sus secretos, derritiendo el lacre de sus mutismos, frustraciones, sueños y penas, en un rosario que forma la cadena a la que todos están uncidos. Son “almas en pena” condenadas por una justicia extraña e inapelable a la mediocridad, al silencio y al miedo de mostrarse como son. Cada uno es la crónica de un Ícaro que nunca ha levantado el vuelo, de Prometeos sin fuego redentor, de Sísifos de una disciplina sin frutos, resultados ni logros. 


(…)


En estas páginas el narrador se define como un ser vacío y esencialmente solitario y confiesa que, como carece de historia propia, acude a coleccionar las de los demás, de las que se ve como un pesquisidor permanente y obsesivo, un espía voluntario y gozoso. Creo por ello que no resulta casual que el ambiente donde se desarrolla la mayor parte del relato sea en un sótano, con visibilidad anulada hacia el exterior, como una alusión a las catacumbas que, por razones obvias, tanto les dicen a los lectores cubanos. De tal suerte, este narrador es un coleccionista, más que de historias reales, de los rincones que todos ocultan para defender su identidad de las miradas extrañas y policiales, del último reducto de humanidad que les queda.


Esa, más que capacidad, vocación, para husmear en las existencias ajenas, con una especie de malsano deleite, puede asociarse a la referencia fílmica de La vida de los otros (2006), aunque sería más justo aún enlazarla con un libro fundacional publicado diez años antes, Informe contra mí mismo (1996), de Eliseo Alberto de Diego, que busca también reflejar una inclinación endémica y casi genética hacia la intrusión como parte de una conciencia y una identidad nacionales. Esta es, por tanto, una novela de palpitante y a veces hasta irritante actualidad, que nunca dejará impávido al lector. 


(…)


Estévez llama la atención sobre la batalla que se establece en este libro “entre lo falso de la Historia y la verdad mentirosa de la pequeña historia”, pero también sobre la manera en que Fernández Fe “huye de la arenga monolítica y construye una historia de estructura sólida, narrada con sensualidad, cargada de humor, de matices y de inteligencia”. 


“Por encima de cualquier consideración extraliteraria –concluye el autor de Testimonios de la orgía–, la gran victoria de este libro es justo poner en cuestión todos los límites, incluso los del género novelesco”, lo que coloca a Fernández Fe como “uno de los imprescindibles” entre los escritores cubanos nacidos después de 1959.


Ahí queda entonces el Hotel Singapur con sus puertas tentadoramente abiertas: los lectores que se atrevan a traspasarlas conocerán desde la agonía de sus entrañas la vida de un pueblo que ya tuvo que olvidarse de soñar con el futuro y se protege de su presente con una gruesa costra de miedos, mientras huye, en sus mentes antes que con sus cuerpos, hacia un pasado que abraza como único refugio y esperanza. 



FRAGMENTO


Hotel Singapur (fragmento)

GERARDO FERNÁNDEZ FE

08 FEBRERO, 2021


“Años después, cuando mi hermano me ladraba a la cara con sus palabras de  otros siglos, yo resistía, mientras mi padre, con el cuerpo petrificado en una silla de ruedas, soltaba dos lagrimones que se deslizaban sobre sus mejillas y ahí quedaban, pendiendo, pendientes.” Para el fragmento completo Véase el enlace correspondiente Rialta al final de este post. 


Véase el fragmento completo en el enlace al final de este post. RIALTA 




FRAGMENTO Hotel Singapur en Hypermediamegazine.


“Llevaba prisa. Se llamaba Malva y llevaba prisa. Tenía la piel más asalmonada que El Grimy había visto en su vida. Él la abordó sin el convencimiento de que lograría detenerla, y ella se detuvo. Prácticamente corría hacia la estación de autobuses; debía tomar uno, rumbo al norte, para bajarse en Salmon Creek, donde vivía. Era hija de pescadores —le contó—, aunque hacía apenas un par de años que habitaba en la zona, pues había pasado su infancia con sus abuelos en el campo, en un sitio llamado Mendota, donde antes había existido un asentamiento Hooverville.


Tenía un nombre nórdico, probablemente…”


Véase el fragmento completo en el enlace al final de este post. Hypermediamegazine.



Créditos y Enlaces 



HOTEL DE SINGAPUR – LIBROS Y

LITERATURA  Reseña del libro «Hotel Singapur», de Gerardo

Fernández Fe



HTTPS://WWW.LIBROSYLITERATURA.ES/ HOTEL SINGAPUR




BLOG Un libro al día

miércoles, 16 de junio de 2021Gerardo Fernández Fe: Hotel Singapur


Un libro al día Hotel Singapur



Libros que voy leyendo de Francisco Javier Torres Gómez


Hotel Singapur. Libros que voy leyendo


Letras Libres No.282 / junio 2022

CORREO ELECTRÓNICO ENVIAR CRÍTICA LITERARIA GERARDO FERNÁNDEZ FE LITERATURA CUBANA NOVELA Alejandro González Acosta


Parábola de un  País



German Gullon, Las lecciones de Edmund Wilson, el gran maestro de la

crítica literaria, 4 junio, 2022


Las lecciones de Edmund Wilson



Fragmentos de la novela 



RIALTA 

Hotel Singapur (fragmento)

GERARDO FERNÁNDEZ FE

08 FEBRERO, 2021


Hotel Singapur (fragmento) GERARDO FERNÁNDEZ FE



Hypermedia Megazine fragmento


Hotel Singapur (fragmento) Gerardo Fernández Fe




Ilustración


Portada de la novela Hotel Singapur, Audere libros, Miami, 435 p.